Esta es una de las ocasiones en que más se tendría que reflejar lo subjetivo de los placeres de la mesa, lo dependientes que son de una circunstancia, un estado de ánimo, un golpe de suerte. Soy consciente de que esto lo sabe cualquiera pero los que nos pasamos demasiado tiempo hablando de nuestra afición al condumio a veces lo olvidamos; lo olvidamos y jugamos a ser jueces, a dar calificaciones absolutas a lo que nos gusta o nos disgusta. No, nunca es suficiente la lectura superficial.
El caso es que se iban de vacaciones unos amigos y se decidieron a aprovechar una parada obligada en Madrid para visitar un restaurante. Y me tentaron. Digo me tentaron porque era sitio que me infundía respeto, del que había oído cosas dispares, que me apetecía pero me hacía dudar. Ponía yo dos condiciones previas que lo iban relegando en mi agenda: no ir solo –sabéis que es como voy casi siempre- y a ser posible que mis acompañantes conocieran la casa, o más bien que en la casa los conocieran a ellos; ir avalado, vaya. Pues al final me conformé con la compañía, ya que ninguno tenía historial previo en aquellas mesas. Es decir, que como era previsible caí en la tentación.
Un día estupendo, atmósfera limpia, luz, poco calor. Tráfico fluido y buen ritmo en la carretera, casi no nos acordamos de parar hasta Madrid. Piloto y copiloto bien compenetrados, no hubo que dar más que un rodeo, y eso por culpa de lo difícil que era la entrada al garaje del hotel, que estaba escondida. Y lo justo para ver la Q1 (se preparaba algo grande en Monza) en un bar ahí al lado.
Calle Juan de Mena, Viridiana. Todavía no os lo había dicho pero ese es el sitio. Y eso os llevará a pensar que no debería enredarme contando mucho porque bastante está dicho ya. Está dicho porque a Abraham García le gusta escribir y por sus platos y su casa ya abre él la boca y muestra corazón y tripas. Sí, es un juego de palabras fácil pero es verdad, así que desde este mismo instante os aconsejo leer al propio autor de libros, blog y platos para mayor detalle.
De lo que hablaré yo será de nuestra comida, única. No conocía el sitio, como ya he dicho, pero sí sabía de alguna polémica de estas que nos interesan a los gastrópatas y a poca gente más. Viridiana y la Guía Michelin no se entienden. Ya no es estrella sí o no, es que ni lo cita. Si observamos las salas que suele valorar la guía en cuestión veremos que la de Viridiana no es una sala Michelin. Y yo creo que a partir de ahí empieza un desafío, un juego consciente. No estoy en la piel del propietario para saberlo pero me parece que hay algo intencionadamente kitsch en el local para poner a prueba al comensal. Porque a ver, a un restaurante ¿a qué vamos? A comer. Pues eso. “Te voy a provocar con detalles para que decidas si pesan más que la comida”, me parece que piensan en la profundidad de aquella cocina.
Hubo que preguntar por ese menú degustación que ni ofrecen ni figura en la carta pero está ahí, lo sabíamos desde que se hizo la reserva por si el tiempo nos jugaba una mala pasada y nos ponía limitaciones. Entre tentadoras sugerencias fuera de carta y consolidados de la casa reflejados en el papel había suficiente para quedar satisfechos, seguro, pero queríamos más, queríamos probar cuanto fuera posible. En la afortunada expresión de mi amigo, “venimos entregados”. Detalle importante: predisposición.
Y así comenzó una comida que fue una celebración del sentido del gusto pero llegó sin duda a la gula, que pecados capitales también hubo en este viaje.
La temporada permitió empezar con un Bellini, puro sabor de fruta, cóctel que es casi plato. No voy a pararme demasiado a describir lo que muchos conocen, lo que danza por la red. Más bien hablaré de un torrente de comida que llegaba a la mesa en oleadas. Platos a pares, como la crema de galeras y el gazpacho; sorpresas del mercado, como aquellos boquerones apenas tocados por el calor y sin rebozar, que es como decir sin rebozo; el contundente foie, que también es calor pero poco; y el arenque, que es frío, con su vodka. La barquita de cerámica de los boquerones o la tapa con figura de pato del foie entran en esos guiños kitsch de los que hablaba. Que te gusten o no es lo de menos; ¿de verdad vas a fijarte en ellos, más que en la comida?
Nos habían llamado la atención, fuera de carta, unas flores de calabaza rellenas de morcilla y nuestra entrega tuvo su premio: entraron en el menú. Sabor fuerte sin perder la compostura. Para entonces aquella cocina ya había conquistado nuestro corazón subiendo desde el estómago, como tantas veces pasa.
Beber también bebimos. Lo que quiso la casa, el maridaje que ofrecían. Y fue acertado, con el mismo criterio que el resto del menú. Buena parte de la comida la cubrió un riesling, un kabinett Kanzemer Altenberg 2006 de Von Othegraven, de los que ellos mismos distribuyen. Igual que su propio aceite, que nos acompañaba en la mesa; o que el Sauternes que nos sirvieron con el foie. Todos merecieron elogios.
