sábado, diciembre 13, 2014

Aubergue du Cheval Blanc (Bayonne, Francia)



Hace pocos días que salió publicada la nueva edición de la Guía Michelin y como siempre, vino acompañada de todo tipo de comentarios y opiniones sobre la cicatería en su concesión de estrellas a la cocina española y sobre el criterio de sus inspectores. No voy a entrar en ese debate pero sí quiero hacer una pequeña puntualización y es que por experiencias pasadas y por la que voy a relatar seguidamente, está claro que restaurantes con estrella en Francia como éste que voy a comentar dudo mucho que ni siquiera vinieran recomendados en la guía si se encontraran en España o en cualquier otro país.

Se trata de Aubergue du Cheval Blanc que está en funcionamiento desde 1959 aunque ya desde nada menos que 1715 existía una estación de correos en el lugar. El responsable de cocina es Jean Claude Tellechea que consiguió la preciada estrella en 1995 además de dos Toques de la guía Gault et Millau.

Algo que me gusta mucho de los restaurantes franceses es que suelen tener varios menús que se pueden formar con platos de la carta por lo que si pides entrada, plato y postre sale así más económico que si no hubiera menú. Algo que podrían copiar los restaurantes españoles que lo único que ofrecen es el manido menú degustación que incluso algunos llevan al extremo de ser menú único.

Nosotros pedimos el menú “Entre amis” que por 44€ ofrecía entrada, plato principal y postre, como ya comenté a escoger de la carta.


 

Como aperitivo de la casa nos pusieron una  crema de pescados y mariscos que no probé pero me comentó mi mujer que era de las mejores que había probado en mucho tiempo.




Hay que hacer una pequeña crítica, por lo menos por mi experiencia, gastronómicos franceses, a la hora de los entrantes no les sacas del foie gras, las vieiras, las ostras y el bogavante. Aquí ofrecían algo más y aunque nosotros escogimos el típico a que en muchos restaurantes foie gras de las Landas cocido al natural con higos asados. Bien sin más y sin ir más lejos inferior al comido hace unos días en el Avenue de Lisboa.



El otro entrante fue un prensado de trucha de Banka, foie gras y peras reducidas con Oporto. Si lo hubieran servido esperando un poco más y no recién sacado del frigorífico se hubieran apreciado mejor los sabores ya que nos pareció una buena combinación un pescado con poca grasa con el foie gras y el toque dulce de las peras. De todas formas tampoco es un plato que quede en el recuerdo.


 Para los platos principales nos decidimos por la carne. El parmentier de Xamango con jugo de carne trufada nos pareció cercano a la tomadura de pelo. El xamango es como llaman en la zona al jarrete del jamón de Bayona y en este caso venía en una cantidad minúscula sepultada en una montaña de puré de patata además de formar todo un conjunto insípido. Hacía tiempo que un plato nos dejaba tan descontentos.



Mejor estuvo, aunque eso era fácil, el solomillo de ternera con trompetas y pimientos del piquillo y jugo del guiso. Carne de calidad, perfecta de punto y bien acompañada. Nada  sorprendente pero por lo menos bien hecho.






Los postres retomaron la mala senda. La tartaleta de limón, pasas y nueces fue un monumento a lo anodino. Insípida totalmente. Poco más que decir…




 
No fue mucho mejor la cúpula de chocolate negro y blanco, cremoso de limón verde y sorbete de marfil. La cúpula  de chocolate parecía sacada del lineal de un supermercado y de lo demás no merece la pena comentar nada de lo mediocre que era. Mal.





La carta de vinos impropia de un restaurante con pretensiones. Muy poca variedad de zonas y cantidad de vinos. Tomamos un Pessac-Leognan, Château Rochemorin 2008, 43€, marcado lo normal..., el triple de lo que cuesta en tienda.





 Las copas, penosas como se puede ver. Ni en una vinatería de cuarta las ponen así.

El pan, malo, con el buen pan que suele haber en Francia. El personal de servicio correcto, aunque seguimos esperando por la jarra de agua…

La web de restaurante está bastante bien, además de traducida a varios idiomas pero podían fijarse un poco en que no coinciden las cartas en francés y en español.



Hacía tiempo que no nos dolía tanto gastar 131€ en un restaurante. Como decía al principio, un sitio así probablemente en otro lugar que no fuera Francia ni siquiera vendría reflejado en la guía y mucho menos tendría una estrella Michelin. O si le damos la vuelta al argumento, si este restaurante merece la estrella bastantes en otros sitios la merecerían. Pero como dice un bloguero y tuitero al que sigo, es su guía y en la Michelin dan las estrellas a quien les da la gana. Faltaría más.

