sábado, enero 03, 2009
Un camino antiguo y oscuro (II), por Jorge Díez
Retomo el hilo. Al Llar le sucedió como base el “Naima”. Juro que tuve mi época de tomar té americano allí. ¡Y de noche! Paco me miraba como a un marciano pero nunca me falló. Era también un recurso seguro para las noches de diario y para hablar de lo divino y lo humano. La música siguió siendo española pero escoraba hacia el pop. Y también marcábamos el territorio escogiendo esquina, aunque allí servía de poco, más testimonial que otra cosa, que en cuanto se llenaba el pub era un mar de gente. Al final acabó quitando las mesas el fin de semana.
Cuando quería explotar la veta inglesa, o iba solo o con los más leales. Entonces nos tocaba cambiar de recorrido y subir a “La silla eléctrica” y sobre todo al “Metro”. En la Silla todavía hablaba con los amigos; en el Metro entraba en trance y escuchaba. La vanguardia en inglés vivía allí, incluso la que ni llegaría a Asturias siquiera. Si coincidía una sesión en que pinchaba Valentín Santamaría la noche era estelar. Aunque vulgares, de Gordons o Larios, allí había sitio para esos Gin Tonics tan afamados hoy. (¿Cómo van a gustarme ahora?)
Ese era el lado onírico. Lo asocio al cómic, que también vivió entonces una buena época. El de aquí, de Barcelona y Madrid sobre todo, nada de manga. Como siempre, con bandos: línea clara frente a línea oscura, Cairo frente a Víbora, decidía dónde ir -Pick up frente a Santa Sebe- cuando la noche no obedecía reglas, cuando me había escindido del grupo y quería soñar solo. Algo tienen, o a alguien tienen; ahí siguen vivos y coleando. Los pubs, no los comics. ¿Lo adivináis? Casi siempre escogía lo oscuro, la Santa, y la chica más enigmática de la noche ovetense de entonces. A saber en quién se habrá convertido.
Como no soñábamos tanto casi siempre pisábamos suelos más embadurnados: “Desmayu”, “Ananda”, “Cechini”…
También hubo una ruta cervecera para los arranques, que coincidió con la época en que entraron en Oviedo algunas marcas de importación por encima de lo que conocíamos aquí. Y se sucedieron en el trono “L’asturianu”, “La internacional” y “La Deva”, la minúscula y la grande, cuando Yoli tuvo que tomar el timón y hacer un bar rentable como fuera. En La Deva parábamos demasiados conocidos para local noctámbulo, parecía más de barrio y ese era su encanto. A La internacional me llevaron la casualidad y un amigo que trabajó de comercial y de camarero, estupendo anfitrión en ese mundo del lúpulo. Y allí volví a encontrar al inefable Mauricio, cubano de Villaviciosa, después de infinitas noches dedicadas al ron en su “Caimán barbudo” de la calle Carpio. Este merecería por sí solo otro post. Después Mauricio se pasó al territorio del vino pero coincidimos pocas veces. Quizá deba visitarlo otra vez y recordar viejos tiempos. Y sin cerrar el capítulo de la cerveza con este paréntesis, ahí estaba el “Ca Beleño”, casi un mundo también, demasiado amplio para constreñirlo con la cebada. Era cerveza, era café por la tarde, era carajillo para entonar, era whisky en mil variantes, era música, era punto de encuentro con los vecinos y a veces rivales de Filología… Y es otro que sigue en la brecha. Por cierto, padre putativo de La Deva a su manera.
¿Cómo se podía abarcar tanto? Ni lo sé visto desde hoy. Otro camino posible pasaba por los históricos, los que vieron sucederse generaciones de pretendidos bohemios que (casi todos) fingían y buscaban otras cosas. Hay dos nombres imprescindibles en esta parcela. El "Diario Roma", que es otro camaleón de la noche de Oviedo y atesora una gran discoteca aunque restrinja mucho su uso y disfrute. Y como uno tiene sus años lo conoció antes de ser el que es, cuando era el “Biba”, misma estructura pero impagable escalera kitsch envuelta en un zapato de tacón femenino. Y el clásico “Tigre Juan”, el original con su piano y sus tres zonas, más que el efímero sustituto que siguió al cierre por derribo, aunque merece recordarlo también. Otro cofre lleno de historias.
Ea, fuera pedantería, que esos clásicos es lo que tienen. Cuando también la ruina cerró el Naima nuestro último refugio con la versión de pop español aún más edulcorada fue el “Ñeru” y ahí se hizo astillas lo que quedaba de la panda, que ya tocaba. Después hubo etapas para otra gente, nuevos conocidos o rescatados de antaño, y tuve parada y fonda en “La armónica”, en “El cielo”, que ocupó el local del Dharma y lo mismo era café tranquilo de tarde que acogía lo inconfesable de noche, en “El refugio”, con tan buenas sesiones musicales hasta que les cortaron las alas…
Saltando aquí y allá, de década en década, me han quedado en el teclado-tintero el “Plaká”, el “No name” con su Keller negra y su sándwich de jamón y queso, el “Changó” agarrado a la moda del mestizaje cultural, “El olivar”, los cuadros de Cabrero, los vinilos viejos que aguantaron la llegada del CD, los primeros vídeos musicales (cuando eran como cortos, no como papel couché para vender el temita) como los del Viena de Ultravox o el Ashes to ashes de Bowie, el “Tsaciana” desde donde también dieron el salto al vino, los pinchos del “Campa” o del “Chicote”, la cara seria del patrón del “Frankfurt”, que trajo a Oviedo el fast food antes de que nadie supiese lo que era, los garrafones de cerveza en “Las Mestas” con concurso incluido… Demasiadas cosas. Tantos camareros casi amigos, que siempre he sido animal de barra y eso se me da bien. Tantos años que da un poco de vergüenza.