Pero no perdamos el hilo que faltan platos. Su famoso huevo con crema de boletus y trufa, que llegó a la mesa en una sartén, como las que tanto gustan en nuestras sidrerías. ¿Veis por qué digo lo de los guiños? Si queremos leer el menú con las convenciones habituales aquí terminaron los entrantes y dieron paso al mero –con batata asada y mojo rojo- y al cordero especiado con trigo sarraceno y orejones. Yo no tengo tan claras esas diferencias en los platos que probamos, no eran menores los primeros ni mayores los segundos, en sentido cualitativo. Si leéis la carta o alguna entrevista por ahí enseguida veréis las influencias, comedidas pero claras. El cordero, por ejemplo, tenía el Magreb en el plato, igual que el arenque apuntaba al norte.
En esta ocasión lo de dejar hueco para los postres casi era una estricta realidad física, casi no nos cabía más comida en el cuerpo. Y si no quieres taza… Otra vez un plato geminado, ahora dulce: helado de higos con tequila reposado y al lado, crema de yogur griego con PX. Pero no terminaban ahí, qué va. Al centro vinieron dos perlas más de repostería para compartir, además del doble postre de cada uno: la mouse de chocolate más rica que probablemente haya probado nunca –yo, adicto declarado al cacao- y una deliciosa y ligera bavarois de almendras tiernas. Casi lloro por no poder acabar estos dos extras, que te provocaban como lo más rico de la comida (si no fuera injusto escoger) cuando ya eras incapaz de meter una pobre cucharadita en la boca. El postre incluye un té con su servicio cuidado –otra vez venía el Magreb a la mesa- que daba para varias tazas.
Casi postergo, a propósito, el segundo vino. Un rioja de paso fácil, ligero, sin destellos brillantes pero con fruta viva y un puntillo de acidez suficiente. ¿Por qué digo esto? Porque lo veo también como parte de un juego muy estudiado. A esas alturas, como aprendices de Pantagruel, el cuerpo sólo iba a admitirte un vino ligero para refrescar levemente, así que la menor complejidad de este segundo vino es muy oportuna. Sumad pequeños detalles y veréis que la idea es centrar el foco en un único protagonista: la comida. Y eso no puede ser azar en una coreografía tan compleja.
Cerca de tres horas después todavía hubo tiempo para anécdotas, bromas y una foto con retranca. En ese momento salimos del local como conversos, conversos al peculiar rito de Abraham García y sus fogones. Gracias.
Detalle para amantes del cálculo: el menú incluyó en su precio fijo (110 euros) todas las bebidas, principales y complementarias, agua, pan y el té. No hubo más extra que la propina que quisimos dejar. Para Madrid y para una comida así es un buen precio, no tenéis más que comparar.
Si habéis tenido la paciencia de leer con detalle hasta aquí quizá os resulte incoherente el párrafo con el que empecé el post. ¿No ha sido una comida estupenda? ¿Qué me lleva a ese relativismo? Pues que no pude evitar contárselo a un amigo con el grado de pasión, elogio y complicidad como para convencerlo y que fuese una semana después. Mismo escenario, casi igual menú pero circunstancias y resultados muy diferentes. Como es uno de los habituales de esta tertulia él mismo os dará su versión y podréis leer en paralelo. La duda, o no, será cosa vuestra. Y ya de paso le agradezco las fotos, esas que yo casi nunca hago, porque es él quien me ha cedido las que ilustran esta entrada.
Pero volvamos a nuestra comida, la que nos salió tan bien. Hubo que ir al Retiro a rendirse ante la digestión esforzada, esquivar el sol, buscar después una terraza, café con hielo como antídoto para el veneno del sueño.
Después caería una tarde de paseo moroso en que también hubo fachadas y entrañas, las de una noche blanca. No me gusta la aparatosa publicidad, la fiesta forzada, pero sí me gusta ver a la gente tomando las calles, sus calles, esas que tantas veces quieren quitarnos. Aun así los ríos de gente nos dificultaron caminar sin rumbo y contemplar Madrid.
Un cóctel en Del Diego nos dio la tregua para hacer balance del día y preparar el siguiente. La noche reclamaba el merecido descanso, que había sido una jornada intensa.
Lo que vamos a alimentar ese domingo es otra cosa. El menú, en el Prado y a base de Turner, ese pintor de tempestades que me parece que se perdía cuando quería abarcar mucho. Gran muestra, sin embargo, idónea para ver su enorme ambición, su carácter que le impulsaba a tocar todos los palos, a responder a todos los desafíos. Otra cosa son los resultados. Casi siempre nos llamaron más la atención las obras de sus maestros que su lectura del mismo tema. Cuestión de gustos.
Esquivando grupos de turistas hacemos nuestra selección para reencontrar a Velázquez, a Goya, al Bosco… Mesa de pecados capitales, cómo no. De eso hay mucho en la vida. Bromas con algún parecido sospechoso que no reproduciré para mantener cierta etiqueta. Disfrutamos hasta que el cansancio superaba al placer visual y de ahí a por una cañita refrescante y a localizar una pantalla que nos permita entregarnos a una pasión mucho más vulgar. Todas valen.
