martes, julio 30, 2013

Casa Nestor (Luanco, Asturias), por Toni



 
 Casa Nestor es un emblemático restaurante luanquín con una larga historia que se remonta a 1932. Como en otras ocasiones recomiendo, para quien esté interesado en los detalles de su historia, mejor que copiar y pegar es pasarse por la web y leerlos.


 Una vez acomodados en las amplias mesas, un sueño para un restaurante al norte de los Pirineos, y pedida la comanda, nos trajeron de aperitivo de la casa una bandeja con arroz negro, el cual no probé pero que no tuvo demasiado éxito visto que no se llegó  a acabar.
 
Decir que los precios de carta tienen el IVA incluído algo que afortunadamente y aunque costó, va convirtiéndose cada vez más en la norma en lugar de la excepción como hasta hace no tanto.



Pido disculpas por la calidad de las fotos que fueron tomadas por un móvil y no precisamente de última generación.

El primer entrante fueron unos fritos de pixín, 24€, que estando bien no se van a los primeros puestos de la lista de los probados hasta la fecha. Además, ojo al precio: 24€ por 6 unidades. Alguna más hubiera quedado más acorde con el precio.



Continuamos con unas almejas a la marinera, 22,50€, con buena materia prima y una salsa muy lograda. De lo que más gustó.

Para los platos principales nos decidimos todos por los productos del mar. La lubina a la naranja, 28€, es un clásico de la casa que recuerdo haber comido hace unos cuantos años. Precios severos dada la coyuntura, pero hay que reconcer que la materia prima era de primera y aquí sí que no estaba escatimada, además de bien conseguido el punto del pescado. Un único pero sería  para la salsa a la que le vendría mejor algo menos de harina y como presentación del plato, no cubrir el pescado completamente con la salsa, que es algo de hostelería de los años 70/80. 

Puntualizar que las fotos son de los platos con el primer emplatado hecho por la camarera. Como mínimo otro tanto quedaba en las cazuelas que venían de la cocina.


 

También muy ricos los lomos de pixín con patatas panadera, 27€, sencilla preparación pero más que adecuada para dejar expresarse al producto, y vaya que si lo hacía.

 
También probamos el bonito al salmís, 22€. Es una receta que le viene como anillo al dedo al bonito con el potente toque de la nuez moscada y el chocolate. Lo único que yo cambiaría sería el punto del bonito, algo más hecho de la cuenta para mi gusto y el baño de salsa en la presentación.





Por último unos calamares de potera en su tinta, 25€, que cosecharon grandes elogios además de ser una generosa ración.




Como llegamos a los postres ligeramente forzados, solo se pidió  helado de yogur con mango, 6€, refrescante aunque el mango es una fruta que empalaga un poco.




Para beber tomamos un Luis Alegre Crianza 2009, 15€ y un Blanco Nieva Pie Franco 2012, 17€. La carta de vinos mucho más reducida que la que viene en la web. No lo se pero tiene toda la pinta de que la han tenido que reducir porque muchos de los vinos no los debían vender ni rogando, tampoco demasiado extraño viendo el tipo de clientela que tenían el día que fuimos, y lo que había en las mesas, nada proclive a priori a pedir algo que se salga del ABC.

El cubierto lo cobraron a 2€ p/p. Ojo a la cubertería ya que tuvimos que pedir que cambiaran al gún cubierto y alguna copa con deficiencias en la limpieza. El pan mejorable y el personal de servicio correcto pero algo descordinado entre ellos. Estuvieron un rato, uno poniendo  la mesa auxiliar y otro quitándola.

En resumen fue una buena comida en conjunto, olvidándonos de algunos precios, aunque con algunos detalles ya comentados a mejorar. Este tipo de restaurantes no los frecuentamos mucho en la actualidad estando en la tierra ya que exceptuando comidas familiares, para este tipo de preparaciones sencillas ya nos las hacemos nosotros en casa, no digo que mejor, pero sí evidentemente más barato. Pero para quien no pueda o quiera hacerlo en su casa, Casa Nestor no hay duda que hace una cocina de producto, honesta, sencilla, sabrosa y placentera que va a lo seguro y no defrauda al cliente clásico y poco dado a las modernidades. 


Casa Nestor

Conde del Real Agrado, 6
33440 Luanco (Asturias)
985 880 315 www.casanestor.com

lunes, julio 15, 2013

Casa das Pipas - Quinta do Portal (Celeirós, Douro, Portugal), por Toni

 
Quinta do Portal es una bodega de vinos de Oporto y del Douro situada en el pueblo de Celeirós, a poca distancia de Sabrosa, pueblo en el que nació Magallanes. Al hilo de esto es curioso que en Sabrosa hay unas cuantas placas diciendo que Magallanes fue el primer hombre en dar la vuelta al mundo cuando es bien sabido que murió en Filipinas antes de acabar el viaje.

