miércoles, enero 15, 2014

Narcissus Fernandesii Restaurant (Vila Viçosa, Alentejo, Portugal)





El restaurante Narcissus Fernandesii se encuentra en el hotel Alentejo Marmoris situado en la villa ducal de Vila Viçosa a poco más de media hora de Badajoz. Es un hotel con spa inaugurado recientemente y el restaurante está comandado por el chef Pedro Mendes





En el luminoso comedor destacan las columnas doradas y la ventana que se abre a la cocina pudiéndose ver a la brigada en plena faena, algo que a mí personalmente no me gusta.







Mientras hojeábamos la carta nos pusieron unas sabrosas mantequillas, entre ellas de chorizo y de hierbas. 




 

 Una vez pedida la comanda llegó un aperitivo que consistió en una crema de aligote con migas muy rico para abrir boca.





Como no queríamos llenarnos demasiado, solo pedimos un entrante a compartir aunque no sabíamos que iba a ser tan parco. Fueron unas albóndigas de “farinheira” con bellota y compota de cebolla roja, 10€. Exageradamente caro. Es lo que se ve en la foto: 3 albóndigas nada más. Sí, estaban muy buenas, con el sabor intenso de la “farinheira”, embutido típico del norte de Portugal, y la bellota y muy bien suavizado todo por la compota de cebolla, pero por ese precio podrían ofrecer algo más y no dar tan mala imagen de entrada que la materia prima no es trufa precisamente.
Para los principales nos sedujeron más los platos de carne. No se aprecian bien en las fotos porque los platos aunque muy bonitos no son los más adecuados para apreciar la comida que viene en ellos.

 
 
Magnífico el carré de cordero con reducción de vino de Oporto, habas con chorizo y croqueta de patata, 22€, con una carne de cordero excelente, perfectamente hecha, guarnecida por el salteado de unas ricas habas verdes con chorizo y con la guinda de las croquetas de patata. Muy bien.




Pero incluso mejor estuvieron las plumas de cerdo alentejano con carnes ahumadas, patatas fritas con encurtidos y mostaza de Dijon y almejas a Bulhão Pato, 20€. Revisión en clave actual de un plato típico alentejano como es el “porco à alentejana” al que al cerdo se le añaden almejas. Riquísima la combinación de las plumas con las carnes ahumadas en forma de redondo con el conseguido contrapunto de la especie de vinagreta con los encurtidos y mostaza y el añadido de las almejas. Estupenda puesta al día del recetario regional.


 
Los postres están divididos en dos tipos: “De inspiración conventual” y “Lo que el dulce nunca amargó”.  Pedimos uno de cada apartado. Difícil escoger qué parte del semifrío de requesón de oveja, dulce de calabaza y helado de frambuesa con vino de Oporto,7€, estaba mejor. Muy bien.




No le anduvo a la zaga la miel y la nuez con helado de dulce de huevo y naranja de Vila Viçosa, 7€, donde la miel y la nuez venían en forma de galletas, pero no crujientes sino con una textura más blanda pero en todo caso muy ricas. También muy bueno el helado de dulce de huevo con el refresco de la naranja. Buen nivel en los postres.


No vimos la carta de vinos ya que tomamos solo agua Luso, 4€. Carísima. Un litro de agua, 4€, ya está bien cobrado.

El pan de tres tipos distintos, alentejano, de pasas y de aceite, muy bueno y además servido sin escatimar. Viene en el concepto de “cubierto” por 1,75€ c/u que en este caso al revés que el agua y los cafés nos pareció barato. Sorprendentes oscilaciones de precios.


Como comentaba, tomamos café al “bonito” precio de 3€. Vale que sea el restaurante de un hotel de 5 estrellas, que la vajilla fuera muy moderna, que el servicio sea refinado, pero que cueste un 328,57% más que en la cafetería más cara en muchos kilómetros a la redonda sin ser de mayor calidad no tiene justificación posible. Detalle a corregir urgentemente.

El servicio, voluntarioso pero apresurado y bastante liado. Menos mal que en total solo estábamos 3 mesas de dos personas que si lo llegan a tener lleno no sé lo que hubiera pasado. Igual se puede aplicar a la cocina puesto que fuimos los primeros en sentarnos a comer y salimos 2 horas después con solo 6 comensales en total de los que los dos que llegaron después que nosotros solo comieron un plato. Un restaurante de estas características y precio, comparado con su entorno, no debe tener estas demoras.

La web del hotel es bastante completa aunque del restaurante solo hay información genérica y falta la carta y más detalles.

Un consejo que les daría es que pusieran la carta en el exterior del local ya que solo la tienen en la puerta que comunica con los salones interiores. Sin carta, y precios, muchos comensales que no estén en el hotel pueden no llegar a decidirse a entrar.