Sumo a otra amiga a la fiesta, nos ponemos al día, seguimos visitando locales con causa… Pero es la hora de ser masa, de ponerse nervioso, de subir el tono. Si ayer hubo pan hoy tenemos circo. Un rincón del tamaño justo, más cerveza, patatas con salsa variable; Asturias en las paredes sin motivo conocido (un mapa de Cangas de Narcea y una foto de un pueblo de la zona) y asturianos exaltados pendientes de un monoplaza rojo. Que sí, que es posible, que esta se puede ganar… Bueno, el resto ya lo sabéis los aficionados y a los demás no os importa.
Tarde y mal todavía rodamos por bares castizos, de los que mantienen las costumbres ajenos al turismo excesivo, donde atienden la barra “gatos”, vamos. Alguna tapita para mantener el equilibrio y La Camarilla para cerrar la ronda. No me gusta su nueva orientación y debo decirlo porque fue sugerencia mía ir allí. Nos sacó del apuro, eso sí, pero la prefería antes, era una mesa más amable.
No queda tiempo para mucho más. Un último café, recoger la mochila, ir perdiendo Madrid camino de Méndez Álvaro… Debajo de apariencias discutibles, de las fachadas, es bueno buscar algo más, es bueno revolver en las entrañas hasta dar con lo que nos gusta. Vuelvo cansado, todo este trote no puede ser bueno, pero yo suscribo eso de que la vida es una enfermedad de transmisión sexual y pronóstico mortal, así que no le doy muchas vueltas. A pesar de lo dicho os deseo salud. Nos leemos (e incluso nos vemos).
DEl post anterior...
ResponderEliminarCompangu , ese mercado de Borough parece algo que hay que hacer al menos una vez en la vida.
Daninland, si supiera te ayudaría.
DE este....
ese amigo del que hablaba Jorge que fue poco después ,...pues lo comentará en paralelo en su blog, La Barriga de Lolo.
Hoy me enterado de que Los Pepitas lleva ya un tiempo cerrado....otro cadáver más que sumar.
ResponderEliminarcompangu
ResponderEliminarla perdiz "normal" si que la definiria como insipida comparada con esta...
ademas la textura, el muslo es estetico mas que otra cosa, todas estas aves tienen muslos que no valen pa nada, pero la pechuga, impresionante, no parece una perdiz en nada
pues si os parece seguimos el debate del sitio en este blog para tener centralizados los comentarios, ale, que empiece la fiesta ;-)
ResponderEliminar(repeat) Lolo, entre lo de Viridiana y lo de Akelarre me parece que el prestigio diletantiano lo tienes por los suelos :).
ResponderEliminarESo del huevo en la plancha es sin duda un defecto fácilmente mejorable. A mi también me ocurrió y fue lo que menos me gustó . Yo solo fui una vez a Viridiana, y lo disfruté mucho. No tanto como Jorge , pero sin duda guardo un buen recuerdo. Quizás la compañía también influyó.
DE todas formas, es lo que siempre decimos, se juntan una objetividad, la comida, sometida a mil variables (frescura, origen, transporte, fuego, salsas, temperatura,tiempo,..), con una subjetividad que ídem, así que el resultado muchas veces no puede ser más que este. POr eso es bueno encontrarse en los blogs, y que cada uno de su versión de la fiesta. Entre todos se va destilando una cosa que se va pareciendo a la realidad
esta claro que esto no son matematicas, a mi no me gusto pero aconsejaria ir a la gente porque se que es un sitio que puede gustar.
ResponderEliminardicho esto y siendo consciente del altisimo componente subjetivo del asunto, creo que con las fotos que muestro de lo que comi, no apetece demasiado, yo si las llego a ver antes de ir no voy.
quizas no sea muy justo esto que digo porque lo digo despues de haber ido y que no me haya gustado, no puedo abstraerme y no se realmente que pensaria al ver esas fotos si no hubiera probado ningun plato, no lo se...
que pensais vosotros?
independientemente de esto, no es una cocina que me guste porque no vi una cocina de fondos, de raices, de horas y de chup chup
ResponderEliminarvi una cocina de mezclas, de salsas faciles, de cierta fusion, no muy elaborada y trabajada y bastante bastante descompensada
Bueno, por lo que leo parace una Gincana gastronómica, a ver lo que dice "tu amigo" de su visita.
ResponderEliminarya lo dijo jeje
ResponderEliminarEn Borough se podrán encontrar ya esas grouses, incluso becadas en breve. En realidad tienen poco que ver con las perdices. Son ligeramente amargas y están buenas con un golpe de horno, yo no creo que se puedan guisar.
ResponderEliminarSupongo que va en gustos, a mí una perdiz bien madurada, en dos cocciones, reposada y con un fondo trabajado me parece un gozo, en Piñera la bordan. Trabajar bien una perdiz es, creo yo, mucho más complicado que hacer una grouse al punto.
