Hacemos un paréntesis en la visita a Santiago y nos desplazamos a Pontevedra. Mala idea querer disfrutar del paseo cuando media ciudad está invadida por una obra de envergadura y por el montaje de las barracas para las fiestas. Incluso así, Pontevedra resulta acogedora, fácil de abarcar y de apreciar.
Este gastrónomo errático todavía no había comido en Solla, la gran referencia local y con una trayectoria amplia y reconocida, así que era cosa de poner remedio a esa carencia.
Toca un día de calor, mucho calor, y hay que combatirlo generando corrientes en la sala a base de abrir ventanales. Esto nos traerá la visita de alguna abeja y otras incomodidades que restaron encanto al comedor. Para quien no lo conozca, se encuentra en una casona antigua y tiene unas vistas hermosas, además de estar muy cuidado su diseño; por eso señalo el pero de lo anterior, porque es una sala de las que valen la pena para disfrutarla en condiciones óptimas.
Seguí la misma práctica que en otras primeras visitas durante este viaje y escogí el menú degustación para probar varios platos. Me pareció lo mejor ante la expectativa de encontrar una gran cocina que tenía. Y ya puedo adelantar que fue un gran error, tan grande como para permitirme sugerir a quien lea esto que no lo haga, que apunte a la carta donde sin duda encontrará algo que le satisfaga. (Sabéis que no suelo hacer sugerencias tan categóricas) Esa sigla ampliada que ya hemos adoptado en el blog,
El servicio es bueno aunque hubo alguna demora ocasional, achacable a una sala llena un día de semana para el almuerzo. Cinco personas dirigidas por el propio Pepe Solla, que mimaba especialmente las elecciones de los vinos, y un cristal oscuro al fondo a través del cual veías las siluetas del personal de cocina.
Antes de haber pedido llegó un primer aperitivo de tres, una espuma de gin tonic cuyo frescor agradecí con aquella temperatura pero que tomé algo devaluada, ya caída, por seguir distraído con la carta de vinos. Pude dedicar mejor atención a la sopa de melón con jamón, versión líquida del plato veraniego, una sabrosa sopa fría, y a la combinación de patata y cebolla, también tan clásica; esta vez era cebolla caramelizada con puré y escamas de patata. La impresión que te dan estos anticipos es la de buena técnica, apuesta por las bases culinarias tradicionales y ligereza en los platos. El comienzo promete.
El primer plato del menú son las Navajas con espuma de limón y mayonesa, presentación sencilla y fresca para acompañar a un producto de primera. La combinación también es conocida y el sabor del limón suele acompañar bien a este molusco. Me gustó mucho.
Seguimos con
Otro entrante fue
El Salmonete con guisantes es de nuevo una exhibición de producto de primera, aspecto que suele alabarse en esta casa. Lomo bien sabroso acompañado de tres consistencias de guisante: entero, crema y espuma. También el sabor del guisante se aprecia y se disfruta. Pero nuestra triste segunda ce sigue sin levantar cabeza, ya que el trozo de pescado es un cuadradito de tres centímetros y medio de lado como mucho.
La pobre sigla podrá reparar su orgullo con
Cierra el capítulo salado el Pichón: pechuga y muslo, sacado en el punto que solicitas, muy bien tratado. La pieza era sabrosa y también era una ración correcta. Otro tanto para nuestra letrita, para que al menos empate el partido.
Antes de los postres te ofrecen una degustación de queso del país con membrillo y confitura de manzana. Te lo sirven desde un carrito auxiliar de tipo antiguo, de madera, con el queso batido en lo que en Asturias sería un duernu. (Si algún voluntario me da el término gallego para eso mismo, para esa especie de mantequera, yo agradecido) Otro guiño a los usos antiguos. Muy sabrosos el queso y sus compañías.
A la comida la acompañaron tres panes, blanco, moreno y de pasas, todos apreciables, y de combustible líquido, Tomada do Sapo 2004, decantado por sugerencia del propio Solla. Me comentó datos sobre la elaboración y estuvo pendiente de que no fallase la temperatura de servicio pese a la del ambiente. Un poco reducido al principio, pronto se empezó a expresar en toda su amplitud, rico, graso, complejo. Fruta blanca madura, notas tropicales y de vez en cuando un deje de hidrocarburos. Se encaró con el menú con éxito.
Como primer postre, Tarta de cerezas. Seguimos pegados a las raíces, a la tradición. Sin embargo no me emocionó. Rica, sí, pero no decía mucho. Además también pecó de escasa ración.