La mayoría leeréis esto en diagonal o ni siquiera porque no conocisteis los sitios, pero habrá quien se mire al espejo y quiera ver en sus canas otra cosa. Venga, me perdonaréis por eso del espíritu navideño. Todos se ponen pesados por estas fechas y como atenuante diré que escribo esto el día 28 de diciembre. Y este es el árbol de navidad que os dejo. Ahora llenadlo de paquetes con regalos, poned vuestros propios caminos, diferentes, más jóvenes. Muchos locales citados ya no existen pero alguno sigue y os habrá dicho algo. Podéis aprovechar para poner a caldo a este aprendiz de gourmet con tanta información de su pasado. Pero sobre todo este árbol pide adornos musicales, es lo que le falta. Llenadlo de enlaces a vuestro gusto. De aquella le quedan ecos de Leño, Asfalto, Topo; de Ilegales o La Banda del Tren; de Crack; de Salón Dada o Modas Clandestinas; de Loquillo, de Golpes Bajos, de Dire Straits, de Bowie, de Pink Floyd, de Genesis, de U2, de Jethro Tull, de Black Sabbath o Thin Lizzy, de Kansas o de ZZ Top… Demasiados ecos. Y en la cúspide del adorno yo propongo el Starless de King Crimson. Feliz 2009 y más.
P.D. Como siempre, esto es para todo el que quiera leerlo, pero esta vez en especial para Tony, que lo provocó. Sigue en la brecha, hermano.
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Al Campa parábamos por la tarde-noche , calentando motores con alguna cerveza, antes de meternos en el vecino Monster (ahora Flamin), subir un poco al Diario Roma, en cualquiera de los dos , arriba o abajo, que eran diferentes.El verdadero creo que estaba arriba. O al Berlín, que al principio era de lo más duro de entonces, un punto jevi metal, con aquellos baños donde entre aguas menores y mayores, no era difícil encontrarse grumos de alguna comida mal digerida, alguna jeringuilla sanguinolenta y, lo más increíble , algún condón usado. Mi favorito fue siempre el Chanel. Lo diminuto del local y lo alto de la música impedía poder hablar de algo, así que lo dejábamos para ese momento e que preferíamos simplemente escuchar la música. Los peces ayudaban al trance. Y alguna vez , apesar de estrecheces, caía algún concierto. Normalmente estos eran los bares que nos apetecían, luego surgía el hambre propia de la edad y acabábamos en cualquier bar de multitudes, que nunca se nos dio demasiado bien. En los pinchos, solíamos tirar por los de tortilla de La Maniega o los del baruco ese del Rosal que tenía los bollinos contra el mostrador, al lado del bote King-Size de mayonesa Musa. Lo que me gustó siempre fue pillarme un bocadillo de esos guarros del Entrepan antes de meterme en la cama, sobre todo si tocaba ir solo.
ResponderEliminarLos que no deberían dejar de aparecer son el Montoto,aunque era más de las generaciones anteriores, y sus chatos de vino infame, pero qué ricos los bollinos calientes. Todavía resiste. Y su vecino El Manantial.
¡qué recuerdos! Nunca o casi nunca me acuerdo de aquellos tiempos pero hoy me he puesto a recordar......
ResponderEliminartoni, una precisión, la deva era de yoli y de su hermano jose, q tiempos paré alli. lo de la discoteca del diario, jejeje, siempre sonaba lo mismo. y los baños del berlin inspiraron trainspoting......
ResponderEliminar¡Hola a todos!
ResponderEliminarAntonio
Desde el móvil no puedo participar, no me deja, cuando llegue a Gijón lo haré. Tomatelo con calma, que no te reste tiempo de hacer cualquier otro plan con Marta. Felicidades amigo.
Guaje
guaje, ye que te tengo no admitido por farton jeje
ResponderEliminarCómo jode un poco de resfriado cuando uno está ante un trozo de grueso, terso y gelatinoso rodaballo, y en la copa espera un Grans fassian Auslese 1998 , todavía juvenil, con la expresividad arrolladora de la Riesling.Aún así ,qué ricos ambos.
ResponderEliminarAyer subí al Buenos Aires por la noche. Buenas las costillas de cerdo, jugosas y crujientitas por fuera. Aceptables los criollos. Bastante malo el buey. Malísimo el plato de postres mixto. Mediocre la sidra. Con dos botellas, cefeses y chupitos , 35 eu P/c
ResponderEliminarY en Riodi tienen en el congelador a 1.35, unos envases de restos pequeños de setas de las buenas con los que se hacen unas salsas que quedan de rechupete.
ResponderEliminaray, un buen rodaballo es lo mejor.
ResponderEliminaryo ayer hice uno de pisci, era grandote, kilo y medio casi, y a 8 eur el kilo, pero ..... muy mediocre, o hice magia y la desapareci o aquel bicho no tenia nada de gelatina :-(
las costillas de buenos aires siempre estan buenas la verdad, y eso de que te inviten a lo que tomes en la barra mientras esperas mola jeje.
no conocia riodi, pero ya lo busque, mañana paso por alli a por esas setas :-)
J...r, cuando ya casi había entendido el conceto culinario con un rodaballo de lujo, con un coqueto dulzor cerca de la espina [en otro momento le contaré a Guaje en privado algo sobre dulzor y alcachofas, repito, al-ca-cho-fas] la lío y un vino llama a otro vino, y que si Tres Caracoles, que si Divinos, que si Tabernilla, que si... que sí, que sigo. ¿O a alguien le sonó este post a retirada melancólica? Bueno, he desayunado en El Alba, ergo la noche ha sido muuuuuuy turbia. Como penitencia, a desayunar una sidrina a Gascona, por malo. El primer desayuno fue el de acabar ayer y el segundo, el de empezar hoy. No se me confundan. Ya sé que no es muy ortodoxo desayunar dos veces el mismo día pero la jartá pinchinos del Rincón hacen mejor cuerpo, oiga. En realidad, tres desayunos si cuento el zumo y el yogur en casa para que el estómago no se me alzase en armas.