En la misma preparación, esto es asadas y al punto -en Horcher hacen la perdiz de esta manera y es un clásico-, efectivamente la grouse es más rica.
Hay un problema añadido y es que muchas de las perdices que encontramos en los mercados son las que sueltan en verano, van cortitas de sabor.
Ésta, son un par de ejemplares que me hice el finde pasado, con un humus de garbanzos. No es la mejor versión que he hecho porque a fuerza de reducir para poder glasear la carne hice un fondo un pelín raro. Pero estaban ricas con aproximadamente 5 días de maduración.
ResponderEliminarEn este caso y sin que sirva de precedente ;-), me voy a fiar más de Lolo y como él dice, viendo las fotos y leyendo sus explicaciones yo lo borro de mi lista.
ResponderEliminarEl caso es que yo también leo mucho y admiro a Abraham, y sin embargo son otras voces, en las que confio mucho (y no solo la de Lolo) las que no me invitan a Viridiana. Y eso que el discurso es parecido, "hay que probarlo, -dicen- pero a mí no me gustó, esperaba algo...".
ResponderEliminarJorge me hace dudar. También confío en su criterio, pero qué quieren que les diga, por 110 pavos, mejor experimento con un valor algo más convincente...¿no?
Saludos,
calos
ResponderEliminaryo las comi en salmís y eran absolutamente deliciosas, sobre todo la pechuga, en su punto perfecto, poco hecha, como tiene que ser.
no soy ningun experto en perdices y mi experiencia es mas bien corta pero ninguna de las que haya probado se parecia en intensidad ni en textura a esta, ni de lejos.
tienen muy buena pinta las de la foto
mariano
ResponderEliminarno se que decirte
yo te aconsejaria que fueras y probaras, pero como hay que elegir y no podemos probar todo lo que quisieramos pues....decide tu jeje
piensa que quizas seas de los que tiene la suerte de que les enamore.
yo me fui para alli con mis libros del señor garcia por si se me pasaba por la cabeza la idea de que me los firmara jeje, se me olvidaron en el coche, tampoco lo hubiera dicho porque no hubo ocasion para ello
Tiene razón Mariano. Para gastarme 110 napos en un menú tengo que haber escuchado la unanimidad total sobre el sitio y aún así me puede salir mal como la última vez que estuve en El Celler de Can Roca.
ResponderEliminarMe estais jodiendo entre todos. Y mucho.
ResponderEliminarEn el principio de los tiempos, cuando uno empezaba a interesarse por esto, leía u oía a Abraham y pensaba: "comer en el restaurante de este tío debe ser la o.tia". Era la cumbre soñada.
Luego vas leyendo a los clientes, y esto parece un partido de tenis.
Unos te dicen que es una absoluta maravilla, que es el maestro de genios como el de DiverXO, que te pones hasta las trancas de buena comida; otros te dicen que no hay cocina de profundidad, que no están bien acabados los platos, vamos, que es una mierda (con perdón, y poniendo siempre los € en la variable), y otros te dicen que "tá bien, pero tampoco pa tanto" ¿verdad, aloque?
Así que parece que habrá que engordar el gochín y probar por uno mismo en una de las bajadas al foro. La pena es que hay tanto donde escoger por allí que arriesgar tantos cuartos es mucho riesgo.
Sigo igual. Lo dicho, que me estais jodiendo.
Compangu,a mi me apetece volver y mas pronto que tarde para ver si la emocion es mayor.aloque
ResponderEliminarToni,
ResponderEliminar.......los grupos parlamentarios han acordado también, aunque no por unanimidad, la definición de lo que es una terraza en el ámbito de la hostelería: dos paramentos verticales y un techo......
Al final van a dejar fumar en las terrazas, o eso pretenden.
Ese afán en querer legislar y contentar a todos al mismo tiempo me parece tan ridículo y cutre a la vez.
Pues yo hoy fui al Corral , solo, preguntándome si no era un poco tonta esta afición mía de irme a hacer más de 100 kms por aquello de comer un pajarraco escocés,....y volví feliz como hacía mucho tiempo que no lo estaba, con la sensación de haber recibido mucho más de lo pagado, con ganas de volver cuanto antes. Este año la arcea no me la pierdo
ResponderEliminarLa Red Grouse la tomé después de una Paloma Torcaz, en lo que fue una brutal "vertical" de volatería. La paloma , con esa limpia y fresca "mineralidad", una delicia. La Tosta de entrañas, extraordinaria. La REd Grouse, en un salmís delicioso y equilibrado, telúrica, profunda, trascendente. Para los amantes de las emociones fuertes. Aunque seguro que, diferencias morfológicas aparte, influía el diferente grado de maduración. 5 días para la paloma. 15 , para la Red Grouse, al límite.