El segundo me convenció más. Postre de avellana, que combinaba un bizcocho, un helado y una crema, con avellana picada, todos de buena factura y sabor intenso.
El café también tuvo escolta: una crema de chocolate blanco y (más) café, una espuma de chocolate y una trufita. El cacao siempre es bienvenido en mi mesa.
Total, que como tantas veces se ha dicho y yo esperaba, encontré una casa sólida, asentada, con excelentes productos y con técnica depurada. La queja viene por esas raciones a veces exiguas que dejan el menú de seis platos realmente en tres y los otros tres como pinchos a lo sumo. Para 68 euros sin IVA me parece mala imagen, sobre todo ante el prestigio merecido del restaurante. No sé, hasta un simple cambio de enunciado daría una impresión mejor (degustación de nuestros clásicos, miniaturas de temporada, qué sé yo; le pones algo así y dices que esos tres mini-platos son tres fases sucesivas de uno y la percepción cambia) En suma, que volvería -que volveré, sin duda- pero procuraría evitar el pleno verano y pediría a la carta, no el menú.
Al margen de este lunar fue una buena comida en un entorno precioso y Pepe Solla resulta un estupendo anfitrión, al que se la da bien lo de las relaciones públicas, con naturalidad, con simpatía, hasta hacerte sentir como si comieses en el salón de su casa, yendo de la sala a la cocina a observar cómo marchan las cosas, cuidando los detalles, dando conversación pero breve, sin entrometerse. Gran profesional.
El vil metal: 68 euros del menú, 28 del vino, 1’50 del café, calcúlele usted el 7% de IVA y le saldrán 104’33.
Un nuevo paseo por Pontevedra y retorno a Santiago a modo de excursión tranquila, pasando por Padrón. A veces se echa de menos el encanto de las antiguas rutas. Pero aún queda viaje.
Avda. de Sineiro
36005 Poio (Pontevedra)
Tfno.- 986 872 884
Imaginándome la parquedad de las raciones que comentas, 72,76€ por ese menú me parece un palo del 15 y además con algunos ingredientes de los baratos.
ResponderEliminarMucha mejor apariencia y RCP, El Mercadito.
Buen fín de semana vinícola. Muy bueno el "María" Alonso del Hierro 2004 con una sorprendente elegancia para lo acostumbrado en la Ribera, mejor incluso el Lan A Mano 2005, poderoso y largo y en blanco sensacional el Belondrade y Lurton 2006. Me gustó todavía más que el 2004 tomado hace 2 meses.
ResponderEliminarUno de los mejores blancos españoles que probé hasta la fecha.
Jeeeeeeefe, ponle la etiqueta a los 2 últimos post para que quien entre y busque restaurantes en Galicia le salgan todos y no se pierda estos 2 últimos.
ResponderEliminarNosotros tuvimos una experiencia muy buena el año pasado. La sala era muy bonita y el servicio no se resintió nada apesar de que el restaurante estaba lleno. Pepe Solla nos ofreció un menú muy equilibrado, lleno de técnica y que en ningún momento me pareció escaso. Mi experiencia con el menú fué muy satisfactoria, no se decirte como será a la carta ya que para comparar debería de haber comido más veces allí.
ResponderEliminarA mi tanto el menú degustación y su carta me parece que se sale muy satisfecho del solla,y respecto al precio me parece correcto.
ResponderEliminarPues yo que quereis que os diga; seré un fartón, pero pagar doce mil y pico pesetas y salir con fame (porque de tus palabras, Jorge, se desprende que saliste esfamiau) no me parece ni medio normal... Y tampoco es que comieras angulas, caviar y demás baratijas.
ResponderEliminarYo estuve la semana pasada y coincidimos en los aperitivos. Sin embargo, opté por el menú express (49 Euros) que comentaré un día de estos.
ResponderEliminarTengo que decir que las raciones eran generosas y, desde luego, perfectas para llegar al final bien, incluso algo lleno de más.
En cuanto a la comida adelanto que probé el bacalao más exquisito de mi vida.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYa estamos de vuelta de la incursión por Lugo, de la que hablaré más tarde.