ResponderEliminarMuy apropiado para este post.
Volvamos al tema. Quedaba por ahí pendiente de la primera parte un comentario de Caviar asturiano sobre el salón rojo del Marchica. No puedo decir nada porque no fui nunca pero sí paré alguna vez en el Marchica "básico" a tomar una sidra. Y ahí se daba algo muy "del oviedín del alma" que me disgustó siempre pero que existía y perdura en algún caso. Tal parecía que los clientes sólo lo podían ser por herencia o cooptación, que si no eras hijo de Don... o pariente o socio del Sr... tu parné no era de curso legal allí y lo de atenderte está por ver. ¿Y cómo se arregla un huérfano temprano para ir con su papuchi recién estrenada la mayoría de edad en sesión dominical después de la misa? ¿Con un holograma? La solución, cambiar de sitio.
ResponderEliminarTambién encarezco al mítico guerrero cántabro, al valiente y leal Corocotta a que profundice en lo del local no para mujeres, que seguro que conoce muchas anécdotas jugosas que a otros se nos escapan.
Por cierto, me parece que hay un entuerto que desfacer sobre los Ruiz. Julio Ruiz, el de Disco Grande en Radio 3 al que se refería Dile, es persona distinta a Julián Ruiz, el de Plásticos y Decibelios que creo que anda ahora por M80, aunque se dediquen a parecidas labores. Creo.
Lo que está claro es que los COMPANGU-JORGE-TONY, gastan una salud envidiable, y un estado de forma que ni Guti allá por el final de los 90. Lo mismo sus da llegar a las 2 de la mañana que a la hora que se empiezan amasar los churros. Que aspirina meteis a esos cuerpos para la eterna lozanía???? Einch????
ResponderEliminarCuando era asalariado y soltero aguantaba como un niño, pero desde que me gusta disfrutar del día no valgo "pa na".
Guaje
Gran Tony, no provoque usted a este viejo guerrero de la vida y de la noche.
ResponderEliminarYa que me da pista de baile y no me ignora -como otros- le voy a ofrecer un paisaje de tiempos que usted rozó en la calle de don Alejandro Mon y sus aledaños.
Lea y diviértase:
"El Gato Negro", a la que se solía entrar por la plaza de Trascorrales y salir por la otra puerta en la calle de La Ferrería, quizás como necesario test de alcoholemia para poner a prueba la resistencia corpórea ante la pesada pendiente urbana. "El Gato Negro" era uno de los lugares sagrados para iniciados. El otro buque insignia nocherniego que tenía como capitán a Belarmino Alvarez Otero "Belarmo" era "Tigre Juan", en el que el poeta Ángel González, cuando sentía el pellizco después de calentar bien la garganta con whisky se agarraba a una guitarra y cantaba pasionales boleros, como su especial versión de “Cielito Lindo”:
“Ese lugar que tienes, cielito lindo,
entre las piernas.
Ese lugar tan íntimo y querido,
es un lugar común.
Por lo citado y lo concurrido”.
Aunque el consumo de bebidas alcohólicas de garrafón era entonces considerable, no se padecía la triste época de los relojes cambiados en que los nocherniegos trataban de emborracharse cuanto antes como sucede ahora, sino todo lo contrario. No se mezclaban los alcoholes para que la lengua no patinase y dejase en evidencia a quienes hacían de la dialéctica uno de los recursos contra la soledad y la incomprensión. Eso fue lo que padecían a causa del predecesor en materia de prohibiciones: "Tuto", quien en su local ni dejaba fumar tabaco rubio, ni que se hiciesen manitas, a fin de que semejantes comportamientos no le hiciesen empeorar en sus dolencias asmáticas y sentimentales. "Tuto" quizás era un avanzado de la teoría de que más vale solo que mal acompañado. Ya lo advertía Onofre Villa, el sabihondo camarero del "Café Gijón" -no el que come "El Guaje" el pinchu de tortilla, sino el genuino de Madrid- quien cuando estaba inspirado solía soltar el profundo pensamiento de que si uno está solo y se aburre se está insultando a sí mismo.
Saludos Tony y gracias por permitirme este desahogo de un incomprendido.
Perdón, mis meninges patinan y quien me tiró el capote no fue Tony, sino el gran Jorge.
ResponderEliminarDisculpas, pero, al fin y al cabo, ¿qué es un nombre o un nick, cuando andamos por el ciberespacio?
Perdón, Jorge y disculpas Tony.
y alguien se acuerda el bar de vinos q habia frente al campoamor, decorado (¿?) con motivos taurinos, telas de araña dnd el vino era infumable, estaba petado de señores mayores de tonalidad rojiza y dnd no te podias besar con tu pareja pq te echaban?
ResponderEliminarJorge, ¡pesado que soy!
ResponderEliminarQuienes amamos la buena gastronomía jamás olvidaremos Trascorrales.
Allí se reunió cenar el jurado del primer premio "Tigre Juan". Aquella noche Fernando Martín les ofreció: ensalada de pimientos "Pilares" -que le recordaron al gentil Ramón de Pérez de Ayala y también a aquel singular escritor Manolo Pilares, quien era una de los habituales contertulios del "Café Gijón", pero que a la hora de la verdad no cumplieron con sus últimas voluntades de verter sus cenizas por el retrete en donde tantas veces había desahogado sus intestinos y toda su mala leche contra los fascistas-, pata de lechazo "Vetusta" y y leche frita. Nada que objetar a tan opípara comida, sabiamente hecha por quien iba raudo y con toda justicia, a pesar de su contrastada bohemia, por la senda acertada hacia el prestigioso Premio Nacional de Gastronomía.
