viernes, noviembre 22, 2013

Aimia (Lérida)

 

El último restaurante de nuestra estancia en Lérida fue Aimia , que abría en domingo noche, comandado por dos jóvenes cocineros, Jordi Pallàs y Josep Niubó, que han estado en cocinas de renombre antes de decidir regresar a su tierra y montar este restaurante.


La cocina está integrada en la sala algo que a mi personalmente no me gusta y las mesas son un poco rácanas de espacio.

Tienen una carta amplia, IVA incluído, mezcla de los tan de moda gastrobares y propuestas algo más elaboradas. Mientras le echábamos un vistazo nos pusieron un aperitivo consistente en aceitunas y cacahuetes con wasabi. Las aceitunas bastante malas y los cacahuetes muy sabrosos.




El primer entrante fue una coca de maiz foie y nísperos, 12€, que comparando nos gustó menos que la del L’Alzumar. El foie era mejorable y la masa de la coca estaba algo inconsistente.


El otro fue un roast beef de vaca gallega con crema de patata y mostaza. 11,50€. Algo decepcionante. La carne le faltaba intensidad en el sabor, más fuerza, al igual que a la crema de patata. Se comía pero se olvidaba.

 
Muchísimo mejor resultó la hamburguesa Aimia, 10,60€, fantástica por calidad de la carne, punto conseguido y las excelentes patatas que la acompañaban. La mostaza y el kétchup te los ponían aparte para echar a discreción. Muy bien.



También notable el magret de pato con pera y salsa de cacao y moras. 12€. Buen producto, perfecto también de punto, muy bien realzado por una buena salsa de cacao y moras y refrescado por los trozos de pera. Lástima de foto culpa de mi poca pericia.





También tomamos postre aquí. Muy rica la crema de maracuyá con emulsión de coco y granizado de menta, 4,50€, perfecta armonía de sabores y técnicas.





Igualmente ricos aunque menos notables los chocolates. 4,50€. Cuatro diferentes preparaciones en forma de helado, sopa, brownie y ganache que aunque estaban bien se hacían algo pesados de acabar. Tal vez algún matiz distinto haría más redondo el postre.



 
Acompañamos los postres con una copa de Dolç D’Orto Blanc, 3,40€ y Mataró Dolç, 4,10€, servidos en cantidades muy escasas. Detalle a revisar.

Para beber tomamos un tinto de Costers del Segre, Vilosell 2010. 18€. La carta de vinos en una onda de precios acorde con la de platos. Se agradece que no se carguen demasiado y que se elijan vinos asequibles pero de calidad.

Buen pan. Pan y cubierto. 0,50€ c/u. Muy bien el precio.

El personal de sala, muy joven, algo despistado y nervioso, aunque ponían voluntad.

La página web casi inexistente. La portada y nada más. Algo a solucionar ya que en algunos casos puede hacer por decidirse o por descartar un restaurante.

Después del clasicismo de la noche anterior la vuelta a una propuesta más moderna estuvo bien en conjunto aunque con una clara diferencia entre los entrantes y los platos principales. Cocina resultona y agradable, con precios contenidos lo que se agradece en los tiempos actuales. Algo diferente, en la que parece por lo visto, gastronómicamente conservadora Lérida.


Aimia

Carrer Doctor Combelles, 67, 25003 Lérida
973 26 16 18
www.aimia.cat

jueves, noviembre 14, 2013

Xalet Suís (Lérida)



Todas las ciudades suelen tener algún restaurante, o varios, emblemático o como también podríamos decir “de toda la vida” y en Lérida sin duda uno de ellos es el Xalet Suís, en el que ya habíamos estado hace unos diez años y en el que volvimos a repetir en esta nueva visita a la ciudad.


Se encuentra situado fuera del centro histórico pero lo suficientemente cerca como para ir andando y en una zona en la que parece que se concentra la principal oferta gastronómica de la ciudad ya que está cerca de L’Alzumar donde habíamos estado la noche anterior.

La decoración sigue más o menos como la recordábamos , muy clásica. Una vez sentados, echamos un vistazo a la carta, precios con IVA incluido y nos pusieron unas aceitunas y unos buñuelos de
bacalao de aperitivo.


 

 Para los entrantes nos decidimos por distintas preparaciones del bacalao. Solo correcta la ensalada de bacalao con salsa romescu, 12,70€, aunque la sacaron excesivamente frío. Además nos pareció un poco caro para la ración.






Algo mejor pero sin alardes estuvo el milhojas de berenjenas con brandada de bacalao y salsa de pimientos, 9,40€. Esperábamos más.





 Para los platos principales nos decidimos por los pescados. Uno de ellos fue un clásico rodaballo al estilo Orio, 22,50€. La ración no era para empacharse precisamente pero el punto de plancha estaba perfectamente conseguido y la clásica preparación al estilo Orio le daba el toque justo de alegría respetando el sabor del pescado. Correcto y si hubiera sido una ración más acorde con el precio, mejor.