ResponderEliminarme alegro mucho que hayas podido ir y que la hayas disfrutado
ResponderEliminarte imaginas una vertical de arcea y red grouse???
con algun plato mas menudo menu se me esta ocurriendo...
yo no me quejo de mi cena, unas chuletinas de potro de 4 meses de los oscos, salvaje como el solo y una botella de un vino que me encanta, cada dia lo disfruto mas, un reichgraft (no me apetece ir al cubo de vidrio a ver como se escribe jeje)2005 de 8 graditos, a 19 eurines de nada donde german.
exagerado ese vino a ese precio, sin duda la mejor rcp en vino que yo conozco (para mis gustos, claro)
yo tampoco me quiero perder la arcea, me quede enamorado el año pasado
tambien cogi un clos de la servoisine que me encanta, pero para ese tengo reservado otro menu :-)
Impactante noticia. Esperemos que hoy le pongan remedio.
ResponderEliminarquien dice que los bonitos ya no estan buenos?
ResponderEliminarmadre mia,hoy compre un bicharraco de 18 kilos y me comi media ventresca (1.100 la mitad jeje)
es la mejor ventresca que comi en mi vida, exagerado.
llevo media tarde envasandolo para congelar, que el invierno sera duro ;-)
por cierto, creo que solo queda un barco en la mar, el esmeralda, el que mas trae siempre, es su ultima salida, cuando vuelva se acabo el negocio hasta el año que viene.
si consigo hacer sitio en el congelador pillo otro.
si os digo a cuanto lo compre...
6,50 euros y no tuvo mas de 2.900 de desperdicio (que no es tal porque menudos fondos voy a hacer con eso...)
Me ha encantado el post; me ha transmitido las sensaciones que me llevarán a contrastar experiencia en el Viridiana; cuando me acerque por Madrid por un espacio de tiempo mayor a dos horas (como la última vez).
ResponderEliminar¡Da gusto pagar lo que habéis pagado y que el residuo de la cuenta abultada no ensombrezca la experiencia!
Fue uno de los factores positivos de recientes experiencias como la del Sant Pau o la de Casa de Comestibles; donde,curiosamente,
celebré una experiencia bautizada como "Menú 110" en la que se incluyó TODO y más. Cosas impagables que trataré de transmitir en próximas publicaciones...
En otros sitios rascan de aquí y de allá y, sin saber como, la cuenta sube casi 30 pavos...
Lolo, vaya suerte la tuya la de poder enfrentarte sin miedo a un bicho de esos. Yo lo desguazaría sin piedad.
ResponderEliminarDaninland, ya que nos has metido en ganas, no dejes de contárnoslo tanto tiempo como con el Corral.
El Crozes-Hermitage 2008 de Alain Graillot está lejos de ser el mejor de sus vinos, un poco delgado con algún verdor, pero diría al menos que sigue siendo un Alain Graillot.
ResponderEliminarno me voy a poner esa medalla jeje
ResponderEliminarme lo hizo todo el pescadero, el mejor que conozco, un autentico fiera con los cuchillos y un verdadero entendido en el tema, aprendo mogollon con el.
me lo preparo en menos de 10 minutos, paso de estar en bicho entero recien rulado a estar en mi maletero en menos de 10 minutos, increible.
yo solo lo envase al vacio pieza por pieza, casi gaste mas en bolsas que en el bonito jeje, pero semejante lujo se lo merece
JUA, JUA, JUAAAAAAA...
ResponderEliminarEl lorchán de la informática (yo) dio con la solución, ¡¡¡DE CHIRIPA!!!
Perdonen la salida de tono, pero ya estoy actulizado en los blogs importantes :)
Malísima noticia para la industria tabaquera, extraodinaria para todos los demás. :-)
ResponderEliminarOye, como mola esto!!...que dos visiones mas contrapuestas en fin. Prefiero no arriesgar, esa es la verdad, con 110 € :-)
ResponderEliminarDaninland, me alegro que lo hayas solucionado.
ResponderEliminarBrillante, como siempre, en un estilo que admiro,Diego Rey escribiendo sobre la crisis
Y para cualquiera con dos dedos de frente, no os perdáis el magistral artículo de Emiliano en lo de Weirdo.
Amigos, mínimo paréntesis desde Toledo. Aquí os he dejado, como os dije, con este post huérfano, bien atendido por mi editor (Eldi) y la parte contratante de la segunda parte (Antonio "Lolo" López) que encarna en este caso a la acusación particular.
ResponderEliminarLolo os detalla en su blog los platos, aunque no coincidieron totalmente con los nuestros. Y allí os da argumentos para dudar de la cocina según vuestras preferencias. Eldi apunta un sensato comentario donde admite ese argumento pero añade que le gusta el juego conceptual que hay detrás, que más o menos es a lo que yo me refería dicho en cien palabras donde se podían usar sólo diez. A partir de ahí, cuestión de gustos.
El precio intimida, claro que sí, pero en un "grande" y en Madrid tampoco creo yo que se saquen facturas mucho mejores en igualdad de condiciones. Bendito norte.
Bueno, el sábado habré vuelto a Asturias con el zurrón cargadito. Os iré contando. Y no seáis así, coño, no os agarréis a "confío en este o aquel" ni a "no arriesgo 110 pavos". Vale, muchos no conoceréis Viridiana pero quiero hechos, no presunciones. Que si no no deshacemos el empate el Lolo y yo. (Siempre nos quedará El Corral ;-)
Interesante entrada, D. Jorge, como de costumbre; pletórica de sugerentes análisis y jugosos matices.