ResponderEliminarRespecto al asunto de las cantidades, como es algo subjetivo procuré precisar los tamaños para que cada uno juzgue. Tengo buen apetito y puedo comer incluso en exceso a veces, pero no es la norma. Para muchos que lo conocen, el menú del Corral del Indianu sí lo considero un menú enorme, con el que sales lleno. Esto venía a ser la mitad. Insisto en que salí satisfecho de la calidad del restaurante, mucho, pero no cambio ni un ápice mi consideración sobre sus raciones en los tres casos señalados. Con hambre no salí, Compangu, pero con cara de tonto, un poquito, en cuanto a la cuenta se refiere. Y como bien decís tanto tú como Toni, salvo el salmonete los platos "miniatura" eran de productos baratos.
Comparando tu crónica y la reciente del Gourmet de Provincias sobre Pepe Vieira tiene mejor pinta este último.
ResponderEliminarSolla es uno de mis restaurantes preferidos. Estuvimos allí a finales de mayo y, en mi opinión, las raciones eran suficientes. Cuestión de preferencias personales, en todo caso.
ResponderEliminarJorge, en sus comentarios, no suele poner el acento habitualmente en las cantidades de las raciones. Si esta vez lo ha hecho, ha debido de ser porque realmente le ha parecido llamativo.
ResponderEliminarPOr lo que conozco de Jorge suele ser bastante menos fartón que yo, y quejarse menos por la escasez, así que lo tengo claro: aunque no sea lo habitual en el restaurante, esa vez se quedaron cortos, lo que duele especialmente en un restaurante de categoría donde la factura está en consonancia .
ResponderEliminarToni, concido con tu apreciación sobre el María 2004. En cuanto a los Belondrade, con tanto insistir vas a hacerme darles otra oportunidad.
ResponderEliminarManu, Eldi, gracias por vuestros apuntes. Estas cosas es mejor que las acredite un tercero neutral que uno mismo.
ResponderEliminarEse tema me pareció oportuno señalarlo pero yo mismo sugiero ya una alternativa (las raciones de carta que vi pasar eran abundantes, además de tener muy buen aspecto) y no quisiera que todo quedase reducido a esa crítica. Insisto en que Solla tiene muchas más cosas buenas que lo hacen interesante. Ahora, mi experiencia fue así (¿mala elección?)
En cualquier caso las RCCP de Santiago fueron más favorables pero cada uno tiene su lugar.
Son cosas que pasan depende de la elección. Recuerdo una mala experiencia que contó Pisto en el Aponiente del Puerto de Santa María al pedir de carta. A mi me recomendó pedir el menú degustación y como ya conté aquí fue un éxito en general.
ResponderEliminarBuenas tardes
ResponderEliminarDe vuelta de vacaciones, como siempre es un agrado Jorge leer tus crónicas
Es bueno además que no haya un pensamiento único, que haya disparidad de criterios, lo que no es de recibo es el tema de la abeja, ese hecho desacredita a cualquier restaurante
Qué tal son las cartas de vinos de Galicia?
Un abrazo
Ya veo los claro-oscuros gallegos. Este me parece un poco alto de precio y mas con lo que comentas. Puedes dar mas datos de ese vino?, no lo conozco
ResponderEliminarGracias, Alberto. Sobre lo de la abeja, ten en cuenta que Solla, aunque en plena carretera de la costa está en el campo, al fin y al cabo (las vistas desde el comedor son otro atractivo más) y tiene ventanales muy grandes, de techo a suelo. Al abrirlos para que corriera aire algún invitado imprevisto siempre puede entrar.
ResponderEliminarLas cartas de vino de los que probé, a grandes rasgos, apuestan bastante por los elaboradores gallegos, de los que puedes encontrar cosas no muy frecuentes fuera de allí. Poco (o nada) internacional.
Sibarita, el Tomada do Sapo lo elabora Gerardo Méndez Lázaro (Do Ferreiro) para una firma catalana. En Verema.com hay catas aunque no del 2004. Y elmundovino le dedicó un artículo el 2-IX-2005 a la bodega y da noticia de ese proyecto: viñas muy viejas, crianza en depósito sobre lías...
Acabo de leer un comentario de Espeto en Los amigos de Ligasalsas con una reflexión final interesante, algo que me cansé de ver en Santiago aparte de los sitios de mayor interés que comentamos.
ResponderEliminarTodos conocemos hostelería "para turistas", locales ad hoc, platos precocinados... Normalmente lo tomamos a broma y lo esquivamos pero quizá hay más en juego de lo que parece. Si de verdad queremos que se aprecie nuestra cocina, si defendemos que la gastronomía es parte de nuestra cultura y no menor, también hay que saber presentarlo así al visitante.
