Justamente delante del hotel teníamos el restaurante R3 algo que desconocíamos antes de hacer la reserva. Es un concepto novedoso ya
que en el mismo edificio acoge a un restaurante de ensaladas, una marisquería y
un restaurante “gourmet” que fue por el que nos decidimos. Al parecer fue financiando con fondos europeos para la dinamización turística de la isla, algo que le vendría muy bien ahora que los norteamericanos van a reducir mucho su presencia en la base militar de Lajes.
El
edificio como se puede ver en la foto tiene un estilo muy futurista y el
comedor tenía la cocina a la vista, algo que gusta mucho en general, pero a mi,
no. La carta nos sorprendió por lo reducida: 2 entrantes, 2 pescados y 3
carnes.
Aquí
también nos sirvieron 3 platinos de los que parecen invitación de la casa y que
luego te cobran. Como no pensábamos tomar entrante los probamos. Uno era sí que
era invitación y consistió en una crema de setas bastante rica, una tapenade de
aceitunas negras, 2€, y mantequilla “noisette” que estaba derretida, 2€.
Como platos
principales seguimos con pescado. Teníamos ganas de probar el atún en otra isla
por lo que pedimos lomo de atún al horno, sobre cama de patata dulce, nabo y
remolacha confitados, espinacas y salsa especial. 18€. Como dice un amigo que de
vez en cuando se pasa por el foro: satánico. Evidentemente como buen diletante no soy ningún
experto en atún pero me daba la impresión de que más que atún era una especie
pariente menor como la albácora o parecido, pero imposible saberlo con lo
pasadísimo que estaba. Aparte del horno cualquiera no diría que le aplicaron
soplete industrial durante un buen rato. Además la “salsa especial” era con
marisco lo que me parecería un desatino de combinación a no ser que se echara
para disimular el despropósito con el punto. Además había por allí algún camarón
y unas chirlas que no se que pintaban aparte de la tonelada de espinacas que hubiera hecho feliz a Popeye. Un horror.
Menos mal
que el pulpo confitado con puré de ñame y champiñones salteados con bacon,
17,50€. Bien el pulpo, de buen sabor y ligando bien con los champiñones con
bacon. En cambio el puré de ñame, un tipo de patata autóctona de las Azores, era
absolutamente insípido. De todas formas el conjunto no estuvo mal.
De postre
tomamos un original dulce de vinagre con caramelo de cacahuete y helado de
fresa, 6,50€. El dulce de vinagre es típico de la isla de Terceira. Muy caro para la
media de precios de las Azores y por la reducida cantidad pero hay que reconocer
que el dulce de vinagre con el caramelo de cacahuete tenía un sabor poco visto,
tal vez algo empalagoso pero sabroso y suavizado por un rico helado de fresa.
Bien.
El otro
postre fue un panna-cotta de albahaca con coulis de mango y teja de cacahuete.
6,50€ También un poco empalagoso el conjunto pero aceptable. Sorprende lo mucho
que usan el cacahuete a la hora de hacer los postres.
La carta de
vinos bien. Tomamos un excelente Redoma Reserva 2009, 22€, blanco de Dirk
Niepoort del Douro servido en unas copas de buena calidad.
El pan,
1,50€ c/u, el mejor que probamos en las islas aunque tampoco es un gran logro
viendo el bajo nivel. El chaval de servicio, un poco despistado, pero
cumplidor.
La página web notable, de fácil uso y con toda la información.
El conjunto
fue manifiestamente mejorable por lo que aún quedándonos dos noches y a tres
pasos del hotel, no volvimos.
El último restaurante fue Mar a Mesa, situado en el puerto deportivo de Praia da Vitória. Como
su nombre indica está especializado en pescados aunque quién lo diría cuando de
los 8 o 9 que tenía en carta solo disponían de bacalao y del pescado del día.
Además sorprende que no tuviera la carta en la puerta cuando sus vecinos todos
la tenían. A veces me gustaría ponerme en la cabeza de algún dueño o gerente de
restaurante para ver por qué no hace cosas que parecen obvias. Curiosamente cenamos solos.
Una vez
situados, solos en el comedor toda la cena, nos pusieron un aperitivo que
consistía en un queso de cabra de la isla con una salsa piri-piri. 1€.
