Habíamos leido muy buenas opiniones sobre este restaurante en la red y sumado a esto que parecía que su propuesta era bastante más moderna de lo que se suele encontrar en Portugal y además con clara influencia brasileña, cocina que apenas conocemos, nos decidimos a ir.
Muy bonito el comedor pero con el recurrente problema en Portugal y en casi toda Europa de que la separación entre las mesas es mínima y casi estás codo con codo con los vecinos.

Bien por la camarera que nos avisó que con un couvert para los dos bastaba.
De platos principales tomamos una moqueca de dorada, carabinero, gel de pimientos tricolor, farofa de
banana y germinados. 15€. La moqueca es un cocido de pescado elaborado con cebolla, chile, tomate, hojas de cilantro y malagueta, todo ello elaborado con aceite de palma (azeite de dendê) y leche de coco.
La dorada era una ración minúscula y además
falta de sabor. La farofa de banana no estaba mal y el carabinero no lo
probé pero mi mujer comentó que estaba bien. Luces y sombras en el
plato.

Este estaba tirando a frío y encima por la parte superior lo quemaron en exceso. La mantequilla de wasabi, desaborida.
Por lo menos el
baba ganoush estaba bastante bien.
En resumen, un restaurante que sin ser horrible tampoco cumplió con las expectativas. De hecho, estuvimos 3 días más en Setúbal y no volvimos. Eso sí, si se está por la zona y cansado de la cocina habitual portuguesa de "grelhados" puede ser una alternativa válida aunque sea solo por variar.
En los postres también luces y sombras. La
tartelette de higos con crema de queso de cabra, crumble de nueces
pecanas y chips de higos, 6€, cercano a la tomadura de pelo. Se comía
todo de un par de bocados y encima sin gran sabor nada.
Mejor resultó la tarta de queso con licor de whisky, merengue de limón,
mantequilla de cacahuete y reducción de frutos rojos, 6€., probablemente
lo mejor de la cena.
La carta de vinos bastante buena, aunque bastante inflada de precios, algo muy habitual en Portugal.
El personal de servicio, lo mejor de todo. Eficiente, rápido y sabiendo de lo que hablaban.
El personal de servicio, lo mejor de todo. Eficiente, rápido y sabiendo de lo que hablaban.
Tienen una página web minimalista pero por lo menos se puede consultar la carta. Teóricamente se puede hacer una reserva de mesa pero en la práctica o no funciona o no lo miran...
En resumen, un restaurante que sin ser horrible tampoco cumplió con las expectativas. De hecho, estuvimos 3 días más en Setúbal y no volvimos. Eso sí, si se está por la zona y cansado de la cocina habitual portuguesa de "grelhados" puede ser una alternativa válida aunque sea solo por variar.
Xtoria
Rua Guilherme Gomes Fernandes 17, 2900-558 Setúbal, Portugal
351 961 284 144 www.xtoria.pt/