Si miramos solamente lo degustado, el restaurante Narcissus Fernandesii dio un buen nivel y más teniendo en cuenta el poco tiempo que lleva abierto. Buena cocina regional actualizada con producto de primera y respetuosamente tratado. En cambio si nos fijamos en otros detalles como son algunos de los precios y las mecánicas de servicio y cocina, podríamos afirmar que el margen de ajuste y mejora es amplio.
De todas formas, pienso que mejor nos quedamos con la primera parte del comentario, por lo que es una visita recomendable y más en un país y una región que no andan sobrados de restaurantes que se atrevan a innovar aunque sea con la base de la cocina regional.


Narcissus Fernandesii

Largo Gago Coutinho, 11, 7160-214 Vila Viçosa, Portugal
351 268 887 010   www.alentejomarmoris.com

miércoles, enero 08, 2014

Aldebarán (Badajoz)




Aldebarán es uno de los restaurantes emblemáticos de Badajoz y podríamos decir que de toda Extremadura. Abierto en 1991 por el chef Fernando Bárcena, antiguo jefe de cocina de Arzak, está situado a las afueras de la ciudad en la urbanización Guadiana, muy cerca de los principales hoteles pero tal vez algo alejado del centro urbano. Tiene como segundo jefe de cocina a su hija Ainhoa que fue la que nos tomó la comanda.

Habíamos estado con anterioridad hace justo 8 años y ahora observamos que en la parte de abajo del local han habilitado una pequeña barra con unas mesas, supongo que para básicamente tapear aunque también ayuda a las personas con movilidad reducida ya que el principal comedor está en la parte de arriba y hay unas empinadas escaleras para acceder a él.
 
Algo que nos había sorprendido mucho es que nos comentó la recepcionista del hotel que tenía entendido que el restaurante estaba a punto de cerrar sus puertas definitivamente. Desconocemos el hecho pero sí observamos algún detalle con la carta de vinos que no augura un buen desenlace.

El comedor sigue igual que antaño y sigo pensando que el color rojo dominante es algo excesivo y da un ambiente que puede recordar a otro tipo de locales…
 
Una pena es que solo cenamos otra pareja y nosotros aunque en la parte de abajo había más clientes tanto a nuestra entrada como a la salida. Un 4 de enero probablemente no sea una buena fecha después de todos los excesos navideños pero no dejaba de ser sábado noche y en una ciudad de un tamaño ya considerable como Badajoz.

Como aperitivo de la casa nos pusieron una crema de verduras que no probé porque ya como verduras en casa todo el año y mucho más de lo que me gustaría.



Esa noche no teníamos un apetito excesivo por lo que solo pedimos un entrante a compartir que fue su famoso arroz de ibérico, 14,73€, emplatado para dos sin cargo extra. Sabor intenso de un arroz bien ligado y en su punto.




 
Para los platos principales nos decidimos por la carne. El solomillo de retinto con salsa de uvas y crema de alubias, 26,57€, no fue una ración abundante pero estaba perfecto de punto, sabrosa la carne y acompañada de una sala de uvas algo suave y la crema de alubias con algo más de sabor. Clásico pero bien.




 
El otro plato fue un solomillo de ibérico al curry, 20,02€. También bien de punto y de sabor con un toque de curry en su justa medida. También bien.

No pedimos postre.


  

Para beber tomamos un tinto extremeño, Viña Puebla Selección 2008, 15,93€. La carta de vinos tenía fecha de 2008 y de un vistazo parecía que las añadas estaban anticuadas. Además nos chocó que al tomarnos la comanda nos dijeran que “estaban reorganizando la carta” y que qué tipo de vino queríamos. Ninguno de los extremeños que pedimos los tenían y acabamos con el que apunto. Malos presagios para el futuro augura.




El pan mejorable y el servicio correcto aunque no tuvieron precisamente demasiado trabajo. Por lo menos ya no tenían el servicio femenino malencarado y con uniformes de un Parador de los años 70 que encontramos en nuestra anterior visita. Un detalle muy poco, por no decir nada, visto en España es que no cobraron ni el pan ni el cubierto. Todo un milagro.

La página web tiene un diseño algo anticuado, pero la prefiero 1000 veces más que esas webs con flash, animaciones y tonterías pero que en el fondo no informan de nada. Esta sí informa bien de la historia, situación, fotos, etc y además tiene la carta, que aunque no está totalmente actualizada sí te hace tener una clara idea del tipo de restaurante que te vas a encontrar.

Esperemos que el cierre no se llegue a producir. Sería una pena que despareciera un restaurante clásico en el que se come bien y que ha servido como escuela a muchos cocineros punteros extremeños. Probablemente tardemos bastantes años en volver por Badajoz pero sería muy agradable volver a visitar este restaurante.

Aldebarán

Avenida Elvas, S/N (Urbanización Guadiana), 06006 Badajoz
924274261  www.restaurantealdebaran.com