Escribía hace poco sobre la ceremonia gastronómica en Freixa pero hubo más en el mismo viaje. Hubo grandes, medianos y pequeños; hubo formales e informales; hubo paseos y museos, tasca y café, lectura y contemplación; hubo sobre todo muy buena compañía (Gracias, Limonta, te debo… unas cuantas) Hubo todo eso que el humilde provinciano echa de menos y busca con ansia cuando la ciudad que pisa mide un palmo más que la suya u ofrece un aliciente más, sea cine, librería o bar de tapas. Así que procuraré hacer un resumen de lo catado en tres días escasos.
Mínima parada en el hotel y hay que llegar a la hora al punto de encuentro, que la barra de Viavélez promete alicientes. El champán empezó por copas y acabó por botella, hasta el punto de no recordar cuál era. Modesto pero cumplidor en todo caso. Y procede hablar lo primero de champán porque hubo mucho, casi en cada puerto. La temperatura invitaba, la verdad. Pero es hora de comer y de compartir tapas. Imprescindibles las croquetas y las anchoas y podemos redondear con las carrilleras y otra cosita, propone mi anfitriona. En manos de un camarero atento y ágil se suman dos sugerencias que no podemos dejar pasar: las albóndigas de calamar y las patatas rellenas. Y comienzan a marchar tapas agradables y sabrosas, justas de tamaño para jugar con la variedad y probar bastantes cosas. Clásicos que muchas veces toman el pulso a un local, como croquetas o anchoas, nos hablan de buena calidad. Los guisos –albóndigas, carrilleras y patatas- nos hablan de buena cocina. Vamos, que nuestro paisano Paco Ron está en forma, se refugia en aquella casa con discreción y se dedica a cocinar y a agradar. También compartiremos algo dulce y voto por el arroz con leche, que siempre me pierde, siempre lo busco. Y de nuevo el camarero insiste en la novedad de un granizado de manzana que tenemos que conocer. El arroz, bueno, pero el granizado, de manzana y regaliz, soberbio, para tomarse más y más. Nos invitaron a una sidra de hielo que me gustó mucho y de la que no recuerdo marca.
Después vendrá una tarde corta, con la tensión de la espera. A mí me aguarda la cena en Freixa y es casi un ritual, me exige concentración previa, preparación, mantener ese especial estado de ánimo. No obstante no faltó tiempo para el callejeo, el café de barrio y su periódico, la danza de escaparates con sus tentaciones comerciales que contemplaré pero en las que no caeré. Todo lo que una tarde de otoño agradable te permite si has tomado la firme decisión de querer a aquella ciudad, de disfrutarla, de vivir su ritmo cotidiano.
Para el siguiente día ya tenemos plan de cena así que la comida invita a la informalidad, a la ruta de pinchos. Y como está bien enseñarle los rincones curiosos al visitante hemos quedado en
Y también ajeno al paso del tiempo está el Lhardy. Estamos de picoteo, así que nos quedamos abajo, en la tienda. Un sandwich de lechuga fresquito y después unas croquetas con un oloroso, mientras nos fijamos en tantos detalles que ni se sabe los años que llevan ahí. No dejan de ser museos gastronómicos a su modo estos locales, no sería justo despreciarlos y mirar sólo a la modernidad.
Pero esta también exige su cuota y procede visitar el Mercado de San Miguel para estar al día. No conocía nada sobre este sitio pero esperaba más mercado y menos bar. Apenas hay puestos de venta como tales, ya que la mayoría se orientan a ofrecer el producto para su consumo allí. Además tienes bares y un conjunto central de mesas para la degustación un tanto confusa de lo que vas pidiendo aquí y allá. Una restauración bastante limpia de la antigua estructura de hierro ha dejado mucho espacio libre para este fin. Más champán, y con la copa a cuestas buscamos unos pinchos de bacalao y de bonito en escabeche en una esquina, y luego mejillones y salpicón en un puesto de mariscos. Suficiente para agradar, limitado y bullicioso para que resulte confortable. Mi acompañante dice que los mejillones no están tan bien como otros días. Le damos la vuelta de rigor y paramos un momento en la pequeña librería que hay en un rincón: un poco de todo pero destacados los libros de gastronomía, que obliga el entorno.
