Habiendo visto desde el exterior el restaurante nos pareció que era pequeño y después de lo acontecido la noche anterior, fuimos un poco antes de la hora reservada llegando los primeros.
Echamos un vistazo a la carta y nos decidimos por el menú degustación que tenía un precio de los que casi no se ven en un restaurante de estas características: 35+IVA.
La cosa empezó mal con respecto al vino. Después de ojear la carta no vi Cava por ningún sitio. Le pregunto al maitre y me dice que efectivamente no tienen Cava en la carta pero que nos puede ofrecer uno fuera de carta. ¿¿?? ¿Es que la moda del "fuera de carta" va a comenzar también con los vinos?. Apañados estamos. Releo el menú y pienso que un tinto tampoco lo acompañaría mal. Pido Aalto 2002 (29,50 + IVA) y al traerlo observo que es del 2004, ya que ni nos presentó la botella ni nos dijo que tenían otra añada. Empezaba a temerme lo peor.
Nos sirve el vino con toda la pinta de estar caliente, y no es que estuviera caliente, algún grado más y hubiera sido perfecto para mojar madalenas.
Estuve a punto de devolvérselo, pero supuse que los tendrían así todos y que con un rato de cubitera se podría tomar. De todas formas, estos son detalles que deberían mejorar a la mayor brevedad, al igual que la calidad de las copas, manifiestamente mejorable.
Antes del menú nos sirvieron una limonada efervescente. Patinazo total. La mezcla de la limonada con los peta-zetas ó lo que fuesen creaba un engrudo empalagoso totalmente inadecuado para beber en cualquier momento y sobre todo antes de la comida. Horrible.
El primer plato del menú fueron unas ancas de rana, cebolla y tomate. Aquí comprobé como esto de las opiniones gastronómicas es lo más relativo del mundo. A mi las ancas de rana me saben parecido a las rabas y en cambio mi mujer dice que le saben parecido al pollo. También hubo diferencias en la apreciación del acompañamiento. A ella le gustó y en cambio para mi la especie de compota de cebolla y tomate estaba demasiado caliente y algo empalagosa y no le iba bien a las ancas. La foto es un poco cutre, ya que le dimos el primer mordisco antes de darnos cuenta de hacerla.
El siguiente fueron unas sardinas sobre asadillo de pimientos, corazón de tomate y consomé ibérico. Aparentemente sencillo, pero lo más redondo de la noche. Sardinas muy sabrosas, en su punto, complementándose perfectamente con los pimientos y el tomate y magníficamente acompañadas por el consomé.
El último entrante fue un falso risotto de trigo y parmesano. Realmente daba el pego a primera vista. En cuanto al resultado, estaba bien ligado y bien de sabor aunque lógicamente sin la profundidad del arroz. Nos gustó.
El siguiente plato fue taco de atún toro y equilibrio de verduras. Es sorprendente la imaginación que tienen los modernos cocineros para bautizar los platos. Viendo la foto yo le hubiera puesto algo así como "trainera de atún y sus remeros vegetales". Es una broma. Si por casualidad lee esto el cocinero de La Vianda que no se mosquee. En cambio si debería vigilar los puntos ya que este estaba demasiado hecho y esto no le hacía ningún favor a la sensación final.
El último plato consistió en conejo, ajo y zanahoria. En este caso le felicito. No es nada habitual encontrar conejo hoy en día en las cartas y menos en los menús degustación. La verdad es que nos gustó. Recuerdos de sabores de antaño.
El primer postre fue una crema de pasión, helado de yogurt y gelé de miel, y me hubiera comido 3 seguidos. Sin ser algo impresionante el conjunto era de un sabor y una frescura cojonuda.
El segundo postre consistió en juego de frutas y chocolate con escarcha de cerezas. Perfecto para los aficionados a la sandía y el melón ya que de eso se trataba. Un taco de sandía, con unos cilindros de melón rellenos de la escarcha y una especie de conguitos desperdigados por ahí. Refrescante para acabar, hay que reconocerlo, pero nos dejó un poco fríos después del anterior
El menú tuvo luces y sombras y en conjunto creo que tiene gran margen de mejora. En cambio, el servicio de sala es bastante eficiente y la cocina siendo pequeña se desenvolvió con eficacia, saliendo los platos con los tiempos bien medidos y ágilmente. También tuvieron el detalle de darme la misma hoja de la carta en la que venía el menú. En este sentido felicitaciones.
Para el servicio de vino en general y la ausencia de Cava, tarjeta roja.
Nota General: 5
Emoción: 5
Emoción: 5
La Vianda
Av. de la Paz, 11, Burgos
Tel: 947 243 185
toni
No soy capaz de editarlo mejor. El programa hace lo que le da la gana.
ResponderEliminartoni
Doy fe de que es verdad
ResponderEliminarAhora me doy cuenta de que no salió la foto de las ancas de rana. :-(
ResponderEliminarBueno, no se pierde mucho ya que nos salio bastante cutre. :-)
toni