Vaya, yo también estaba haciendo "interblogging", Jorge. :)
ResponderEliminarEn sitios como el que yo vivo, en la Costa, existen multitud de "calles del hambre, como se las conoce por aquí. Zonas donde se le "echa de comer" a los extranjeros productos infumables, platos precocinados, género de segunda a precios de oro. Y todos nos reímos y pasamos de largo porque nosotros sí sabemos dónde tenemos que ir.
El problema es que, como todo el público no es siempre gili... (por mucho que lo piensen ciertos dueños de establecimientos), muchos de ellos son conscientes de la bazofia que reciben y vuelven a sus casas pensando que eso es la gastronomía española.
Si nosotros mismos hemos olvidado lo que es comer buen producto. Yo vivo rodeado de chiringuitos y restaurantes mediocres que hacen su agosto también con los españoles, locales y de fuera.
Y luego nos gastamos decenas de millones en campañas de promoción, en exportar conceptos y en qéseyo que más tonterías. Lo que hay que hacer es limpiar la hostelería local de tramposos y estafadores y destaparles la cara. Y apoyar a los que lo hacen bien.
Tienes razón, lo malo que en mi caso no es fácil destapar nada ya que no suelo ir a esos garitos nunca. Bueno ahora que recuerdo sí fuí a un tugurio de esos el año pasado en Sancti Petri por equivocación y cercanía al apartamento. Para haber detonado una mini bomba H.
ResponderEliminarMe acuerdo de una vez que pegué la hebra con un cocinero inglés en el aeropuerto de Málaga, y me comentaba lo mal que había comido en España, y las ganas que tenía... ¡de volver a Inglaterra para comer bien!.
ResponderEliminarDile, ese cocinero no debia serlo, debía ser humorista. Totalmente de acuerdo con espeto
ResponderEliminarMe encantó Solla, creo que ha sido mi comida del verano. Aunque lo mío no vale como referencia para nada, yo diría que era comida más que suficiente -raciones pequeñas, pero muchas-, pero...
ResponderEliminarEn mi opinión y con el Pepe Vieira un par de peldaños por encima de la oferta de las Rías Bajas, donde por cierto hay una concentración interesante hoy por hoy.
Toni,
ResponderEliminar¿Sabes algo de estos dos vinos?:
- Porca de Murça, DOC Douro, tinto, Reserva 2005.
- Cabeça de Burro, DOC Douro, branco, 2007.
(Como siempre, la consulta es para todos, pero ya sabemos quien es el especialista en la zona)
Os leo. En Septiembre haré una escapada express a casa y me daré un pequeño homenaje si el tiempo lo permite.
ResponderEliminarYa veo que todo sigue como siempre. Se os echa mucho de menos en el destierro
Lo del cocinero inglés...pa flipar. En mi destierro, tengo muchos vecinos ingleses y tienen verdadera obsesión por el vino español, cualquiera que sea con tal de tomar vino español y os aseguro que mis vecinos son de los de "nivel".
ResponderEliminarLo que más me llama la atención es verlos desplegar el rito de beberlo como si fuese algo sagrado. Supongo que nos pasará a los que beben Chivas en Escocia, que nos mirarán con cara de "flipaos"
mirar un comentario de Casa Gerardo muy reciente:
ResponderEliminarBreve crónica asturiana (II): Casa Gerardo
LO del cocinero tiene su explicación en lo que cuenta ESpeto. El aeropuerto era el de Málaga, así que si fue víctima de la conspiración chiringoguirifóbica es para apiadarse de su alma. Además, por lo que me comentaba trabajaba en un restaurante de cocina tradicional inglesa y no en un fish & chips. Lo que me contaba a vuelapluma de lo que hacía (tampoco hacía el kidney pudding) tenía buena pinta, aunque reconozco que soy hombre fácil, y más sin desayunar.
ResponderEliminarCandasu , también se te echa de menos. A ver si celebramos esa vuelta en septiembre
Parece que la visita de Mariano a Gerardo tuvo sus altibajos, aunque el resultado final fue bueno. Parece también un menú que pone a prueba los límites de los gustos personales de cada uno. Por decir algo, creo que me hubieran gustado un poco más los platos que menos le convencieron (ostra, navaja, argán,...), y la fabada un poco menos.
ResponderEliminarBuenas noches
ResponderEliminarQué es el argán?
