En mi pasado cumpleaños fui a comer a Los Tres Caracoles pero no se trataba de una celebración propiamente. Reservé por costumbre aunque sabía que un sábado al mediodía siempre hay sitio; tendría alguna mesa más ocupada alrededor pero podría escoger, como otras veces. Me apeteció porque llevaba tiempo sin ir y porque siempre salía satisfecho, así que era un buen pretexto. Celebrarlo ya lo había celebrado en otro lugar y con más gente, no necesitaba excusa, no para ir a ese restaurante. Al fin y al cabo era algo cotidiano, como tantos vinos los jueves mientras leía El Yantar y comentaba con el personal alguna novedad, incluso algún chisme; como tantos vinos de sábado al mediodía, hora propicia para los generosos; como tantos aperitivos que en un guiño me sacaban de la cocina en esos momentos flojos en que poco más que la terna de erres había en las copas: Rioja, Ribera, Rueda, pedidos así. Las conversaciones giraron muchas veces en torno a la crisis y la hostelería, suerte que ellos estaban tan bien situados y tenían un público bastante constante, un poco conservador para sus intenciones pero fiel.
Empecé esa comida con uno de sus clásicos: la pizza de foie, esa masa fina crujiente con las láminas de foie que se van fundiendo mientras la comes. Qué curioso, nunca la había pedido antes en todo este tiempo. No buscaba sorpresas, me dejé guiar por el apetito más simple; me pareció bien pedirla ese día sin ninguna connotación más. Creo que casi todo el mundo que haya comido allí la conoce, siempre tuvo éxito y así se había mantenido en carta desde que la presentaron.
De principal sí probé algo nuevo, mollejas de lechal con navajas. No sé qué os parece a priori la combinación pero a mí me gustó. Las mollejas son producto fetiche para Álex Sampedro y quiere tener siempre en carta algún plato basado en ellas pero esta combinación, un mar y montaña al fin y al cabo, estaba resultando demasiado audaz para el público habitual. Así me lo dijo Aroa después de haberlo probado.
De postre, helado de cacao, merengue y frutos secos, fresco y sabroso, poco más que describir que lo que dice su nombre. La capa de buen merengue, cremoso, encima,y la base de chocolate con la presencia de frutos secos enteros en la pasta.
La lune 2007 de Mark Angeli acompañó esta comida. Media botella y la otra media con tapón de vacío para casa.
Todo como de costumbre, sin grandes sorpresas, muy agradable, bien atendido… Comentarios sobre los platos, sobre el vino, en fin, casi como en casa.
Al salir iba pensando que me apetecía hacer un post al uso de aquella comida pero luego lo medité mejor. De Los Tres Caracoles estamos hablando siempre, y además ya tenía El Diletante dos anteriores. Mejor no, ya habría oportunidad con algún menú especial, alguna jornada monográfica, lo que fuese.
La semana siguiente volvería, como siempre. Si no antes, el jueves casi seguro. Pensaba comentar lo que me había pasado con La lune, igual que en una ocasión anterior con otra añada: en mesa, recién abierto, estupendo; lo demás, conservado con vacío y frío y consumido al día siguiente, plano, muerto por completo. Qué curiosos resultan a veces los vinos. Seguramente no me podrían dar noticia de otros casos porque supongo que pocos clientes más iban solos y pedían vino, o al menos ese tipo de vinos. No lo sé.
Pero ese jueves el ambiente era tenso; las caras, largas. Faltaba personal y con sólo unas pocas mesas reservadas para esa noche no cogían a nadie más porque no podrían cubrir barra y esas mesas a la carta y a distinta hora con una persona solamente en la sala. ¿Alguien de baja?, ¿un abandono imprevisto? Nunca pregunto ese tipo de cosas, que yo al fin y al cabo no soy profesional, sólo cliente.
