sábado, enero 19, 2019

Flow (Oporto)



Flow fue la primera opción que tuvimos para cenar la noche en la que llegamos a Oporto por las buenas críticas que había leído en la red y por la cercanía a nuestro hotel. A pesar de llegar a las 20:30 ya estaba lleno y por eso acabamos enfrente en el éLeBê que fue protagonista del anterior post.
Está visto que por mucha buena crítica que tenga un sitio, al final es una lotería el acertar.

Preguntamos para cenar la noche siguiente y nos dieron la opción de dos turnos. No me gusta nada el sistema de turnos en un restaurante y en España lo descarto siempre pero en este caso como el segundo turno comenzaba a las razonables 22:15 horas, por lo menos desde nuestro punto de vista español, reservamos.



El restaurante es grande. Muy grande. Me pregunto que cocina tendrán para dar servicio a tantas mesas y también nos preguntamos al entrar que saldría de allí, pues estos locales tan grandes no suelen conseguir resultados precisamente brillantes en cocina.
Además, la separación entre mesas es más bien escasa así que el número de comensales total es importante.

Lo que nos quedó claró es que debe de ser uno de los restaurantes "in" en Oporto, el tipo de sitio que mucha gente va para dejarse ver básicamente.



Las fotos no tienen mucha calidad precisamente porque prescindí del flash para no molestar al resto de clientes



Como de aperitivo de la casa no nos pusieron nada, directamente pedimos un entrante que fue un ceviche de lomo de atún, cítricos, sésamos, maíz y puré de palmito. 14,50€. Tenía buena pinta a la vista pero estaba con un picante excesivamente alto y eso arruinó totalmente el plato. Se lo dijimos al camarero y contestó que el ceviche era así...  
Hombre, no he comido cientos de ceviches en mi vida pero sí algunos y puede que en varias ocasiones tuvieran cierta alegría, no en balde pueden llevar ají o chile, pero como en este caso, nunca. Creo que deberían avisar antes y para mi fue un plato fallido.




Esta vez para los platos principales nos decidimos por pescado. El filete de lubina, risotto de espárragos verdes, salsa de Champagne y azafrán, 24€, pasó con más pena que gloria, con una lubina bastante insulsa, una salsa de Champagne muy floja y un risotto impropio de los buenos arroces que se pueden encontrar en Portugal. Mediocre siendo suave.






 El otro plato principal fue un  bacalao braseado, hummus, tempura de col con migas de broa y queso fresco. 22€. Solo les faltó echar la tarta y hubiéramos tenido la comida entera en un plato...  No sé para que tanto de todo.
Está claro que en cantidad no escatiman porque los dos tacos de bacalao eran de buen tamaño. Lástima de que lo brasearan un rato de más. El hummus no estaba mal y combinaba bastante bien con el bacalao pero la tempura de col no sé que aportaba si no era meter para más cosas al plato y aparentar más.
No quedará para el recuerdo.


Acabamos con lo mejor de la noche que fue una tarta de queso, cacahuetes y caramelo salado, de la que no recuerdo el precio y que estaba realmente buena.

La carta de vinos muy poco presentable para un sitio con pretensiones y bastante subida de precio. Se puede aplicar el comentario del restaurante del día anterior y es que para qué tener más referencias si aquí también muchas mesas estaban con sus "Ramón Bilbao" portugueses...
Nosotros tomamos un Quinta dos Carvalhais Encruzado 2016. 31€. Doblando el precio de tienda...

El pan bastante decente y sin cobrarlo o dicho de otro  modo, incluido en el precio de los platos.
El  camarero asignado a nuestra mesa, la alegría de la huerta. Ya sé que vete a saber lo que cobrará y las horas que hace pero un poco de mejor cara seguro que le ayuda para conservar el trabajo.

La página web tiene el defecto de no tener la carta colgada. Mucha foto, mucho autobombo pero falta lo principal.

Como siempre digo en estos casos en los que no me gusta una cena, no juzgo al restaurante en su conjunto por una sola experiencia pero tengo la impresión de que si fuera más veces no cambiaría mucho el veredicto. Evidentemente no puedo recomendar el sitio a no ser que se quiera ir a pintar la mona y querer ser visto. Ejemplo de libro de restaurante modernuqui y chupiguay a evitar.


Flow

Rua da Conceição 63, 4050-215 Porto, Portugal
+351 22 205 4016 www.flowrestaurant.pt











viernes, enero 11, 2019

éLeBê Centro (Oporto, Portugal)





éLeBê  es un restaurante situado en plena zona de ambiente nocturno de Oporto y que tiene otros dos restaurantes con el mismo nombre en la ciudad, algo de lo que nos enteramos a posteriori.

La primera noche de las dos que fuimos no fue nuestra primera opción sino que acabamos allí porque varios de los restaurantes de la zona estaban llenos y aunque no era muy tarde decidimos no buscar más.



