Por segundo año La Tabernilla celebró sus jornadas de Australia en las que presentan en Oviedo algunos platos de cocina australiana, vinos y cervezas de dicho país.
En esta ocasión había dos platos que se mantenían desde las jornadas anteriores, la tosta de canguro y los mejillones, elaborados con un tipo de mejillón de aquellas costas; un vino de chateo sencillo de Shiraz, el Yellow Tail, y las cervezas Coopers en tres variedades: Stout, Sparkling y Pale Ale. Todo esto fue novedad en las jornadas del año pasado y se quedó en carta.
Las nuevas elaboraciones fueron las croquetas de camarón, los rollitos de vegetales en pasta de arroz, las brochetas de canguro y de emú, la tosta de solomillo de camello, un guiso de canguro y, por encargo, huevo de emú. Por encargo, porque no había muchos y hablamos de unos 800 gramos de huevo de una sentada, lo que pide un mínimo de cuatro comensales para hacerle frente.
Y hubo dos vinos nuevos. The Little Penguin, semejante al Yellow y con vistas a servir por copas, que se agotó en mitad de las jornadas, así que debió de convencer al público. Y algunas botellas de Gold Label, también Shiraz del valle de Barossa, zona productora de prestigio.
Me decidí por medias raciones para probar varias cosas y el resultado fue muy agradable.
Las “Croquetas de camarón” eran muy finas, como suele ser lo habitual en la casa con las que tienen de boletus habitualmente. Cada una llevaba un pequeño camarón en su interior que era muy sabroso a la vez que delicado. Gustaron bastante a juzgar por los comentarios que oías a los comensales. Las acompañaba una decoración hecha con reducción de kiwi, contrapunto ácido en pequeña pincelada. La media ración, 5’50 euros.
Los “Rollitos vegetales” envolvían unas verduras sabrosas, elaboradas por separado y envueltas en pasta de arroz, fina y ligera. Se presentaban con un rabanito crudo en rebanadas y una salsa de rábano picante que ponía un contraste intenso a la suavidad y el predominio dulce (cebolla, zanahoria) del relleno. Si a alguien le suena a elaboración asiática que no le sorprenda. Australia es tierra de inmigración, de mestizaje; y la influencia asiática está muy presente. También 5’50 la media ración.
Después probé las “Brochetas de emú y canguro”, presentadas por separado cada carne, con orejones y ciruelas pasas como contraste dulce, y dos salsas en cuencos aparte: barbacoa y mostaza; las dos de elaboración propia y suaves aunque con sabor bien definido. La combinación de los pequeños trozos de carne y los diferentes elementos de acompañamiento permitía jugar mucho con este plato. Media de esto –una brocheta de cada carne- 8’50.
Por último, la “Tosta de solomillo de camello”. Estaba llamada a ser la estrella de las jornadas y sin embargo fue lo que más problemas dio para su elaboración y lo que menos sorpresa provocó en la clientela. Se trata de una carne muy fina pero de poca intensidad de sabor. Viene muy entreverada de grasa y con algunas venas que deben ser retiradas. La idea fue limpiarla lo más posible pero eso restó suavidad a la preparación al quitarle demasiada grasa. De hecho, probé fuera de las propuestas especiales una brocheta de la misma carne menos desgrasada y ganaba mucho en cualidades gustativas. Ese mismo problema pudo causar las dificultades para encontrarle acompañamiento idóneo. Se buscó algo fresco para compensar la posible sequedad al ir tan desgrasada y se optó en un primer momento por una rodaja de manzana en crudo entre la tosta y la carne. Pero provocaba un dominio de la acidez de la fruta que no encontraba armonía con el resto. Las siguientes salieron con patata pochada, que proporcionaba un acompañamiento menos agresivo para la delicadeza de la carne. En fin, que los últimos en probarlas tuvieron que agradecer a las sugerencias de los primeros catadores un resultado mejor avenido. La tosta, en este caso completa, 13’50.
Como postre de las jornadas elaboraron una “Tarta cítrica”, con base de galleta, crema al limón y cubierta de mermelada de kiwi, y acompañada de helado de vainilla. Ácida y fresca para después de tanta proteína cárnica. 4’90 la porción.
Bebí el recién llegado “The little penguin” y también su predecesor, “Yellow tail”. Los dos a 2 euros la copa. Aunque muy parecidos, me gustó más el Penguin, lo encontré más profundo aun siendo vinos fáciles, de agradable trago ambos. Para quien no se haya acercado nunca al mundo vinícola australiano hay que decir que es país productor, con una bien asentada tradición y vinos excepcionales (No hace mucho los diletantes que escribimos esto y algunos amigos bebimos un Penfolds Grange del que ya hablamos algo y que fue uno de los mejores vinos que probamos en el pasado año, quizá el mejor) pero también un productor de nuevo cuño, un agresivo exportador que elabora productos para adaptarse a otros mercados y para comercializar y beber rápido, sin guarda. En esta línea están los dos citados, vinos parkerizados, rollandizados o yoquéséquéados que se adaptan a buen número de paladares por un precio bajo aún después de la exportación. Sin complejidad ni complejos: chips para obtener notas de roble, tapón de silicona, presentación llamativa. Pero ahí están a buen precio y con regularidad, y superan a riojanos y riberas de precio igual o mayor.
