lunes, diciembre 26, 2011

180 ºC (Oviedo), por Toni

Esta vez no tengo foto para el encabezamiento. El restaurante 180 ºC lleva tan poco tiempo abierto, tres semanas, que no se encuentran fotos de él en la red. Se trata del restaurante de Edgar de Miguel que anteriormente estuvo en Deloya que finalmente ha emprendido el camino por su cuenta.
El local es el de los antiguos Los 3 Caracoles y Melibea. También es bar de vinos con una carta por copas bastante decente en cuanto a referencias. Esperemos que le vaya mejor que a estos ya que a pesar de la inmejorable situación física parece que el sitio tiene algo de gafe.

Algo que deberían corregir urgentemente es la ausencia de la carta en el exterior del local. Seguro que muchos turistas que estén por la zona a la hora de comer pasarán de largo al no saber la propuesta que se pueden encontrar que es basicamente lo que se lleva en la actualidad en los gastrobares. La carta tiene un apartado de entrantes individuales, uno de entrantes a compartir, otro con platos de embutidos y platos de quesos y algún plato más y finalmente los platos principales. Por lo menos aquí si incluyen también los postres para que el comensal se haga una idea general de lo que puede pedir. Los precios con el IVA incluído, menos mal.

Nos sorprendió que no nos ofrecieran ningún aperitivo de la casa y que nos trajeran directamente los entrantes solicitados. Consistieron en una brocheta de solomillo de pato al curry, 2,20€, en tempura y agradable, yogurt de foie con plátano, 3,60€, presentado en un tarro de yogurt y muy, muy rico y un notable arroz cremoso de pitu, boletus y sepia, 3,50€ que tenía una cantidad considerable para su precio y con un resultado de muy buen nivel.

De platos principales tomamos lomo de ciervo, calabaza y setas, 16€, algo más pasado de lo solicitado pero sin arruinar la carne como en otros sitios y muy bien acompañado por la combinación de la dulzura de la calabaza y la fuerza de las setas. También venía con una especie de coca con foie-grass.

El otro plato fueron unos dados de atún con verduras, 16€, también un puntín por encima más de la cuenta y con una salsa dulce que no identificamos y no nos dimos cuenta de preguntar. En conjunto bien.

De postre pedimos el bizcocho de chocolate con sorbete de naranja, 5€, un clásico bien resuelto, aunque nos gustó más la diferente tarta de manzana 180 ºC, 5€, una reinterpretación que de Miguel hace que nos sorprendió y gustó a partes iguales.

La carta de vinos corta pero acorde con la filosofía del sitio y a precios moderados. Tomamos un Champagne Marc Hebrat Premier Crû Brut, 35€.

Algo que roza el milagro en la hostelería española es que el pan no lo cobran y además es de buena calidad. El personal de servicio un poco inexperto todavía, pero simpático, voluntarioso y amable.

Si es difícil siempre dar la opinión sobre un restaurante más en este caso que está recién abierto, pero me decidí a colgar el post porque para el poco tiempo que llevan nos sorprendió gratamente la experiencia. Cocina sin complicaciones pero efectiva, con algunos sabores muy logrados y a precios terrenales. Cuando pasen unos meses y afinen los pequeños errores típicos de la falta de rodaje puede ser un sitio muy a tener en cuenta en el mortecino panorama gastronómico de la capital. Además, con la que está cayendo, ole sus redaños por atreverse a abrir un negocio de estas características y en la zona en la que está. Recomendable.

180 ºC

C/ Jovellanos, 25, Oviedo
985 222 424


Toni

miércoles, diciembre 14, 2011

Dos restaurantes en Baeza (Jaén), por Toni


Baeza es una ciudad situada en la provincia de Jaén que junto con su vecina Úbeda forman un conjunto monumental renacentista que ha merecido la mención de Patrimonio de la Humanidad. Ni que decir tiene que es de obligada visita para cualquier viajero interesado en la arquitectura y el arte y más si también se quiere aprender algo sobre el mundo del aceite.


Como en otros post anteriores (Zafra, Oporto) iba a hablar sobre tres restaurantes, pero después del fiasco del Asador La Góndola al final se queda en dos. El primero de ellos es el restaurante La Pintada situado en el hotel Puerta de la Luna que presenta una carta de corte tradicional con platos de la tierra y alguna sorprendente incursión por tierras caribeñas. En la parte negativa, todavía no se enteraron de que los precios deben llevar el IVA incluído.