Luego hay tiempo para terrazas, visitas y paseos y para contemplar otro museo vivo, otro decorado amenazado por los excesos de actualidad, El Espejo. Un café en su entrada y casi acabo con tortícolis de tanto girar la cabeza contemplando cada trabajo minucioso de la decoración: las vidrieras, las lámparas, la talla de la madera, las molduras…
Y otra de las visitas más esperadas, la cena en Piñera. Dudas de mi amiga que ha tenido algún altibajo en otras ocasiones y bastante expectativa por mi parte. Espero en la entrada tomando una cerveza y un camarero de vieja escuela saca chistes sin parar sobre su afición futbolística: es Atlético. Pero entre bromas y veras saco de la conversación con otro cliente algunas pistas que me ayudarán a escoger después.
Nos sentamos y tenemos lo que se supone en establecimientos de este nivel: sala estupenda, atención esmerada, carta coherente… y se me van los ojos con la de vinos, que es muy amplia y bien dotada. A lo largo de la noche tendremos ocasión de hablar sobre cuánto mérito tiene esa bodega en la consideración del local.
Decidimos compartir los entrantes. Unas verduras en tempura muy fina, bien hecha, con el punto bien conseguido y sabrosas. Y una crema de patata con vieira que también nos agradó. ¿Platos de los que quizá se abuse en las cartas actuales? Es posible, pero estaban bien resueltos y cumplieron su función, uno más ligero y fresco, el otro más intenso.
Después yo tuve buena suerte con el mero, que venía en su punto, hacía valer su sabor y ofrecía una ración generosa. A mi amiga, en cambio, no le fue tan bien con la merluza que había pedido. Un taco de buen tamaño pero irregular, más grueso por un extremo que por el otro, lo que daba un punto desigual en cada parte. Por aclarar ahora toda la peripecia de este plato, hubo un primer fallo en la sala (se le comentó a un camarero y no cambió nada), el plato lo consumimos de todos modos, el jefe de sala volvió a interesarse al final y rogó que otra vez se lo dijéramos, pues nos lo cambiarían, y finalmente no cobraron los postres, imagino que a modo de compensación. En fin, salvo ese problema los platos de pescado eran abundantes, con preparaciones que respetaban el producto.
Como postres, un bizcocho ligero y la tarta fina de manzana, que está fantástica.
Pascal Doquet fue también un estupendo compañero de cena desde su botella, y no sé si serían sus burbujas pero nos reímos mucho y bien a cuenta de algunos temas paralelos a esta manía gastronómica que nos ocupa horas.
Para el último día cambiamos de zona. Seguimos haciendo barra y en
- Jorge, no haces más que comer y beber.
- Que no, que hubo más cosas. Que visitamos una exposición de arquitectura, Richard Rogers, en el CaixaForum. Y también le dediqué tiempo al arte Ife, o a visitar el Conde Duque, que parecía una zona de guerra más que de obras, o a la estación fantasma de Chamberí, al andén 0. O… bueno, más cosas que os podría contar pero seguro que me mandáis a dar la vara a otro blog.
Así que, ale, buen provecho.
que bien aprovechado el viaje,sí señor.
ResponderEliminarsegunda estrella para nacho manzano. enhorabuena se lo merece porque es el mejor cocinero de asturias
ResponderEliminarFelicidades a Nacho, un cocinero al que no hemos prestado la atención que probablemente mereciese. Sin duda le va a venir bien en estos momentos tan duros para restaurantes como el suyo
ResponderEliminarLa verdad que parece imposible que hubiera un restaurante de ese nivel y con estrella michelin en esa hermosa aldea,y encima ahora con dos,enhorabuena de verdad a Nacho y a su restaurante C.Marcial.
ResponderEliminarYo hace algún tiempo que no voy, pero tanto su menú de sus clásicos,como el de degustación rayan un nivel muy alto.
Estuve echando un ojo a vuestro blog y la verdad que tenéis un blog muy ameno,me pasaré más a menudo por vuestra casa.