Otra cosa fue el “Gold label”, del cual llegó una caja para servir por botellas. También shiraz pero de elaboración noble, con crianza y con otras pretensiones. Por (casi) 25 euros la botella te ofrece un vino cubierto, de profunda capa, denso y con una nariz de evolución pausada pero no muy lenta. Laurel, quizá puntas de anisados, más fruta negra que roja, taninos muy bien integrados, presentes pero fugaces, paso de boca amplio y graso. Es vino complejo, que ofrece generosamente sus cualidades, con rasgos fuertes, agradable pero intenso. Habrá a quien sorprenda que un vino así use screwcap como cierre. Es algo que casa bien con el planteamiento de venta rápida, sin stocks, pero suscitó la duda de qué pasaría si se quisiera dejar evolucionar en botella ese vino. Ahí queda pendiente de una respuesta.
En fin, animadas jornadas con mucho público, ambiente distendido como de costumbre y comida y bebida agradables. Quizá para otro año haya que replantearse la concentración en pocos días porque el personal se ve desbordado con la demanda. Piénsese que es un local que de algún modo evoca a los pubs y que en principio sólo se planteó ofrecer refrigerio informal para acompañar a la bebida. La cocina fue creciendo bajo petición de la clientela pero la instalación no tiene por dónde expandirse.
Veremos qué platos o bebidas de esta edición se quedan en la casa y se pueden seguir degustando el resto del año.
A vuestra salud.
P. S.
Datos:
La Tabernilla
Plaza de Pedro Miñor, 2
Oviedo
Tfno. 636 560 424
Con el broche del Guaje el anterior post quedó redondo, aunque yo creo que algo tiene que ver que ese tiempo (por cierto,yo los llamaba gusarapos) fuese , probablemente, el de los veranos de nuestra infancia, y que da un poco igual donde se celebren, que siempre brillarán en nuestro recuerdo de forma especial. A mi Asturias de pequeño me parecía un sitio triste y gris, que solo empecé a disfrutar con los años. Toda la luz abrasadora de los veranos la disfruté en la Axarquía malagueña, y qué difícil se me hacía subir cuando acababan.
ResponderEliminarJosé Luis, no lo tiene publicado, pero si quieres llama y pregunta por Alex, que te comente lo que tiene. Cualquier sugerencia será bienvenida.
Ok Dile...mañana llamo...
ResponderEliminar"Mis veranos son recuerdos de un patio de Sevilla.... ejem,ejem... no,no, ese era Federico ¿o no?"
Mis veranos son recuerdos de playas de arena blanca y aguas cristalinas, de viento inclemente que refresca y marisco cogido en la playa, de cabañas en el bosque y batallas infantiles... lluvia a destiempo y berbenas de verano... noches de alcohol adolescente y otros vicios insalubres. Y todo sin salir de esta esquina de Galicia...
Estupendo post como siempre Jorge. Además, en este caso, el lugar queda más cerca que Cangas del Narcea o Salamanca, y ya os leí alguna otra vez comentarios sobre La Tabernilla, así que lo visitaré cualquier día de estos.
ResponderEliminarYo La Tabernilla lo tengo al lado de casa, le tengo un emberzao pendiente, y pensaba ir a esas jornadas, como a tantos sitios a los que finalmente no voy.
ResponderEliminarA mi si me gusta la carne es porque lleva grasa. Esas carnes magras de pollo, o esos solomillos esaboríos los dejo sin pena ninguna.
Interesante post, Jorge. Que lejos nos queda Australia.
ResponderEliminarSólo lo tomé una vez pero el Yellow Tail me pareció horrible. Si alguien tiene interés lo tenían en el Eroski.
Qué bueno está el Lismore este de 21 años. Aparte de lo obvio, es sedoso y un punto dulce . Con 56,5º no puedo decir que el alcohol no se note, porque aunque entra bien, luego quema la garganta.
ResponderEliminarque bien te ha quedao, si señor, hasta me ha dado envidia de no haber ido, me gustan esas propuestas, hacen que un negocio funcione y enseñas otra cultura, lo que no me llama es lo de esperar, q haya mogollon de peña...
ResponderEliminarYo de aquellos lares probe uno de mueva zelanda, ya se q no es lo mismo, q a lo mejor seria comparar españa y portugal, pero vamos de esos lares, se llamaba kim crawford de s. blan c que me gusto bastante.
Cmbiando de tercio, me acabo de acordar de un vino que en su dia me sorprendio y me gusto mucho (mediados del año pasado) un IZADI seleccion 01, con tempranillo en graciano, que aunque la faltaba un pelin de botella estaba espectacular.....
Dile, el Lismore ese suena a ser lo mejor para la gripe. Con esos grados ¿ye un primera destilación?. No soy nada aficionado a los whisky, whiskey y similares pero tengo a alguien cercano que se vuelve loco por ellos.
