
El
edificio como se puede ver en la foto tiene un estilo muy futurista y el
comedor tenía la cocina a la vista, algo que gusta mucho en general, pero a mi,
no. La carta nos sorprendió por lo reducida: 2 entrantes, 2 pescados y 3
carnes.
Menos mal
que el pulpo confitado con puré de ñame y champiñones salteados con bacon,
17,50€. Bien el pulpo, de buen sabor y ligando bien con los champiñones con
bacon. En cambio el puré de ñame, un tipo de patata autóctona de las Azores, era
absolutamente insípido. De todas formas el conjunto no estuvo mal.
De postre
tomamos un original dulce de vinagre con caramelo de cacahuete y helado de
fresa, 6,50€. El dulce de vinagre es típico de la isla de Terceira. Muy caro para la
media de precios de las Azores y por la reducida cantidad pero hay que reconocer
que el dulce de vinagre con el caramelo de cacahuete tenía un sabor poco visto,
tal vez algo empalagoso pero sabroso y suavizado por un rico helado de fresa.
Bien.
El otro
postre fue un panna-cotta de albahaca con coulis de mango y teja de cacahuete.
6,50€ También un poco empalagoso el conjunto pero aceptable. Sorprende lo mucho
que usan el cacahuete a la hora de hacer los postres.
La carta de
vinos bien. Tomamos un excelente Redoma Reserva 2009, 22€, blanco de Dirk
Niepoort del Douro servido en unas copas de buena calidad.
El pan,
1,50€ c/u, el mejor que probamos en las islas aunque tampoco es un gran logro
viendo el bajo nivel. El chaval de servicio, un poco despistado, pero
cumplidor.
La página web notable, de fácil uso y con toda la información.
El conjunto
fue manifiestamente mejorable por lo que aún quedándonos dos noches y a tres
pasos del hotel, no volvimos.
De entrante
pedimos una tabla de quesos de la isla. 8€. Cuando uno lee “tabla de quesos de
la isla” supone que le van a poner varios quesos distintos. Pues no. Solo un
tipo de queso en seis trozos. Supongo que diferencias culturales. Prefiero
pensar.
Como
queríamos pescado y como comenté las opciones no eran muchas pedimos el pescado
del día que fue un cabracho a la parrilla. 12,50€ c/u. El nombre autóctono es
bocanegra y aunque viendo la foto no es que tenga buena pinta, la verdad es que estuvo bien de punto, con unas patatas que no llegan al nivel de
las que hacen en Canarias, ni estas ni otras de las probadas en las Azores con
los pescados y unas ricas legumbres salteadas. Aunque la cuota de cocina
tradicional ya la teníamos cubierta los mediodías, en este caso mereció la
pena.
Y para
rizar el rizo de la escasez, de postre quise pedir aquí también un dulce de
vinagre pero de los 5 postres de carta solo tenían mousse de chocolate. En
fin...
La carta de
vinos, como parece ser en la mayoría de los restaurantes azoreanos, minúscula.
Lo gracioso es que al final ponían el nombre del enólogo que la confeccionó.
Quedaría agotado... Por lo menos tomamos un notable vino de la isla: Muros de
Magma 2011. 20€. “Hermano mayor” del Magma de la primera noche, afortunadamente
no se parecía en nada a éste. Hecho con la uva verdelho, muy mineral, con
volumen, la madera muy bien integrada y largo. Muy buen vino, en la línea del
Fita Preta que tomamos en Ponta Delgada, y como éste, no lo encontré en ninguna
tienda de las islas. Como curiosidad el enólogo del Minho Anselmo Mendes
colabora en su elaboración.
Lástima de la poca producción ya que estos vinos de
verdelho en terreno volcánico parece que podrían llegar a ser notables.
Por cierto
que el paisaje de las viñas de Biscoitos en Terceira es realmente llamativo como
se puede ver. Bonita isla de la que merece la pena visitar.
El chaval
que nos atendió, correcto. La página web inexistente. Llama la atención el poco personal de los
restaurantes aunque tampoco es extraño con la poca clientela que tuvieron por lo
menos esos días de mayo.
Boavista, 40, Praia da Vitória, Terceira, Azores
(Portugal)
Mar a Mesa
Avenida Alvaro Martins Homem | Edificio
Beira-Mar, Praia da Vitória, Terceira, Azores (Portugal)
295513781