sábado, octubre 11, 2008
Restaurante Las Rejas (Las Pedroñeras, Cuenca), por Jorge Díez
Cuesta trabajo imaginarse a uno de los grandes en los fogones de la gastronomía española reciente en un sitio tan alejado y poco conocido, salvo por su producción de ajos. Y esto puede tener valor emocional, de apego a la tierra propia, pero añadirá unas cuantas dificultades al disfrute de esta casa, a la que, como dice su propia web, “se acude en peregrinación”. Conque, después de pensar varias veces qué viaje podía aprovechar para conocer de paso “Las Rejas”, no quedó otra que hacer un recorrido a medida para comer allí por fin.
El entorno no le hace ni una concesión. Alejada de itinerarios principales, población sin mucho encanto propio y distante de las más llamativas de alrededor, casi expulsa a las afueras, en un local poco visible, a este restaurante. No obstante, es capaz de llenar su sala a mediodía de una jornada laborable fuera de temporada vacacional. Algún misterio parece haber.
El interior se ha parado en el tiempo hace algunos años. Se nota bien cuidado pero mantiene una ambientación rústica antigua, congelada en un clasicismo que ya no se estila. Y podrá gustar más o menos esta decoración pero creo que todo el mundo agradece a veces que el servicio haya detenido su protocolo en el de hace un tiempo, también. Personal de una edad mediana que no abunda en las salas actuales, que derrocha atención, amabilidad, que crea pronto un ambiente acogedor y que deja ver detalles de un equipo perfectamente coordinado. Ni un desliz, ni un fallo en los tiempos de servicio, en la espera entre platos, en reponer vino; explicaciones cercanas y claras de todo lo presentado… Perfecto ese aspecto. Hay que señalar que hay más gente en sala de la que suelen tener hoy día los restaurantes; se notará en la factura pero se valorará en la calidad de la atención.
La carta combina algún plato de tradición regional con otros a base de productos “de moda”. Y fuera de ella te ofrecen un menú degustación con opción de vinos acordes. No me dijeron, ni figuraba escrito, en qué consistía este menú, pero como uno no tiene apenas prejuicios gastronómicos y acudía con confianza en la cocina, por las opiniones de gente con buen criterio, lo pedí. El precio, 80 euros sin bodega y 95 con la misma, agua incluída… pero IVA excluído.
Un vasito de “Ajoarriero con perlas de aceituna negra” fue lo primero en la mesa, ese aperitivo de presentación que daba idea de las intenciones de la cocina: producto local, recetas tradicionales, presentaciones contemporáneas. Sabroso, intenso, como corresponde al ingrediente emblemático de la zona.
Después, “Anchoa marinada con sopa de tomate”. Contraste conocido y agradable, con la frescura suficiente para compensar lo salobre, y con un invitado de excepción: el comino. La sopa de tomate lo tenía con una medida idónea: abundante, bien presente, pero sin molestar. Me gustó mucho, aunque tengo debilidad por el comino y quizá no sea el más indicado para juzgar este rasgo del plato. No creo, de todos modos, que molestase a nadie por su proporción. Otra cosa es que no sea tu aderezo ideal para el tomate.
Seguimos con “Navaja con escabeche de perdiz”. Así, en singular, porque se trataba de un ejemplar grande. Muy buena presencia pero no tenía el sabor característico que solemos encontrar por nuestras costas. Y la textura hacía difícil el corte, aunque en la boca no era correosa. El escabeche era suave, para no adueñarse del plato, y estaba bueno. La perdiz no se notaba por ningún lado. No sé si era sólo alusión a que usan ese escabeche para el ave. Con ser un plato correcto, quizá fue el más flojo del menú.
“Ostra con puré de calabaza, cítricos y curry” era la siguiente propuesta. El puré de calabaza era agradable así, solo. Daban ganas de pedir más. Se apoderaba el toque cítrico demasiado del conjunto pero salía un buen plato de todos modos.
“Carabinero y gamba blanca fritos” componían un plato de presentación llamativa y manipulación difícil. Otra vez aquí se portaba el servicio, que presentó junto al plato un buen número de servilletitas de papel y un cuenco con agua y limón, para dotar al comensal de herramientas imprescindibles antes de lanzarse a comer con las manos (algo que no me suele gustar ni cuando lo aprueba el protocolo) lo cual puede ser incómodo en un local de este estilo, sobre todo, cuando otras mesas no lo están haciendo. Ese “saber hacer” del personal de sala anulaba cualquier sensación desagradable. Plato de producto neto pero que no causaba un impacto tan grande en el paladar. Buen bocado pero poca potencia.