Un abrazo
El argán es un árbol y su fruto, que da un aceite raro y carísimo con un sabor muy peculiar, como de avellanas tostadas. Originalmente los frutos, espinosos, los comían las cabras, y se recogían luego limpios entre sus deposiciones.
ResponderEliminarOs dejo un enlaceque lo explica muy bien
Con respecto a la crónica de Casa Gerardo digo lo de siempre: menú desequilibrado.
ResponderEliminarCompangu, los dos vinos que preguntas son de gama media-baja y no demasiado interesantes a priori.
ResponderEliminarYo era una de las personas que pensaba que este menú no me iba a entusiasmar,hasta que un día me decidí ir a degustarlo y me di cuenta de lo equivocado que estaba.
ResponderEliminarPor cierto,no se si conocereis el restaurante La Huertona en Ribadesella,pero después de unas cuantas visitas lo recomiendo muy gratamente.
ResponderEliminarPrimeros:
-Calamares,un plato exquisito cuando el producto es de primera calidad y sin complicaciones de ningún tipo,un muy buén rebozado y un toque de ajo,que los hacen estar muy ricos.
-Tostas de jamón iberico en una buena tosta de pan con un rico tomate en la misma,sencillamente muy buén plato.
Segundos:
-Bogavante del cantabrico,yo lo pedí cocido y te lo sirven pelado en el plato,el bicho entero,un plato exquisito.
-Lechazo,sencillamente expectacular y una buena ración de este maravilloso animal.
Postre:
-Arroz con leche,correcto y servido en una ración adecuada.
Vino:
-Riesling,no me acuerdo del nombre,servido a temperatura adecuada y en copa adecuada.
Cafes:
-Aquí sirven un buén cafe arabiga,y eso en los tiempos que corren parace que es muy dificil conseguir el poder tomarse un buén cafe después de una buena comida.
Observaciones:
Un restaurante con muy buena RCP y donde se come muy bién,y donde se puede disfrutar de una muy buena sobremesa viendo las laderas de los alrededores del restaurante mientras te tomas algún que otro gintonic de su carta de ginebras.
Aunque hace algún tiempo que no voy a La Huertona también tengo buen recuerdo de él.
ResponderEliminarCandasu, cuando vengas a ver si sacas un poco de tiempo aunque sólo sea para "echar a perder" unas cervecitas. Ánimo.
ResponderEliminarDesde el fin de semana pasado tengo pendiente comentar algo sobre una comida en Lugo, poca cosa puesto que fue una pequeña decepción.
ResponderEliminarSe juntaron varios elementos de lo que puede ser un clasicismo mal entendido, convertido en inmovilismo, que a veces a mí me parece falta de oxigenación, parálisis en los restaurantes. Pero si hay una cantidad suficiente de público anclada en el mismo punto supongo que el negocio sigue.
Fue en el Mesón de Alberto, del que encuentras referencias favorables como "clásico" y "de producto". Nada que objetar a esa opción, que a veces hasta añoras.
Pedimos dos entrantes compartidos: croquetas de marisco y filloas rellenas de mejillones. Las primeras salían sin parar para casi todas las mesas. Bechamel "tocada" con caldo de marisco, sin tropiezos, aceptable de sabor, pero les perjudicaba un rebozado algo basto y víctima de muchos usos sucesivos del aceite. Las filloas estaban mejor. Eran saquitos de la pasta con los mejillones picados en su interior pero en este caso el mejillón era muy sabroso.
Después mi acompañante pidió rape al queso. No lo probé ni confío mucho en la combinación pero a él le gustó. Yo elegí mero a la plancha. Buen pescado y bien tratado. Si se hubiesen ahorrado acompañamientos el plato habría sido menos vistoso pero mejor. Porque aparecía una salsa de esas omnímodas, que le atizan a todo, y que se disfrazaba de fondo pero con puntas saladas excesivas y densidad artificiosa. Vamos, que como mínimo tenía un porcentaje de truco con quizá una participación minoritaria de fondo noble.
Con los postres te tocaba sufrir uno de esos detalles que alguna gente sigue considerando especiales: flambeados en vivo con índice de riesgo de incendio elevado además de la interferencia de aromas. De hecho no puedo hablar muy alto porque el otro lado de la mesa lo pidió; en concreto, filloas (más) flambeadas con fresas. Por la cara que puso no le emocionaron demasiado. Y aseguró que las había comido mejores otra vez anterior en el mismo sitio. Yo aposté por una tarta de queso, casi lo único que se salía del tipismo y del fuego, que no era nada del otro mundo pero tenía sabor agradable y era muy ligera, la comías sin pensarlo.