ResponderEliminarMarquesito, bienvenido, y gracias por el piropo. A ver si es verdad que podemos contar contigo, que últimente se ven pocos nicks nuevos por aquí
ResponderEliminarPOr lo visto está entrando en Avilés buena pesca de calamar. En rafa lo compré a 12 euros kilo y grande
ResponderEliminarYo, personalmente se la hubiera dado al Corral aun gustandome mucho Casa Marcial. Bueno, todo queda en Asturies y mas concretamente en Parres!! tres estrellas en un conceyu tan pequeño...
ResponderEliminarPor cierto, Jorge, buen post, yo creo que uno de esos bares rancios lo conozco, pero bueno, en Madrid todavia quedan sitios de esos que a mi me presten mucho.
ResponderEliminarVaya tute de viaje compañeru!
enhorabuena nacho por la segunda
ResponderEliminarJorge, tú si que sabes cuidarte. :-)
ResponderEliminarPues sí, enhorabuena para Manzano. Indudablamente la Michelin es una referencia nos guste ó no así que esto es muy buena publicidad para la restauración asturiana.
ResponderEliminarEnhorabuena a Manzano, el salto a la segunda Michelín quizá no suponga un gran salto económico o de atracción para el turista, pero sí marca una diferencia para una región desde el punto de vista gastronómico.
ResponderEliminarJoer, Jorge, menos mal que lo redactas con prosa amena y ligera, sino vaya empacho. Menudo maratón te diste por Madrid.
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminarLlevaba un tiempo recogida trabajando y preparándome para las Navidades, que espero que sean mejores que el año pasado para todo español, que la crisis se nota bastante... y me encuentro con este post tan genial.
Jorge, me alegro de haber estado contigo tiempo suficiente para, no sólo zampar y beber, sino también para hablar y compartir temas comunes. Me fastidió que en esa época en Madrid no hubiera mucha exposición. Si fuera ahora, fliparías con algunas, así que ya sabes, vuelve cuando puedas, que aquí te espero.
Te agradezco mucho el haber contado conmigo para tu visita.
Y te tengo que decir que volví a Piñera a la semana de haber estado contigo, decidida a comer carne, ya que tengo siempre mala suerte con el pescado allí.
ResponderEliminarEstuvo bestial, luego lo cuento, que no tengo tiempo ahora. Y me volvieron a invitar a los postres. Que lo sepas.
Y aunque no tenga tiempo y haya un cliente aquí que me va a matar, tengo que darle un besazo a Nacho Manzano, un besazo espacial; el físico ya se lo daré cuando le vuelva a ver.
ResponderEliminarPues yo estuve en el Foro, en una visita relámpago, la noche del lunes y la mañana del martes.
ResponderEliminarFui a cenar a DG LA GORDA, y me gustó la comida, pero no tanto el local y el servicio. Está en el Barrio de Salamanca y eso se paga, pero en contraprestación el nivel tiene que estar a la altura.
Si el añorado Guaje nos leyese
8-> , le diría que la tortilla del SYLKAR, un bar del barrio de Chamberí, creo que cumpliría con sus exigentes gustos.
Fue una pena no contar con más tiempo, sobre todo para estar con amigos a los que tengo ganas de conocer (yo me entiendo...).
Vamos, que Madrid me mola.
¡Pero si este viaje fue relajado! No sabéis lo que es un tute de verdad, de los de otras veces.
ResponderEliminarLimonta, ahora empieza la temporada de invierno y me muevo menos (me aletargo) pero descuida, no tardaré y volveré a contar contigo, cómo no.
Espero que la segunda a Nacho Manzano le ayude a no tener que dispersar tanto su actividad, que se pueda concentrar en "su casa". Y de paso a ver si vuelvo, que lo tengo un poco abandonado.
ResponderEliminar¡Ah! Y bienvenido, Marquesito.
ResponderEliminarCuando veo esto de las estrellas Michelin, que añoranza me entra del antiguo L'Alezna...