A estos platos acompañó, como maridaje de la casa, un “Basa 2007”, el Rueda de Telmo Rodríguez. Sin ser excepcional está bien, tiene la frescura y la acidez necesarias y una nariz más suave que otros de su zona (a mí, algunos me desbordan por ese lado, como algunos Rías Baixas. Parecen “perfumados” aparte) y armonizó con los platos sin ningún problema.
Y si hasta aquí podíamos ver los platos que describí como productos de moda, por su frecuencia en las cartas actuales, al margen de región o temporada, desde este punto empezaron a llegar los más pegados al terruño y a la tradición, y el menú empezó a crecerse.
Una “Ensalada de caza” combinaba perdiz escabechada, delicada de textura pero bien sabrosa, con acompañamiento vegetal fino, sutileza tanto de presentación como de sabores. Y pequeños dados de queso, confituras y algún fruto seco para contrastar con puntas de mayor intensidad. Plato ligero pero todo un preludio de otoño.
“Sopa fría de ajo con crujiente de jamón”. Plato estupendo, sin tacha. Versátil como pocos. Podría abrir un menú o cerrarlo antes de los postres, podría ser perfecto aperitivo o tapa solitaria… podría tomarme una cantidad indecorosa de esa sopa. Esos básicos de la zona, ese fondo de cocina que no debería faltar nunca. El producto de siempre, los sabores que todo el mundo conoce y suele agradecer. Quizá la textura de la sopa, gelatinizada, pueda sorprender a alguien, quizá prefiriesen otra opción, pero me gustó mucho.
Un plato que corre el riesgo del rechazo, o del prejuicio en muchos casos (sucedió en una mesa cercana) es el de “Sesos de cordero con salsa agridulce”. Para mí fue una vuelta a la infancia, cuando ciertas vísceras eran bocado excepcional, de fiesta, y no tenían ninguna connotación que provocase recelo: frente a frente la textura y el paladar, y lo demás, cuestión de gustos. Admito que habrá objeciones insuperables pero lo lamento; se perderían uno de los mejores platos del menú. Soberbio, sin duda. Una cumbre de textura delicada, de finura, de sabor sutil, con un contraste en la salsa que enmarcaba para resaltar, no para encubrir nada ni distraer.
Las raíces seguían bien afianzadas en los “Galianos y crujiente de los mismos”, ese gazpacho-guiso tan manchego, tan otoñal también. Sabor intenso en presentación “domada”, daba gusto romper el crujiente dentro de la parte caldosa del plato. Otro plato redondo y rotundo.
Después, una propuesta de “Bacalao” con protagonismo del pescado, de su textura en su punto, con lo graso y lo salado justo para no perder la ruta de sabores de esta segunda parte del menú. Un poco eclipsado por los platos precedentes pero bien avenido.
Y el final de la parte salada lo puso la “Lechona con puré de manzana, pimientos y queso”, otra elaboración de las que dejan huella, con una carne deliciosa, tierna, suave, y la compañía de los purés de manzana, pimiento y crema de queso que ponían contrastes estupendos (dulce más suave, dulce más intenso y puntos ácidos, salado y lácteo) todos armonizados con el ingrediente principal. Ninguno discordante.
Todos estos platos estuvieron bien acompañados por un tempranillo de la zona, con 10 meses de barrica. Aquí me queda una duda sin resolver. Creo recordar la etiqueta, y la denominación comercial era “Vega de la Osa”. Sé que Manuel de la Osa tiene un vino con su nombre pero no coinciden uno y otro según lo que he podido ver. No tengo más detalles de la procedencia de este tinto pero estuvo muy bien en la mesa: picota con visos morados de juventud, fruta roja y notas tenues de laurel, buena acidez, madera discreta. Vino sabroso y fácil de beber en sí, y bien conjuntado con los platos. También en este apartado sale ganando la segunda parte del menú.
El primer postre fue “Sopa de melón, granizado de manzana verde, helado de yogur a la pimienta y plátano caramelizado”. Fusión acertadísima de ingredientes. Fresco, suave, con la acidez y el azúcar ejecutando pasos de baile precisos y notas picantes marcando el ritmo. Otro para recordar, otro para el podio de la comida.
Y la “Leche ácida, helado de mandarina y brownie de chocolate”, también muy sabroso, con buena combinación de ingredientes y sabores marcados, pero que sufrió por el brillo de su antecesor, que le restó protagonismo.
