A Tafona Casa de Xantar es un
restaurante situado en el hotel homónimo situado justo enfrente del afamado
mercado de abastos de Santiago. Mejor situación imposible para abastecerse.
Ofician en cocina Lucía Freitas y Nacho Tierno y por la información que tengo
tienen un menú del día con una relación calidad/precio imbatible.
Una vez sentados a la mesa en un comedor de piedra lo más
agradable pedimos un vermut gallego Petroni, 4,50€, cuyo precio fue lo único que no nos
convenció de toda la cena, ya que nos pareció algo excesivo conociendo el precio de
la botella en tienda que evidentemente sale más barato en restauración. Además
la cantidad servida tiraba a escasa.
De noche tienen dos menús degustación pero todos los platos de ambos
se pueden pedir sueltos cosa que hicimos.
Como apertivo de la casa nos trajeron una fresca crema de melón con berberechos.
Entre el calor de la noche santiaguesa y que ya tenemos una
edad para no hacer excesos en las cenas, solo pedimos un entrante que fue el steak tartare de vaca vieja y sorbete de piquillos. 17€. Fantástico. Uno de
los mejores que recuerdo en bastante tiempo con un toque picantín de los
piquillos que le daba un aire diferente en boca comparado con las preparaciones
tradicionales. Recomendado.
Para los platos principales seguimos con la carne. Notable
tirando a sobresaliente el cordero con cítricos y minizanahorias de la huerta, 19,50€, perfecto de punto, meloso, jugoso y de
gran sabor.
El otro fueron los canelones de gallo de corral, cacao y trufa negra, 19,50€ de un sabor incisivo, intenso pero a la vez
fino con una salsa muy bien trabajada formando el conjunto un plato redondo. Muy
bueno también.
Como había leído que Lucía Freitas era un excelente repostera
no nos pudimos resistir a pedir postre y acertamos. Fue chocolate, gianduja y café, 7,50€, que resultaron magníficos los tres, de gran calidad y sabor. Si el nivel del resto es parecido dan ganas de hacer una comida a base de postres. En mi caso no sería la primera vez.
Para beber tomamos un A Torna dos Pasas Escolma 2011, 32€,
para hacerle la ola. La carta de vinos corta. En este sentido esperábamos más
pero tiene lo suficiente para que incluso un friki de los vinos encuentre algo
para escoger.
En cuanto a la página web es inexistente. Se limita a una de
Facebook prácticamente sin información. Sorprende que un restaurante de
concepción moderna no tenga este fallo solventado.
Evidentemente por la descripción se puede adivinar que nos
gustó mucho lo probado y además a unos precios muy terrenales. Es una auténtica
lástima para el restaurante y para cualquier aficionado a la gastronomía que un
sábado noche del mes de julio en un Santiago ya en fiestas y repleto de
turistas, cenásemos solos. No tuvieron ninguna otra mesa desde las 9:45 que
entramos nosotros. Me imagino que el restaurante no vivirá de los turistas en
general pero sorprende que entre la gran cantidad de estos que estábamos en
Santiago solo nosotros tuviésemos la idea, o la inquietud, de probar algo
distinto a lo tradicional. Ellos se lo pierden…
Sin duda una opción gastronómica totalmente recomendable
prácticamente en el centro de Santiago.
Tafona Casa de Xantar
Rúa da Virxe da Cerca, 7 · Santiago de
Compostela
981 56 23 14
Lo primero y principal, me alegra que hayáis disfrutado.
ResponderEliminarYa en detalles, es verdad que el local no tiene la suerte que merece y no sé por qué.
Lucía es una cocinera de primera y una repostera excelente. Bien podrías hacer ese menú de postres que barruntas, pero no le des a entender que es por lo singular de esa faceta porque puede sacar los útiles de trinchar y hacerte una avería :-)) Es broma, obviamente, pero en los inicios padeció por ese encasillamiento en el apartado dulce.
Por último, un detalle que se escapa un poco a la línea de tu escrito, pero como sé que eres persona puntillosa está bien que lo apunte. Por lo que sé, Nacho ya no tiene nada que ver con el restaurante. Y lo dejo ahí para evitar polémica. Deseo lo mejor para esta casa o la que en un futuro dirija Lucía Freitas porque se lo ha ganado, porque lo merece y porque yo disfruto como un niño con su cocina.