La Casa das Pipas es una "quinta"  destinada a hotel rodeada de viñedos a un kilómetro de la bodega que fue donde nos hospedamos. También dispone de restaurante en un edificio aparte a la entrada de la finca. Lo mejor del hotel son las vistas, el paseo por los viñedos y la tranquilidad nocturna, pero por el precio que cobran, la habitación es manifiestamente mejorable, ojo a la mesa de la televisión, y no digamos nada del desayuno, lo más raquítico que he visto en años. El paquete turístico verano, 190€/noche.


 En el paquete turístico estaba incluída la visita a la bodega. Esta es de factura moderna y está firmada por el reputado arquitecto portugués Álvaro Siza Vieira. Lo malo de estas bodegas modernas es que por muy llamativas que sean por fuera, en el interior vista una vistas todas. Además la visita es bastante raquítica y solo te enseñan los almacenes de envejecimiento de los distintos tipos de vinos del Douro y Oporto. No llegó ni a un cuarto de hora la visita.



Algo mejor estuvo la prueba de vinos. Tuvimos la suerte de que como nos hicieron esperar algo para la visita nos dieron a probar en ese intervalo un excelente Portal Porto Vintage 2003, con amplio margen de mejora pero ya bebible.


 Después de la visita probamos un olvidable Quinta do Portal Colheita Branco 2012 , primo hermano de los típicos Rueda tropicales con platanito. Mucho mejor resultaron los Tawny de 10 años y de 20 años, más frutal e inmediato el de 10 años, más complejo y reflexivo el de 20. Excelentes ambos.





También estaba incluído en el paquete turístico la cena en el restaurante comandado por el joven chef Milton Ferreira. Tiene un pequeño problema la ubicación del restaurante para quien esté alojado sin coche ya que queda a unos 700 metros de la Casa das Pipas por un camino de tierra y sin iluminación por la noche.




El comedor es muy agradable, luminoso y rodeado de viñedos. El personal de servicio debe ser escaso ya que solo vimos a un camarero que se desenvolvió bastante bien.


 Lo primero que ponen es el típico aceite de oliva virgen extra, de la propia Quinta do Portal, de muy buena calidad. Para empezar nos pusieron unos aperitivos consistentes en queso con tomate, jamón con aceituna verde, masa con "cogumelos" y hojaldre relleno de

jamón con tapenade de aceituna negra. Todos muy agradables pero sin mucho que aportar gastronómicamente hablando. El vino que lo acompañó fue un Quinta do Portal Late Harvest 2007, muy notable vino dulce pero que no acabamos de verlo en la combinación con los snacks.


Seguimos con una tosta de queso frito con mermelada de albaricoque y ensalada. El bocado era agradable pero no parece un plato de altura suficente para un menú supuestamente "gastronómico", aunque ya nos hubiera gustado hincarle el diente la mañana siguiente en el desayuno. Hubiera sido mucho más apropiado. La ensalada tenía una pinta un poco triste y falta de aliño. Seguimos con el Late Harvest que en este caso combinaba bastante mejor con la tosta de queso.



En un post anterior sobre las Azores decía que no tenía suerte con los bacalaos en las Azores hasta los comidos allí. El tercer plato fue un bacalao con broa, grelos, tomate y patatas asadas y hay que reconocer que el nivel fue bueno. Bacalao de buena calidad, con las migas de pan de broa espolvoreadas, unos saborosos grelos, con el toque dulce de una buena salsa de tomate y unas notables patatas asadas. Fue lo mejor de la cena con diferencia. El vino que nos  siervieron fue un Quinta do Portal Colehita Tinto 2011, milagrosamente servido fresco. Acompañó bien al bacalao.


 
El postre olvidable. Fue un coulant de chocolate con helado de vainilla. El coulant, obsérvese la foto, tenía todos lo números para ser de los precocinados para la hostelería y el helado de vainilla, muy discreto. Lo mejor fue el Portal Late Bottled Vintage 2008 que nos sirvieron para acompañarlo.



Acabada la cena nos pusieron un espumante rosado indigno del nivel mostrado por la mayor parte de los vinos probados de la bodega.

Habría que ver lo que hubiera resultado una cena que no fuera de la media pensión, pero el nivel general mostrado fue simplemente discreto. No coincidían en nuestra opinión una pareja de ingleses que estaban a nuestro lado que por lo que hablaron con el camarero parecía que habían cenado en El Bulli… 

En conjunto y por el precio pagado no recomendaría este hotel para una visita al Douro. La relación calidad/precio es manifiestamente mejorable.