ResponderEliminarMe quedo con ganas de La Tabernilla (otro a la infinita lista esa de "nopensarenlacrisis"). Probamos el canguro en Al Son del Indiano hace años y a Chocolatea (fan carnívora número uno) le había gustado mucho. Tengo por casa un vino de Nueva Zelanda que me trajeron unos amigos de allí y ...no sé ni dónde lo tengo guardado pero lo encontraré y ya os contaré.
Tengo pendiente mi post de cervezas...snifff. A ver si lio a algún amigo para que las comparta conmigo.
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ResponderEliminarLos sauvignon blanc de Nueva Zelanda son muy buenos vinos. La uva muestra una cara diferente a la del Loira.
ResponderEliminarPorbé una vez una tartar de canguro que estaba muy bien en el restaurante Fábula de Burgos.
Y la Chardonnay Australiana (penfolds sin ir mas lejos) a mi tambien me agrado... aunque no aguante muchas comparaciones claro...
ResponderEliminarAustralia me parece un país peculiar, extraordinario en su grandeza y en lo especial de su cocina, basicamente, por la de productos que solo ellos pueden permitirse como autóctonos (como el Canguro, por ejemplo).
Buen post, Jorge, y buena idea la de este local con esas jornadas...
Releyendo el post, ¡qué bueno que estaba el Granje! Vinazo tremendo, aunque también de precio.
ResponderEliminarJorge,
ResponderEliminarEL CORRAL DEL INDIANU efectivamente ya está abierto. Lo que pasa es que los jueves es su día de descanso (cosa que también pone la página de Pepe Iglesias, pero que yo no vi).
Menos mal que me aconsejaste que insistiera. Espero que no me afecte mucho eso de las grandes expectativas, y tal y tal...
Gracias (ya os contaré).
José Luis, la idea de las jornadas tiene truco: el dueño del local, aunque descendiente de españoles y ahora asentado aquí, nació en Australia (¿no hablábamos de migraciones hace poco?) y vivió muchos años allí. Para él es añoranza.
ResponderEliminarY por cierto, suspenso en poesía. El del patio de Sevilla era Machado, hombre. Ya sé que para nosotros, "los del norte", vienen a ser lo mismo, pero de un sevillano a un granadino algo va.
Las carnes en cuestión tienen el interés de probar algo distinto y son finas, al margen de consideraciones dietéticas que puedan ser más o menos favorables; pero no busquéis intensidad de sabor. Para eso, nuestro vacuno viejo.
Toni, qué gran verdad lo del Grange; pero para eso nos juntamos los enochalados: para que el golpe a la cartera sea menor.
Compangu, seguro que el Corral no te defrauda. Es de los grandes, grandes. Ya nos contarás.
Y a todos los que os planteáis ir a La Tabernilla, no os será difícil tropezarme allí. O, forzando un poco la jugada, exigir mi presencia para que invite :-)
Qué caprichosos son los vinos.
ResponderEliminarEl miércoles comí con un Domaine Jean Pillot Morgeot 2002, de Chassagne-Montrachet, Borgoña. A mediodía, extraordinario. Viajó de Gijón a Oviedo y por la noche había perdido casi toda su nariz, estaba más apagado y dominado por la madera en boca y presentaba una turbidez muy marcada que no había aparecido horas antes por ninguna parte.
Ayer, un Casalobos 2004 que resultó agradable en nariz y algo áspero en boca pero con bien estructurado y bastante rico en general. Se había abierto unas veinte horas antes pero se protegió con medidas de conservación. El mismo vino que fue intratable recién abierto cuando estuve en El Rubio, en Quirós (figura el comentario en el post) Sólo tres meses de diferencia en botella y, dado que después se conservó con vacío y frío, me parece demasiada evolución en las escasas dos horas que estaría abierto -oxigenado- en realidad frente a una hora aproximadamente la otra vez.
¿Qué le ha pasado en ese tiempo para mejorar así? ¿Fases de la luna? ¿La dimisión de Calderón?
En fin, que son seres vivos y tienen sus manías.
...áspero en boca pero bien estructurado... Me sobra un "con"
ResponderEliminarEsta mañana me he hecho con la edición especial conmemorativa del "Kind of blue". Ya tengo menú musical para el fin de semana. A ver con qué lo marido en mesa.
ResponderEliminarSi, basicamente eso es lo que les pasa...
ResponderEliminarDe todos modos, a capitulo de curiosidad, ya he contado alguna vez que existe en el mercado un mencia del que me dicen que me tiene que gustar.
Así que, año tras año, insisto, e insisto, vuelvo a insistir... pero despues de cuatro añadas y cinco pruebas (la ultima dos veces... haber si era eso) creo que de forma definitiva puedo decir que ese vino, a mi, no me gusta un carajo...
Jorge cuenta lo de la edición especial del Kind of blue, yo lo tengo en vinilo, ¿merece la pena?.
ResponderEliminar¿Cuánto cuesta?.
Esperaba gozar ayer de la compañia y conocimientos del genuino diletante en el stand del Principado de Asturias en FITUR, pero no estuvo. o; al menos, no lo ví.
ResponderEliminarNo solamente Elisa Llaneza, sino también el futuro ministro del gobierno de ZP me preguntó por él.
Y, la verdad, no supe qué contestarle.
