Una de las cosas por las que me gusta ir a grandes ciudades
como Madrid, es por la enorme oferta gastronómica de la que disponen, imposible
de encontrar en ciudades más pequeñas. Un claro ejemplo es StreetXO, el apéndice
del afamdo y reconocido restaurante DiverXO, de Daviz Muñoz.
StreetXO se encuentra en el espacio Gourmet Experience de El
Corte Inglés de Callao, abierto a finales del año 2012. La verdad es que da la
impresión de que no pega allí ni con cola ya que parece uno de esos restaurantes
de cocina callejera que se pueden ver en Asia. Esto lo digo por lo visto en
televisión ya que no he tenido la suerte de visitar el continente asiático.
Leí sobre StreetXO que era la estrella del Gourmet Experience
y el local que más gente atraía. No lo pongo en duda en general pero en nuestra
visita fue precisamente el local menos concurrido de todos y con diferencia.
Desconozco los motivos de ese día en concreto pero después de un buen rato allí
me los puedo imaginar. Primero, la propia oferta gastronómica poco accesible en su
concepto para mucha gent. Durante nuestra comida vimos desfilar a un montón de
personas que se paraban a hojear la carta y que luego se iban. Incluso escuchar
a alguna comentar algo así como: "Qué cosas más raras tienen aquí. Vamos al
mexicano.!".
Otro handicap es que no tienen asientos y hay que comer de
pie, y otro es que por lo menos durante nuestra estancia, hacía un calor
considerable y eso que nos pudimos poner en la zona exterior de la barra. Cuando
entré hacia el interior para coger una de las hojas que tienen como carta
comprobé que hacía un calor de camiseta y bermudas, incompatible con la
comodidad que requiere comer y más estando de pie. Es el problema que tiene una
barra que rodea la cocina.
Por lo que nos contaron, muchos de los platos están pensados
para comer con las manos, pero disponen de cubiertos de plástico en la barra
para quien lo desee. No olvidemos de que se trata de un local de comida rápida,
aunque viendo las preparaciones yo no lo diría tanto.
Pedimos tres platos y comenzamos con el cocido "Hong-Kong -
Madrid" con tamarindo al carbón, taro y chiles escabechados. 9,50€. Uno que no dejará siempre de ser un diletante en esto del comer, me resulta difícil
comentar algo sobre composiciones tan "atómicas" y con ingredientes casi
desconocidos. Era más o menos un caldo del cocido sobre el que ponían unas
empanadillas rellenas de pollo o gallina, no sabría decirlo, con el toque
picante de una salsa de chiles que unido al sabor agridulce del que supongo son
responsables el tamarindo y el taro, componían un bocado excelente con una
paleta de sabores absolutamente original. Excelente.
Seguimos con los ñoquis de arroz glutinosos con boloñesa con
chorizo ahumado de León y jugo de mandarinas. 12€. Los ñoquis de excelente
textura, llevan una estupenda boloñesa con carne de cerdo y chorizo picante, que
el camarero que acababa y explicaba el plato nos contó que trañia de su pueblo,
La Robla, el toque agridulce del jugo de mandarina y coronado por unos fideos de
corteza de cerdo y albahaca espolvoreada. Contundente pero para comer media
docena seguidos. Muy bien.
Y acabamos con el espeto de pollo pekinés y bonito ahumado,
tobiko y yoghout pasión-5 especias chinas. 12€. El pollo a la plancha muy
especiado con el tobiko y
coronado por lascas de bonito ahumado que al contacto con el calor del pollo se
expandían y parecía que estaban vivas, todo ello aligerado con el yoghourt
agridulce. Otro plato estupendo.
Para beber tomamos cerveza, 3€, carillas y más al no estar
muy frías, normal con el calor que hacía. Tenían varios vinos por copas, casi
todos tintos que no me parecen los más adecuados a este tipo de comida.
Desconozco si tenían carta de vinos.
Como decía antes, un diletante en esto del comer queda descolocado
ante este tipo de cocina fusión, más bien ultrafusión, de la que me cuesta
hablar ya que carezco de referencias. Pero al final lo importante es lo que hay
en el plato, o en el mantel-servilleta de papel parafinado en algún caso, y
estos tres ejemplos son absolutamente convincentes, tanto que su casa matriz
DiverXO se convierte en objetivo para el próximo viaje si es posible ante los
llenos que registra al parecer desde hace tiempo. Pero si se pasa por la zona de
Callao sin importar la hora porque está abierto todo el día, no cabe duda de que
StreetXO, a pesar de las incomodidades comentadas, es de obligada visita para un
aficionado a la gastronomía que quiera probar cosas diferentes.
StreetXO
El Corte Inglés de Callao (Madrid)