ResponderEliminarCompangu: esa tortilla del Silkar está buenísima. Espero que Guaje la pruebe y esté de acuerdo. Es de esas casi sin cuajar.
ResponderEliminarJorge: pues en primavera creo que abrirá de nuevo el museo Cerralbo, y debe ser una buena excusa para volver.
Encantadísimo de leerle D. Jorge..., ¡como siempre!.
ResponderEliminarSi alguna vez decide desmadrarse y contar más cosas no intrínsecamente gastronómicas en este blog, sepa que, al menos, hay alguien que por ese motivo ni siquiera se la pasará por la cabeza el mandarle dar la vara a otro sitio. Al contrario, sería un auténtico placer el poder degustar con mayor amplitud de su excelente prosa.
Salud (os).
Como siempre y como pide la cortesía, gracias a todos por los elogios.
ResponderEliminarD. Zuhur, de vez en cuando insinúo algo más, para no abusar, pero todo puede ser. Espero que algunas pistas artísticas acompañen a las siguientes (¡por fin!) crónicas de tierras burgalesas, sorianas y palentinas.
Limonta, procuraré interpretar el "invierno" de un modo breve y adelantar incluso esa primavera con la visita correspondiente.
Ayer hice la primera incursión en el Get&Go, lo nuevo de Coalla. Me gusta. Tienda muy diáfana donde se puede curiosear cómodamente. Degustación de algunos vinos. Buena selección con variedad de precios y procedencias, más destilados y caprichos comestibles (galletas, mermeladas, chocolates...) Una versión resumida y accesible en la otra punta de Gijón, con más posibilidades de aparcamiento. Repetiré, sin hacer de menos a la casa madre.
ResponderEliminarY toca decir "hasta luego". Dos citas gastronómicas y enológicas, bien distintas pero muy interesantes, me tendrán desconectado mañana y el sábado, así que nos leemos a la vuelta. Mantendremos alta la guardia del paladar.
ResponderEliminarEn cuanto a las estrellas michelín observo que la creciente atención de medios y profesionales es inversamente proporcional a la que le presta el público. POr lo que no es de descartar que exista una burbuja micheliana que acabará explotando lo mismo que otras.
ResponderEliminarY pienso que a Nacho esto de la segunda le habrá cogido con el pie cambiado después de que , lo mismo que otros restaurantes, cosas de estos tiempos, hubiera diseñado menús de bajo coste (30 y 40 eu.), y hubiera rebajado el del principal a 75 eu. ¿Qué hará ahora ?, ¿incorporará algún plato y se pondrá en 90 eu.? ¿quitará los menús que no estén a la altura de un 2 *? ¿seguirá haciendo lo mismo?
ResponderEliminarYo sin conocerle sólo le pido una cosa que deje las influencias de Josean
ResponderEliminarUn abrazo
Eso sí, dos estrellas son un salvavidas muy importante para un restaurante en virtud del lugar donde está enclavado Casa Marcial
ResponderEliminarEl otro día me comentaba un cocinero asturiano que la segunda estrella le supondría más de doscientos clientes al año,lo que en estos tiempos es algo muy muy importante. Sin duda que independientemente de cómo le coja el pie, es una excelente noticia para Nacho
ResponderEliminarLas añoranzas de Toni hacen de este blog algo muy divertido, igual que sus comentarios, respecto a los vinos cuando hace una cata.
ResponderEliminarEres la ostia.
Lo que sí que es la hostia es poder tener fans como hernesto.
ResponderEliminarNota: léase en el mismo tono que el comentario de hernesto.
Yo hoy es el sexto día seguido que como setas. Ya se me va quitando el mono
ResponderEliminarY hablando de cosas inversamente proporcionales , resulta que mientras flojea el foro veo en el analytics que ayer recibimos 483 visitas de 372 personas diferentes. Qué pena que no aporten un poquito. Sin duda sería más divertido.
