jueves, marzo 04, 2010
Food Fiction
Bueno, como ya amenazaba , aquí va otra serie de aforismos y ocurrencias, esta vez escritas con un ánimo descreído y algo burlón. Espero que no les parezca mal:
Un plato frío es como un hogar inhóspito.
Los paisajes en el plato nublan mi apetito.
Las prisas son malas cocineras.
Los trampantantojos son trampas en las que acaba pereciendo mi antojo.
Un plato al que se le enfría el aliento es, obviamente, desalentador.
En la recuperación de la casquería se les ha olvidado el corazón.
Los platos grandes acojonan a la comida.
Los académicos son los rentistas de la gastronomía.
Los críticos son,muchas veces, los que le echan cara para comer de papo.
Los sommeliers suelen ser los que del vino cuentan some lies.
Mientras se monta el plato, en el fondo, se está desmoronando.
Algo se va para siempre cuando un plato pierde su primer calor.
El oro en el plato me hace sentir como un macarra con los collares a pecho descubierto.
¿De qué le sirve recomendarme lo que nunca voy a comer?
La magia del restaurante se quedó en el “nada por aquí, nada por allá” .
La cocina al vacío es la fabricación en serie de la gastronomía.
Por algo se llama cocina al vacío.
Llaman regeneración a lo que quiere ser resucitación.
Ahora en los restaurantes, en lugar de cocinar, se diseña, se produce y se monta. Luego dirán que no nos cuentan películas.
Embebidos en los fuegos artificiales, nos distraemos de lo que comemos.
Parafraseando a un maestro: no lo toques más… que así es el percebe.
Como ambientación musical, se me ocurre al friki de Freddy Fender
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Buenas tardes
ResponderEliminarMe interesa sobremanera cómo distes con el tal Freddy, quién te lo recomendó?
Dónde ha quedado la persona que conocí que se emocionaba escuchando una furtiva lágrima?
Alberto, hay momentos para todo.
ResponderEliminarEl tal Freddy es un habitual de las listas de los "oldies but goodies" que me gusta escuchar de vez en cuando.
Por cierto, que veo en vadebacus que tocaron el cielo con un RD del 97, en teoría algo inferior al 96 que nos salió rana. Qué rabia da. Por otra parte , hablan de una burbuja que no se nota, de integración, de delicadeza,...¿sería que no lo supimos entender en su momento?
Por cierto, el Gouda Fermier que maneja Marisun está también de aplauso.
ResponderEliminarYo creo que el problema nuestro fue la decantación lo mató
ResponderEliminarNo era delicado, su alma se había evaporado hacia otros mundos
Te recomiendo que escuches Mc fly y su canción one for de radio
Un abrazo
ocurrentes e interesantes como siempre. Tienes un la mesita un libro de neruda o benedetti?
ResponderEliminarMuy bueno Eldi. Yo también creo que hay algo en ese primer calor, que no vuelve por más que recalientes.
ResponderEliminarNo sé si cada día estás más finu o yo más "abierto", pero le estoy cogiendo la gracia a estos chascarrillos.
ResponderEliminarLa aportación musical, muy a tener en cuenta.
Y enlazando con el título del post, ayer vi "Fast Food Nation". Plantea una visión un poco exagerada de la comida basura, supongo que para llegar directamente a las conciencias del pueblo medio estadounidense (y del resto del mundo).
Aunque no creo que esté muy alejada de la realidad. Ya lo decía La Polla Records.
Off post. Los deberes de ayer. La torta es Serranía de San Cristóbal, elaborada en Almoharín (Cáceres) por Rafael Pajuelo. Leche cruda de oveja, cuajo vegetal y sal. Entre 300 y 350 gramos.
ResponderEliminarCompangu
ResponderEliminarMe has hecho retroceder con tu recomendación musical, más de 20 años, lo que cambia uno, yo llegué a bailar su versión de la "chica ye-ye"
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Joder jefe!. Si no estuviéramos en marzo pensaría que comiste una seta alucinógena. ;-). No se quien es más friki, si tú, el Freddy Fender ese ó La Polla Records.
