lunes, diciembre 24, 2012

Pagos de Villavendimia Finca Matea 2009







Me enfrenté a esta botella con la habitual prevención que guardo ante los habituales vinos que me dejan para probar en Naguar: temiendo por mi hígado, sin esperar gran cosa. Botella anodina. Etiqueta pobre.: Pagos de Villavendimia. Finca Matea.  Blanco (oh, no!), sabéis que al sur de los Pirineos ,  fuera de Galicia, poco me interesa. Lo huelo, y  me extraña, limpieza aromática, intensidad, conjunción , ¡barrica integrada!(cedro), ligeras y agradables notas oxidativas, junto con frescas notas cítricas, seguidas de otras otoñales  (avellanas), dejes de lías,……busco por algún lado de la botella si existe algún franchute infiltrado, pero nada (no tiene siquiera contraetiqueta),….bueno, los vinos son para beberlos, a la boca, y la sorpresa sigue en aumento: vigoroso, amplio, puro, acidez tensa, algo untuoso, con un leve amargor que sujeta el largo postgusto. Se notan levaduras y lías, pero el vino sobresale de ellas con facilidad, mostrando una riquísima paleta de sabores.  Es un 2009 y aún tiene vida por delante. Viendo que a lo mejor escribo sobre ello, le doy al google y aparece que está hecho de…¡verdejo!.  Resulta que la uva que más he odiado ha sido la protagonista del vino hispano que más me ha acercado a Borgoña en tiempos.¡marrrditos prejuicios!¡ cada vez sé menos de esto!.
Diletant points:86
PD.- Por lo visto, este vino se elaboró en una producción de 780 botellas con vides de 30 años de La Seca, Rueda. Es difícil de encontrar, y en precio debe andar en España, echando un ojo en wine searcher, por los 12-13 euros tienda. Si lo encontráis , los vale sobradamente.

viernes, diciembre 14, 2012

El Corral del Indianu (Arriondas, Asturias), por Toni



 Si hay dos restaurantes sobre los que se ha hablado largo y tendido en este blog, uno es Ca Suso, flamante Sol Repsol,  y el otro El Corral del Indianu. No en balde, son probablemente nuestros restaurantes asturianos favoritos, cada uno en su onda y nivel, pero sin duda los más apreciados por los que firmamos y firmaban y probablemente por algunos de los que escriben habitualmente en el foro.

En cambio yo nunca había posteado nada de ninguno de los dos restaurantes así que llegó la hora de empezar con El Corral del Indianu.


Dicho esto, el que ha tenido el valor y la paciencia de seguir mis post sabe que no me caso con nadie y si hay que criticar se critica y si hay que hablar bien se habla, como es en este caso.

Como ya se ha hablado largo y tendido aquí y en blogs amigos paso directamente a reflejar que tienen dos menús degustación. El largo de 77€, IVA incluído, y otro más corto que se denomina Yantar de El Comercio, 40€. Éste tiene una sensacional relación calidad/precio ya que prescinde de un entrante, el pescado y un postre con respecto al menú largo, pero en cambio cuesta casi la mitad. En estas fechas se pueden ver menús para cenas de empresa que se acercan en precio a éste de Yantar y que leyendo su enunciados entran ganar de salir corriendo y no parar hasta Vladivostok.


 Antes del servico propiamente dicho, nos pusieron un aceite de oliva virgen extra de Canena y tres clases diferentes de sal. El pan hecho en la casa de excelente factura y sin escatimarlo ni cobrarlo como en otros sitios  hacen cuando pides el menú, por muy degustación que sea.


Comienza con cuatro apertitivos. Totalmente adictivos los bombones de Cabrales y manzana asada con chocolate blanco, bocado que llama a comer otro y otro y otro si se pudiera. Realmente sabrosa la combinación de asturianía con el añadido del chocolate en el que la potencia del queso no pierde al enfrentarse al dulzor de la manzana y el chocolate.



 También muy rica la croqueta cremosa de ibérico, que al igual que los bombones llama a comer una segunda.



 En el tortu con guacamole y cebolla marinada, sorprende lo bien que armonizan el maíz, la cebolla y el guacamole, aunque ya no llama tanto a repetir, no porque no esté muy bueno sino porque aunque no sea grande es un bocado con peso.





Finalmente el último entrante fue el tembloroso de "Rey Silo", frutos secos, toques picantes y anchoa, que tal vez fue lo que menos me llamó la atención del menu a pesar de la magnífica armonía del potente sabor del queso con el toque salado de la anchoa y el punto de amargor de los frutos secos.




 A partir de aquí llegaron lo que denominaríamos platos principales. No probé el bocarte marinado, algas y sopa de misho-nécoras, pero mi mujer comentó que era un excelente bocado con todal sabor marino y con la sopa de misho-nécoras contenida y perfecta para no matar el sabor del bocarte.

 Conmigo tuvieron el buen detalle, que no tienen en algunos restaurantes ni mucho menos, de cambiarme el plato anterior por un clásico de El Corral: ternera ecológica asturiana atunizada con salsa de anchoas y alcaparras, que lo único malo que se puede decir de ella es que se come en un visto y no visto. Excelente.




Después llegó uno de los platos que no pueden faltar nunca en El Corral junto con el pote: fabada, sabores de antaño, texturas de hoy. Extraodinaria. No soy habitualmente un gran fan de los platos de cuchara, pero de esta fabada y el pote de esta casa soy un converso total, tanto que la próxima vez que vaya obviaré el menú degustación y tomaré alguno de estos, o los dos.