ResponderEliminarEstá bueno el Do Ferreiro básico 2008: una buena expresión de la albariño, con abundante fruta , fresca y madura,buen equilibrio y cierto recorrido.
hola,,,,,,
ResponderEliminarno quiero ser malo, de verdad, que no.......y creo que N Manzano es un gran cocinero......solo quiero decir......
uno.....que hay restaurantes que nunca se sabe porque razon no acaban de gustar a los de Michelin......
dos........que este es un mundillo cerrado, lleno (como tantos otros) de relaciones entre bambalinas y negocios interrelacionados.
tres........que Rafael Garcia Santos.....personaje organizador de muchos eventos de alto standing del panorama nacional gastronomico,,,,tiene mucho que decir , que opinar y variados intereses cultural-gastronomico-economicos,,,,,en el sector.
cuatro.......que ya hace años que RGS considera a N.Manzano,,,,uno de sus delfines "entre fogones",,,,como a Quique Dacosta y alguno mas.........
Las jornadas gastronomicas, hace un par de años en La Campana, con RGS dando la bienvenida a los asistentes,,,,,con un CIEGO considerable,,,,,,,e insultando a los sufridores que alli estabamos,,,,,sera inolvidable....La glosa a N.Manzano y Q.Dacosta, totalmente merecida..........
Antes de que se me tiren al cuello,,,,,,,Nacho Manzano es un excelente cocinero y me alegro muchisimo......pero creo que en lo que acabo de contar,,,,,,,hay bastantes cosas a estudiar.....un saludo.
ASTUREX
Asturex, en el mundo gastronómico, tanto en lo referente a cocineros, empleados y críticos , ha causado una enorme sorpresa lo de Marcial, y no se entiende muy bien el porqué. En todo caso, solo hay que felicitarse por ello. ES bueno para NAcho, que le obligara a anclarse más en el restaurante, , para nosotros los gastrochalaos (si mantienen precios , claro), y para la restauración asturiana en general, al fijar una atención que empezaba a distraerse de aquí
ResponderEliminarPOr cierto, que también yo estaba allí recibiento las tambaleantes invectivas de RGS. Lo que no olvidaré es aquella gamba roja que se trajo Quique. NI el reverencioso silencio que se hizo en la sala.
Me maaaarcho a Santandeeeer
ResponderEliminarClaro, Dile; ahora recuerdo que leí tu post al respecto, incluso estuve a punto de enviarte mis fotos (le hice foto a todos los platos).....por cierto en la mesa de RGS estaba Germán (Maleta del loco).....muy rico todo, todo....y encima me invitaron.......a ver que nos traes de Santander. Un saludo
ResponderEliminarASTUREX
Jefe, te van a echar de casa. ;-) :-)
ResponderEliminarImpresionante lo de La Cigaleña ayer. Sin duda un templo para los amantes del vino.
ResponderEliminarALELUYA Nº. 3
ResponderEliminarUna sonrisa en la cara
Entre abrazos esperados
Entre apretones de manos
Aquí otra vez reunidos
Deseosos de más vinos
Esperando la sorpresa
Aleluya
Una promesa en botella
Una copa la recibe
Ese aroma sugerente
Ese gusto que te atrapa
Nos quedamos sin palabras
Anhelamos el siguiente
Aleluya
Brillos en las copas
En la clara oscuridad
De una tarde cántabra
Que sí sabe a dónde va
Aleluya, aleluya, aleluya
(Y así podríamos seguir un buen rato)
Ahora, sin versionear a nadie.
ResponderEliminarUn lujo (otro) el repertorio de ocho vinos que probamos ayer.
Desde un delicado Reichsgraf von Kesselstatt GG Scharzhofberger 2007, mimado en su aireación y temperatura para respetar todo lo que tenía de elegante, frente a un Tokaji seco, un Szent Tamás Szepsy 2006, puro otoño en botella, con tierra, con hongos –acompañó como un guante a unas setas-.
El Egly-Ouriet Grand Cru V.P. degollado en mayo de este año y con 70 meses sobre lías, armado, vinoso, fuerte, incluso tajante en su seco final. Se atrevería con casi cualquier plato.