 El otro pescado estaba fuera de carta y consistió en una corvina al estilo Orio. 19,25€. No lo pedimos así. El maitre nos ofreció prepararlo de diversas formas y le dijimos que al gusto del chef, el cual podría haber tenido algo más de imaginación y prepararlo de distinta manera que el rodaballo. Se le puede aplicar el mismo comentario que a éste.


 
Los postres fueron una mousse de crema catalana “Xalet Suis”, 5,65€, a la que le faltaba fuerza 

 
 y un helado de higos al Armagnac, 5,25€ bastante notable aunque bien cobrado.






Para beber tomamos un blanco de Costers del Segre, Auzells 2012, 14,75€. Carta de vinos bastante correcta con una aceptable representación de los vinos de Costers del Segre, con precios no excesivamente hinchados.

El personal de servicio consistió solamente en el dueño, un veterano con pinta de tener muchas horas de sala en sus pies. Impecable.  El pan, 1,17€ c/u. Un precio realmente raro.

La página web, inexistente. Inexplicable en pleno 2013.

De vez en cuando está bien volver a los clásicos, aunque en este caso tal vez lo sea demasiado. En nuestra anterior visita no nos lo pareció tanto pero claro, han pasado 10 años e inevitablemente nuestros gustos evolucionan. 
Algo de renovación creo que le vendría bien como también no recortar en uno de los puntos fuertes de casi todos los restaurantes clásicos que es la abundancia de las raciones. De todas formas dudo que se pueda comer mal aquí, por lo que es una visita recomendable.


Xalet Suis

Avinguda Alcalde Rovira Roure, 9, 25006 Lérida, Lleida
973 23 55 67




miércoles, noviembre 06, 2013

L'Alzumar (Lérida)







La primera noche que pasamos en Lérida no habíamos reservado nada para cenar. Había visto que en la zona de la calle Sant Martí había una concentración de restaurantes, taperías y gastrobares y decidimos acercarnos para ver cuál era el más apetecible.
Resultó ser L’Alzumar que presentaba una una típica carta de gastrobar. Al hilo de esto es realmente sorprendente que algunos de los establecimientos no tengan en el exterior su carta, lo que ya es inexplicable de por sí y en un entorno de tanta competencia todavía más. Si no conoces ninguno lo normal es entrar en el que te ofrece su propuesta y no en el que la desconoces.

Una pena es que en viernes noche solo hubiera una mesa además de nosotros. Solo al final llegó otra mesa de cuatro. 


La tarjeta amarilla se les muestra porque los precios de la carta no tienen el IVA incluido. Está claro que esta mala costumbre, aunque cada vez menos, es algo común a cualquier parte de España. Mientras la hojeábamos nos pusieron una crema de brandada de bacalao aunque tenía un fuerte fondo de marisco que se imponía al sabor del bacalao. No acabo de ver la combinación. 
Una nota positiva es que de muchos de los platos se podían pedir medias raciones.




Algo que ya hemos convertido casi en tradición es pedir las patatas bravas cada vez que vamos a un gastrobar. Estas en concreto se denominaban nuestras patatas bravas con "allioli" y tomate natural picante,  3,85€, decentes aunque quedan de la mitad para abajo en la clasificación hasta la fecha.





También pedimos la mini-hamburguesa, 6,60€, simplemente correcta. A lo que no se puede aplicar lo de "mini" es al precio, teniendo en cuenta lo escaso de la carne.






 Como platos más principales tomamos media ración de coca de escalivada a la brasa con micuit de foie, cebolla caramelizada y piñones tostados, 7,70€, bastante conseguida y muy rica.







 El otro plato fue media ración de manitas de cerdo crujientes deshuesadas, 7,15€, realmente notables. Bien.








De postres pedimos una   torrija caramelizada con helado de vainilla, 3,85€, resultona


y un rico Santhonoré L’Alzumar, 3,85€ en una versión libre pero muy sabrosa.






Para beber tomamos un Cava Gran Caus Rosado, 19,25€, sorpresa agradable que se encarama a los primeros lugares de la clasificación entre los Cava rosados que probé hasta la fecha. La carta de vinos corta pero correcta para la propuesta gastronómica. Se puede ver en la web.

Aquí se dio el extraño milagro en la hostelería española de que no nos cobraron el pan. El chico de servicio, profesional, correcto y simpático.

La página web sencilla pero muy informativa que al fin y al cabo es lo que yo por lo menos busco en la web de un restaurante.

En resumen, un buen sitio para una cena informal, a precios no excesivamente altos y con la posibilidad de tomar muchos platos por medias raciones. No busquemos alta cocina pero algunas de las preparaciones mostraron un nivel más que aceptable. Recomendado.

L’Alzumar

C/. Sant Martí, 59 · Lleida
973 247 413 www.lalzumar.com