El último plato salado fue el gochín astur-celta ecológico tostado, jugo de cebolla roja y enchilada. El punto de la carne simplemente perfecto, se deshacía en la boca, y el sabor del cerdo potente e incisivo bien acompañado por el jugo de cebolla y enchilada.




Para acabar llegó la tarta cremosa de manzana con helado de romero. Hacía mucho que no comía una tarta de manzana tan buena, sin empalagos y perfectamente flanqueada por el frescor de un gran helado de romero. Aquí tuvo la casa un excelente detalle que fue invitarnos a tomar con la tarta sendas copitas de PX Noé, que no es precisamente barato.




 Como me quedaron ganas de algo más de dulce también tomé otro postre que fue el chocolate frito, excelente de textura y sabor con la presencia de un buen aceite de oliva.




Para acompañar la comida tomamos un Champagne Camille Savès Grand Crû 2002, 38,40€ y una botella de agua, 3,41€. Con los excelentes cafés,  2,64€ c/u, nos trajeron unos ricos petit-fours, sobre todo los bombones.

El servicio comandado como siempre por Yolanda, impecable.

Como decía nuestro antiguo compañero Jorge Díez en su último post sobre El Corral en Gastroerrante, no puedo ocultar mi debilidad por esta casa y a pesar de que la visito mucho menos de lo que debiera y me gustaría, no recuerdo que me fallara nunca ni de altibajos en su propuesta. Campoviejo sigue en forma. Además, creo que este menú que degustamos es todo un chollo en ralación calidad-precio, ya que por 40€, difícil pedir más.

Es evidente que lo recomiendo absolutamente y espero tardar poco en volver.


El Corral del Indianu

Avdenida de Europa, 14, 33540 Arriondas (Asturias)
985 841 072  www.elcorraldelindianu.com

jueves, diciembre 06, 2012

Andere (Vitoria), por Toni



Si en el post anterior decía que el Ikea es uno de los restaurantes emblemáticos de Vitoria, lo mismo se puede aplicar al Andere ya que lleva abierto nada menos que desde el 31 de Marzo de 1976 y por lo visto en su web ha llegado a tener 1000m2 de superficie de insatalaciones.

Tienen como chef colaborador a David Yárnoz del restaurante navarro El Molino de Urdániz. Ojeando la carta vemos que siguen en los viejos tiempos y no tienen los precios con el IVA incluído.




 Como apertivo de la casa nos pusieron una crema de limón con espuma, rica, pero creo que no muy adecuada al principio de la cena.

 Para los entrantes nos decidimos por dos que ya habíamos probado hace años en El Molino de Urdániz aunque con alguna diferencia. La presa iberica cocinada como antiguamente, brotes y crema  de parmesano, media 10,45€, se diferenciaba de la del Molino en que allí venía con un extraodinario helado de parmesano en vez de la crema. El resto era muy parecido, si la memoria no me falla, con la presa presentada más o menos en plan roast-beef. Bien.


Mejor estuvieron las sardinas cocinadas en humo de haya, sobre un trazo de encurtidos, anchoas, olivas negras, germinados de lenteja y cebolleta asada, media 9,35€, que nos gustaron igual que antaño con las sardinas muy poco hechas que armonizaban perfectamente con todos los acompañantes. Estupendo.


Estuvimos dudando pero al final nos decidimos también por la carne para los platos principales. La pieza de cochinillo, tallos de puerro y miel, 26,40€, nos explicaron que estaba hecho a baja temperatura, 65 grados, pero les quedó un pelín seco. No es que estuviera mal pero sí mejorable el punto.




El otro plato fue ternera glaseada, acompañada de una polenta cremosa y crujiente de parmesano, 17,60€. Unas carrilleras, sabrosas al igual que la crema de polenta y acompañadas de unos crujientes de parmesano casi adictivos.







Esta vez llegamos al postre. Nos fue recomendado especialmente el irlandés de cuchara, 7,15€, y doy fe de que estaba muy rico. Una especie de deconstrucción del café irlandes bastante lograda.












También estuvo bien el  helado y galleta rota de café con diferentes aromas de naranja, 7,15€, aunque algo más convencional.



 
La carta de vinos en una onda muy clásica y con precios aceptables para lo que se estila habitualmente. Tomamos un Viña Ardanza 2001, 31,90€. Lo que deberían urgentemente actualizar son las copas, peores que las de muchas vinaterías de segunda. El pan, 2,20€ c/u.

Una pena fue la desolación del comedor. Sábado noche con tiempo templado, ciudad grande y con nivel como Vitoria, y cenamos solos. Triste.

El personal de servicio, veterano y competente. Al final de la cena nos estuvieron enseñando los comedores y el jardín Begoña que tienen en el interior.

La sensación general fue satisfactoria. En la carta se juntan las dos tendencias, clásica y moderna por lo que la elección es variada. No se hasta qué punto se aceptará la parte moderna ya que viendo las intalaciones me da la impresión de que viven mucho más de las celebraciones que del comedor, aunque tiene pinta de ser restaurante más de comidas que de cenas. Sin duda, una visita la merece.


Andere

C/ Gorbea, 8 - 01008 Vitoria
945 214 930 www.restauranteandere.com