ResponderEliminarYa que estamos con música, os voy a iluminar un poco con una de las mejores canciones del siglo XX. ;-) :-)
Hola a todos.
ResponderEliminarEscribir, escribo poco aquí, pues me gusta muchas veces sentarme en silencio y escuchar vuestras conversaciones.
Me ha gustado la del macarra con el oro. En el fondo, en ambos casos, existe un alto componente de exhibicionismo.
No me habléis demasiado de quesos, que mi hígado se ha empeñado en no dejarme comerlos, y tengo prohibidas las visitas a MariAsun durante un tiempo.
Por cierto, no se si ya la habéis visto, pero me gustaría aportar un enlace a una charla de Jamie Oliver, explicando sus labores por promover la educación gastronómica entre los infantes anglosajones.
http://www.ted.com/talks/jamie_oliver.html
Un saludo a todos.
Keyeoh, gracias por el enlace, muy interesante. Y por decidirte a aportar algo en estos tiempos de cierta abulia bloguera.
ResponderEliminarYo vuelvo de una nueva peregrinación a La Cigaleña, donde , de la mano de Andrés, pudimos probar otra serie de vinos puros, raciales ,radicales,... y no necesariamente caros. Extraordinarios, especialmente, un Mersault-Charmes de Comtes Lafon, un Borgoña directo y definido pero que , a su vez , desplegaba una cautivadora exhuberancia de la Chardonnay. Puro Borgoña.
Y luego un Arbois Pupillin 2000 de Overnoy, un vino del Jura elaborado con viñas viejas de Savagnin . UN vino con la potencia de nuestros generosos, pero con frescura, elegancia, hondura y autenticidad. Inacabable.
Ah, y el Selosse del 98 estaba estratosférico. Tomamos también un dulce estupendo que olía a tappenade de aceituna negra. Y un Dönhoff Auselese que era fina ambrosía. Y un primer vino que me pareció la mejor RCP que he tomado nunca....Como siempre,salimos pensando que los tres meses que nos marcamos para la siguiente visita se nos iban a hacer muy largos.
ResponderEliminarMuy bueno! Gómez de la Serna lo hubiera suscrito todo.
ResponderEliminarDiletante, leyéndote da la impresión de que dices que nuestros generosos tienen potencia pero no tienen frescura, elegancia, hondura y autenticidad. ¿¿??
ResponderEliminarA veces se escapan pistas gastronómicas que uno tiene a mano sin darse cuenta. En el hotel que estuve hospedado en Santiago hay por lo que cuenta
ResponderEliminarObservación Gastronómica un buen restaurante de un cocinero que al parecer se formó con Pedro Martino en L'Alezna.
Toni, el Arbois Pupillin destacaba por su frescura, además de las otras cualidades que cita Eldi. Parecido a nuestros generosos era, pero no igual. Lo que más lo separaría sería ese frescor, más marcado. De lo demás, en ambos hay.
ResponderEliminarEl viernes compré en lo que fue La Carnicería de Ramón (la verdad es que no sé si se sigue llamando igual) -esa de Silla del Rey de la que rajamos ya alguna vez Sibarita y yo- una chuleta de vacuno que había madurado un mes. Tenía buena pinta y me animé. Después de currarme la plancha fuertemente conseguí una chuleta muy, muy digna. No tenía esa potencia acerada (crazy little thing called mineral...) pero era manteca pura, se abría al corte y brindaba una carne suave y sabrosa. Eso sí: bien pagada.
ResponderEliminarY tengo en estudio un Rioja del que hablaré cuando termine la vivisección. (Ya veis, a veces los afrancesados bebemos esas cosas ;-)
ResponderEliminarJorge, ya entiendo lo que quieres decir, pero me temo que el jefe se expresó mal. Si estuviéramos en Jerez ó Montilla seguro que lo corrían a gorrazos. :-)
ResponderEliminarToni, no me exprese bien: el "pero" quería referirse a la frescura, no a "la elegancia , hondura , autenticidad", que sí creo que tienen una parte de nuestros generosos, en lo poco que he ido probando. En cuanto a la frescura, pues va por barrios
ResponderEliminarEn cuanto al vino del Jura que probé, tenía un estilo oxidativo que lo asemejaba un poco a nuestros generosos, pero por otra parte tenía virtudes de un vino seco, daba notas cremosas tipo champagne,se hacía menos dominante,invitaba más a seguir bebiendo....