Me hubiera gustado mucho conocer en directo su criterio sobre el almuerzo oficial que nos ofreció a los asturianos que vivimos en Madrid Sergio Rama, de gran tradición familiar confitera.
Es gracioso: cuando los asturianos vienen a Madrid siempre quieren ir a comer fabada o fabes con almejas a restaurantes asturianos.
Otra vez será, genuino diletante.
CReo que voy a quedar con Limonta a comer en el mejor asturiano que hay en Madrid.
Je, je, je...
Manu, todavía no puedo contarte el resultado, no hay "nota de cata". Pero por lo que sé, se han hecho dos ediciones conmemorativas: una con reedición en vinilo azul y libro, además de lo de la básica, y esta última, la que yo compré. 24'50 en la FNAC. Contiene dos CD y DVD y recoge la reedición digital más versiones, pruebas y otros descartes de grabación. Cuando lo vaya escuchando (y viendo) ya te digo algo más.
ResponderEliminarY séanme un poco más cosmopolitas a estas alturas de siglo, por favor, no se me apeguen tanto al terruño (O los ponemos a dieta de vino de Cangas, ustedes verán)
ResponderEliminarEs que tanta andanza de asturianos en Madrid me hace temer que entre en cualquier momento un tal Diego en el blog a recordarnos conductas reprochables.
(Dieguín, ¡divóooorciate!
Diegu, fenómeno, ¡yes un galluuu!
Baja p'acá, que ta too pago.
¿Lo recordáis, verdad?)
jose luis, cual es ese vino del que hablas que no te gusta un carajo?
ResponderEliminarBuen post como siempre Jorge. Echo de menos una foto en concreto:)
ResponderEliminarYo locales de comida Australiana he probado unos cuantos, pero el que más me impactó es uno que está en Frankfurt, muy cerca del monumento al euro, en la calle Taunusstrasse (no me acuerdo del nombre).
Ponen una parrillada de carnes de la tierra compuesta por canguro, emú, cocodrilo, avestruz, serpiente, alguna carne más que no recuerdo y todo ello acompañado de unas magníficas patatas asadas (las sirven envueltas en una especie de papel albal).
Me gustaron todas las carnes excepto el cocodrilo, que tiene una textura y color como el pollo, pero muy muy dulce.
Vez que paso por allí, no lo perdono.
Hoy voy a salir a dar una vuelta por la noche con un compi, y visto los comentarios del post anterior, levanto parte de la dieta y empiezo a entrenar con los gin tonics.
La última vez el podio, es decir, lo tres últimos en retirar, estuvo copado por Jorge Díez, Super Compangu y un servidor (que bien lo pasamos y que risas echamos).
Que sepais, que no me pienso apear del podio anque ello me cueste un tirón de orejas de mi médico en la próxima revisión (primeros de marzo).
Dicho queda !!
Sibaritas; Tengo por costumbre no hablar de los vinos que no me gustan. Detras suele haber gente que vive de ello, y aunque a mi no me vaya su vino, no quiere decir que no sea bueno... quiere decir solo que a mi no me gusta.
ResponderEliminarOtro gayo son las grandes productoras de millones de botellas, que esas me dan lo mismo, sinceramente. Hacen mas daño al mundo del vino que el que yo puedo llegar a hacerles diciendo que su vino es un asquito...
Tony, ya sabes que yo las fotos las trabajo poco. Esta vez sí son mías esas piltrafillas, salvo la imagen de cabecera, no obstante. Pero tú dime a qué te refieres y yo te lo describo de palabra con todo lujo de detalles. O le dedico otro post al tema, que puede ser. (Me estoy volviendo el estajanovista del blog)
ResponderEliminarHace una jartá de años, con el mal de las vacas locas y con mi nivel de ventas por el suelo, decidí lanzarme a la venta de "carnes exoticas", siendo el canguro un referente y alternativa a la ternera, algo que el desaborío avestruz no pudo conseguir. Hice degustaciones para los hosteleros, salí en prensa, radio y televisión alabando unas virtudes que ni yo me creía, pero que había que vender. Los cabrones de los hosteleros me animaban y compraban algo y yo que creía que aquello era el canguro de los güevos de oro, compré un montón de kilos. De repente, lo de las vacas locas desapareció como si nada hubiera pasado, pero yo tenía kilos y kilos de carne saltarina que no la sacaba ni regalándola. Logicamente, al final me la tuve que ir comiendo y regalando en cumpleaños y visitas a amigos. Al año y pico, un periodista se acordó de mi y me llamó para preguntarme por la carne de canguro y que tal había ido la campaña. Y antes que me viniera una arcada, tan solo pude decirle que si quería unos kilitos para estofado. Mierda de visión comercial, coño.
ResponderEliminarUna cosa Jorge, si el solomillo lleva venas, solo tiene una explicación, no es solomillo.
Corocotta, ¿ y qué se me perdió a mi en Fitur, sin saber que tú andabas por allí?.No puedo siquiera acercarme a visitar a los buenos amigos que tengo por Madrid. Y dígale a la Elisa o al futuro ministro que está la cosa muy achuchá, que a ver si nos cae alguna subvención de esas , que sabremos gastar íntegramente (habrá pillado el doble sentido) en el decaído sector hostelero, y que en tal caso sabremos cantar en floridos posts las infinitas bondades de nuetra gastronomía regional.