El desafío de miradas entre el Mersault Les Vireuils 2004, de Domaine Roulot, y el Arbois Pupillin 2003, de Pierre Overnoy. Seductor el primero desde el principio, con una nariz envolvente y sutil y con buena boca, todo agrado, todo entrega. Más circunspecto el segundo, con ese dorado profundo, con un aroma recogido, con un desarrollo en boca que parecía cifrado, una clave que invitaba a descubrir. Su nariz iba dando más pistas con el tiempo. (Una parte de la mesa se dejó seducir fácilmente por el primero y nos adueñamos de sus últimas copas para hacerle justicia, mientras la otra mitad del panel de cata se empeñaba en la defensa de los méritos crípticos del segundo)
La sorpresa, el “tapado”: Umathum 2006 Von Steim, tinto austriaco de uva St. Laurent. ¿Jugaba a disfrazarse de pinot noir? ¿Quería engañarnos entre lo que decía su nariz y lo que daba en su boca? Todo eso y más. Serio, complejo, cálido y a la vez divertido, juguetón. Le perjudicó la vecindad del campeón de la velada pero no debemos dejarlo pasar.
Y pese a tantos elogios parecía que no encontrábamos el vino 10, aunque ninguno bajase de 9’90. Y entonces llegó el Châteu Chalon 1986 de Jean Macle, ese milagro del vin jaune del Jura, con lejano parecido con nuestro jerez (la aparición de velo lo justifica) Distinto en todo, desde la botella al final. Dorado sugerente, con misterio, con duende, hondo. Nariz de múltiples matices, boca redonda y plena que no puede dejar indiferente. Habíamos encontrado nuestro vino 12, todo se quedaba corto para alabarlo.
Dar muchos más detalles podría cansar, así que digamos el más significativo, el que mejor describe nuestro estado de ánimo: salimos poniendo fecha a la siguiente.
Salud.
Me traiciona el subconsciente. Tanto nos ató a la silla ese Jura, de tal forma nos dejó sin palabras que olvidaba el añadido, el octavo que vino con el postre dulce: un Vigna Seré 2003, un passito rosso (tinto dulce). Tenía sus méritos, su necesaria acidez para anclarse, se acoplaba con el postre pero para mí estaba por debajo de tantas maravillas de esa tarde, y además quedó eclipsado por el Chalon, que ya no dejó sitio a nadie más.
ResponderEliminarY es casi obligado reseñar el compañero de mesa exquisito de ese triunfador. El único capaz de aguantar el tipo no estaba en una copa, sino en el plato. Un comté añejo que nos dejó tan asombrados como el mismo Château Chalon. Bueno, no nos dejó del todo sin palabras, nos dejó las justas para pedir más y repetir dos veces.
Jorge,que envidia sana me estais dando,menudo homenaje que os disteis,buen lugar La Cigaleña.
ResponderEliminarNOtas de cata:
ResponderEliminarEl Meursault era Borgoña, fría, austera y subyugante.
El Arbois Pupillin 2003 del Jura era un vino oxidativo con una boca que era un cruce de Borgoña y Jerez, verano y otoño . En carta 25 euros.
El Reichsgraff dio muchísimo, opulento y fino, inmediato y equilibrado.
El Szent Tamás Szepsy 2006 era un seco generoso y caudaloso, con acento de un príncipe astrohúngaro.
El Egly Ouriet fue un destello de placer, un beso con lengua de la hermosa Champaña.
El Umathum 2006 Von Steim era como un puño de Pinot Noir en guante de seda.
El Châteu Chalon 1986 de Jean Macle fue un Vin Jaune , que es como un amontillado pasado por la Francia austera del Norte,con sabor de heno, con los destellos amarillos de una alegría tranquila, frutos secos (avellana, nuez), a chimenea y tarde de otoño en primavera, o tarde de primavera en otoño.
Extraordinario el maridaje con un extraordinario Comté.