Para los entrantes pedimos una croquetas a la antigua, 8,64€, ricas, con buen relleno de jamón aunque se les pasaron ligeramente.




El ajili-mojili, 10,80€, es un plato típico jienense que al parecer tiene bastantes variantes. Aquí resultó ser un revuelto de bacalao, cebolla, patata y pimiento, servido templado. Abundante ración que llenaba bastante más de lo que parecía en un principio.




A la hora de los platos principales nos decidimos por la carne. El secreto de cerdo ibérico con salsa de piña, 15,12€, estaba un pelín más hecho de los que nos gusta y no alcanzaba el sabor de otros probados, además la salsa de piña dominaba en demasía al secreto. La guarnición de vegetales rodeados por panceta ya era antigua en los años ochenta.





Nos gustó más la carne desmechada, 12,96€, el toque caribeño del que hablaba antes que venía acompañada de tres salsas, tomate, guacamole y rosa. Muy sabrosa la carne y logradas las salsas. Bien.





Como la cena se presentó más contundente de lo que esperábamos no pedimos postre. La carta de vinos era poco más que para salir del paso. Tomamos un Pittacum 2005. 22,68€. El pan lo cobraron a 2,16€ c/u.
Como curiosidad comentar que estuvimos charlando algo con el maitre y resultó que había estado haciendo prácticas en El Corral del Indianu.

No es un sitio que quedará en el recuerdo pero si resultó bastante digno para cenar. Sin alardes pero solvente.

Las dos noches siguientes fuimos a La Taberna El Pájaro. Solo pensábamos ir una, pero después del comentado fiasco de La Góndola la última noche acabamos repitiendo casi de urgencia.
Es soprendente que a pesar de que a la entrada aparenta ser un restaurante de más enjundia por las vitrinas con mariscos y pesacados y la bodega, al entrar te encuentras un mesón típico como se puede ver en las fotos de su web con las pequeñas incomodidades que eso conlleva como los manteles y servilletas de papel, sillas no demasiado cómodas y pequeñas mesas de las que casi se salen los platos. La carta es muy abundante con mucho marisco y también platos tradicionales de la zona. Aquí sí cumplen con la información del IVA en los precios.
Como aperitivo ponen unos ricos cacahuetes tostados y unos trozos de queso muy bueno.



En ninguna de las dos noches tomamos entrantes al ver en las mesas vecinas las abundantes raciones en los platos. Muy rico el solomillo de cerdo al jerez, 15€, perfecto de punto y con una salsa intensa y sabrosa.




Algo inferior la carrillada de cerdo a la uva pasa, 14€, un poco correosa.






También buenos el choto frito (cabrito), 15€,


y el lomo de orza con huevos, 15€, rico el lomo pero sobre todo los huevos, de los que no se encuentran a menudo. Al parecer este es el plato que más venden y con diferencia según nos dijo la camarera. Como dije antes, raciones contundentes.



Como postres probamos un hojaldre típico de Baeza, los virolos, 3€, y una olvidable tarta de chocolate, 4€. El pan, 1€ c/u.

En la web del restaurante dice que tienen una gran bodega de vinos pero curiosamente en ningún momento nos ofrecieron la carta y vimos a poca gente tomar vino y básicamente por copa. Como solo pedimos un plato tomamos cerveza. La copa a 2,50€.
Ya nos había llamado la atención que en los bares de Baeza casi nadie bebía vino y cerveza era lo más consumido. No parece una zona muy consumidora de vino.

En resumen, recomendable restaurante para el turista que quiera probar la cocina autóctona bien realizada y no quedar con hambre aunque si lo juzgamos como restaurante en su conjunto tiene unos cuantos detalles manifiestamente mejorables.

La Pintada (Hotel Puerta de la Luna)
C/ Canónigo Melgares Raya, 7 23440 Baeza (Jaén)
953 74 70 19 www.hotelpuertadelaluna.com

Taberna El Pájaro
Paseo Portales Tundidores, 5 23440 Baeza (Jaén)
953 744 348 www.tabernaelpajaro.com


miércoles, diciembre 07, 2011

Asador La Góndola (Baeza, Jaén). Una nueva modalidad de tomar el pelo al cliente, por Toni


Es sorprendente la creatividad que demuestran algunos hosteleros españoles. Además en diferentes campos, ya sea para intentar burlar la ley antihumo y facilitar a los fumadores el consumo de tabaco, para saltarse la ley que obliga a incluir el IVA en los precios finales o en el caso que nos ocupa hoy, para engañar directamente al cliente.