De entrante
pedimos una tabla de quesos de la isla. 8€. Cuando uno lee “tabla de quesos de
la isla” supone que le van a poner varios quesos distintos. Pues no. Solo un
tipo de queso en seis trozos. Supongo que diferencias culturales. Prefiero
pensar.
Como
queríamos pescado y como comenté las opciones no eran muchas pedimos el pescado
del día que fue un cabracho a la parrilla. 12,50€ c/u. El nombre autóctono es
bocanegra y aunque viendo la foto no es que tenga buena pinta, la verdad es que estuvo bien de punto, con unas patatas que no llegan al nivel de
las que hacen en Canarias, ni estas ni otras de las probadas en las Azores con
los pescados y unas ricas legumbres salteadas. Aunque la cuota de cocina
tradicional ya la teníamos cubierta los mediodías, en este caso mereció la
pena.
Y para
rizar el rizo de la escasez, de postre quise pedir aquí también un dulce de
vinagre pero de los 5 postres de carta solo tenían mousse de chocolate. En
fin...
La carta de
vinos, como parece ser en la mayoría de los restaurantes azoreanos, minúscula.
Lo gracioso es que al final ponían el nombre del enólogo que la confeccionó.
Quedaría agotado... Por lo menos tomamos un notable vino de la isla: Muros de
Magma 2011. 20€. “Hermano mayor” del Magma de la primera noche, afortunadamente
no se parecía en nada a éste. Hecho con la uva verdelho, muy mineral, con
volumen, la madera muy bien integrada y largo. Muy buen vino, en la línea del
Fita Preta que tomamos en Ponta Delgada, y como éste, no lo encontré en ninguna
tienda de las islas. Como curiosidad el enólogo del Minho Anselmo Mendes
colabora en su elaboración.
Lástima de la poca producción ya que estos vinos de
verdelho en terreno volcánico parece que podrían llegar a ser notables.
Por cierto
que el paisaje de las viñas de Biscoitos en Terceira es realmente llamativo como
se puede ver. Bonita isla de la que merece la pena visitar.
El chaval
que nos atendió, correcto. La página web inexistente. Llama la atención el poco personal de los
restaurantes aunque tampoco es extraño con la poca clientela que tuvieron por lo
menos esos días de mayo.
Boavista, 40, Praia da Vitória, Terceira, Azores
(Portugal)
Mar a Mesa
Avenida Alvaro Martins Homem | Edificio
Beira-Mar, Praia da Vitória, Terceira, Azores (Portugal)
295513781
Parece q mejor el segundo que el primero... Cada día que pasa alucino más con las pedazo de inversiones para los locales de restauración frente a la poca chicha que ofrecen sus trabajadores.
ResponderEliminarMás que los trabajadores yo diría que los responsables.
EliminarToni de verdad, tienes que hacer una guía de Resturantes "NO", te tocan muchos ;).
ResponderEliminarEn cuanto al primero de estos dos, solo con la pinta me voy a burguer.
Bueno hombre, el edificio llamativo es.
EliminarDesde luego, para quien tenga la gastronomía como aliciente para viajar, no atrae gran cosa todo esto :-)))
ResponderEliminarMe quedo con un detalle sobre el Muros de Magma -que no conozco-: la colaboración de Anselmo Mendes. Eso es un buen indicio.
Cuando pensé en las Azores lo último que tenía en mente era la gastronomía. Bueno, y en Portugal en general...
EliminarVaya lujo escondido que tenéis los Asturianos.Solo diré dos palabras....."Gueyu Mar".
ResponderEliminarVinimos desde Madrid un grupo de seis amigos,Y solo decir, que fue algo SOBERBIO.
Puxa Asturies.
Hacienda ha precintado el restaurante de Sergi Arola por impago de las deudas con organismos públicos.
ResponderEliminarLo gracioso es que encima dice: "Así me pagan todos estos años de servicio de representación a mi país". En fin...
El cocinero Ángel León y el bloguero Phillipe Regol, premios nacionales de gastronomía.
ResponderEliminarToni, tu y Portugal como que no a la hora de comer :-). Bueno, a las Azores todavia me queda para ir jeje. Por cierto estoy con sibaritastur, solo con la foto del R3 acabo en el McDonalds antes de entrar :-)
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