ResponderEliminarPOr cierto, que hoy en el Makro vi carne de canguro
Tienes razón, Ose. Fue precipitado expresarlo así y quizá malentendido. Supongo que se referían, al decirme eso, a limpiarlo "en general". ¿Pieles? No sé exactamente. Sí que vi una pieza en la que observé esa grasa que provocó tanta indecisión sobre cómo tratarla.
ResponderEliminarNo sé quién fue el proveedor pero podría informarme si tienes especial interés, después del panorama que has pintado (aunque supongo que no te quedan ganas de volver a oir hablar del bichito en cuestión)
Por cierto, que nadie se líe mezclando bichos exóticos: el del solomillo era camello (cuadrúpedo) y el canguro iba en otras tostas y brochetas.
ResponderEliminarQué lío, con la que teníamos ya con la vaca, el buey y hasta el portal de Belén.
Jorge, me refería a los huevos de avestruz de los que hablamos el otro día.
ResponderEliminarNo sé si al final los consiguieron ...
¿Diletante en Madrid?,y yo despistado,tengo que volver a dedicar algo mas de tiempo a esto de los blogs,¿que y donde has comido?,solo, deduzco de tu texto, ¡imperdonable no avisar!
ResponderEliminar(Vuelvo a utilizar el modo críptico)
ResponderEliminarModo críptico ON:
“Austin Powers para Superagente 86:
¡¡¡Esto mete MIEU!!!
Corto y Cierro.”
Modo críptico OFF.
Ruego me disculpen los no iniciados. Pero ye lo que tienen los servicios secretos.
Yerga, me expliqué mal. Lo que quería decir es que , en caso de bajar a Madrid, antes iría de fartura con los amigos que tengo por allí que ir por una cosas de esas como Fitur. NO he estado en Madrid desde aquella vez que comimos en Viridiana. Por supuesto, si bajara y no os llamara sería algo imperdonable, además de inconcebible, porque seríais la principal razón por la que ir.
ResponderEliminarDiletante, de Asturias a Madrid se sube no se baja. :-) :-) :-)
ResponderEliminaracabo de ir al mas y mas y hacia tiempo que no miraba los vinos, que sorpresa, han metido cosas nuevas, estan de pie en una estanteria y con luz intensa, pero siendo algo reciente se pueden adquirir cholllos, baltasar gracian viñas viejas a 8.50, san roman 04 a 21,50, pago de los acppellanes desde joven a reserva de 10 a 32 €, les terrases 30 €, pesquera normal y reserva, etc, una sorpresa...
ResponderEliminarayer compre un 12 voltios, alguien lo ha probado?
ResponderEliminarEn cuanto al Jean Pillot,los borgoñas blancos son vinos con su dificultad, que se dan un poco cuando quieren, sin saber nunca del todo si vuelven se van o si les va dar por volver. La mayoría de ellos necesitan sus años de botella. En una de esas catas atómicas recuerdo un borgoña Montrachet Gran Cru de Marc Colin 2006, 330 euros la botella, que estaba totalmente plano.Mejoró algo durante la cata, pero estuvo muy lejos de lo que uno esperaba. POr otra parte, me cuenta quien sabe de esto que tanto en Borgoña como en Burdeos se tiende a remar a la contra de su leyenda con vinos cada vez más fáciles e inmediatos
ResponderEliminarTony, hubo los famosos huevos. Y su cáscara, de un verde llamativo, fue la segunda mayor atracción de las jornadas (apartado divertimentos) después del pingüino hinchable con el que se sacaba fotos la gente. Lo que pasa que yo no los probé: esa cantidad es mucho hasta para mí ;-)
ResponderEliminarDile, por suerte costó menos al que yo hacía alusión pero no se quedó corto. Menos mal que a la hora de la comida cumplió como un campeón, como detallaré en su momento. Y es verdad: a ver quién se atreve con un blanco español del 2002 (como era el caso) en una carta.
que ganas tenia de tener noticias de esas jornadas, este año me las perdi, pero el año que viene ya estan en el apartado de los imprescindibles.
ResponderEliminarNos encanta las comidas exoticas, y sobre todo descubrir sabores nuevos.
Para mi esos sitios pequeños y "familiares" tienen un encanto especial, si ampliaran el local y cocina y demas seguro que se perderian cosas....
empieza en cataluña la temporada de los calÇots, lo vi hoy en el telediario y vaya envidia....que buenisimos estan, que pena de no tenerlos por aqui...
ResponderEliminaryo los probé en Sitges hace 5 años y aluciné de lo buenos q estaban...
ResponderEliminarA mí me gustan los calcots, pero en su justa medida, un par de ellos quizá, están ricos. Pero comerse veinte me parece una exageración. Lo que de verdad disfruto es la romesco, qué rica estaba la que hacía Arola.
ResponderEliminarCarlos, ¿la Romescu es esta que se hace con anchoa?
ResponderEliminarSibarita;
este finde toca probar: 12 volts, Ziries, Tobelos (un rioja) y el Lacima de 2005...