Prefiero pensar que no es una práctica extendida pero ya no lo apostaría, porque entonces yo tengo una puntería increíble para dar con todos los jetas de España y más cuando no salgo demasiado a comer/cenar y estos sitios los descubro en los viajes que hago.

Es una lástima que no salieran las fotos que hice a la carta situada en el exterior del local debido a la poca luz y a que estaba detrás de una vitrina.
Los hechos que narro acaecieron el lunes 5 de diciembre de 2011 y lo apunto por si diera la casualidad de que algún lector fuera a este restaurante y ya no encontrara las discrepancias entre la carta del exterior y la que te dan en el comedor.

Habíamos visto en la carta del exterior un montón de platos de cocina tradicional de la zona y un menu de 30€ compuesto por unas cuantas de estas raciones y por eso nos decidimos a entrar. Una vez dentro nos llamó la atención que no nos situaran en el comedor de abajo que era amplio y solo tenía un comensal y que nos llevaran al de arriba que se puede ver en la foto del principio del post y que estaba vacío.

Poco después de sentarnos viene una camarera y nos pregunta:
"¿para beber, qué tomarán?.
Bien empezamos, pensé.
Le contesto: "cuando nos traigan las cartas y sepamos lo que vamos a cenar ya se lo decimos. Si nos puede traer la carta de vinos...".
"No tenemos carta de vinos".

Me vino a la mente aquella expresión típica de David Bisbal: "ehto e iiiiiincreíiiible", y le volví a decir que se lo decíamos después de pedir la comida.

Nos trae el que parecía algo así como el maitre las cartas y después de rebuscar arriba y abajo no encontramos por nigún lado el menú en el que nos habíamos fijado. Es más, muchos platos tenían un considrable incremento en sus precios respecto a lo que ponía la carta del exterior y en algunos casos hasta del 50% como por ejemplo las patatas baezanas que en la carta del exterior
marcaban 10€ y en la que nos dieron 15. Por supuesto, el IVA no estaba incluído en los precios. Faltaría más.

Vuelve el maitre para tomar nota y le pregunto:
"Habíamos visto en la carta del exterior un menú degustación de 30€ y aquí no aparece por ningún lado".
"Es que ya no lo tenemos".
"Pero si está compuesto por raciones que vienen todas en la carta".
"Si quieren les podemos poner las que deseen".
"Me lo imagino, pero nos interesaba ese menú para poder probar un poco de varias cosas, no tomar 3 o 4 raciones solo.
"Pues ya no lo tenemos".

Después de esta impresionante muestra de poca flexibilidad con el cliente y sobre todo de morro infinito por tener unos precios mucho más caros en la carta de comedor que en la del exterior nos levantamos y nos fuimos. Al salir y volver a examinar la carta confirmamos lo visto y nos dimos cuenta de que debía de ser la carta de 2010 ya que tenía la coletilla de "7% de IVA, no incluído" aunque tampoco está mal la inflación de un 50% en año y medio para algunos platos. Está
claro que es una práctica totalmente inaceptable.

A ver con lo que me encuentro en un futuro porque parece que tengo un imán para dar con estos garitos y sobre todo comprobando la inagotable creatividad de algunos hosteleros.

Asador La Góndola

C/ Portales Carbonería, 13, Baeza (Jaén)
Toni

martes, noviembre 15, 2011

Baluarte (Soria), por Toni




No voy apenas a hablar de Soria. Ya lo hizo y muy bien Jorge Díez aquí hace un par de años. Gracias a su post, no dudé en visitar el mismo restaurante en el que había estado: Baluarte.

Está situado en un monumental palacio en pleno centro de Soria muy cerca de la iglesia de San Juan. Fuimos dos noches consecutivas por lo que haré un resumen de ambas en el post.

Algo que nos llamó la atención fue lo iluminado que estaba el comedor. Acostumbrados a comedores minimalistas y poco iluminados en muchos restaurantes, este se pasaba para el otro lado y tanta luz, hacía que el calor subiera considerablemente. Creo que es un detalle fácilmente subsanable.

Como curiosidad, la carta no está separada en entrantes, pescados y carnes y vienen todos los platos seguidos con el habitual fallo de no incluir los postres que tenían carta propia. Creo que en la carta deberían siempre venir reflejados los postres para que el comensal se haga una composición de lo que le apetecería cenar en conjunto. También ofrecían un menú degustación de las Jornadas del Boletus Edulis 2011 a un precio de 52€ que por lo que vimos ambas
noches no tuvo mucha demanda, lo que es lógico ya que se basa en platos de cuchara que no apetecen tanto por la noche. Los precios con el IVA incluído. Parece que poco a poco la hostelería española va cumpliendo con la Ley.