Tengo la impresión de que la oxidación , lo mismo que el azúcar, tiende a esconder defectos y errores y , de paso, otras cosas.
El sábado estuve cenando en un buen restaurante ovetense, pero la cena se arruinó por la atmósfera humeante del lugar, donde en todas las mesas que nos rodeaban fumaban.
ResponderEliminarMe pregunto como puede disfrutar de una comida alguien que fuma 7 cigarrillos, literal, en el transcurso de hora y media.
No os perdáis el último artículo de Apicius sobre la "comida casera". ESo que cuenta e ha pasado unas cuantas veces aquí en Asturias.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Apicius. Modéstamente ya comenté yo aquí en el pasado que para comer "comida casera" me quedo en casa ó voy a casa de mi madre ó mi suegra.
ResponderEliminarToni, la "Tafona do Peregrino" es otra de las referencias de lo que me gusta llamar la "Nova cociña Galega", sustanciada en una decena escasa de locales... no conocía ese pasado del cocinero.. aunque en este local "ofician" dos...
ResponderEliminarEl problema de las casa de comidas es que en general, son regulares tirando a malas. En Madrid hay infinitos sitios donde se come un cocido malo tirando a muy malo.
ResponderEliminarPero también es cierto que está De la Riva, o el Naveira do Mar, o Asturianos o todos esos gastrobares que llaman ahora, que no son otra cosa que casas de comida.
El problema es que en España en el restaurante medio, se cocina regular -sólo hay que ver España directo y las chapuzas que se marcan día sí y día también.
Buenos dias, para los que les pueda interesar, acabo de adquirir un libro llamado Geologia y Vinos de España, solamente le he echado un vistazo pero tiene buena pinta, lo he conseguido a traves de un Geologo compañero de trabajo dado que lo pública el Colegio de Geologos y creo que de momento solo lo venden ellos. En contra de lo que se pueda pensar no es un peñazo técnico está bastante bien.
ResponderEliminarSaludos
Lo de la comida casera, pues en parte sí en parte no (como en casi todo).
ResponderEliminarPor una ensalada mixta o unas pechugas de pollo rebozadas es difícil que yo fuera a un sitio. Pero por una buena fabada o un jabalí con patatinos ya tengo ido unas cuantas veces. Y todos los ejemplos los tengo por "comida casera".
Sí, ya sé que sois formales, que hacéis los deberes, revisáis los enlaces y visitáis los blogs amigos. Pero por si alguno se ha perdido un poco, aviso: vean la cata según El Cojondongo. Y si después hablamos de razones... Las cosas como son, aunque a veces nos jodan ;-)
ResponderEliminarA mi me gusta el artículo de Cristino especialmente porque resalta la doble vara de medir que tenemos con la cocina. Y es que tendemos a ser mucho más tolerantes con la mediocridad y tropelías de un restaurante de cocina tradicional que con las veleidades y tropelías de un restaurante de cocina creativa.
ResponderEliminarNo sólo eso, Eldi. Es que puestos a tragarnos una chapuza, lo mejor es pagar menos dinero.
ResponderEliminarHay un restaurante megachiripitifláutico madrileño que a todo el mundo le flipaba hasta hace poco. Sin embargo subió el precio. Y llegaron las críticas.
El restaurante es el mismo, los mismos defectos, las mismas virtudes. Pero los palos caen ahora, con el nuevo precio.
¿Cuánto nos influye el precio? A mí, mucho. Será que levantarme a las 7 de la mañana y trabajar todos los días me vuelve vulgar.
Y en cuanto a las catas , es cierto que hay mucha gilipollez, mucho perifollo hueco y palabrería,....pero cuando un vino huele a frenazo de neumático ("yo es que esas cosas no las saco"), huele a frenazo de neumático ("ostia, pues es clarísimo que huele a eso"). Que me digan cómo lo explico si no.
ResponderEliminarLo de la pasta es muy importante, carlos. Y cada vez más.
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