domingo, julio 29, 2007

Nosotros los gastrónomos



No son pocas las veces en que uno, mientras comenta con entusiasmo su último descubrimiento en materia de viandas o brebajes, descubre que no solo no se contagia, sino que quien oye no logra ocultar en la mirada una expresión de indiferencia, o peor, de superioridad moral, de conmiseración, como la que empleamos a veces con el amigo calavera o el insustancial. Parece que nos llaman "snob", o algo peor. Parece que uno tuviera un vicio, una debilidad que no logra superar, una frivolidad de la que no se pudiera sustraer. A todo el mundo le gusta comer bien, pero parece que el hecho de darle importancia, de poder emocionarse con un plato o con un vino, de no ser transigente con algunos delitos coquinarios, de buscar equilibrio y armonía en lo que come más que en lo que viste o conduce, lo hacen a uno un bicho raro. Quizás por eso los foodies acabamos buscándonos en el laberinto de internet y, contentos de hallar por fin colegas con el mismo trastorno, nos lancemos a escribir y comentar con fruición y alevosía nuestras vivencias y emociones. Quizás por eso uno entiende y le reconforta leer en las "Confesiones de un chef " de Bourdain que un domingo por la mañana, dolorido después de una dura noche en el restaurante, mentras hace un recuento de sus cicatrices, escriba:

"Me gusta hacer confit de pato, saucisson de canard, confit gizzards, saucisson de Toulouse,poitrine y grasa de pato con esos exquisitos guisantes de Tarbes, echarlos a un cacharro de cerámica y espolvorear por encima pan rallado. Me gusta hacer esas pequeñas montañas de puré de patatas con cebollinos, setas silvestres, ris de veau y una buena ensalada verde como guarnición. Rociar el plato alrededor con una salsa reducida a la perfección, usando mi cuchara favorita. Disfruto con la mirada de mi jefe cuando hago un pot-au-feu del día: esa mirada de verdadero placer cuando coge el enorme cuenco con pies, espaldillas y rabos dorados, nabos simplemente hervidos, patatas y zanahorias justo a punto,como deben ser. Me gusta esa mirada, como me gustaba la de Pino ante un plato perfecto de spaguetti alla chitarra. La misma mirada que pongo yo ante el estofado de ternera de Scott Bryan o ante un buen plato de ostra. Es una mirada de éxtasis. La misma mirada de los niños pequeños cuando están en la playa, los padres los meten en el agua y cada vez que lo hacen les parece algo maravilloso. Cuando estamos ante un buen plato de comida desaparece como por encanto- aunque sea un momento, un segundo- la expresión amargada que hemos adquirido todos los cabrones cínicos, cansados del mundo y sus circunstancias, capaces de darle al prójimo contra una esquina"...

" .... Sé lo que miro cuando veo un solomillo perfecto , un atún de primera. Puedo entender por qué millones de japoneses están siempre al borde de verse arrastrados a la lujuria del derramamiento de sangre , por ver carne firme y casi iridiscente. Sé muy bien por qué a mi jefe se le llenan los ojos de lágrimas cuando ve una guarnición de choucrute impecable. Color,sabor, textura, composición,....e historia personal. ¿Quién sabe qué circunstancias , qué acontecimientos de supasado lejano le inspiran esa curiosa manifestación de emocione? ¿Y quién necesita saberlo?. Yo solo sé lo que veo. Y lo entiendo. Lo entiendo muy bien. ".

Y le parece a uno estar, después de leer esto, un poco menos solo.

* foto tomada esperando en el Verdú de los Moros para pimplarme una tarrina gigante de helado de turrón.


10 comentarios:

  1. Me encanta el helado de turrón , por cierto el de productos de Nuestra Tierra de Carrefour está bastante logrado.
    Por otro lado ,lo siento, odio el termino "foodie", personalmente prefiero el de "tragaldabie"....aunque viene a ser lo mismo no es igual

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  2. Fartón, en el buen sentido también sirve.
    Perdón por la intromisión; estaba dando una vuelta y entré en vuestro local.
    Un saludo

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  3. Comprendo prefectamente esa sensacion de sentirse un poco marciano cuando como aficionados a la comida dejamos translucir un poco de esa pasion. A mi me han mirado raro muchas veces, me he sentido incomprendido delante de gente cuya unica aficion es alcoholizarse en una discoteca cada fin de semana mientras le estallan los timpanos. No saben cuanto se pierden desdenando la buena comida y la buena bebida. Da gusto ver que uno no esta tan solo en esto como al final dices. Un saludo

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  4. Te voy a dar la razón, Yerga, con lo de foodie. Pero ya puestos ponemos lo de tragaldabie en cristiano: tragaldabas, que en asturiano ye lo de fartón.SAludos a todos los fartones y tragaldabas, que son siempre bienvenidos.

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  5. Reivindico el término fartón, faltaría más....(por alusiones)
    FN1.

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  6. Tampoco me gusta el término "foodie", suena pretencioso, tanto como las palabras de Bourdaine, que habla de "solomillo perfecto", "atún de primera" o "choucrute impecable"; no me extraña que le tilden de "raro". Quizás si ponderara los simples bocadillos de mortadela, las acelgas cocidas o el paté de hígados de pollo tendría mejor relación con sus semejantes.
    Perdón por la impertinencia o por hacer de abogado del diablo pero creo que sólo es "raro" quien se obstina en serlo;-)).

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  7. Encantadísimo, creo que a Bourdain si le pierde algo es la pose de "destroyer", pero no la pretenciosidad. Puede alabar el solomillo, la trufa negra, The French Laundry o El Bulli, pero también se entusiasma con una feijoada brasileña,con la anguila o la cabeza de serpiente de un tugurio de Vietnam , con el sushi de Masa Takayama en Nueva York, o con el de un bar escondido de Japón, con la sopa de cerdo de un puesto callejero de Singapur,o con la fritura de Rafa, con el mercado de pescado de Tokio....y también con las ventajas de comer con los pies descalzos.

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  8. Si a los aficionados a la buena cocina a veces nos miran como a marcianos, ¿qué me decís de los aficionados al vino?. Nos miran como a alienígenas de Alfa Centauri. :-)

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  9. Esa sensación de ‘placer perfecto’, de ‘disfrute orgastronómico’ es muy difícil de expresar, definir y lo que es peor QUE TE ENTIENDA EL COMUN DE LOS MORTALES. Ahora, si os digo, que cuando todos los dioses se ponen de acuerdo para que ‘aquello’ sea PERFECTO………….eso…..eso……no se paga con nada en este mundo. Como decía un buen amigo mío ‘ni con el cariño de una madre’ ;-)))

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  10. Pues a mi me gustan los placeres imperfectos , pero sensacionales , me explico , o mejor dicho ,lo explica muy bien Eldiletante en este post, este cúmulo de sensaciones satisfactorias , dificiles de entender por muchos,pero , sobre todo, compartidas por algunos.
    Sensacional es algo que llama poderosamente la atención , por ejemplo, la ensalada de "feta" con pepino y tomate que me he zampado hoy .....¡¡¡una obra maestra!!!

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