Los aperitivos por cortesía de la casa fueron una croqueta del cocido con sabor potente, buena bechamel y generosidad en el relleno. Muy rica. El otro, una excelente crema ligera de hongos. Intenso sabor, franco, lleno. Ambos entrantes una declaración de intenciones, una pista para avisar que allí encontraríamos cocina de la tierra, producto cercano y de calidad.




Como entrantes probamos tres. Muy bueno el arroz meloso con setas de temporada y boletus, 14,50€ que queda en la parte alta de nuestra clasificación de arroces/risottos probados. Bien ligado, "al dente", impregnado del sabor otoñal de las setas.





Para seguir con la temporada los hongos salteados con cortezas crujientes, 15€. Muy sabrosos los hongos acompañados de unas cortezas de panceta crujientes y sin grasa.
Ambos entrantes tuvieron el detalle de emplatarlos para dos sin cargo extra alguno.





Lo último que probamos fueron unos mejillones de roca con vermut rojo, 8€. Al pedir este entrante nos extrañó que la maitre nos dijera que por qué no pedíamos algún plato más elaborado como la purrusalda en texturas. Sorprendente. ¿Para qué tienen entonces los mejillones en carta?. El caso es que los mejillones estaban realmente ricos incluso para mi que no me da más por ellos habitualmente, con un contraste de la salsa de vermut muy armónico con el sabor del mejillón.



Para los principales una noche escogimos carne y la siguiente, pescado. La paletilla de lechal deshuesada con panadera y brotes tiernos, 20€, al igual que nos contó Jorge en su post nos avisaron de que la hacían confitada y a baja temperatura. Da la impresión de que tuvieron algún malentendido en ocasiones pasadas con la preparación y el resultado del plato en una zona tan tradicional. A nosotros nos gustó mucho. Nos pareció que el sabor era más pronunciado e intenso que en la preparación tradicional habitual y más echando por encima la salsa que te traen resultante de la preparación de la paletilla. Platos y sabores de siempre pero con una inteligente reinterpretación.



Aprovechando la estación también pedimos el lomo de ciervo con remolacha y salsa de pacharán, 18€. Bien de punto, con sabor punzante pero domado y muy bien escoltado por el dulzor de la salsa de pacharán.






Para los pescados nos decidimos por unas cocochas de bacalao, 17€, finas, con un suave pil-pil bien ligado.






Con el toro atún, 22€, ocurrió el patinazo de las cenas. Cuando lo probé estaba templado tirando a frío. ¿Fallo de coordinación cocina/sala?. El caso es que lo volvieron a llevar y cuando vino de vuelta ya había perdido el punto y estaba más pasado de la cuenta. Con seguridad un fallo puntual.


A pesar de que el precio de los platos principales estaba muy contenido, nos sorprendió que la cantidad no fuera muy grande. Yo lo prefiero así, pero no sé si eso será muy bien entendido por la clientela autóctona.



A la hora de los postres solo probamos dos. Muy fresco y sin hacerse pesado el bizcocho ruso relleno de mantequilla de Soria y helado de vainilla, 4,50€ y sabroso el coulant de chocolate negro y blanco, 6€.



La casa nos invitó ambas noches a sendas copas de Don PX, generosamente servidas.





La carta de vinos no muy extensa y con muchas más referencias de tintos que de blancos, algo nada extraño teniendo en cuenta que se podían contar con los dedos de una mano las personas que vimos tomando blancos en los bares sorianos. También disponían de varios espumosos y algunas marcas extranjeras. Tomamos un Dominio de Atauta 2006, 33€, y un Naiades 2007, 26€.

El personal de servicio correcto pero tal vez un poco acelerado y con algunos fallos de colocación de cubertería aunque poco importantes. Muy buena calidad en menaje, copas, cubiertos, etc.

En resumen, Baluarte es una buena dirección a tener en cuenta en Soria, sin duda superior a otros restaurantes conocidos en la ciudad que tuvimos ocasión de probar en visitas anteriores. Cocina básicamente del entorno, con materias primas de primera tratadas con una creatividad medida sin excesos, pero poniendo al día conceptos de toda la vida. Supongo que es todo un logro mantenerse en una plaza aparentemente poco dada a las innovaciones como Soria, pero ya va por su tercer año por lo que es de suponer también que público tiene, aunque las dos noches la mayoría de clientela éramos forasteros. Sin duda merece una visita.

