Barbastro es una pequeña ciudad de unos 17.000 habitantes capital de la vinícola comarca del Somontano en Huesca.
Es una buena base para recorrer dicha comarca, la sierra de Guara y para ver bonitos pueblos medievales como Alquezar, pequeñas ciudades como Graus y un poco más al este lindando con Cataluña, pueblos como Arén, Montañana, Puebla de Roda y Roda de Isábena que parecen anclados en la Edad Media.
La primera de nuestras 3 noches fuimos a Trasiego, el que parece ser el restaurante top de la zona. Está situado en el conjunto de San Julián, zona de información turística y visitas al centro de interpretación del Somontano y la plaza de toros.
Para abrir boca nos pusieron un poco de ensaladilla rusa si no recuerdo mal y poco después llegó el único entrante que pedimos que fue un carpaccio de manitas de cerdo trufado. 16€. Muy finas las manitas, con gran sabor aunque sobraba trufa además de no ser de primera calidad. De todas formas, se comía bien.
Para los principales nos decidimos por la carne. Estupendo el canelón de rabo de buey con jugo al fino. 16€. Sin entrar a ver si era buey o no... la carne estaba magnífica, suave, intensa y con una salsa muy conseguida. Notable.
Y si el plato anterior alcanzó el notable, la paletilla de Ternasco de Aragón confitada y rustida al horno, 18€, alcanzó el sobresaliente. Sensacional punto, textura y sabor. Muy bien.
Esta vez aún nos quedó sitio para los postres. Uno fue un sorbete artesano de Gewürztraminer, 4,50€, con un dulzor bastante medido y sin empalagar en absoluto al contrario que ciertos vinos de la variedad que probamos en las visitas a algunas bodegas...
Estábamos en Semana Santa y no pudimos resistirnos a pedir la
torrija, helado, toffee y nueces. 5,80€. Estupendos todos los componentes del plato haciendo un conjunto muy armónico.
Para beber tomamos un Sommos Premium, 32€, que sorprendentemente costó lo mismo aquí que a lo que lo tenían en la bodega. Muy buena carta de vinos enfocada, como no podía ser de otra manera, a los vinos del Somontano. Los tenían casi todos.
Servicio y cocina muy ágiles a pesar del lleno que tenían. Y un buen detalle poco visto en España es que no cobran por el pan.
En resumen, un restaurante a tener en cuenta e creo que obligado si se está por la zona. Precios muy comedidos, prescindiendo de elementos como los manteles, y cocina muy agradable y bien ejecutada. Recomendado.
La segunda noche fuimos al restaurante San Ramón del Somontano, situado en el hotel homónimo. El local tiene más empaque y presencia que el del Trasiego además de tener toda la mantelería y menajes de un buen restaurante en cambio los precios fueron muy parecidos a los del Trasiego.
Como aperitivo de la casa nos pusieron una brandada con huevas, agradable para abrir boca y también una degustación de 4 aceites del Somontano. Estupenda iniciativa del restaurante que hizo que al día siguiente compráramos algunos de los probados.
Como única entrada pedimos una tabla de quesos de Huesca, 15€, bastante notables 3 de ellos pero otro que estaba hecho añadiéndole arándanos no fue de nuestro agrado precisamente...
Hacía bastante que no tomábamos un solomillo Rossini con trufa negra de invierno y escalopa de foie gras, 20€, y resultó muy bien, con un punto perfecto y una carne de buena calidad..
Y con el recuerdo del ternasco el día anterior no nos resistimos a pedir el costillar de Ternasco de Aragón I.G.P. relleno de boletus edulis, foie y manzana. 18€. Tal vez venía relleno de demasiadas cosas y hubiera estado mejor más ligero pero sin hacernos olvidar el del Trasiego, resultó muy agradable.
Esta ves no tomamos postre. Aquí si cobran el pan, 1,25€.
Para beber tomamos un fantástico Marboré 2006, 26€, que está en un momento magnífico.
Al salir nos enseñaron la bodega también protagonizada, como no, por los vinos del Somontano.
Destacar el trabajo del maitre, que aunque muy joven resultó un muy buen
profesional.
Buena cena también que aunque a un nivel algo inferior a la del Trasiego también satisfactoria.
La tercera noche teníamos intención de ir al restaurante La Bodega del Vero, al parecer un clásico de la ciudad, pero al enterarnos de que no tenían carta de platos y ni siquiera de vinos, lo descartamos. En la época de los ordenadores no es de recibo que por mucho que solo trabajes con los productos del día no tengas carta con lo fácil que es imprimir unas hojas con lo que tienes disponible en el día. Y no hablar ya de carecer de carta de vinos. El susto que te puedes llevar a la hora de pagar puede ser de órdago.
Comenzamos con dos apertivos de la casa, que sinceramente no recuerdo su composición exacta. De todas formas aquí van las fotos para hacerse una pequeña idea.
Habíamos visto en el mercado los tomates rosas de Barbastro que tenían bastante fama, y un precio considerable, y pedimos tomate rosa con ventresca de atún y anchoas. 14€. Carillo el plato pero hay que reconocer que los tomates dan la talla. y están bastante buenos.
Y para que no fuera todo carnívoro tomamos el rodaballo a la parrilla con trigueros, 18€, al que se le puede aplicar el comentario del plato anterior.
La carta de vinos bastante escueta y sobre todo comparada con los de los sitios de días anteriores. Tomamos un espumoso de la tierra, Lucrecia Lalanne Chardonnay, 20€, que resultó una sorpresa muy agradable, tal vez porque al igual que con el restaurante, no esperáramos gran cosa.
El pan tampoco lo cobraron. En resumen, no es un sitio para tener apuntado en la agenda pero nos salvó la noche del sábado con lleno en los demás restaurantes.
Trasiego
Conjunto de San Julián y Santa Lucía, Av. de La Merced, 64, 22300 Barbastro, Huesca
974 31 27 00 https://www.eltrasiego.com/
San Ramón del Somontano
Academia Cerbuna, 2, 22300 Barbastro, Huesca
974 31 28 25 http://www.hotelsanramonsomontano.com/restaurante-barbastro.html
El Portillo
Plaza del Mercado, 4, 22300, Barbastro, España
974 30 89 00 http://www.ghbarbastro.com/resort/dining/
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