ResponderEliminarUna de las conclusiones a la que llegué ya hace un montón de años, es como dicen por ahí algunos de sus paisanos: cada un ye cada un.
Cada vez que tengo que realizar una escapada, suelo tomar como referencia, cuando las hay, las experiencias de personas que me inspiran confianza. Después, como certeramente apunta, infinitas casualidades y causalidades pueden modificar las sensaciones reflejadas en la información.
He debido de tener mucha suerte cada vez que he utilizado este sistema, ya que las sensaciones recibidas jamás han llegado a virar más de 30/40º respecto a las informaciones obtenidas. Las más grandes decepciones las he cosechado al entrar en establecimientos que puntuales circunstancias me han empujado para quedar a su merced.
Estoy plenamente convencido que sobre gustos no se puede sentar cátedra, y lo que para unos es apetecible, para otros es rechazable.
Respecto al tema de gustos, el caso que me dejó vacunado para el resto de mis días desde mi ya casi olvidada juventud fue el siguiente: triangulo de la general del San Mamés de hace 50 años. Estaba disfrutando como un loco de las evoluciones de mi Athletic por el césped, cuando dos escaleras más abajo un grupo de aficionados trataban de separar a dos paisanos que pretendían “esmorrarse” mutuamente para intentar demostrarle al contrario quien de los dos era más ferviente admirador de nuestro interior izquierdo(10) Argoitia.
Do you understand this my friend????
Buen viaje de retorno y un cordial abrazo D. Jorge.
jeje Jorge, lo que digo es que parece que estoy leyendo la Nueva España y la Voz contando la misma noticia, me hace gracia. Generalmente me fio de todos vosotros a la hora de ir a un sitio, el problema son esos 110 € para, imaginarme salir como Lolo...Ante ese precio prefiero probar otros de la misma calidad en la que mas o menos coincida todo el mundo. Eso si, como dice don Zuhur... "ca un ye ca un" y no quita para que me descojone leyendo las dos versiones :-)
ResponderEliminarMuchas gracias por la precisión de la frase D. Fartón; fonéticamente me sonaba tal y como la ha escrito, pero no sabía si podría existir apóstrofe entre la c y la a.
ResponderEliminarSi es queee...
"ca un ye ca un ...
ResponderEliminary ca dos, una piragua"
Lo siento no lo pude resistir.
Ostia Jorge, ya se que me repito, pero es que 110 € son muchos € pa arriesgar, y más habiendo bastantes opciones para escoger en la plaza.
Pues también Matoses habla de Viridiana.
ResponderEliminarEn este caso bien no... lo siguiente.
su menu no se parece demasiado al mio...
ResponderEliminarno dudo de que el del estuviera como cuenta, pero cualquier parecido con el mio me parece pura ficcion...
acabo de leer el ultimo post de regol del celler
ResponderEliminarno tengo palabras, me muero por volver, es el cielo, el paraiso si es que existe
http://observaciongastronomica.blogspot.com/2010/10/celler-de-can-roca-girona-oct-2010.html
Bueno, vamos volviendo a la rutina poco a poco.
ResponderEliminarMuy buenas experiencias en Bilbao y alrededores con un magnífico guía. Gracias otra vez, Alberto.
Y algo más flojas las de Toledo (y también alrededores), más por mis expectativas altas que por el resultado en sí. Con tiempo os iré contando detalles.
De los dos sitios me traje una buena provisión de dulces que hasta ahora están saliendo muy bien. Tendré que darme un anticipo de navidad para probar los turrones antes de publicar el veredicto final. No creo que me cueste trabajo.
Pensaba proponer un tema de discusión pero como resulta desagradable lo dejo para mañana; es lo que se merece un lunes. En cambio ahora me apetece más ir a tomar una sidra a la salud de un Ferrari y un chavalín de aquí al lao ;-)
¡Vaya Jorge!. Viajas más que el propio Alonso, y eso que lo estabas dejando. ;-)
ResponderEliminarVinos del fín de semana. Muy rico el Lavia+ 2005 de Bullas, a pesar de ser del sureste nada pesado y con un alcohol muy bien integrado. Algo decepcionante del Viña Coqueta 2005 de Remírez de Ganuza que sin ser un mal vino me gustó menos que el anterior costando más de el doble.
ResponderEliminarY otra sorpresa agradable el Leirana A Escusa 2008 que me pareció un buen albariño sobre todo comparado con las medianías de su zona.
Bien, ya es lunes: se abre la veda de las decepciones en el gastromundo.
ResponderEliminar¿Quiere la gente post útiles? Se me ocurre que deberíamos hacer un censo de locales "de carretera" donde se pueda tomar un bocata o un pincho decentes sobre la marcha, entre horas o en lugar de una comida.