El capítulo del vino otra pifia. Dos Rías Baixas algo interesantes figuraban en carta pero luego no estaban en la bodega. Eso sí, después de que fueran a comprobarlo, nada de tener noticia de ello al pedir. Al final, Pezas da Portela que se limitó a limpiar el paladar con acidez un poco alta.
No faltó el despliegue de botellas de aguardiente al final de la comida. A esto, invitados y sin tasa.
El total para dos fue de 111'76. Mal empleadas.
Qué mal ha quedado esa grafía. Mejor ponemos 112, sin decimales.
ResponderEliminarJorge, lo que comentas del El Mesón de Alberto lo firmo.
ResponderEliminarLa última vez que estuve en tomé merluza a la gallega que la hacen muy bien con una estupenda materia prima.
Jorge, el pezas da portela solo se limitó a limpiar el paladar?, madre mía, a mi que me encantó ese vino en una cata rápida. Compré una botella que tengo por aquí esperando ocasión, sabes de que añada era y cuanto castaba en el bar?
ResponderEliminarPus la ultima vez que estuve en el Alberto no fue mal, tampoco como para dar saltos de alegria, pero comimos bastante bien y mejor que en otro "clasico" como es el Verruga, pero claro, te hablo de hace mas de 4 años...
ResponderEliminarMe estoy tomando un Gorvia 2005 de Monterrei. Pequeños defectos: un poco alcohólico y confitado, un algo agreste. Grandes virtudes: frescor, buena acidez, tanicidad fina, ambos bien integrados, abundante fruta roja,un algo vegetal , herbáceo y montaraz que le da una marcada identidad. Buen vino, sin duda.
ResponderEliminar....y un buen especiado, entre el regaliz y el clavo (es que aparece al final)
ResponderEliminarBuenas noches
ResponderEliminarYo en el Mesón Alberto en Lugo, he estado en un par de ocasiones, siempre me ha convencido, eso sí es un lugar de sota, caballo y rey, sin grandes pretensiones pero digno
Dile
Yo me tomé hace poco una botella de Gorvia 2005 blanco sin llegar a la calidad de los nuevos tintos gallegos me pareció interesante
Un abrazo
Sibarita, desde luego a mí no me gustó. Dominaba esa acidez pero mal integrada y había notas amargas poco elegantes. La añada, juraría que 2006 y el precio te lo confirmo mañana, pero creo que sobre 18 euros.
ResponderEliminarFartones, de esas irregularidades de Verruga he oído hablar pero tampoco puedo decirte más.
Buenos días a tod@s,
ResponderEliminarpor fin me puse al día después de varias semanas sin tocar el ordenador por aborrecerlo y tener ganas de desconectar de esto un poco.
Lo primero de todo es decirle a Mickelson 1975 que me perdone por no haber respondido a su petición de ayuda de fin de semana en Madrid. No es que domine el tema, pero al vivir aquí, algo podía haber ayudado. Lo siento, es que estaba fuera de esto totalmente.
Luego vuelvo, que me tengo que ir, pero quería saludaros.
Adios
Hola Limonta. Me alegra volver a saber de ti , se te echaba de menos.
ResponderEliminarEn la pruba del día después (con vacío y en nevera) al Gorvia le daba un aprobado flojito por la tarde y un notable alto por la noche . ESto de los vinos ye un misterio.
Me gusta el post de Maribona sobre LA NUEVA ALLANDESA. Lo que es, es.
ResponderEliminarHacia tiempo que no iba al restaurante el puerto y la verdad es un clásico que sigue funcionando muy bien.
ResponderEliminarEntrantes:
-Crepes de centollo,lo más importante bien rellena de centollo,estaba muy bueno.
Segundos:
-cocochas al pil pil,exquisitas.
-Lechazo,estaba correcto.
Postres:
-helado de turrón,correcto.
Cafés:
-café intermedio(ni bueno ni malo).
Observaciones:
-Raciones muy generosas tanto en los entrantes como en los segundos.
-Aperitivos correctos,un gazpacho y un pastel de cabracho.
-Antes del postre te dan una teja que está de muerte.
-Buena atención y bonito local con hermosas vistas.