Los precios de los platos son aproximados porque a la hora de pagar no nos trajeron la cuenta en papel sino un teléfono móvil con la nota y ante la novedad no me di cuenta de hacerle una foto. No recuerdo nunca hasta ahora que me trajeran la nota con esta modalidad, algo que se repitió también en el restaurante de la noche siguiente en la que caímos allí porque era domingo y todos los restaurantes de la zona estaban cerrados menos este.
También esta segunda noche notamos un desgradable olor a cañerías. No sé si fue puntual pero si no lo es, tienen un problema.






Los entrantes que ponen al principio son algo cutres. Unas aceitunas negras y una cantidad minúscula de mantequilla. Un poco más de originalidad , por favor.











Solo pedimos un entrante y fueron las esferas de "alheira" de perdiz en tostado de almendra. 6,50€. Magníficas en sabor y textura y aunque 3 puedan parecer pocas, su contundencia llenaba considerablemente.








En carta tienen bastantes platos de marisco y pescado pero nosotros nos decidimos por seguir con carne.

Las plumas de cerdo ibérico con pera borracha y grelos de campo, 14,50€, les quedaron un poco secas pero nada grave como para no disfrutarlas. Eso sí, las patatas de guarnición muy tristes...








Pero el mejor plato de las dos noches fue sin duda la carrillera de ternera al estilo del abuelo, asada lentamente y dulcificada con castañas. 16,50€.
Carne muy sabrosa, perfecta en punto y textura y con el buen contrapunto de las castañas. Sobresaliente.






La segunda noche volvimos a pedir carne y en esta vez tuvimos menos éxito que la primera.
El bistec de novillo al grill con acompañamientos golosos, 22€, como se puede ver en la foto no les quedó bien sellada la carne y aunque no estaba mal de sabor se le notó con falta de fuerza. Además los "acompañamientos golosos" ¿¿¿??? consistieron en unas salsas con no demasiado sabor, incluso el jugo de la propia carne. Y las patatas, mediocres.
Mejorable todo.



Tampoco quedará para el recuerdo el taco de lomo con yema de huevo y salsa de carne. 22€.
El taco era excesivamente grueso y a pesar que les dijimos que la carne la queríamos poco hecha, difícil parece manejar semejante tamaño y les quedó muy seco por fuera. Además la lámina de bacon que pusieron entre el huevo y la carne debieron hacerla con un soplete industrial...

No se lucieron esa noche.






Esta vez sí tomamos postre las dos noches. Comenzamos con un clásico portugués, el pudim Abade de Priscos,4,50€, que estaba bien pero no entra en la lista de los mejores probados en Portugal.












Mejoró con la crema de leche quemada con albahaca, 4,50€, bastante bien conseguida.











La segunda noche tomamos un clásico de los postres portugueses com es el mousse de chocolate en copa de galleta, 4,50€, simplemente correcto. A mi mujer le sale infinitamente mejor.










Y el último fue una tarta de queso de menta y lima con fresa. 4,50€. La tarta estaba bastante buena pero la mermelada de fresa que le pusieron por encima no era digna ni de un supermercado de descuento...


Eso sí, el detalle de los trozos de kiwi en todos los postres me recuerda a los años 80...



La carta de vinos bastante mejorable  en referencias pero viendo que la mayoría de los comensales pedían los "Ramón Bilbao" y "Azpilicueta" portugueses probablemente sea más que suficiente.
Tomamos un Grainha 2016, 24€, y un notable Meruge 2015, 33€, sorpresa agradable este último.
La nota negativa es que los vinos los tenían en un botellero en la misma sala, ver foto del comedor, y estaban a una temperatura demasiado alta para tomarlos según eran servidos.




Algo que me gustaría comentar es la enorme diferencia que puede haber entre dos cenas dependiendo del camarero que te toque en suerte.
La primera noche nos atendió un auténtico profesional en todos los sentidos que por ejemplo ante nuestra petición de que nos pusiera una cubitera para enfriar algo el vino nos la trajo en un plis plas y sin discutir.
Además a la hora de los postres nos puso una botella de Tawny y allí la dejó para que nos sirviéramos a discreción.



 En cambio la segunda noche ese camarero no estaba y nos tocó otro que no solo no alcanzaba la profesionalidad del primero sino que encima era de los que le gustaba discutir con el cliente y tomarse más atribuciones de las debidas como empeñarse en decantarnos el vino hasta 3 veces. Tampoco atendió a la primera nuestra petición de cubitera y se empeñó en enfriar el vino con el curioso sitema que se ve en la foto con resultado obvio: no enfriaba en absoluto.
Y claro, ni rastro del Tawny para acompañar los postres...



En conjunto resultó un sitio que no puedo recomendar a pesar de algún plato notable. Tal vez si se va a comer pescado y marisco la percepción mejore. Si a alguien le pasa como a nosotros la segunda noche y no tiene otro sitio en la zona donde cenar, tampoco es que se vaya a intoxicar pero casi le merecería la pena buscar un poco más.


éLeBê

 Rua da Conceição 94, 4050-213 Porto, Portugal
  https://www.elebe.pt/home.php