Todo ello dicho con mesura y perdón -especialmente a mi admirado el genuino e incomparavle diletante- para que sirva como complemento as los magníficos retazos de la calle de Alejandro Mon escritos aquí por Jorge.
Buenas noches, "Babieca" me espera...
Corocotta
ResponderEliminarA este paso te voy a incluir en "los 3 mosqueteros", otro que bebe el caliz de la eterna juventud.
Y a todo esto, ¿qué tal era la tortilla del "otro" Café Gijón?
Saludos
Guaje
Guaje:
ResponderEliminarA su pregunta de la calidad de la tortilla del "Gran Café Gijón· del paseo de Recoletos de Madrid, le aseguro que era deleznable y, sin embargo, a precio de oro, como todo lo que allí se consumía y se consume. Cuestión de modas, obviamente por las que hay que pagar siempre el abusivo estipendio correspondiente.
Corocotta, cuando te pones a contar creo que todos disfrutamos. Lástima que nos lo raciones tanto.
ResponderEliminarY ya que salen Ángel González y los bares de tertulias, no podía dejar de mencionarse el café Oliver, donde comenzó la famosa tertulia de Victor Botas, José Luis García Martín y una camada de jóvenes que han dado muchas páginas de buena literatura : Xuan Bello, Martín López-Vega, Almuzara, José Luis Piquero,...EStaba en la Avenida Galicia y desapareció hace ya unos años.
Y otro sitio magnifico en Oviedo e n el bajo del hotel reconquista era el pub,bombé.Que gran sitio teníamos y que pena que desapareciera.Por cierto,pare muchas veces en el marchica y sin ser hijo de,o Sr,o Don,siempre me atendieron bien.
ResponderEliminary el club new york(creo q se llamaba asi), q estaba en un portal de vecinos al lado del yuppi de la jirafa, un club de jazz, blues, q sabias q estaba abierto por un farol q habia dentro del portal, y subias al primer piso?lo conocisteis?
ResponderEliminarSibarita, no tenía idea. El que me gusta ahora en plan jazz es el Danny's, que debe llevar ya más de diez años abiertos.
ResponderEliminarpero la perla, el tugurio de vinos frente al campoamor si?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo,que gran sitio era el bombé.
ResponderEliminarCuaantos recuerdos de tardes y noches de descontrol. Yo la verdad es que soy muy malo para los nombres de los bares, soy de esas personas a las que le decías quedamos en tal bar y yo siempre tenía que preguntar cual era aunque fuese a él de modo habitual. Me acuerdo perfectamenete de la parte de arriba del Alkor, sitio donde te jugabas la cabeza cuando te levantabas, ese kalimotko y ese loro desplumado. También me acuerdo del Cechini, el Berlín, La Santa Sede, Chanel,la parte de arriba del Diario de Roma,........
ResponderEliminarLa zona del Rosal no era de mis favoritas, solía andar por allí más por semana ya que estudíe en el Alfonso II (bueno algunos años estudie más que otros).
Cuaando empezé a salir soliamos quedar en una zona de bares que hay entre la avenida galicia y la sede de telefónica, no me acuerdo el nombre del bar pero si miras los bares de frente era el de la izquierda. Hace mucho tiempo que toda esa calle cambió.
Sin duda muchos recuerdos, aunque veo que alguno de vosotros sigue en plena forma!!!!!!!!!!!
Hablando de otro tema, buena experiencia hace unos días en la Sidrería La Villa de Navia. Es un sitio del que han hablado bastante bien en el blog de Salsa de Chiles y la verdad es que es muy recomendable. Un punto a favor es que tienen comedor de no fumadores, con una decoración clásica pero cuidada.
ResponderEliminarEl servicio muy atento.
Fué una parada rápida en un viaje a Galicia, con lo cual nos decidimos por pedir unas raciones. Buen detalle de la camarera que cuando nos tomó la comanda nos recomendó quitar una de las raciones, ya que estas eran abundantes.
Tomamos:
- Pulpo a la Gallega. Perfecto de punto. Un ejemplar de pequeño tamaño muy rico. Cachelos muy buenos. Todo regado por un buen aceite de oliva. Pelín alegre de pimentón picante.
- Fritos de Bacalao. Muy buena textura, fritura muy limpia. En mi opinión con un punto de sal más del deseado (quizás al gusto de mucha gente, pero yo suelo tomar las cosas poco saladas), pero de todos modos muy ricos.
-Pimientos Rellenos. Rellenos con bacalado y grelos, rebozados y acompañados de una salsa de pimientos. Muy ricos
-Leche frita. Prescindible
-Café. Muy malo
En total tres raciones generosas, una botella grande de agua, una copa de vino, un postre y tres cafés por 45 euros.
¡Cuántos recuerdos, Jorge, de una época pasada, a la que los de nuestra generación miramos ya con cierta nostalgia (al menos yo).
ResponderEliminarNo solía frecuentar mucho Oviedo en esa época, pero cuando quedaba con unos amigos estudiantes y residentes allí, solíamos empezar en el Dharma y de la ronda de bares posterior solo recuerdo el nombre del Tigre Juan, según ellos, allí, por semana había posibilidades de terminar la noche en brazos de alguna mujer madura, yo los fines de semana recuerdo un espacio pequeño lleno de gente y humo, dónde era difícil hasta respirar.
En cuánto a la radio, yo también vivía pegado a Radio 3 y por las noches al Expreso de Enrique Bueres.