El sábado por la tarde/noche, parece que hará buen día, hacemos esa "cata de vino" frente a san julian de los prados?, quien se apunta?
ResponderEliminarJorge, no bebimos el mismo pezas, a no ser que la botella que tengo aquí diga lo contrario, el vino no evolucione bien o no sé.., yo lo recuerdo como complejo, dulce toque acaramelado, fresco, con buena acidez, y muy sabroso. Ya te contaré cuando de cuenta de él.
ResponderEliminarMuy rico también el José Pariente Fermentado en Barrica 2007. Lástima que sea difícil de encontrar.
ResponderEliminarToni, lo hay en coalla
ResponderEliminar¿Seguro?. Antes tenían el José Pariente básico pero no recuerdo haber visto el barrica. En la web no los tienen.
ResponderEliminaren la web de coalla no salen todos los que hay en la tienda. Lo ví hace unos 15 días a unos 12,50 €, otra cosa es que pudiera haberse terminado...
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminarEste verano, a parte de lo comentado hace varios días, la verdad es que no he tenido muchas salidas buenas. Casi todo me lo he comido en casa, dieta a base de marisco (Toni, creo que el 90% de mi cuerpo está hecho de marisco hoy en día y me están saliendo pinzas, caparazón y unas pezuñas negras horribles, pero huelo genial).
Visitas decepcionantes a algún sitio respetado. No me lo explico, así que me callo.
Sí puedo hablar de Casa Antón en Cuerres y Arbidel en Ribadesella, que serían los dos sitios que de esta zona me han gustado mas.
Este año no fui ni a la Huertona, ni a Güeyu Mar (bueno, a ver la puesta de sol tomándome un refresco sí, pero no a comer), ni a Casa Marcial. No pudo ser.
En Bilbao, poca cosa a destacar, nada para contar, salvo las sardinas que me tomé en Cierbana, o la tortilla de Kepa Landa que, como siempre, está de vicio. En cambio la del Casino de Lesaka este año no estaba como suele estar, pero sí la merluza, cortada en rodajas finitas y está muy bien frita.
Un sitio nuevo en Fuenterrabia, donde tomarse un vino y una buena tapa con un poco más de imaginación.
Hice una bonita excursión al valle de Mena, en Burgos, que me encantó, paseando por caminos medievales que comunicaban los pueblos del norte con Castilla, a través de bosques dnde parecía que era de noche en pleno día.
ResponderEliminarY comi en un restaurante muy bueno: La Taberna del Cuatro, en Villasana de Mena, donde me dieron un chuletón con guindillas frescas fritas, morcilla y una ensalada de tomate de verdad con queso de cabra. Un buen sitio, sí señor.
Limonta,
ResponderEliminar¿un refresco en el GÜEYU MAR? ¿No tienen sidra, vino, cerveza o similar en ese sitio? :)
Es un placer verte de nuevo por aquí.
Hola, Compangu,
ResponderEliminarNi que me conocieras... Es verdad que saliendo de mi ese comentario tan "cuco", hablando de refrescos, cualquiera diría que me están quitando mi nombre, mi espíritu, mi honra. Pero la verdad es que fue así: un día de playa y de soledad (¡qué bueno es!), y cuando ya la arena me cansa, me subo a las mesas que tiene en el exterior el Güeyu, al lado del aparcamiento, y veo el atardecer con una coke, que es lo que me apeteció. Qué sé yo por qué. Pero si quieres te tomas una sidra, o una cerveza, y te quedas mucho mejor seguro.
El placer es mío al incorporarme a este blog. Y te saludo, compañero, a ver si nos conocemos un día de estos.
Otra cosa: me encanta la sinceridad de Jorge en este post. Bueno, y en todos.
Si le ha parecido poco ¿qué?
Gracias, Limonta. Bienvenida de nuevo. Aunque no haya habido gastronomía memorable estos días me alegro de que hayas disfrutado de buenas excursiones. Y me alegro de que Arbidel siga en forma.
ResponderEliminarSibarita, podrá haber sido la botella. El Pezas por ahí acapara buenas opiniones. Por cierto y para ser preciso: 14'10 sin IVA era su precio.
14€?,impresionado me hayo.hace 2 meses estuve en la bodega y me cobraron 19.
ResponderEliminarbueno,ya veo q no se apunta nadie a brindar con la historia,jajaja, q pedantería.na q sois poco echados palante o poco freaks. Seguiré haciéndolo sólo,jajaja
ResponderEliminar