Y entonces vino la noticia, casi confidencia: cerramos. Me quedé frío. ¿Qué pasa? Los inversores mayoritarios quieren dar otra orientación al negocio, reducir personal, cambiar la línea de productos, cosas que no tienen nada que ver con el proyecto de Álex y Aroa, así que se van. Se tomarán un tiempo para pensar y descansar y buscarán un camino acorde con su idea de restaurante. Ya tuvieron que dejar en su día
Aproximadamente cinco años de agradable trayectoria, espero que por ambas partes, de sus clientes, incluso amigos, y suya, del personal que ha pasado por allí y ha emprendido su propio camino y de quienes tienen que emprenderlo ahora. En ese tiempo fue uno de los bares más apropiados para disfrutar de una oferta buena por copas y mejor aún en su carta por botellas, y fue uno de los restaurantes más seguros por regularidad y relación entre calidad y precio en el casco urbano de Oviedo. A su favor tuvieron también una buena sala y un emplazamiento envidiable. Por supuesto que habrá gente descontenta, que habrán cometido fallos, como todo el mundo, como algunos habituales de nuestra tertulia (y no habituales también) han señalado, pero el balance general creo que es positivo.
La cocina de Álex Sampedro en Los Tres Caracoles fue ecléctica, desprovista intencionadamente de las mayores audacias para dirigirse a un público amplio. Pinceladas de técnicas nuevas sobre productos bien reconocibles y en raciones abundantes, que en Asturias esto pesa mucho. Los cambios justos en la carta: productos de temporada, renovación de recetas manteniendo alguno de sus ingredientes predilectos… Varios platos pasaron a clásicos enseguida y se tuvieron que mantener por el favor de los comensales, incluso cuando se retiró alguno recientemente la gente lo seguía reclamando. Creo que esto prueba el acierto de la fórmula, aunque haya más profundidad en esa cocina, capacidad para más. Pero agradó durante todo este tiempo sin renunciar a la calidad ni a un determinado nivel. Lo mismo podemos decir de la bodega, si se me permite citar a este apoyo imprescindible. Además del cuidado que Aroa ponía en este aspecto, de sus pruebas y comentarios, de tantos cambios de impresiones con la gente que mostraba afición, es justo reconocer la buena mano de Coalla en el asesoramiento y provisión de un buen surtido de vinos, amplio, bien pensado y también abierto a todos los públicos, desde vinos modestos y conocidos a botellas más selectas, con un digno apartado internacional.
Cuando ese mínimo que se habían marcado Álex y Aroa se vio comprometido llegó el momento de irse, de cambiar de rumbo.
Salí de aquella comida, de la que empecé hablando, con la idea de que era otra más, de que volvería en cualquier momento (si quedaba con…, si celebraba tal o cual cosa, en cualquier ocasión) No pensaba ni por lo más remoto que iba a ser la última. Volví el siguiente jueves convencido de que seguiría siendo una parada fija cuando me apeteciese tomar un vino, cuando viniera de visita cualquier amigo y quisiera enseñarle mis favoritos. Nada me hacía creer que sería el último. Pero lo fueron, la siguiente vez que pasé por delante sólo la verja y el cartel de cerrado; resultó ser un adiós.
Un poco más huérfanos pero optimistas, a los aficionados a estos temas nos gusta pensar que no, que es sólo hasta pronto. Veremos.
(Con todo merecimiento dedico estas líneas a Álex y Aroa y a toda la gente que trabajó con ellos por los buenos momentos que me hicieron pasar en su casa. Les deseo la mejor suerte y ojalá volvamos a vernos pronto ante una buena barra y una buena mesa.)
* foto tomada de la web de The Fartons
Buenas noches
ResponderEliminarComo ya comenté un sitio honesto, con la posibilidad cada vez más complicada de comer a buen precio.
Además carta de vinos interesante, bien escogida
Impresiona la foto de cerrado.
Es la eterna lucha entre cocinero, dueño al estilo de la de director, productor en el campo del cine
Sólo puedo desearles que tengan la mayor suerte del mundo en su nueva andadura
Un abrazo
Alex cocinaba bien. Sus platos siempre apetecían, y llegaban a toda clase de público . Era honesto con los productos, con las cantidades, con los precios. Era consciente de las limitaciones de su cocina y de sus clientes. Cambiaba los platos con frecuencia. El sitio era algo estrecho pero agradable. Era el único sitio de Oviedo donde un enochalado podía pedirse, por ejemplo, un Château de Pibarnon a un precio razonable. POr todo ello siempre tenía gente, y uno pensaba que les iba bien.Era uno de mis sitios favoritos de Oviedo, aunque últimamente, como a tantos sitios, voy menos. Confío en que no tarde en comenzar un nuevo proyecto, a pesar de estos tiempos que corren. Duele ver que cierran los que mejor lo hacen
ResponderEliminarMe acabo de cenar un revuelto con unas algas y oricios de Porto Muiños que era puro mar (enlatado, eso sí)
ResponderEliminarHe comido muchas veces en Los Tres Caracoles, y me gustaba su forma de cocinar. Solamente una vez no me gustó su cordero, fui con amigo y no me quedé nada contento. Al salir vi a Alejandro y se lo dije, que no me había gustado, que era como comer un perro. El, muy molesto, me dijo que no creía que fuera para ponerse así, tenía razon, mi frase no fué muy afortunada, pero el cordero no estaba nada bien, y además era caro. Volví mas veces, pero nunca mas comí cordero. Siento el cierre, para mí es uno de los mejores restaurantes de Oviedo, y era barato.