De los grupos, aparte de los más conocidos, qué bueno recordar a Salón Dadá, a Modas Clandestinas y también a Los Locos.
En cuánto a los comics, tengo en casa todavía una buena colección de Víboras y Cairos.
Ah! y por cierto, si alguien lo conoce, un single de Manolín el nietu Celo Xuan.
¿Ves, Corocotta, como atesorabas buenas historias? Gracias por compartirlas. Del Gato Negro no comenté nada porque lo encuadraba en otra categoría pero está claro que también era un imprescindible.
ResponderEliminarSibaritastur, cómo olvidar La Perla, con sus mesas reservadas sin reserva y su vino en odres, en pellejos. De los locales que Sanidad indulta a petición de Cultura. Y también recuerdo el "New York, New York", claro, que se me escapan pocos de la nómina. Si acaso, la zona que cita Olenka porque esa no la incluía en mi jurisdicción. Que éramos tribus invisibles, sin pinturas de guerra, pero diferenciadas igualmente. Por eso es bueno que cada uno aporte sus propios santuarios.
Me alegra, Caviar asturiano, que no te sintieses incómodo en el Marchica. Quizá sea yo, que soy muy suspicaz.
Manu, mi colección de cómics no recuerdo a quién se la legué en su día, así que no te extrañe que alguna vez te pida prestada la tuya para recordar ;-)
Bueno, por fin esto se acaba. La cabalgata, los reyes y a tomar... vinos.
ResponderEliminarSi habéis sido buenos y aún no tenéis rematados los regalos, hay una oportuna (¿oportunista?) reedición de una novela cómica del 76: "Están matando a los grandes chefs", de Nan e Ivan Lyons. Los aficionados a esto podéis reíros un rato con una lectura fácil, donde reputados cocineros son asesinados con su propia técnica culinaria. La de maldades que se me ocurren. No sé si promover un juego trasladado a nuestro entorno. Reconoceréis, en otras latitudes, a muchos personajes que os sonarán. Y eso que, repito, el original es de 1976. Qué previsibles somos los humanos.
No es gran literatura pero después de excesos con las grasas, demasiadas burbujas, demasiados parientes y mucha televisión de la peor calidad, conviene una dieta depurativa. Caldos, ensaladas, tortilla francesa... No intenten recetas más complicadas los primeros quince días (salvo Antonio López) Raciones moderadas, vinos fáciles, películas cortas y diáfanas y libros de este estilo para ir recuperándose.
Con tanta festividad religiosa tendrán la Biblia fresca ¿no?
ResponderEliminarHay treinta monedas de recompensa para quien coma en el Labul y nos lo cuente. Lo siento, pero hacen falta conejillos de indias.
Sé que alguna criatura noctívaga se va a sulfurar cuando lea esto pero debemos pensar en lo malo que es el exceso de sulfuroso :-)
(Yo no puedo, que a pesar de una dieta sana y antinavideña creo que se han quedado conmigo dos kilos más, atribuíbles al 50% a los turrones -única excepción- y al DVD)
Hace un montón, un montón de años, en Cuenca, un conquense-oventense del que no guardo buenos recuerdos, me señaló el bar La Santa Sede en Cuenca y me dijo: En Oviedo, hay uno que se llama igual.
ResponderEliminarEl alcohol vertebra una nación.
Carlos
Simplemente por "exactuar" (la carrada de Mahous y la acidez que me está levantando el kebap me hace inventar palabras). El bar de Oviedo es LA SANTA SEBE.
ResponderEliminarMe extenderé después con más detalle, pero adelanto que me llegó un cargamento procedente de Jalisia que ni el de Salave.
ResponderEliminarfue, pero ya no es...
ResponderEliminar¡Pero qué Majos han sido este año los Reyes conmigo!
ResponderEliminarComo decía, este año me vinieron casi en exclusiva de Galicia. Aunque todavía queda por concretar un envío que me llegará desde Francia, pasando por Gijón.
Como, desde pequeño, me gusta enseñar “mis juguetes”, esto es lo que me han traido:
Albariño do Ferreiro Cepas Vellas 07
Viña de Martin 07
Baladiña 07
Arman sobre Lias 05
A Torna dos Pasas Escolma 05
Priscillus 07
Triay Mencia 07
Zárate 07
Zárate “Tras da Viña” 04
Ya os iré contando cómo me divierto con los presentes.
Y no se me puede olvidar darle las gracias al “Rey Mago” que ha hecho tan buena selección, que seguro que nos lee ;)
Está claro que me he propuesto ampliar mis exiguos conocimientos vinícolas. Sigo el consejo de "probar, probar y probar"
ResponderEliminarY para romper costumbres, voy a hablar, yo, un poco de algunos vinos que cayeron en estas entrañables fechas que ya terminan:
- 12 Linajes Reserva 2003. Un Ribera del Duero que entraba bien, aunque tampoco era para caer pa’tras. Acompañó correctamente a un buen embutido ibérico.
- Señorío de Lazan Reserva 2000. Me sorprendió la potencia del bicho tanto en la nariz como en el paladar. Una pena no tener una napia más entrenada, porque sospecho que se podían sacar bastantes olores. Por cierto es D O Somontano.
- Bodegas Palacio Especial 1996. Para terminar, La Rioja. Cuando vi el año en la etiqueta me asusté un poco. Pero no es un vino difícil. Lo que pasa es que hay que bebérselo en el día, porque al siguiente, lo poco que quedaba era jerez puro.
Y acabo dejando este enlace en el que se habla mucho de gastronomía.
ResponderEliminarEs mi REGALO al blog.
Compangu, si necesitas que te ayude con las notas de cata solo tienes que decilo, que para eso tan los amigos.
