sábado, noviembre 25, 2006

Casa Rosina


Refalfiao como andaba de cocina modelna , me entró antojo de comida casera y honesta, y uno de mis sitios favoritos en Oviedo sigue siendo Casa Rosina, donde ofician ahora las hijas de los fundadores Rosa y Manuel. Elisa llevando la cocina y Ana la sala y la repostería. Afortunadamente, el cambio generacional ha servido para ratificar el famoso adagio del Gatopardo de Lampedusa, de uso por otra parte tan indiscriminado, "que todo cambie para que todo siga igual", y en este caso no ha significado platos cuadrados, camareros de diseño, copas Riedel ni menús degustación. Por si acaso tuvieran alguna extraña ocurrencia, por allí andan siempre Rosa y Manuel, ayudando en lo que pueden a que todo siga así, igual, que en este caso significa muy bien.
Nos sentamos mi pareja y yo en esa misma mesa que se ve tras la balaustrada de madera, para aprovechar el día tan guapo que hacía, aunque tengo que decir que en algún momento se levantó algo de aire que , estando como estamos a finales de noviembre, ya venía con un frío que nos hizo arrepentir de nuestra valentía . Y tiene la mala suerte el restaurante de estar próximo a la autovía de circunvalación, que no puede dejar de molestar en lo que , de no ser por ello, sería una idílica terraza.
Carta recitada con platos de siempre: cebollas rellenas, ensalada de la casa, bocartes, alcachofas, salteado de setas, patatas rellenas, cabritu, chuleta o filete de ternera, pitu caleya, besugo, virrey, calamares de potera en su tinta,.....
Nos decidimos para empezar con las setas salteadas para compartir. Estas no eran boletus ni trompetas de la muerte, pero traían el otoñal perfume del bosque asturiano. Cocinadas despacito, sin estropearlas, excelentes. Estaban salteadas con un buen jamón, y unas no tan buenas gambas.


El vino, el Marqués de Riscal Sauvignon.


A continuación a los dos se nos apeteció el calamar de potera en su tinta. Fresco, muy cocinado y sabroso, aunque no está en su mejor momento. Nos sorprendió un poco de guindilla y de pimienta negra. La salsa muy concentrada. Y la bandeja de patatinas fritas espectacular. Hechas sin ningún atajo y con un buen aceite de oliva.





Finalmente, los postres , que aunque tienen una pinta un poco medieval estaban muy buenos. Unos frixuelos hechos a la asturiana manera, esponjosos, con buena mantequilla, y tostadinos, sin anís y con nada más que un poco de azúcar, y un requexón con figos en almíbar, caseros, extraordinario, aunque sobrase un poco de agua.


El café es de pota, por lo que no os recomiendo tomarlo con leche.

Total factura, con agua y una botella del citado vino: 63 euros.
En resumen, restaurante familiar y acogedor, con encanto, sin dejar de ser exigente por ello

5 comentarios:

  1. Comí este verano en Bueu, en la ría de Pontevedra unos chipirones en su tinta, con la salsa bien concentrada, untuosa, acompañados con unas patatas fritas en aceite limpio. Tomé un albariño para acompañarlas y fueron uno de los cinco mejores platos que comí en mis vacaciones. Tan simple, tan rico.

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  2. a mi los calamares/chipirones en su tinta es un plato que me encanta, si encima fueron de la ría, y en su mejor época, pues me voy imaginando lo buenos que pudieron estar. La parte más importante de la magia en la cocina está en el producto.

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  3. Siento decirlo, pero Casa Rosina es uno de esos restaurantes que pasan por ser de comida casera que están más sobrevalorados de los que conozco, desde luego han pasado por mejor época. Es inaudito que por unos arbeyos de temporada, pero pequeñinos y con un jamon corriente, una ración de bocarte excesivamenteo fritos y aceitosos, unos calamares encebollaos con pimentón, con una salas sin ligar, un postre corriente, unas fayuelas vulgares, media de vino, agua y un café mas de 60 euros. Esta gente está en otro mundo.

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  4. Miguel Angel Fernández25 de agosto de 2011, 23:39

    Me llevaron por primera vez a Casa Rosina esta primavera, fue una comida de compañeros de trabajo. Me gustó bastante. Volví con mi novia a principios de verano, disfrutando de un pescado al horno espectacular.
    Desde entonces se ha convertido en uno de nuestros favoritos.

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  5. Casa Rosina, simplemente ESPECTACULAR

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