ResponderEliminarPues sí, una pena. Como ya comenté, entre la buena oferta y lo cerca que me quedaba de casa era mi bar de vinos de cabecera.
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminar¡Viva San Fermín! El primer encierro, sin problemas. Bien.
En cuanto a Los Tres Caracoles, siento mucho esta noticia que nos da Jorge. Lo siento porque no tuve tiempo para conocerlo. Vaya.
Buenos dias, yo tampoco pude conocerlo, ¡¡por dejarlo para el siguiente!!
ResponderEliminarDita sea.
Un saludo.
muerte a san fermin y pena de primer encierro sin problemas ;-)
ResponderEliminarme quedo con el lado positivo de este post, confio en que el nuevo proyecto llegue pronto, sea mejor aun y desarrollen su cocina con total libertad.
esperemos que no pase como con el noceu, que por cierto, alguien sabe algo de los cocineros???
Bueno, Lolo, perdona si he herido sensibilidades, que no es ni mucho menos mi intención. Con todos los respetos a la gente que no le gusten los toros, para mi San Fermín no es sólo eso. Muy al contrario, creo que es una fiesta sanísima, para todos los públicos, donde nunca he tenido ningún problema, desde que fui por primera vez a los quince años. Hay un gran respeto a todo el mundo, y eso es envidiable.
ResponderEliminarDe ahí mi entusiasmo de hoy por la mañana.
Hoy aquí no hace sol, ni llueve, así que creo que es un día perfecto para perderse por Vizcaya un poco, a ver qué hay de nuevo.
Hasta pronto.
ni mucho menos has herido sensibilidad alguna limonta, ni mucho menos y menos viniendo de ti.
ResponderEliminarsimplemente di mi opinion al respecto, nada mas, desde el total respeto hacia quien no piensa como yo, faltaria mas
Pues una pena, que quereis que os diga, porque fue el primer sitio que pise en Oviedo (en Asturias) y la imagen no pudo ser mejor. Esas cosas, aqui donde yo soy y existo, ni de lejos... ni de coña...
ResponderEliminarAquella cena la guardare entonces como recuerdo de un tiempo en que fuimos heroes (jejeje, ¿a que ha quedado chulo?)
Mucha suerte para Alex y Aroha...
Quizá el asunto sea más prosaico que todo esto, quizá me ha quedado demasiado melancólico; no sé. Cada vez me interesa más encontrarme a gusto en los sitios, con independencia de sus pretensiones o de dónde está su listón de calidad. Y en ese sentido he tenido algunas bajas importantes en Asturias en los últimos tiempos, sitios que me han traído hasta donde estoy en mi fantasía gastronómica.
ResponderEliminarTal vez la crisis nos devuelva a limitar las sorpresas, los descubrimientos, a un par o tres al año y los lujos se queden para cocinar o beber en casa, si se puede. O tal vez sea yo, que me pongo de peor humor en verano. En todo caso, por ahora lo veo gris, como el día.
Todo de pende de la persona Jorge. A mi estos días típcos de verano asturiano con 20 grados y nublado me encantan.
ResponderEliminarAlgún día estaría bien hacer un post sobre las webs de restaurantes. Mira que las hay malas como por ejemplo la de Celler de Can Roca.
ResponderEliminarAparte de lo poco que me gusta su diseño, algo muy personal claro, todavía no he sido capaz de localizar un plano de situación, ni tampoco los platos que tienen en la carta...
Es imposible condensar todo lo sucedido este fin de semana en unas líneas, ni siquiera sería capaz de hacerlo en varios posts. Fue, en resumen, un verdadero buen rato que duró desde el viernes a las ocho de la tarde hasta ayer a las diez y media de la mañana.