Nota general: 6,75

Emoción: 7

Baluarte

C/ Caballeros, 14, Bajo 42002 Soria
975 213 658 www.baluarte.info

toni


martes, noviembre 01, 2011

1368 Cerro las Monjas 2003


En cualquier cata a ciegas hubiera dicho que este vino era un buen vino gabacho. Por varias razones. Primera, por la calidad de las barricas. No es lo mismo un olor de vainilla, un tacto de astilla secante, que un perfume de caja de puros, de ebanistería de muebles antiguos, un tacto suave de ahumado y dulzón amargor. También por la forma de darse con el vino, acompañando y no enmascarando. Finalmente, por su equilibrio, por su frescura, por la ausencia de artificios, de aromas compotados y saturantes. Había abundante materia, que se expresaba poco a poco, de forma evocadora: tierra seca, violetas, fruta roja, aceituna negra ,balsámicos. Incluso un poco de suciedad, de cuadra, que se fue yendo y que en todo caso ayudaba a reforzar su autenticidad. Sin duda se merecería más que la mayoría hablar en él de mineralidad. El vino estaba cuando lo tomé en un momento espléndido, todavía pujante (en bodega recomiendan, con razón, su consumo a partir de 2013),y lo que es más difícil, armonioso. Fácil de beber, lo que obligaba a detener el apetito para no perderse su particular y veraz melodía. En fin, un vino a recomendar a cualquier aficionado al vino, y toda una sorpresa en el difícil panorama nacional. 88 diletant points

Barranco Oscuro, no sé si lo sabréis, es una bodega de situada en la Alpujarra granadina. Siguen criterios ecológicos en el cultivo de las vides: “Todos los viñedos se cultivan de forma natural, no se utilizan herbicidas, plaguicidas ni abonos sintéticos. A finales de año se realiza un aporte de compost que ayuda a retener el agua de las escasas lluvias. En junio apenas se realiza un azufrado que no deja ningún residuo. Todo lo demás es esfuerzo (físico y mental) para obtener lo mejor de la naturaleza sin comprometer su futuro.”

Pertenecen a su vez a la asociación de Vinos Naturales de España, que buscan la mayor autenticidad de los vinos a través de intervenir lo menos posible en su elaboración: “ La fermentación maloláctica ha tenido lugar igualmente de forma natural durante el periodo de crianza en barrica en la cava subterránea. El uso de sulfuroso ha sido extremadamente limitado evitando el contacto directo con el mosto, no habiéndose añadido nada ni en la fase de crianza ni en el embotellado, el resultado es un vino libre de sulfitos. No se usa ningún tipo de aditivo ni conservante. Sin clarificar ni filtrar”.

Este vino es una mezcla de Syrah y Garnacha (30% cada una), además de algo de Merlot , Cabernet Sauvignon Y Franc (que sin que sin duda contribuyeron a sus aromas afrancesados) y tempranillo, que creo que ya no se realiza. Actualmente vinifican la syrah y la garnacha por separado, y hacen con ellos dos monovarietales :Rubaiyat y Garnata, que no habré de tardar en probar.

viernes, octubre 14, 2011

Luego se quejarán del descenso de clientela, por Toni


Granada es una ciudad con una enorme cantidad de bares. Muchos. Muchísimos. La anterior vez que estuve hace ya unos 13 años no recuerdo que hubiera tal cantidad pero esta vez quedé realmente sorprendido.
Tamaña cantidad haría que pensar que la competencia es feroz y los precios ajustados, pero nuestra experiencia de fin de semana nos dió la sorpresa inseperada de todo lo contrario.
Habría varios ejemplos por poner pero para no aburrir al lector solo comentaré los tres más llamativos.




En la Taberna La Abacería tomamos dos copas de Mencal 2010 un blanco de la tierra norte de Granada que como se puede ver en el enlace cuesta 7,50€ en tienda la botella y evidentemente menos en distribución y comprado por cajas. Pagamos a 3€ la copa. Eso sí, claro, acompañadas de una tapa de patatas al ali-oli.








La cosa fue "in crescendo" en Puerta del Carmen donde tomamos un José Pariente 2010 cobrado a la bonita cifra de 3,40€ cada uno, cuando la botella se puede conseguir por 7,75€ en la tienda. La tapa fue una mini brocheta de pollo...