Casa das Pipas - Quinta do Portal

EN 323 Celeirós – 5060-909 Sabrosa
(Estrada Pinhão-Sabrosa)  www.quintadoportal.com



lunes, julio 01, 2013

Gino's (Centro comercial Nassica, Getafe, Madrid), por Toni

 




Hay un refrán que dice algo así como "al que Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos" que siempre me pareció algo exagerado si se toma literalmente, pero después de que hace unos días buscando algún sitio donde cenar algo mi sobrino se empeñara en tomar una pizza de cuatro quesos y acabáramos en el Gino's del centro comercial Nassica de Getafe, empiezo a pensar que el que lo dijo por primera vez tenía algo de razón.

Aparte del hecho de ser una franquicia, solo con ver el interminable número de mesas al "estilo francés" y lo largo de la carta hace que te ronde la idea de que muy bien no vas a comer ya que es imposible hacerlo bien para tantos cubiertos. Además aquí han batido el record mundial de corta espera para tomar la comanda ya que la moza que nos trajo las cartas no tardó ni medio minuto en venir con la libretina a tomarnos nota.

Como de record mundial fueron las aceitunas aliñadas que nos pusieron de aperitivo, tanto por lo escasas, mejor, como por lo lamentable de su calidad. Extra-cutre sería su clasificación.


La pizza que quería  mi sobrino fue la Bianca Quattro Formaggi: Mozzarella, queso cremoso, azul y cabra, 10,95€, que entra directamente en la primera posición del "hit parade" de peores pizzas que he probado en mi vida. A pesar de que a primera vista la masa tenía buena pinta, en realidad estaba blanda y chiclosa pero peores resultaron los quesos para los que habría que inventar una palabra más contundente que "satánicos". Con decir que el chaval no se comió ni la mitad…


 No mucho mejor resultaron las carnes que pedimos nosotros. Una fue el  Ossobuco con Linguine Verdi: Ossobuco, salsa de carne y tomate con cítricos, pimienta negra, perejil picado con guarnición de linguine. 14,90€. Lo malo de un sitio que aspira a triplicar la ocupación de cada mesa es que te quieren liquidar lo antes posible, pero por lo menos podrían haber disimulado un poco ya que ni cinco minutos tardaron en traer los platos. Ya sé que no se van a poner a estofar el ossobuco al pedirlo pero sí podrían regular el microondas bien, ya que la carne estaba reseca y  amazacotada, a años luz de lo que tendría que haber sido. La salsa evidentemente no arreglaba nada y los linguine, bien, gracias…



Casi peor fueron los Scaloppine di Manzo: Escalopines de ternera con salsa de vino Chianti, limón, tomate y tomillo fresco, acompañados de pasta. 12,25€. La carne tenía una de las pintas más tristes que he visto en mi vida y me hizo añorar la que comíamos en la mili. Se le puede aplicar un comentario parecido al del ossobuco: dura y seca. Ambas carnes con una de las peores relaciones calidad/precio que haya visto en años.



 Para beber nos dio por probar uno de estos espumosos italianos tan de moda en estos sitios. Fue un Sangue di Guida, Oltrepo Pavese D.O.C.,  11,50€, dulzón, empalagoso y perfectamente olvidable hasta el día del juicio final.
Y una botella de medio litro de agua costó la bonita cifra de 1,95€.

Otro detalle curioso y que nunca había visto en un restaurante italiano fue que no nos pusieron pan. Tuvimos que pedirlo una vez servidos los platos. 0,80€ c/u.


Por supuesto, no tomamos postre ni nada parecido y ni siquiera el chaval insistió mucho. Chico inteligente.

Lo asombroso de este garito es que a partir de las 21:30 había unas colas considerables y al paso que iban tenían pinta de cuadriplicar mesas, algo digno de un estudio psicológico al estilo del que también habría que hacer a la clientela de ciertas parrillas asturianas. Y no estoy criticando a los restaurantes de franquicias de comida rápida en general, sino a éste en particular  ya que también estuvimos en un Rib's y las hamburguesas y las costillas que comimos eran bastante decentes dentro de su estilo y se comían con agrado. Lo del colesterol lo dejamos para otro momento.

En fin, está claro que tiene que haber gente para todo pero si al amable lector se le ocurre traspasar la puerta de un Gino's que se acuerde de esta humilde crónica.

Gino's

Avda.Río Guadalquivir con vuelta a Río Guadalhorce. Ctra. Andalucía Salida 17, C.C. Nassica  28906 Getafe (Madrid)  www.ginos.es