Veremos
si me permites jose luis, la romescu lleva tomates, ajos, almendras tostadas, ñoras, pan tostado, aceite de oliva virgen extra, vinagre, pimentón rojo dulce, guindilla y sal.
ResponderEliminarluego hay variedades y formas de hacerla, pero basicamente lleva eso.
riquima por cierto
pues jose luis me encantaria leer tus impresiones, especialemente con el 12 voltios
ResponderEliminar¡Hola a todos!
ResponderEliminarDomingo por la mañana. Me levanto a eso de las diez, un zumito de naranja, una ducha, y a comprar EL MUNDO. Me meto en el bar para ver la final de tenis, y aprovecho para ojear la guía de MANUEL DE CIMADEVILLA sobre restaurantes. La semana pasada acertamos siguiendo sus consejos con CASA JOSEFINA y en esta queremos repetir suerte. Después de ojear por encima los posibles decidimos ir a Pillarno, a Casa Nuevo, una casa de comidas que solo abre de viernes a domingo. Buscando siempre una buena cita gastronómica con algo que ver, nos fijamos que a un paso sew encuentran unas cuevas interesantes que ver, que después de la fartura quer nos hemos metido, hemos descartado su visita en esta ocasión.
Hemos pedido:
1/2 manitas de cerdo
1 callos
1 Ración de pollo de pita
1 tarta de queso
1 Cuajada
2 sidra Trabanco
Total: 30.05€
*Una casa de comidas con oficio. Lo mejor de todo el arroz, buen punto, sabroso y con buen sabor. Las manitas suaves, buenas, pero no excepcionales. Los callos... para mi, todos los que no lleven morro y pata con un poco de jamón y chorizo no me asombran, y estos no llevaban ni morro ni pata, asi que, sin ser malos, tampoco excepcionales. De postre, una cuajada casera que no resultó ser tal, más bien un yogourt azucarado, y para mi una tarta de queso bien hecha. Gran servicio, rápido, eficaz, amable, atento, impecable.
Una casa para comer RCCP estupendamente pero sin asombrarnos, para el común de los mortales sería perfecto, para este grupo de frikis ya no tanto. Un 6 de 10.
Ayer estuve viendo LA DUDA, gran película y mejor interpretación de Meryl Streep, ¡qué máquina de actriz!
Un abrazo
Guaje
alli al lado me salieron a mi los dientes.
ResponderEliminaribamos mucho a comer alli de guaje y tengo un gran recuerdo de su cocina tradicional.
hace bastante que no voy.
y eso de pollo de pita??? ahi me descolocaste jeje
Es verdad lo que dices del carácter familiar de los sitios pequeños, Antonio López, aunque no sé si los dueños estarán de acuerdo. Y eso que muchos de estos son los que mejor capean la crisis.
ResponderEliminarSobre los calçots, me vienen a la memoria los últimos, hace bien poco en L'alezna en estupenda compañía.
Pinta bien esa cata, José Luis. Supongo que darás noticias en tu blog. Estaremos atentos.
... Donde tenemos pollo de pita, pongan mejor "Arroz de pita".
ResponderEliminarGuaje dixit
ahora si, ya pense que en pillarno habian dado una vuelta de tuerca mas jejej
ResponderEliminarpor cierto, las cuevas que dices son las de arbedales, ahora mismo no se el horario de visitas, no son la bomba, pero estan bien, tienen un merendero con bar, y en verano se esta alli de lujo para tomar unas sidrinas
El Nadal va acabar mandando al Federer al psiquiatra.
ResponderEliminarAyer , también en estupenda compañía, probé un Sa Vall 2004 de Miquel Gelabert, un blanco FB. Vivo estaba, porque tenía una acidez salvaje. Luego , las notas de barrica y de crianza. La fruta no se distinguía.Podía haber sido cualquier uva. No es un mal vino, pero sí me parece overprized. POr ese precio, me pillo algún Riesling o alguna Chenin Blanc de categoría, o algún borgoña más básico.
ah, la cueva es privada, la descubrio el padre del paisano del bar, osea que es bastante moderna.
ResponderEliminarpero que conceyo tan guapu tengo jeje
toma chapa con la cuevita ;-D
José Luis, la receta de la romescu es como la que ha comentado Antonio. Hay algunas variaciones, pero lo que de verdad la mejora es la thermomix y sobre todo un buen pimiento dulce. Yo también le echo un poco de tomate seco confitado en aceite de oliva, uno rico que me traje de Roma y que mejora desde un pisto hasta una boloñesa.
ResponderEliminarjoer que bien suena ese tomate seco confitado....
ResponderEliminardile, ese vino lo bebi yo en junio de 2008, me gustó bastante. Color y aromas de intensidad alta, nariz media alta con muchos matices. muy bun volumn en boca, integrado, buena acidez y post gusto madera, manzana y piña (todo esto por que tengo fichas sino ni de coña, jejejeje).
ResponderEliminares verdad que con ese precio... hay vinos muy interesantes por menos dinero...