ResponderEliminarAmigos, buenos vinos, el pincho de espárrago relleno de cabracho del UBAGA, música, las copas del TROIKA, Francis, el gran Francis...
La tortilla del desayuno, las cañas de cerveza, las pruebas con el nudo de la corbata que no me acababa de convencer, ver el esfuerzo que todos hacemos por estar a la altura de la elegancia del momento.
El ECHAURREN, que es algo diferente desde que entras, desde que empiezas con los aperitivos, hasta que sales de allí bien entrada la noche. El servicio, el ritmo en una boda con un buen número de invitados... Absolutamente todo. Si tengo que escoger un plato, creo que me quedaría con el tartar de tomate con cigala y ajoblanco, y ese postre con queso de cameros.
Mis visitas anteriores ya me confirmaron que es uno de los grandes... pero es que ahora también me quedó claro que en una situación tan delicada como un gran banquete cumplen con nota altísima.
La tarde de domingo, con la merienda en el MASIP, y esas grandes croquetas, el mejor analgésico para la resaca, o el paseo hasta la estación, con el río Oja como banda sonora y la sierra de la Demanda como fondo. Y el Gin Tonic de despedida, como no, otra vez en el TROIKA.
Y no me quiero olvidar de esas dos notas escritas con tanto cariño y que tanta ilusión nos hicieron. A la buena gente se le ve también en esos detalles, que no son ni mucho menos pequeños. El único pequeño lunar del fin de semana es enterarme hoy de que os tuve tan cerca y no os pude conocer. Tendrá que ser otra vez. Y será.
Buenas tardes
ResponderEliminarCompangu
Por supuesto que habrá una ocasión para conocernos, coincido contigo el mejor plato para mí es del Tartar y ese postre es de lo mejor que he probado
Me alegro que lo pasaráis bien
Un abrazo
Hermosa y merecida despedida para Los Tres Caracoles, Jorge.
ResponderEliminarPero seguro que reaparecen con nuevos bríos y nos convierten otro rincón en un sitio agradable. Aunque la ubicación actual como diría Fartones era muy "afayadiza".
Buenas tardes,
ResponderEliminarCompangu: estuvimos buscándote y no nos poníamos de acuerdo sobre quién eras, así que al final, nada. No pudimos saludarte. Ya lo siento, pero, como tu bien dices, ya habrá otras oportunidades.
Triste despedida. Llegamos a Los Tres Caracoles por casualidad, recomendados por gente del gremio de la hostelería (rara avis en los tiempos que corren de guerras y disputas) y allí nos quedamos. Recuerdo esa lasaña de berenjenas con muchísimo cariño.
ResponderEliminarEsperemos que dentro de un tiempo, un "tiempu meyor" que diría el cantar, nos volvamos a cruzar de casualidad, sin ruido. Suerte.
(PD: la nostalgia se multiplica desde la lejanía)
La verdad que si, lo probe de la que abrieron y me gusto. Lo que no se es poque no volvi, porque no tuvo nada que ver con ellos, mas bien con mi despiste generalizado.
ResponderEliminarA mi las mollejas me encantan, desde la preparacion de casa del Pumarin, hasta las combinaciones como la que comentas. La ultima combinacion asi me la comi en el Corral y era al reves, no mollejas con pez , sino pez con mollejas...rubiel si mal no me acuerdo.
Compangu, me alegra que hayas disfrutado. Se aprecia unanimidad en la valoración del Portal. Y Ezcaray tiene mucho encanto.
ResponderEliminarManu, gracias. Me apetecía escribir esta despedida por razones sentimentales. Y como decís tanto tú como Candasu, seguro que nos volvemos a encontrar.
La verdad es que últimamente no hay buenas noticias en la hostelería ovetense si miramos los sitios que merecen la pena. Cierre de L'Alezna y de Los 3 Caracoles, trayectoria irregular de Casa Conrado, malos detalles en Deloya...
ResponderEliminarLa verdad es que es una pena. Era un sitio que me gustaba, con buena rcp y excelente bodega.
ResponderEliminarYa nos quedan muy pocos en oviedo para elegir, no?.
A donde dirigiremos ahora nuestra habitualidad gastronómica con lo que esta cayendo?.
Casa conrado, Fermín, ca suso, de loya, la corrada?
