domingo, noviembre 05, 2006
L' Alezna
Habiendo llegado ya el frío otoñal, y con un día gris de lluvia intermitente, se me apeteció probar el menú de setas que prepara Pedro Martino en su restaurante L'Alezna, y que estará vigente hasta el día 19 de noviembre. La comida, con sus altibajos, pero en general estimulante y agradable, fue más o menos como sigue:
Como aperitivo una cuchara de Cantarelus marinados, con pasta fila y cuadradito de concentrado de llámpares (con la misma técnica que usa para los oricios/aleznas), que resulta una combinación acertada.
Excelentísimo aceite de oliva, que resultó ser griego (Oliva Kalamata), y muy buen pan (tipo gallego), aunque no había mas variedades a escoger.
De primero, una (crema) Espumosa de "Boletus" ahumada al foie con castañas, concentración de sabores otoñales, bien concebida, aunque el ahumado daba un regusto a embutido no del todo apropiado.
Luego, "Níscalos" marinados con "aromas del bosque" en ensalada. Plato decepcionante: los níscalos, que nunca han sido de mis setas favoritas, estaban insípidos, y aunque los "aromas del bosque" (aliño de ensalada con fondo de setas) estaba bien, el acompañamiento vegetal no tenía mayor interés.
Luego, Caldo ibérico con "Trompeta de los muertos" y tropiezos silvestres. Plato de inspiración andaluza/mozárabe, que de vez en cuando salpica la carta de Pedro. Caldo de sabor intenso a jamón ibérico, con un regusto un poco de ese rancio del hueso o grasa amarilla , que no es desagradable . Los "tropiezos silvestres" son jenjibre y raíz de perifollo, que sobreviven a la potencia del caldo,lo que no ocurre con la "Trompeta de los muertos", que a pesar de su presencia tiene un sabor delicado, y que resulta imposible rescatar .
Luego, el mejor plato del menú : Arroz meloso azafranado con "Senderuelas" y manitas glaseadas. El arroz, excelente en punto, abundante azafrán que combina muy bien con la finura de las senderuelas, y las manitas, de leve presencia, como suave contundencia.
Luego, el peor plato del menú, Raya escabechada a la naranja con "Pie Azul" confitado. La raya, aunque gelatinosa es muy plana de sabor, el escabeche no me parece su mejor preparación y el concentrado de naranja tenía una presencia excesiva. El "Pie Azul" tampoco ayuda a elevar la calidad del plato.
Luego, "Tocino tostado con langostino en su jugo y "Rebozuelos". Plato típico de Pedro, de carne muy grasa que tuesta mucho en su exterior , dejando un interior tierno que recoje parte de esa grasa. Sin embargo, el tocino tiene sus limitaciones. Los "rebozuelos" nos los cambiaron por otra seta, que llamaban "carbonera" y que no supe distinguir, y que fue , entre las setas, la que más me gustó, por su frescura y profundidad de sabor. El langostino no molestaba.
Luego, una original tabla de quesos asturianos ( Taramundi con nuez, Xinestoso y Peral), alineados en la parte izquierda, y que en la derecha tenían su contrapunto dulce :membrillo, nuez con miel, y confitura de flores de violeta como acertado final. Excelente el xinestoso.
De postre, un Royal de fruta de la pasión con chocolate blanco. Muy bien : fondo concentrado de maracuyá, crema de chocolate blanco ligera, y como acertado condimento, una semillas de amapola.
Comí con un Malpaso 2004, de Syrah y Garnacha , que me gustó mucho: de cálida entrada, potente fruta , taninos bastante redondos y final más persistente y complejo de lo esperado.
Quizás un poco excesivo de madera (vainilla). Lo que me quedó del vino me lo encorcharon y me lo metieron en una bonita bolsa.
Muy buen café y servicio atento y agradable. Precio muy ajustado, quizás incluso demasiado, en el sentido de explicar, aunque no justificar, alguna de las irregularidades : 2 personas, con una botella de vino, y agua: 103 euros.
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Buenas. Siendo un apasionado de la cocina de Pedro Martino, ya desde sus tiempos de El Cabroncín, sí he de indicar que su menú de setas (que probé el año pasado), no es ni con mucho, representativo de su cocina, ni lo que mejor hace. De hecho, tuve una sensación muy parecida a la tuya, con algunos platos magníficos (por ejemplo, los arroces, que los borda), y otros metidos "a calzador", donde las setas no se justificaban de ningún modo.
ResponderEliminarEn cuanto al pan, no sé si lo han cambiado últimamente (hará dos meses que no voy), pero me parece bastante mediocre, indigno del resto de la oferta culinaria. Los cafés doy fé de que son de lo mejor que te puedes encontrar en la restauración asturiana. Un saludo.
A mi me encanta también la cocina de Pedro . Elegante, valiente, y con sentido, con un pie en la tradición.Sin embargo, con el menú de las setas no termina de encontrarle el punto. El del año pasado fue inferior al de éste. Él mismo me reconoció que tuvo que improvisar, que se le echó el tiempo encima. Después de la crónica del de este año (la del post) aún fui una vez más, y esa vez salió todo mejor (menos la raya, que siguió siendo, para mi , un plato fallido): el ahumado más domado, los níscalos más sabrosos, el caldo de ibérico más equilibrado,el arroz mejor ligado, excelente, el tocino muy bueno, y las raciones de los quesos más abundantes,....no fue brillante, pero sí salí con la sensación de haber disfrutado. A ver si el año que viene es el definitivo en el que consiga el menú de setas que esté a la altura de su cocina.
ResponderEliminarEn cuanto al pan , es cierto que no hay ninguna variedad, pero el que había no me disgustó: tipo barra gallega,la corteza crujiente, dorada, y la miga fina y tierna.