ResponderEliminarEl Tras Da Viña me parece de lo mejor que se hace en blancos por aquí, y de los pocos que no me decepciona según voy repitiendo. Lo msimo me pasa con el Do Ferreiro CV. Aquí tiene una buena representación en los restaurantes y me salva muchas cartas de vinos anodinas.
El de Asturfiction es cojonudo. No dejéis de clickar
Perdonad el desmadre de lo de al lado , pero es que he cambado la plantilla para poder poner esos gadgets guapos de ahora (y quizás poder poner una foto) , y toca hacerse a lo nuevo. A ver si en uno o dos días lo adecento
ResponderEliminarCompangu, pues es mérito que te haya llegado el Tras da viña 2004. Sería del alijo particular del proveedor porque ayer mismo unos cuantos hicimos lo posible por mermar las existencias en Oviedo. Quien lo diría, te has portado bien según esos reyes ;-)
ResponderEliminarYa ves, Guaje. El secreto para mantenerse en forma es una dieta adecuada y mucho entrenamiento. Resistencia, no decir nunca no a otro vino o a la última sidra. Seguro que después alguien propone "vamos a tomar una cerveza a..." Es una lucha dura y gana el que aguanta. (Aunque con tu comentario de la soltería sospecho que hoy no escribes porque te han leído la cartilla en casa. Eso está feo decirlo en público, que la Guaja puede leerlo y...)
Los desmanes etílico-festivos de estos días me han dejado ver comportamientos dignos de los que se referían por el post y me han hecho recordar. Me quedo como entrañable con la vez en que un parroquiano del Tigre Juan se empeñó en pagar sus cervezas con su cinturón y su reloj, y pretendía que alcanzara para invitar a otros clientes.
ResponderEliminarEn fin, que haciendo memoria no creo que la realidad supere a la ficción porque es muy chata. Ni la escalera llevaba al cielo ni la autopista al infierno. La escalera llevaba a un cuarto piso y la autopista a Gijón. Así que esto es lo que hay.
El alcohol vertebra muchas cosas, en efecto.
Caballero Jorge Díez, me sorprende que no narre usted recuerdos de "El Paraguas", con el incombustible Fernando, el ágrafo que ahora escribe sonetos satíricos en su exilio en su pueblo natal, detrás de la barra. Por allí paraba mucho Manolín, el nietu Celo xuan, con su guitarra siempre rodeado de mujeres. No sé cómo se arreglaba con lo feo que era. Pero hay que reconocerle que compuso un gran himno en bable: "Asturies, ponte'n pie". Así que Manu, este caudillo astur también coincidió alguna vez de copas con él en "El Paraguas", donde paraba toda la intelectualidad predemocrática. Ambientes nocherniegos los del barrio antiguo de Oviedo deficientemente iluminados y con volutas de humo dando un halo sagrado a las sesudas cabezas de los librepensadores que convertían en atopadizos aquellos locales con una estela de secretismo no exenta de la debida discreción a la hora de pasar las correspondientes consignas de "El Partido". Entonces, se diga lo que se diga, sólo había uno. Los otros estaban de vacaciones. Era preciso estar en la pomada para no perderse ninguno de aquellos acontecimientos culturales en contra del régimen dictatorial que te alegraban la vida durante algunas horas al darte un soplo de esperanza. Y hasta soñaban que la Tercera República -algunos de ellos, con el paso de los años, se han hecho fervientemente monárquicos por intereses crematísticos para mantener también el chofer y el coche oficial- estaba a la vuelta de la esquina hasta que llegó el comandante Carrillo y mandó a parar. La calle Mon era entonces la arteria de un corazón donde se sentían latir las primeras libertades en los recoletos bares de aquel atrayente callejón que, en días de lluvia, ron y rosas se convertía en todo un riachuelo efervescente que bajaba desde los niveles del conocimiento de la Catedral hacia donde la ciudad antigua pierde su nombre para convertirse en barrio chino y refugio de la intelectualidad en noches hasta con gato negro como infraestructura básica. Tiempos pasados, claro...
ResponderEliminarYa estoy de vuelta de Oporto.
ResponderEliminarJorge, me queda claro que debimos de hacer muchas horas codo con codo en el Naima sin conocernos. A finales de los 80 primeros de los 90 era como mi oficina.
Y se nos olvidó a todos un clásico: Noche y Media. Fueron unos cuantos años acabando la noche allí.
Corocotta.
ResponderEliminarIMPRESIONANTE. Impresionantes tus comentarios en este post, todos. Si decía de Jorge y su forma de escribir, la tuya ya es de mirar y no tocar. ¿Quién dice que en los blogs no se aprende?, para muestra esta pandilla de buena gente.
Si me vuelves a ver algún día desayunando presentate, tengo curiosidad por conocerte.
Un abrazo a todos.
Guaje
Guaje -con permiso de Jorge Díez- ésta post te lo dedico a ti, uien eres un poco más joven.
ResponderEliminarEl índice de piedra de la torre de la Catedral, que es como un perenne álamo con luz propia presidía desde las alturas el bosque de la nocturnidad iluminando el camino del hedonismo. Al atravesar el Arco de La Soledad -acaso no se podría reconocer que la vida noctámbula es, de alguna manera, una huida de la propia soledad que lleva dentro cada uno- al vagar sin rumbo fijo. Tras dejar atrás la casa número 8 -el simbólico número de la mayor riqueza y prosperidad, de acuerdo con las normas orientales- de la calle de La Ferrería que fue morada de los templarios, le rebotaban en su cabeza las lúcidas palabras de Alejandro Mon y Menéndez: "Desengáñense ustedes. Andalucía produce fáciles oradores e inspirados poetas. Cataluña célebres químicos e ingenieros mecánicos. Valencia famosos médicos y pintores. Castilla comerciantes y harineros; pero para la Administración pública no hay mejores aptitudes que las de los asturianos y gallegos. Lo tengo bien probado".