Pues yo no estoy de acuerdo,se sigue comiendo bien y buen producto en La Goleta,en Fermín se sigue comiendo bien,en Del Arco hacia una temporada grande que no me pasaba por el y salí contento,en Conrado a mi parecer creo que sigue como siempre.Pero estoy de acuerdo en que es una pena el cierre de Los Tres Caracoles y La Lezna.
ResponderEliminarLa Corrada que se me olvidaba, siempre salí contento de comer en este establecimiento y referente al Deloya puede que haya sido un despiste,no vayamos a crucuficarlos por un fallo "feo" pero un fallo,eso si,si vuelve a pasar con ponerle una X solucionado queda.
ResponderEliminarasturiano, he dicho yo lo contrario?. Yo creo que el éxito de los Tres caracoles vino dado esencialmente por su rcp,buenas y abundantes raciones a un precio asequible, la cuestión es, que restaurante podía coger ese testigo ahora?. Muchos de los que ito yo o tu estan en precios mas altos...
ResponderEliminarMe refería al tema de la hostelería ovetense,sibaritastur.
ResponderEliminarAcabo de descubrir en los enlaces la nueva casa que está levantando Ose con calma y sin pretensiones. Que de vez en cuando es bueno echarse unas risas. Especialmente recomendable para los más tocados por la crisis. Ánimo y a ser felices hasta que casi nos duela.
ResponderEliminarAsturianiyvividor, respeto tus opiniones por supuesto, pero Casa Conrado lleva unos cuantos meses flojeando considerablemente. Empezaron por el gran error de cambiar la receta de la "lubina al estilo Cudillero" para peor. Tres veces lo comprobé y la última avisando de que la quería con la receta tradicional y nada. Si cambian la receta que cambien el nombre.
ResponderEliminarTampoco los últimos platos de carne que probé tenían el producto de la primera calidad de siempre.
Espero que sea un bajón temporal. Y te lo dice alguien que es cliente habitual desde hace 15 años por lo menos.
A la Corrada le tengo que dar otra oportunidad. Hace unos años que no voy después de 3 desastrosas experiencias seguidas.
ResponderEliminar¿Alguien ha ido últimamente a La Mar del Medio?. Me sorprendió que una periodista en la Voz de Asturias lo recomendara.
ResponderEliminarA través de un artículo en La Nueva España, me enteré de la existencia de esta página:
ResponderEliminarwww.comerentreasturianos.com
Espero que no se ponga la situación tan malita como vaticinais, y tengamos que irnos al foro a disfrutar de nuestra comida.
Aparte de los clásicos de siempre que comenta Asturiano, también están Ca Suso, donde es raro escuchar de alguien que salga descontento, o el restaurante LA Puerta Nueva de Sergio Rama, del que me dicen cosas buenas otra vez ,o Deloya, que en la comida sigue manteniendo un buen nivel y es de los pocos que se atreven con algo un poco diferente. También hay otras cosas, como los platos de casquería de Eldorado, los fritos de pixín de Casa Gervasio, la buena cocina casera de Begoña en el Rincón de Onís, el pulpo que nos descubrió Manu del Bar Cares, los oricios en Ordoño, las manitas de cerdo del Avelino,las cervezas del Deutschland,...
ResponderEliminarLas cebollas rellenas en el Rotella...(no puedo resistirme, es que están buenérrimas!!!)
ResponderEliminarMe uno al pésame por Los tres caracoles, cada vez quedan menos sitios con buena relación calidad/precio.
¿Las manitas de cerdo del Avelino?. Discrepo. La salsa muy rica, las manitas...
ResponderEliminar.....oye, me gusta ese comentario del Dile, podemos cada uno aumentarlo a nuestro gusto....los menús de la Venera, el pescado y marisco del Bocamar, la merluza del Nalón, la carne de Casa Arturo, los escalopines de caza de Casa Bayongo...
ResponderEliminar... los callos de Las Dos Vías, el arroz caldoso de La Niña Bonita, el milhojas de pulpo del Garabuyu... ah! y otro voto para las manitas de cerdo del Avelino.
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminarEl encierro de hoy ha sido triste. Por ahora ha habido una muerte y un señor de 60 años está grave. La mayoría de estas muertes creo que son suicidios. Sólo deberían participar en el encierro los cuatro mozos que saben lo que hacen. Entonces, el encierro dejaría de ser algo tan poco serio, tan cutre. Sería algo digno de ver.
Lo siento mucho.