Pero donde rizaron el rizo fue en Ermita. El precio del vino entra más en lo lógico si lo comparamos con los sablazos anteriores. Acompañado por una tapa de embutidos tomamos otro blanco granadino Calvente Pago Guindalera 2010 cobrado a 3,35€ cuando la botella se encuentra a 12,35€ en tienda, pero como se puede ver en la nota, rizaron el rizo. Parecido al Pura Cepa de Murcia el año pasado.

La copa de vino la marcan a 3,10€, a lo que le suman un 10% extra por estar en terraza y una vez sumado el incremento le añaden el IVA a todo. Con un par.


Como dice el título del post, luego se quejarán del descenso de clientela. Lo extraño es que con la que está cayendo aún la tengan, a no ser que la crisis no sea tan negra como la pinten o a los clientes que todavía tienen les sobre el dinero. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

toni

viernes, octubre 07, 2011

El Claustro (Granada), por Toni


El restaurante El Claustro está situado en el hotel Palacio de Santa Paula ubicado en el antiguo convento jerónimo de Santa Paula, en plena Gran Vía granadina. Para más información sobre él, en vez de extenderme aquí con un copiar y pegar mejor visitar su web.

Está dirigido por el chef Juan Andrés R. Morilla campeón en el XII Campeonato de España de cocineros Bocuse D'Or en el año 2009.

Extrañamente en vez de tener las mesas como se ve en la foto estaban todas detras de los arcos y eso que hacía una noche calurosa.

Pronto llegaron las originales cartas ya que tenían una pequeña linterna incorporada que se encendía cuando la abrías. La luz era necesaria porque no había mucha iluminación precisamente. Tal vez demasiado escasa.

Menos mal que parece que se va avanzando y los precios de la carta tenían el IVA incluído.


Poco después de tomar la comanda nos trajeron unos entretenimientos que resultaron un poco tristes de apariencia aunque no estaban mal, acompañados por los ultimamente habituales platillo de sal y aceite.






Después llegó el apertivo de la casa que consistó en queso fresco, pimiento y tomate asado combinación que no nos convenció nada.






Como la carta de entrantes estaba casi monopolizada por los mariscos y uno ya está cansado de tomar foie, ensaladas o jamón en su lugar, pedí el ajo Blanco con manzana y orejones, 16€. A todas luces carísimo para lo que es el plato en sí, además de la pequeña cantidad. Encima el resultado inferior al tomado en Casa Luque.





El otro entrante fue un salteado de pulpitos, chopitos y langostinos con picada de tomate. 18,50€. Mi mujer comentó que era aceptable pero que se habían pasado con la sal sobre todo en la picada.





Para lo platos principales nos decidimos por la carne. Las carrilleras de cerdo ibérico con patatas y chorizo, 20€, las pasaron en exceso y eso desvirtuó completamente el plato. Y del chorizo esperábamos otra cosa no una especie de migas que además de aportar poco se hacían difíciles de comer.





Mucho mejor resultó el cordero segureño con aceitunas de queso de cabra alpujarreño. 24€. Aquí si que acertaron con el punto del cordero segureño de un excelente sabor y acompañado por las falsas aceitunas también muy ricas. Sin duda el plato de la cena.





Como perdí la nota de la cena no recuerdo exáctamente el postre ni su precio pero si que era un helado de chocolate sobre una especie de galleta. Estaba bien si alardes y un poco escaso de cantidad.




Buena carta de vinos con bastantes referencias granadinas. Pedimos una de estas, el Cauzón Pinot Noir 2009, 36€, que si alguien lo ve en otro sitio mejor esperar unos años para tomarlo.

El servicio profesional pero un poco rígido. Nos extrañó que en un restaurante de estas características no nos ofrecieran unos petit fours o un vino dulce para después de los postres.

La sensación final fue decepcionante. Por la información y opiniones que habíamos leído nos esperábamos un nivel superior en cocina. Como siempre digo, una cena no sirve para juzgar definitivamente a un restaurante, pero lo comido y sobre todo lo pagado no animan a recomendarlo y está claro que el marco ayuda a que se incremente la factura.

Nota general: 5

Emoción: 4


El Claustro

Gran Vía de Colón, 31, 18001- Granada
958 805 740 www.restauranteelclaustro.com

toni

viernes, septiembre 30, 2011

Sollun (Nerja, Málaga), por Toni


Hace casi cuatro años, Eldiletante en jefe ya nos habló del restaurante Sollun y lo que contó hizo que lo anotara en cabeza de la lista para unas futuras vacaciones en Nerja que finalmente tuvieron lugar este año.