               
Aubergue du Cheval Blanc

68 Rue Bourgneuf, 64100 Bayonne, Francia
+33 5 59 59 01 33   www.cheval-blanc-bayonne.com

lunes, diciembre 01, 2014

Assinatura (Lisboa) 2014




Segunda visita al restaurante Assinatura casi cuatro años después. De aquella al mando de los fogones se encontraba Henrique Mouro y en la actualidad es Vitor Areias quien detenta la responsabilidad.

La sala sigue exactamente igual que la vez anterior con el típico estilo de mesas muy juntas que se estila en muchos países aunque esta vez a nosotros nos tocó una de las mesas centrales. Decir que esta noche solo tuvieron medio aforo, raro para ser sábado noche, al contrario que la vez pasada.



 

La carta, como en el restaurante de la noche anterior, con tres entrantes, tres pescados y tres carnes, dos menús degustación y curiosamente también un menú vegetariano.
 




También curioso es que de aperitivo nos pusieron algo muy parecido a la otra vez corteza de cerdo con buey de mar, que no probé pero gustó a mi acompañante. También un plato de aceite del Alentejo de notable nivel. Decir que esto no es gratis ya que por el concepto de aperitivo cobran 4€ por persona, aunque el pan va incluído.
 

 
De entrantes esta vez pedimos dos. Uno fue la morcilla con membrillos y cebollinos en un caldo anisado, 12€, al que solo se le puede criticar lo parco de la ración porque el conjunto de una rica morcilla, muy fina, con el toque agridulce del membrillo y los cebollinos y la aportación punzante del caldo anisado resultó estupendo y muy armónico en el paladar. Excelente.



 
De notable alto también  el lomo de borrego con ensalada tibia de granada, 14€, que aparte de tener una cantidad más normal que el otro entrante resultó de una carne potente pero elegante y muy bien acompañada de la frescura y leve dulzor de la ensalada de granada. Un acierto.

 

 
Para los platos principales volvimos a escoger carne. Algo alto de precio pero excelente el cordero lechal con salsifí glaseado y pimentón casero, 32€, bien de punto, de fantástico sabor con el toque ligeramente amargo del salsifí que combinó muy bien con el del lechal y todo ello alegrado con el pimentón. Un platazo.



 
El otro plato fueron unas plumas de cerdo ibérico con pera glaseada con miel y romero, 26€. También bien conseguido el punto de la carne y sabrosa aunque la pera glaseada con miel les quedó algo dulzona aunque nada que estropeara el sabor principal. Bien.



 
Esta vez solo pedimos un postre y la verdad es que podríamos habérnoslo ahorrado ya que el helado de chirivía, chirivía glaseada con nueces y hierbas anisadas, 8€, resultó plano, sin apenas sabor, no encontramos el dulzor por ninguna parte y ni siquiera estaban demasiado presentes los propios toques anisados de la chirivía ni de las hierbas. Postre realmente extraño.




La carta de vinos, corta pero con vinos notables. Tomamos un magnífico Douro, Passadouro Reserva 2011, 49€.  También sendas copas de un moscatel dulce de Herdade de São Miguel, 6€, servido en una cantidad casi ridícula y más viendo el precio. Además, reitero el fallo de no tener una carta de vinos dulces por copas. Detalles ambos a mejorar.

El personal de servicio, en general profesional, aunque se le notó demasiado las ganas de colocarnos el vino dulce al final.

La página web, magnífica, con toda la información necesaria e incluso hasta la carta de vinos aunque con añadas algo desfasadas. Además la tienen traducida a varios idiomas incluido el español. Ejemplo que deberían tomar muchos restaurantes para sus webs.

En general salimos satisfechos obviando el postre. Areias realiza una cocina basada en la tradición portuguesa pero actualizada y por lo probado, con gran importancia del producto de calidad. Sin duda cocina “con cabeza” y que tiene todos los mimbres para gustar a casi todo el mundo. Además, estando en el centro de Lisboa, no queda duda de que es una dirección imprescindible de la capital lisboeta.


Assinatura

Rua do Vale de Pereiro, 19, 1250-270 Lisboa, Portugal
351 21 386 769  www.assinatura.com.pt/index.php/es/