Dile: leo que te gusta la ópera y comer. A mi me llevaron ayer a cenar a La Favorita en Madrid. Una casa de comidas donde los camareros, con mayor o menor exito, cantan áreas de vez en cuando. En nuestro caso nos tocaros dos chicas pasables y dos chicos menos pasables, pero pasables. Pero lo de la comida: carta escueta (seis entradas, tres pescados tres carnes), presentada con gusto pero francamente escasa. A mi chicho, un armario ropero de dos por dos, pidió carrilleras y le dieron dos (luego quería ir a comer lo que fuese, pobrecillo). Resumiendo, caro, cenas hacinado, y con espectaculo medianamente pasable: merece la pena porque es algo distinto, pero ir merendaos.
ResponderEliminarGracias Lolo's. Había visto ese restaurante en algún telediario. A mi por lo general los restaurantes donde lo principal no es comer me da miedo ir. Por lo que dices, mejor trabajarse una entrada en el Teatro Real y luego escoger donde comer
ResponderEliminarDesde luego si vas, lleva la cartera preparada: dos entradas, cuatro segundos, cuatro postres, dos de vinito guay sin pasarse y dos copas: no te puedo decir fijo porque me invitaros (ventajas de los cumpleaños) pero paso de largo de los 200 pavos
ResponderEliminarYo también probé Sa Vall en su día y coincido contigo, Dile. Esa manía de hacer cosas raras con el vino para enterrar la uva es el mal español.
ResponderEliminarPues yo este fin de semana me reconcilié con los tintos catalanes con los que nunca tuve buena relación. El culpable: Furvus 2004 de Montsant. Garnacha y merlot. Magnífico.
ResponderEliminarBueno también aunque algo menos El Arbol Blanco 2004 de Utiel-Requena. Una mezcla de Bobal, Tempranillo, Merlot, Cabernet y Syrah.
pues yo este fin de semana estuve con un allende 2004 y un enrique mendoza pinot noir 2003, ya subiré mis impresiones pero me han gustado (mas, el allende)...
ResponderEliminarMañana me extenderé mas pero como adelanto de primero a ultimo:
ResponderEliminarZiries 07; bueno, pero muy particular y difícil para quien no guste de las concentraciones. Un amigo lo definiría como "natural de mas". Me gusto pero no lo termine de entender... defecto mío tal vez..
12 Volts; Correctísimo, sin aristas ni picos, fácil de beber y buena rcp. Invita a seguir... pero no sorprende. Me gusto sin excitarme
Lacima 05: Genialidad. Cierta estructura "conservadora" en el sentido de no ser demasiado original, pero es un señor vino, fragante, serio y a la vez muy accesible para el paladar. Vale lo que cuesta... creo yo
Mañana, ya en mi "batcueva" tratare de extenderme mas.... hoy.... Forza Depor oe¡¡¡
Toni, ¿proveedor?
ResponderEliminarDurante la comida Yolanda nos preguntó qué nos estaba pareciendo la comida. Y a mí me salió del alma responderle: “Me estoy divirtiendo muchísimo”.
ResponderEliminarY es que lo del sábado en EL CORRAL DEL INDIANU fueron algo más de tres horas de diversión. Fue como una montaña rusa que tuvo momentos de fuerte emoción, como ese plato de tubérculos, brotes, vieira...; o esa perdiz en dos cocciones que refleja lo buen cocinero que es José Antonio Campoviejo.
Por otra parte, me gustaría ver lidiando en esta plaza a esos que dicen que en este tipo de restaurantes queda uno con hambre: un aperitivo (con hechuras de gran plato), cuatro entradas, la fabada (a su manera y con "mi" grasita), un pescao, una carne, dos postres, y un acompañamiento de café que bien podría ser otro postre. Ahí es ná.
Merece la pena hacer un esfuerzo de vez en cuando y celebrar una ocasión especial en un sitio como este, en el que haces una cosa tan simple, pero tan necesaria, como divertirte.
Yo en el Corral es de los pocos sitios donde he tenido que dejar en el plato. Y eso es algo que , disfrutando, muy pocos consiguen.
ResponderEliminarCompangu, ¿qué tal los vinos?
No te preocupes, Compangu, que los del frente del NO encontrarán argumentos: si no quedas con hambre es que es comida de diseño pero nada en el plato, si no, que vaya clavo; o que no es más que propaganda, que para comer no hay como el "XXX" de toda la vida... Son inagotables.
ResponderEliminarPor la repercusión económica lo siento pero por otro lado, que sigan así y que nos lo dejen a los "snobs", que estamos encantados.
Lo había dicho cuando ibas a ir y lo repito: José Antonio es uno de los grandes, grandes.
En el Corral del Indianu además tienen el detalle de cambiarte algún plato del menú si no te gusta. No en todos los sitios lo hacen.
ResponderEliminarJorge, los vinos que comento los compré en sus respectivas zonas. Supongo que será difícil encontrarlos por aquí.
ResponderEliminarTras el sufrimiento en El Molinón, sufrimiento en el retorno a Madrid y eso que el problema de la inesperada nieve no me alcanzó en sus momentos duros. Y Maleni de fiesta en Ventorrillo de la Perra. ¡Vaya nombre para una nevada!
