Hace pocos días que salió publicada la nueva edición de la
Guía Michelin y como siempre, vino acompañada de todo tipo de comentarios y
opiniones sobre la cicatería en su concesión de estrellas a la cocina española y
sobre el criterio de sus inspectores. No voy a entrar en ese debate pero sí
quiero hacer una pequeña puntualización y es que por experiencias pasadas y por
la que voy a relatar seguidamente, está claro que restaurantes con estrella en
Francia como éste que voy a comentar dudo mucho que ni siquiera vinieran
recomendados en la guía si se encontraran en España o en cualquier otro
país.
Se trata de Aubergue du Cheval Blanc que está en
funcionamiento desde 1959 aunque ya desde nada menos que 1715 existía una
estación de correos en el lugar. El responsable de cocina es Jean Claude
Tellechea que consiguió la preciada estrella en 1995 además de dos Toques de la
guía Gault et Millau.
Algo que me gusta mucho de los restaurantes franceses es que
suelen tener varios menús que se pueden formar con platos de la carta por lo que
si pides entrada, plato y postre sale así más económico que si no hubiera menú.
Algo que podrían copiar los restaurantes españoles que lo único que ofrecen es
el manido menú degustación que incluso algunos llevan al extremo de ser menú
único.
Nosotros pedimos el menú “Entre amis” que por
44€ ofrecía entrada, plato principal y postre, como ya comenté a escoger de la
carta.
Como aperitivo de la casa nos pusieron una crema de pescados y mariscos
que no probé pero me comentó mi mujer que era de las mejores que había probado
en mucho tiempo.
Hay que hacer una pequeña crítica, por lo menos por mi
experiencia, gastronómicos franceses, a la hora de
los entrantes no les sacas del foie gras, las vieiras, las ostras y el
bogavante. Aquí ofrecían algo más y aunque nosotros escogimos el típico a que en muchos restaurantes foie gras de
las Landas cocido al natural con higos asados. Bien sin más y sin ir más
lejos inferior al comido hace unos días en el Avenue de
Lisboa.
El otro entrante fue un prensado de trucha de Banka, foie
gras y peras reducidas con Oporto. Si lo hubieran servido esperando un poco
más y no recién sacado del frigorífico se hubieran apreciado mejor los sabores
ya que nos pareció una buena combinación un pescado con poca grasa con el foie
gras y el toque dulce de las peras. De todas formas tampoco es un plato que
quede en el recuerdo.
Para los platos principales nos decidimos por la carne. El
parmentier de Xamango con jugo de carne trufada nos pareció cercano a la
tomadura de pelo. El xamango es como llaman en la zona al jarrete del jamón de
Bayona y en este caso venía en una cantidad minúscula sepultada en una montaña
de puré de patata además de formar todo un conjunto insípido. Hacía tiempo que
un plato nos dejaba tan descontentos.
Mejor estuvo, aunque eso era fácil, el solomillo de
ternera con trompetas y pimientos del piquillo y jugo del guiso. Carne de
calidad, perfecta de punto y bien acompañada. Nada sorprendente pero por lo
menos bien hecho.
Los postres retomaron la mala senda. La tartaleta de limón,
pasas y nueces fue un monumento a lo anodino. Insípida totalmente. Poco más
que decir…
No fue mucho mejor la cúpula de chocolate negro y blanco,
cremoso de limón verde y sorbete de marfil. La cúpula de chocolate parecía
sacada del lineal de un supermercado y de lo demás no merece la pena comentar
nada de lo mediocre que era. Mal.
La carta de vinos impropia de un restaurante con
pretensiones. Muy poca variedad de zonas y cantidad de vinos. Tomamos un
Pessac-Leognan, Château Rochemorin 2008, 43€, marcado lo normal..., el
triple de lo que cuesta en tienda.
Las copas, penosas como se puede ver. Ni en una vinatería de
cuarta las ponen así.
El pan, malo, con el buen pan que suele haber en Francia. El
personal de servicio correcto, aunque seguimos esperando por la jarra de
agua…
La web de restaurante está bastante bien, además de traducida
a varios idiomas pero podían fijarse un poco en que no coinciden las cartas en
francés y en español.
Hacía tiempo que no nos dolía tanto gastar 131€ en un
restaurante. Como decía al principio, un sitio así probablemente en otro lugar
que no fuera Francia ni siquiera vendría reflejado en la guía y mucho menos
tendría una estrella Michelin. O si le damos la vuelta al argumento, si este
restaurante merece la estrella bastantes en otros sitios la merecerían. Pero
como dice un bloguero y tuitero al que sigo, es su guía y en la Michelin dan las
estrellas a quien les da la gana. Faltaría más.
Aubergue du Cheval Blanc
68 Rue Bourgneuf, 64100 Bayonne,
Francia
+33 5 59 59 01 33
www.cheval-blanc-bayonne.com