Guaje, ¡qué injusticia, Alejandro Mon no se refería a los vascos...
Corroboro la opinión del Guaje. Impresionao me has, Corocotta.
ResponderEliminarGuaje, ¡ya puedo poner foto en el cabecero!. A ver si encuentro una que me guste y encaje bien
Enhorabuena por el blog y un saludo de una ovetense desde Holanda. Estoy llorando casi al ver todos estos nombres que tantos recuerdos me traen.
ResponderEliminarLa mala leche de los hermanos del Manantial pero lo buenos que estaban los bollinos de chorizo. Te perdonaban la vida de milagro. Lo cutre y estupendo que era La Perla. Las primeras salidas en los bares de la zona de Telefónica, el Prost y compañía, el Mare Nostrum y el Rosal. Después el antiguo, el No name y su timbre famoso, había que "picar" para entrar, el Chanel, Berlín, La Caverna, el Ca Beleño, el Cecchini, el Plaká, el Monster... creo que pasé por todos aunque tenía mis preferidos. Y la cafetería desaparecida de los bajos de la Girafa con un salón enorme redondo detrás. Cómo se llamaba? La Ronda creo.
Cómo pasa el tiempo... Cuando voy a Asturias ni la reconozco ya.
Bienvenida al blog Ale.
ResponderEliminarNo te pasa a tí solo. Yo tampoco reconozco Oviedo a veces.
Ya veo que el jefe ha actualizado la presentación del blog.:-)
ResponderEliminarAle, bienvenido/a.
ResponderEliminarEl Pesquera aguanta bien abierto. Lleva cuatro días (es que cuesta) y todavía tiene fuerza. ¿Será precisamente por alto grado de alcohol, por esa tanicidad curtiente?
Qué rico el Champagne de Camille Savés. Cremoso pero serio, complejo pero fácil, con una acidez punzante. Cuesta poco más de 30 euros, que hablando de champús no parece caro
Bueno, amigos, se acabaron las fiestas. Va siendo hora de volver a lucir el "look" glam-berro, de que los chicos malos volvamos a reclamar nuestra esquina de la barra y las chicas malas vuelvan a subirnos la tensión. Ellas y no los excesos con las comidas.
ResponderEliminarEl filón noctámbulo es inagotable. Buen apunte, Corocotta; también El Paraguas tuvo mucho que ver y que beber en esta historia.
Bienvenida, Ale. Me alegro que te ayude a reconocer Oviedo todo lo que contamos por aquí. Apretando un poco la memoria podemos.
En fin, jefe, lo siento. Creí que me cargaría el blog con este ladrillo y que te daría una excusa para un descanso sin tener tú la culpa.
("-Cierro el blog una temporada, hasta que se calmen las aguas. A ver si el colgao este del Jorge se recluye en un monasterio o le toca la loto y se pira pal Caribe.
-Eso, y volvemos a hablar de gastronomía.")
Pero no ha sido así, conque toca seguir. Igual te encargo un post sobre la NBA para probar otra estrategia, ya que citabas a los Pistons. Esos sí que eran mis bad boys, aunque olvidaste uno esencial: Dennis Rodman cuando aún era más jugador que bufón de la corte.
Veo a Toni de vuelta, lo que augura crónicas portuguesas en breve, así que me pondré yo a parir sin dolor algo más de gastronomía. Que no se diga.
Pues sí Jorge. Si no me lo impide el trabajo, a ver si cuelgo post el sábado sobre 3 restaurantes de Oporto bastante aceptables en general.
ResponderEliminarAunque hasta entonces seguiremos "noctivagando", que algunos todavía estamos en forma para entamar una buena con comienzo, por ejemplo, en La Calleja, buenas estaciones intermedias y final en el Xalabán, como cierto día que tuvo mucho que ver con esto.
ResponderEliminarJorge , acabo de abrir la etiqueta y sección Noche, usea que palante.
ResponderEliminarA La Calleja siempre iba después de que el Beleño estuviese petao.
A Rodman me lo cargué por eso que comentas, aunque tienes razón que al principio era un buen jugador de basket, y , sobre todo, un defensor de los grandes.
Rodman era una bestia de los tableros, pero esos Pistons no llegaban al nivel de los grandiosos Angeles Lakers (Magic Johnson, James Worty, Kurt Rambis, Karem Abdu Jabar....) Que tiempos con Ramon Trecet y sus ding-dong!!!!!!!!!!.Anda que no me he tragado (y sigo tragandome) partidos de la NBA
ResponderEliminarNo es que quiera yo crear polémica.
ResponderEliminarPero, para mí, el quinteto inolvidable es claramente:
3.- Dennis Johnson
44.- Danny Ainge
33.- Larry Bird
32.- Kevin McHale
00.- Rober Parish
(Juro con la mano sobre un chuletón de EL CAPRICHO -ahora que está tan de moda ;p - que no recurrí a intenné para poner ni nombres ni dorsales)
Menudas finales contra los que nombra olenka. Buff, y qué sueño arrastraba al día siguiente en el instituto.
Y para que mis maestros vinateros vean que me esfuerzo en mi aprendizaje, el dia de reyes acompañé un pitu caleya, con la carne más negra que las maracas de Machín y sabroso como el sólo (made in "suegra"), con un vino cuya etiqueta decía cosas como:
ResponderEliminar"Weingut Eymann. Pinot Noir. Rotwein Trocken 2005."
Me decepcionó un pelín al principio, lo veía demasiado suave. Pero luego fue cogiendo fuerza, tanto en nariz como en boca (o será que "entendí" esa suavidad, no sé...), y aunque la especialidad de los alemanes sean los blancos, si vuelvo a ver este tinto por ahí, lo pillo fijo.