Sollun se encuentra situado al principio de la zona peatonal de Nerja y es un pequeño local de 6/7 mesas en el interior y otras 4 en la terraza, gestionado por el albaceteño de Higueruela Juan Quintanilla y su mujer Verónica con solo una persona de ayuda en cocina. A pesar de la carencia de medios se las arreglan para que todo salga relativamente rápido incluso en días de lleno.

Dispone de una carta amplia sobre todo en entrantes y también ofrece varios menús degustación. Tiene el fallo habitual de que los precios no tienen el IVA incluído, aunque Quintanilla nos dijo que es consciente de ello y que en breve lo rectificará cuando cambie la carta.

Como visitamos el restaurante varias veces haré los comentarios empezando por los entrantes. El primer día comimos un menú degustación por lo que en algunos platos las raciones aparecerán más pequeñas de lo normal en las fotos.

Antes de los platos priincipales siempre ponen un platín con aceite de oliva virgen extra y otro con sal, cada día distintos ambos y excelentes. Luego, antes de los entrantes también sirven un aperitivo que suele ser una versión pequeña de uno de los entrantes que no hayas pedido. Todo cortesía de la casa.




El único aperitivo que estaba fuera de lo que se ofrece en carta fue una mousse de garbanzos, puré de berenjena, miel de caña de Frigiliana y menta, estupendo para abrir boca y dejando claro dónde estábamos situados.







Del montón de entrantes, además de alguno fuera de carta, probamos los siguientes:





Porra antequerana con jurel, remolacha y fresas. 9,50€+IVA. Excelente interpretación de la porra que hace Quintanilla, fresca, intensa y adictiva. Ofrecida fuera de carta.







También fuera de carta tomamos la ensalada de amanita cesarea con vinagreta y mostaza. 11€+IVA. La amanita cesarea ya se puede encontrar a finales de verano y resultó estupenda con el simple aderezo de la vinagreta que dejaba mostrar todo su sabor.







Ensalada de perdiz y conejo de campo en escabeche, salsa de anchoas, queso parmesano y pan frito. 10€+IVA. En principio parece que chirría la combinación del queso con el escabeche pero al final resultó todo muy armónico en un plato muy fresco y adecuado para una noche veraniega.





Tataki de atún, vinagreta de tomate, guindilla, huevas y porra de pimientos asados. 12€+IVA. Plato con aire asiático de excelente resolución en el que la vinagreta y los pimientos hacen un contrapunto agridulce estupendo a la potencia del tataki.






Mollejas y albóndigas de cordero, tabulé y yogur de higos. 11€+IVA. Tal vez el entrante que más me gustó. Otro guiño a la cocina foránea, en este caso árabe, con un cordero sabrosísimo, un tabulé (ensalada de couscous) muy bien logrado y el aderezo con el toque agridulce del yogur de higos refrescando el conjunto. Muy bueno.





Canelón de rabo de buey, vinagreta de verduras y crema de patatas. 11€+IVA. Un plato algo más convencional que los anteriores, pero a un buen nivel también. Buena calidad de la carne con una vinagreta ligera y el adorno de la crema de patatas.






Arroz con garbanzos, judías y socarrat de grasa de cerdo. Invitación. Una noche Quintanilla nos ofreció probar este plato de arroz en el que estaba trabajando para incluir en la futura carta. Le falta por afinar un poco el tiempo de cocción del arroz y la grasa, pero por lo demás puede ser un excelente plato.




En la parte de pescados solo dispone de 3 en carta aunque algún día ofreció algo más fuera de carta. Viendo otras mesas la verdad es que pudo coincidir pero predominaban las carnes.


Pez espada, pakchoi, algas, tirabeques, salsa de soja y mahonesa de wasabi. 18,50€+IVA. Otro plato de inspiración oriental. Muy rico el pez espada, perfecto de punto y con unos acompañamientos que a pesar de su potencia acompañan muy bien al sabor intenso de la carne de éste. El pakchoi es un vegetal de origen chino parecido a la acelga y el wasabi es un condimento japonés que se extrae de la raiz de la planta homónima y que se suele usar mezclado con la salsa de soja para mojar el sushi.




Filete de corvina, crema de espárragos blancos, espárragos verdes y setas. 18,50€+IVA. Está claro que Quintanilla domina los puntos de cocción del pescado y la corvina no podía ser menos con la suave crema acompañaba bien sin eclipsar el pescado.