ResponderEliminarHoy me he acordado del genuino diletante porque coincidí en el mercado de Chamartín comprando quesos con el mismísimo Abraham García. Ese es un detalle importante de los buenos cocineros: no les venden, sino que son ellos los que escogen y compran.Suele ir mucho por ese mercado que es de lo mejorcito de Madrid.
Supongo que Limonta coincida en mi apreciación.
Hay dos grandes pescaderías en Madrid: Una es la de Ernesto Prieto que está en el mercado de Chamartin y la otra es Pescaderías Coruñesas que es algo así como una boutique al lado de la avenida de la Reina Victoria. Su dueño, Evaristo García, un maragato que veía pasar el pescado por su pueblo natal de Combarros, tuvo que quedarse por las deudas con restaurantes de adreditada fama como "O Pazo" y "El Pescador" donde ponen un lenguado fino impresionante.
Así que para superar tanto sufrimiento dominical, iré mañana a que mi cuerpo se deleite con un lenguado fino en esta buen restaurante que está al final de la calle de Ortega y Gasset, cerca de donde ha abierto la confitería Ovetus sucursal en Madrid.
Corocotta , que lenguado el que ponian en O´pazo, lo recuerdo con mucho cariño, era de los primeros sitios chulos a los que me llevaban mis padres de pequeño. Había uno en la misma calle un poco más arriba también, en Reina Mercedes, que se llamaba Combarro??...que producto, era la época en la que se decía que el mejor pescado de España estaba en Madrid, también tenían lamprea..
ResponderEliminarREcuerdo esa pescadería del mercado de Chamartín. No me acuerdo del nombre pero supongo que era esa, porque la diferencia con el resto es la que va de la noche al día. También en precios. A mi , salvo en ese ejemplo en concreto, me decepcionó un montón ese mercado, que me hizo dejar de creer aquello de que el mejor puerto de mar está en Madrid.
ResponderEliminarNacho T.
ResponderEliminarAsí es todavía. Hace algunos años, tras noches de ron y rosas, iba de madrugada a la puerta de Toledo a esperar a los camiones con los pescados más frescos del Cantábrico. Era todo un espectáculo. Ahora, Evaristo García tiene sus propios barcos. De ahí que siga siendo cierto eso de que Madrid es el primer puerto pesquero de España. Todo es cuestión de demanda. Pero aquí, en Madrid están cerrando muchos restaurantes. Lo gracioso es que cobran más por un besugo de Tarifa que por uno de Cudillero. Dicen que es porque están más batidos por las olas, olvidándose de que el sabor lo dan las aguas frías. Y en lo que clavan en los mercados, a muerte, es con la merluza. Costumbres gastronómicas.
Me alegra de que guardes los sabores del lenguado fino de "O Pazo", de los barcos de Evaristo García.
Cambiando de tema. Me gustaría mucho leeros sobre la crisis de los cocineros de moda en Asturias. Este fin de semana me he enterado en Gijón de factores comunes muy sorprendentes, pero que indican que les va muy mal a todos, a pesar de su gran calidad.
¡Qué panorama!
Genuino diletante, una vez más discrepamos, pero no te incomodes conmigo por tener diferentes apreciaciones gastronómicas.
ResponderEliminarYa lo escribió don Ramón de Campoamor:
"Nada es verdad, ni es mentira. Todo es según el color del cristal con que lo miras".
Je, je, je...
Sorprendente el recorte de platos en la carta
ResponderEliminardel restaurante Galatea del hotel Barceló.
Ha quedado en la tercera parte. ¿Crisis ya?.
Corocotta, creo que los dos tenemos parte de razón. Das dos ejemplos de dos buenos profesionales y proveedores del Madrid con más poderío económico, que pueden permitirse cobrar una salvajada de precios, inviables aquí en Asturias. Y por eso pueden disputar y traerse lo mejor de cualquier parte. Pero mi experiencia en las tiendas de calle y en los mercados de Madrid, incluyendo el de Chamartín , con esa honrosa excepción, es que lo habitual es una mercancía cara y tirando a regular .
ResponderEliminarJorge, entre Tony con el "mejor trbajo del mundo" y tu con esto me entran unas ganas de pegarme ese viaje a Australia con el que tanto sueño, pero ya mismo!!..aunque claro, no puedo. En fin, siempre nos quedara el Makro para comprar carne de canguro y algun vino australiano, que a veces tienen :-)
ResponderEliminarnecesito ayuda porque a una amiga le han puesto 3 dias de suspension de empleo y sueldo. Se ha realizado a Josefina Alonso (Dependienta de la calle Uria), por haber exigido su derecho a saber que empresa la va a contratar y haber A mi a acudido una empleada de confería Ovetus, ya que no ve su solución a su problema por lo que les remito una carta que pueden mandar por mail a info@confiteriaovetus.com el texto quedaría de la siguiente manera:
ResponderEliminarMediante el presente escrito quiero mostrar mi oposición a la sanción de tres días solicitado información sobre las funciones del puesto a desempeñar. Y lo que me parece aun mas grave es la negativa por parte de la empresa a dar entrada a un documento en el que exige se le respete su horario y se le sea entregada una copia del convenio colectivo.
Entrada original en www.tatoloco1979.blogspot.com