Rafael es el hermano del Dile, que escribe desde su ordenador
ResponderEliminarBuenas tardes
ResponderEliminarPoco más se puede decir de los vinos, añadiría vinos con personalidad y que muestran de donde son
Sumando alguna nota más
-Reichsgraff 2007, graso, toques de farmacia,complejo, largo, generoso en las prestaciones de sus bondades
-Roulot Mersault 2004, mineralidad en nariz, gran chardonnay, fresco, gran entrada en boca
-Szent Tamás Szepsy 2006, en base a la variedad furmint, un vino elegante, sedoso que demustra que no sólo son capaces de hacer vinos dulces
-Egly Ouriet Grand Cru V.P, uno de los champagnes del año, toques de piedra, del silex, nariz con aromas de pastelería fina, sin apabullar, citrico, frutos secos, un color dorado precioso, burbuja fina
-Arbois Pupillin 2003
Tonos yodados en boca, fino en la entrada y largo como un túnel sin salida en boca
Champiñón, moho, naranja compotada
Me recordó a la paja que se queda después de cosechar el trigo
-Umathum 2006 Von Steim
Vino hermafrodita, masculino en nariz con toques cárnicos y femenino en boca, sedoso y elegante como la mujer más elegante de toda Viena
-Châteu Chalon 1986
Vino de pellizco de emoción, nunca se me borrarán los recuerdos de curry en nariz, y todo lo que decía en boca. De los vinos más complejos que uno ha bebido
-Vigna Seré 2003
Vino final que se vió perjudicado por beberlo después del anterior pero que tuvo como principal mérito y no es poco no desentonar del resto del plantel
Con todos los vinos me pasó lo mismo, demandaba siempre un último aliento en la botella, una última gota de satisfacción
Un abrazo
Y un abrazo para el hermano
ResponderEliminarDormiríais la siesta después de la bacanal ¿no?. ;-)
ResponderEliminarYo tomé un Viña Ardanza 2000 que puede que fuera por la sorpresa pero estaba bueno, bueno.
ResponderEliminarBuenas tardes,
ResponderEliminarNo me dejais deshacer la maleta. Qué bien lo pasé en La Cigaleña, con Andrés dándonos lecciones magistrales, y con estos tres señores, que tantas vueltas me dan.
Definen bestial todos los olores y sensaciones de esos ocho vinos que nos bebimos. Yo a todo no puedo decir que sí, puesto que hay cosas que no pillo, pero éstas serían mis anotaciones:
REICHSGRAF VON KESSELSTATT: Nariz muy agradable; un toque amoscatelado al final.
SZENT TAMÁS SZEPSY 2006: Fresco, piña; te deja una sensación arenosa (polvo más bien).
EGLY OURUET GRAND CRU V.P.: Me gustó mucho, bonito color; destaco su acidez.
MERSAULT LES VIREULS 2004: Impresionante; creo que fue e más entendible para mi desde el principio; me encanta su nariz, tanto que daba pena beberlo. Me compré una botella de 2005 porque no había del 2004. Veremos cómo está.
ARBOIS PUPILLIN 2003: Nada puedo decir, ya que nos lo bebimos a la vez que el Mersault. No me dijo nada bueno. Qué le vamos a hacer.
UMATHUM 2006: pues a mi me huele a tinta china; muy suave; al final le noto un poco de verdor.
CHATEAU CHALON 1986: Pues... de todo. Sí noto el curry, sí, pero al principio me recuerda más al olor que produce mi perro al marcar. También sal. Y fianlmente sale sale el olor del cajón antiguo donde guarda los pañuelos mi tía, perfumado con manzana vieja.
VIGNA SERÉ 2003: El zumo de mora que hacíamos en verano; tiene un tanino adictivo, como el chique, o el palo lu, que no puedes parar de mascar: En fin, yo no sé para qué lo quiero, ni para cuándo, pero lo quiero y lo pasé genial con este último vino tan distinto. Lo hubiera comprado si hubiera habido.
Un aplauso para el Comté, que repetíamos sin parar, y que me recuerda al parmesano reggiano en su sabor, aunque nada tengan que ver a la vista. Además ambos tienen esas concentraciones de calcio que tanto agrada encontrarse de vez en cuando en cada mordisco.
El otro día en el Zurdo me pusieron un Dim Sum de bogavante, lo habéis probado? Los de Diverxo tienen algo que ver?? Pregunto esto porque es la primera vez que los como y la verdad, tampoco me dieron mucho más.
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