La mejora de infraestructuras viarias trajo carreteras que permiten más velocidad y comodidad pero al sacarlas de las poblaciones de paso eliminó los bares normales y los sustituyó por gasolineras (De autoservicio, dicho sea de paso. Tú curras y otro gana lo que haces tú y se ahorra él en personal.) con fast food anexo. Ahí encontrarás todo tipo de comida prefabricada, que por el sabor costaría reconocer, y pagarás tranquilamente el doble o el triple de un precio "normal". Sin profundizar más, que se puede e incluso se debe (de quién son las concesiones -"Parando en Villalpando"-, por qué en este o aquel lugar, controles de calidad de algunos productos...) es un asco desde el punto de vista de la simple satisfacción de la necesidad de alimento. Otros parámetros gastronómicos aquí ni asoman, claro.
Yo daría algo bueno por pistas valiosas en ese sentido. Cada vez que salgo de viaje sufro ese azote al estómago y a la dignidad.
Se admiten sugerencias.
Aunque sea temprano, siempre apetece brindar por las buenas noticias... y no hay ninguna mejor que la llegada de nuevos miembros a nuestra pequeña familia "globera".
ResponderEliminarEnhorabuena a los papas por ese guaje.
La cantera sigue dando frutos.
como sigamos asi y a la proxima fartura vayamos con la prole no vamos a entrar en ningun sitio jeje
ResponderEliminaraunque ahora mismo quizas no lo esten pasando demasiado bien, que lo disfruten esos papis
un saludo y felicidades
jorge
ResponderEliminarinteresante tema a la vez que "inutil"
me explico, yo tire la toalla hace tiempo ya...es una batalla perdida
yo llevo francamente mal esos pequeños clavazos, no lo soporto y ya me arriesgo muy poco
yo de la que voy o vengo de madrid siempre paro en villavieja, esta a mitad de camino mas o menos, hay salida directa de la autopista
barata, yo siempre como una hamburguesa jeje, la hacen en la plancha delante tuyo y esta muy rica, poco mas de 3 euros la completa, el resto mas o menos una basura...
N-VI:
ResponderEliminarPues yo, que en mi periodo madrileño fui cliente muy habitual del "SUFRA" (versión popular del elitista SUPRA), probé varios de los locales en los que se hacen esas "paradas de 20 minutos", y de todos, sin duda, el peor es el actual.
Me niego en rotundo a dejar un solo euro en Villalpando, bastante te sangran con los autobuses para encima tener que tragar la bazofia envasada que allí sirven. Y en cuanto a los bocatas, comer uno de lomo con pimientos te asegura una digestión larga y tormentosa, y el de tortilla es un ejemplo de cómo se puede devaluar un plato maestro. Y encima todo a unos precios de asustar.
Recuerdo que en Villardefrades tenían una empanada de bonito riquísima, con un interior muy encebollado y el hojaldre bastante fino. Tenía toda la pinta de que la elaboraran en un obrador cercano.
N-IV:
Sin duda, obligatoria parada en Valdepeñas, tanto en el Hotel Meliá EL HIDALGO, con una gran variedad y calidad en sus pinchos y tapas; como en los restaurantes LA AGUZADERA y VENTA LA QUINTERÍA, para comer más en serio y con un resultado satisfactorio. Además todos los locales están a pie de carretera, sin necesidad de entrar en el casco urbano (que es de lo que hablamos ¿no?).
jorge, ya que estabas en toledo no darias un salto a comer de nuevo en viridiana eh?? jejeje
ResponderEliminarLolo,
ResponderEliminarsitúame un poco mejor eso de Villavieja, que en el google maps me salen muchas.
bufff
ResponderEliminarno pides tu nada
a ver si lo encuentro
juraria que esta cerca de tordesillas
ResponderEliminarNo, Lolo, pero algún susto me llevé en otro "grande". Por suerte la cosa al final acabó bien. En cualquier caso creo que necesito una temporada de reposo: cocina básica, comer en casa, producto humilde y honesto... Recuperación personal. Y para un homenaje que me espera en noviembre, no hace falta que diga dónde. Después vienen dos meses en los que yo hiberno.
ResponderEliminarMe sumo a esa enhorabuena pública. Bienvenido, "Guajín".
ResponderEliminarOlvidé tocar otro aspecto del mismo problema. Como las salidas de esas autovías están tasadas tropiezas con lo que puedes, no con lo que quieres. O más bien donde puedes y no donde quieres. En alguna encuentras un sitio tradicional, sin gasolina de fondo. Con suerte sí que pillas pinchos decentes pero los precios se les han contagiado (P. ej. pincho de tortilla y café con leche, 3'60. De este último viaje. Y no fue lo más caro. Por lo menos en este caso el pincho era bueno.)
ResponderEliminarYo a la vuelta de más al sur de Rueda suelo parar en la bodega de Palacio de Bornos y me como alguna "pulga" de jamón ibérico u otro embutido.
ResponderEliminar¿Quién ha tenido descendencia?.
ResponderEliminarLolo,
ResponderEliminar¿es éste?
Toni,
lee esto, sobre todo el final.
Felicidades a los guajes por el guaje.