Lomo de bacalao, con guiso de sus callos, garbanzos, espinacas y morcilla. 18,50€+IVA. Condundente plato con un bacalao de muy buena calidad, unos callos tal vez un pelín más potentes de la cuenta y la guarnición de un cocido que hace que el plato haga recordar al del desarme. A mi me gustó pero pienso que tal vez habría que aligerarlo un poco para el comensal medio.





Atún con algas y tirabeques. 21€+IVA. Ese día Quintanilla consiguió atún de un aspecto magnífico que hablaba por si solo y lo acompañó simplemente de unas algas y tirabeques. Sencillo pero perfecto.





En el apartado de carnes había más oferta que en el de pescados y probamos las siguientes:



Cordero, couscous, mermelada de cebolla con pasas y canela. 19,90€+IVA. El cordero lo probamos dos días distintos en forma de lomo y de carré. El lomo estaba muy bien pero el carré estaba impresionante, con una carne fina y muy sabrosa y unos acompañantes de nuevo con aire árabe en que el suave dulzor de la mermelada hacía muy buenas migas con la grasa de la carne y el toque punzante de la canela. Magnífico plato.





Cochinillo, timbal de patatas y manzana. 19,90€+IVA. Un plato más convencional en el sentido de más visto. Rico el cochinillo, bien de punto con la típica compañía de la manzana y las patatas. Bien.







Venado, castañas con vainilla, membrillo y frutos rojos. 20,90€+IVA. Plato más bien otoñal con un venado sabroso sin rastro de ningún tufo y bien custodiado por el dulzor de los acompañantes.





Disponen de cinco postres de los que probamos tres.




Bizcocho de dátiles, toffe de plátano, helado de vainilla y té earl grey
. 7€+IVA. Tal vez sea algo empalagoso para mucha gente pero a mi me pareció realmente original y muy rico por lo que repetí más de un día.







Batata asada, yogur y salsa de miel de caña. 6,50€+IVA. Plato de kilómetro cero. El boniato no es algo que me emocine, pero en esta caso no estaba mal y mejor por el acompañamiento de la miel de caña un descubrimiento de la zona del que me traje provisiones para una temporada.




Cremoso de chocolate con leche y queso, sopa de chocolate blanco, fruta de la pasión y frambuesa. 7,50€+IVA. Postre más habitual de encontrar algo similar que los dos anteriores y resuelto perfectamente. Parece muy pequeño pero corresponde al menú degustación del primer día.





Con estos postres la casa nos invitó algunos días a un vino dulce de garnacha de Albacete y también a un Ariyanas Terruños Pizarrosos, buen dulce malagueño.

La carta de vinos, pequeña con vinos bien escogidos pero que abusa tal vez de vinos de precios elevados. El problema es que según nos comentó Quintanilla, les falló unos días antes el proveedor y le faltaban bastantes referencias. Destacaron un Finca Sandoval 2007 y un Carmelo Rodero Pago de Valtarreña 2004.

El personal de servicio son el propio Quintanilla y su mujer Verónica siempre atenta a todos los detalles de sala. Es sorprendente como se manejan con el restaurante lleno.
Otro detalle que es casi un milagro de encontrar en España es que el pan no lo cobran y que además siempre viene con los típicos picos andaluces. Realmente difícil de ver otros restaurantes con tantos detalles como éste y los anteriormente comentados.


A priori Nerja parece una buena plaza para tener un restaurante viendo la gran cantidad de turistas que la visitan, pero lastimosamente y por lo visto durante quince días, la mayoría de estos no parece que tengan el buen comer dentro de sus inquietudes y prefieren abarrotar restaurantes de cocina ¿española? de tercera, pizzerías de serie C y diferentes restaurantes étnicos de nula calidad en los que encima no van a pagar mucho menos de lo que lo harían aquí. Supongo que valorarán más llenar la barriga sin tener muy en cuenta la calidad.
De todas formas siempre hay clientes que valoran el buen hacer por lo que Sollun puede seguir después de cinco años con una cocina muy diferente de la del entorno.

Indudablemente si se pasa cerca de Nerja una visita a Sollun es imprescindible para un aficionado a la buena gastronomía. Quintanilla es un cocinero con muy buena técnica, ideas, inquietudes y que además maneja los productos y platos locales junto a platos de otras gastronomías con soltura. No puedo más que recomendarlo sin duda alguna y desearle lo mejor.

Y como dije en mi crónica del Aponiente de El Puerto de Santa María: lástima que nos quede un poco lejos.


Nota general: 8

Emoción: 9


Sollun

Almirante Ferrándiz, 53, Nerja (Málaga)
952 525 982 www.sollunrestaurante.com

toni