Iba a poner un post más largo pero no me resisto...Compangu ye como yo, de los Celtics.
ResponderEliminar¿Quién recuerda a Trecet comentando el 5 Naciones de Rugby en la 2ª cadena los sábados tarde?
(De aquella era la "2ª cadena" nada de "la 2")
Dios...¡qué nostágico!
Yo iba con los Lakers, aunque me encantasen esos Celtics de Larry Bird. Mi ídolo era Kareem lástima que solo cogí al último . Aquellos contraataques de Magic finalizados por Worthy (catacrock!),ufff, eso ya no volverá.
ResponderEliminarY luego estuvo Ac Green ( que salvo un par de temporadas , siempre fue bastante malo), y aquel fino estilista que no terminó de cuajar llamado Byron Scott
Dile, hay que decantarse(jeje...). No se puede ser de los Lakers y encantarte los Celtis. ¡¡Que marrullero era McHale!!
ResponderEliminarPues yo era de los Atlanta Hawks y los maravillosos Dominique Wilkins y "Spud" Webb, no eran los Lakers, ni los Celtics, pero les tenía mucha simpatía. Dominique me ha parecido siempre el jugador más elegante que he visto en una cancha de baloncesto, no el mejor, pero si el más elegante, entre el y Spud que por su "altura" le hacía el base más salao de la NBA, con lo pequeño que era y como saltaba, de hecho no sé si llego a ganar el campeonato de mates, no lo recuerdo la verdad.
ResponderEliminarEl que no me gustaba nada era Ramón Trecet y su ding dong, así mismo no me gusta nada ahora el de la pajarita de la sexta, de Fernandisco ni hablamos, yo soy más clásico, de los de antes; José Ángel de la Casa, Jesús Alvarez, Matias Prats hijo, y el number one Don Matias Prats padre, ese si que era la puta bomba, yo era pequeño y solo lo recuerdo de reposiciones de partidos en la tv, pero con el pude comprobar como se puede llevar una retransmisión de fútbol a niveles importantes, por lenguaje, ritmo, y por lo que te transmitía. En eso si que es verdad que tiempos pasados si que fueron mejores, hoy la mayoría de los periodistas no están a la altura de aquellos ni por asomo.
Saludos
Guaje
Gracias por la bienvenida a Ale en femenino. Madre mía hasta un candasu de contertulio blogero, quién sabe puede que nos conozcamos las caras.
ResponderEliminarAconsejadme que en febrero me voy unos días a Oviedo y quiero comer o cenar todo eso que me falta por Holanda. Contadme algo de Avilés.
Y os hablo también del restaurante de un amigo si me dejáis, está en Lastres y se llama El barrigón de Berto.
Nos leemos.
Ale, aquí mismo tienes unos cuantos posts de restaurantes ovetenses.
ResponderEliminarYo te recomendaría Deloya, Casa Fermín, Casa Conrado (aunque anda irregular últimamente y cambiando recetas a peor de platos de toda la vida) y en Caces, L'Alezna.
Buenas tardes.
ResponderEliminarParece que el tema ha sido animado. Tenía intención de hacer mi pequeño homenaje a mis recuerdos de Oviedo y de juventud...que fue una ciudad que conocí tarde (¡aun viviendo a 30 km!). Recuerdo tardes en la Internacional (un día nos bebimos una pinta...de cada uno de los grifos, noches en el Budvar, Ca Beleño, el Monster, el Masters, El Mono Desnudo, El Montañes, El Asturianu (nos vacilaba Paco de las cervezas que importaba directamente de Bélgica y nos lo encontrábamos en Hipercor comprando jeje). Eran tiempos de "estudiante" (más bien de "matriculado"). Por desgracia, no llegué a conocer la "movida" en Oviedo(aquellos conciertos en La Santa Sebe) pero algo me cuentan de vez en cuando los nostálgicos ( Salón Dada, Modas Clandestinas...¡cuántos años que no los oía ni nombrar! Al leerlo, me saltó "algo" en los recuerdos) porque mi música sigue siendo la de la "móvida", sigo en los 80´s.
¿Alguien recuerda las noches locas del Zapping en Candás?Imaginaros 2000 personas vestidas en pijama por la noche, o de blanco,o de deporte (Ale,...manifiéstate)...A mi me pilló con 17 años pero aun recuerdo a The Smiths,Radio Futura, Marley, Dire Straits, The Police, Christina Rosenvinge presentando "FM2" en tve (ahí conocí a mis queridos "The Pogues").
Eran tiempos en que las pizzas eran lo más "fashion" y McDonnalds era el colmo de la modernidad (y yo comiendo fabes en Casa Gerardo).
Menudo rollo estoy contando...inconexo, a golpes de memoria...pero qué estupendo rato he pasado leyendo y escribiendo.
¡Hasta un Candasu escribre!
Pues claro que recuerdo el Zapping. Y a Chus de pinchadiscos o dj, vaya! La fiesta de la espuma, el rally de la sidra, la noche del pijama... Era la bomba! Después estaba el Valparaiso, siempre tiraron más los de Oviedo para Lunaco, yo sin embargo a Candás. La discoteca del Marsol que se tocaba el techo con la mano, las lentas que ponían. El cine de Candás que era una institución por la llamda fila de los mancos. Y el puerto que tenía más encanto. En Candás se comía bien, había uenos cocineros, una ventresca de bonito para morirse. Y los helados de Helios también. El pan recién hecho que se olía de madrugada. En fin, que lo pasé muy bien en Candás, algún amigo que otro conservo. Y a pesar de tener casa (mis padres) muy cerca de Gervasio todavía no he probado sus fabes. Habrá que hacer algo.
ResponderEliminarL'Alezna y Deloya, me lo apunto. Gracias!