ResponderEliminarHablando de homenajes, Daninland ya ha escrito el que se dio en el Corral.Lo acaba con un " El Corral del Indianu; inversión en felicidad". La crisis ha provocado que cada vez queden menos sitios que sean capaces de hacernos felices.
Muchas felicidades para los "guajes".Sobre todo un fuerte abrazo para ella.
ResponderEliminarUn saludo para todos de parte de Eva e Isaac
El padre de la criatura
ResponderEliminar¡Hola amigos!
Muchas gracias de corazón a todos por las felicitaciones. La madre está de maravilla y el petit fartón apunta maneras, le veo "diletante" en poco tiempo.
Nuevamente gracias.
Sus quiero.
exactamente compangu
ResponderEliminarahi es
Si la llegada del neonato citado en algunos comentarios precedentes tiene que ver con quien, supongo, tiene que ver, sirva este comentario para felicitar, de todo corazón y con una inmensa alegría a Dª Guaja y a D. Guaje por tan maravilloso y venturoso acontecimiento, la llegada al mundo de D. Guajín, así como por su presentación en este gran rincón de la diletancia.
ResponderEliminarSalud, felicidad y un entrañable abrazo para el trío, obviamente extensible al resto de sus familias.
En Rueda, "El Leonés", ojo, hay dos con ese nombre, se divorció el matrimonio y ahora lo que se dice bien no se llevan. El mítico es el que está de Madrid hacia a Asturias el primero a mano izquierda, en la antigua general. Bocadillos espectaculares con un pan que quita el sentido, para los que os gusta el vino, tienen tienda en el bar, yo suelo comprar ahí el vino blanco para cocinar.
ResponderEliminarBueno, hurgando, hurgando salen sitios de carretera con interés. Tomaré nota.
ResponderEliminarY aunque daré más detalles en los post correspondientes os avanzo impresiones.
ResponderEliminarLas pastas de té de La Suiza (Bilbao) son impresionantes: qué finura, qué buenos ingredientes y qué creaciones tan ingeniosas en tan poco continente. Y eso supongo que es el menor de sus productos y además no las consumí inmediatamente. Recomiendan diez días desde la elaboración y yo las tuve paradas la mitad de ese tiempo, mientras estaba fuera. Entras en la confitería y el espectáculo visual te invita a comer todo lo que hay.
Y las trufas de Arrese... Dignas de su fama (Y de su precio, que es alto, pero como capricho son impagables.) Cuatro variedades de cuidada elaboración y todo un ejemplo de buen cacao y de buen manejo del mismo. Ah, Arrese también está en Bilbao.
Y de Toledo, mazapán, claro. Los de Santo Tomé, tanto sus surtidos tradicionales como las delicias, también sacan muy buena nota en el examen goloso. De nuevo se ve nobleza en los ingredientes.
Seguiremos engordando..., digo, informando, hombre; en qué estaré pensando yo ;-)
jorge
ResponderEliminarluego no te a a gustar el mazapan que hagas en casa hombre
esas exquisiteces no se prueban que luego uno se acostumbra mal y ya no disfruta con lo "sencillo"
Muchas felicidades a los guajes
ResponderEliminarLolo, olvidas dos factores fundamentales para que eso no me suceda.
ResponderEliminar1) Soy demasiado vago, sobre todo con la repostería, como para hacerlos en casa habiendo buenas opciones.
2) Soy demasiado goloso para que, si sigo tu magisterio y hago algo (p. ej. ese turrón que tengo pendiente) aunque me salga una castaña que no se parecerá a lo tuyo, no vaya a comérmelo con gusto de todos modos.
Tranqui, yo ya tengo el disco duro lleno. No haré como ciertas peques y pillaré un berrinche cuando se me acaben los Santo Tomé ;-) Ya buscaré otros. Además me queda un turrón "suyo" (es decir, hecho en Alicante para ellos, como la mayoría de los "de confitería") y otro que vino de Bilbao. Prometen.
Mi más cordial ¡¡¡ENHORABUENA!!! para los Guajes y su guajín.
ResponderEliminaray mi madre
ResponderEliminarrecien llegado de uhmm que rico y esta vez mas uhmm que nunca
cogi entre otras cosas medio picu'l sella que estaba ya bastante evolucionado.
que maravilla, exagerado, el mas rico que comi nunca, le sienta bien a este queso el tiempo...
trabajan tambien el pan de madre tierra, yo no lo sabia y lo cogia en el fontan.
cogi aceite, pimenton, sal, queso etc etc, es como ir al super jeje.
estaba un poco desanimada porque llevaba un dia en el que solo le entraban por la puerta comerciales a cobrar y los clientes parece que se los habia tragado la tierra...
menos mal de los clientes fijos dijo...
me pondria muy triste que algun dia tuviera que cerrar :-(
LIBRERÍA GASTRONÓMICA
ResponderEliminarVenta de libros on line exclusivamente de gastronomía. Parece interesante
http://www.alianagastronomia.com/index.php
Sí que está bueno ese pan de Madre Tierra que trabaja Marisun.
ResponderEliminarY también es verdad lo del Picu Sella, que tovía tengo un poco del que compré en el mercado de Cangas y esta bien bueno