Con ellos me ofrecieron un moscatel. No sé si lo ofrecían a todos los clientes, pero a esas alturas ya había complicidad suficiente para saber que me gustaría aquella prueba. Es un proyecto de Martínez Bujanda, aún sin comercializar, pero ya tiene resultados prometedores y parece que saldrá en breve. Así que era una botella de 50 cl. sin etiqueta de la que me contaron lo que os acabo de decir. Y me alegraría que saliese bien, porque estaba muy bueno. Un dulzor contenido y acidez idónea, en buena proporción. También armonizó perfectamente con las elaboraciones dulces.
Aunque en pequeña cantidad, casi habría que darles el mismo trato que a los dos postres a las golosinas que acompañaron al café (Ya me cansa un poco lo de petit four, y más con el olor del ajo de fondo. Y fruslería me resulta un tanto despectivo). Sé que olvido alguna pero había una torta de piñones, una trufa de chocolate, una gominola de frutos rojos, una galleta de pistachos y un alajú, que hasta aquí se mantuvo la tradición. Todas ellas delicias en miniatura, digno final a la comida.
El total del festín, con el café y una vez “regenerado” el precio con el IVA, 105 euros.
La impresión final es la que te deja una cocina de las serias, de las que tienen el fuste de la experiencia, una tradición y mucho oficio. Y por eso mismo las tachas sólo pueden ponerse en esos platos que obedecen más a la tendencia, a la moda, que a la autenticidad de los fogones. Creo que se nota bastante por lo dicho.
Puede parecer caro si hacemos comparaciones, pero creo que es el servicio el que, en este caso, se lleva una parte de ese coste. Y aunque todos queremos precios asequibles dentro de cada nivel, ya hemos hablado en estos foros de cómo se nota el apartado del personal en los resultados de un establecimiento. Y aquí se nota para bien, por más que tenga un precio.
¿El mayor de los problemas? Que hay que hacer un viaje irreal, que parece que no te lleva a ningún sitio, dejar tu mundo a unos cuantos kilómetros y seguir la pista olfativa del ajo para poder llegar hasta aquí. Y todos sabemos que eso es un inconveniente. En fin, ahora que decida cada cual.
Buen provecho.
Localidad: Las Pedroñeras (Cuenca)
Dirección: Avda. Brasil s/n
Teléfono: 967 16 10 89
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La ejecución es irregular, lo viene siendo en los últimos tiempos, pero no conozco un solo restaurante de Madrid, pero ni uno solo que tenga tanta personalidad.
ResponderEliminarJorge, cuando te refieres a la navaja con el escabeche de perdiz dices bien, es la navaja con un caldo de escabeche de perdiz si no recuerdo mal.
De galianos quiero hablar un día, de sus dos elaboraciones y de la que hace De la Osa.
Buen homenaje te diste Jorge. A mi me gustó mucho cuando estuve en su día excepto un plato de lubina que se pasaron pero esa vez de muy poco hecha.
ResponderEliminarEscribo desde Braga en Portugal. La semana que viene intentaré hacer una post con lo comido. ;-)
Jorge, mi madre siempre siempre le echa comino al gazpacho. A veces de forma inmoderada.
ResponderEliminarESos sesos y esos galianos me han dando musha envidia. Y (un poquito menos)también la sopa fría de ajo y la lechona.
Parece ser algo habitual de las crónicas sobre Las Rejas cierto desconcierto con los platos más desarraigados, y el acierto de su parte de tradición renovada y todo eso.
Ayer , por los viejos tiempos , me abrí un Santa Rosa 2002 , uno de esos vinos con los que algunos empezamos a descubrir esas cosas de la Nueva Expresión y tal y tal. Y la verdad es que me ha gustado. Tiene un componente frutal importante, integración, complejidad, identidad, cierta frescura y , aunque potente, una finura mediterránea muy particular. Me gustó más que el San Román 2003 de hace unos días, que también me gustó.
ResponderEliminarEspero lo de los galianos, Ligasalsas, que eso cae en tu jurisdicción. Y en efecto: enseguida se nota esa personalidad de Las Rejas.
ResponderEliminarPásalo bien, Toni, a ver si cae algo interesante desde el punto de vista gastronómico.
Dile, eran para dar envidia, puedes estar seguro. El homenaje en sí valió la pena. Otra cosa es el desplazamiento.
Casualidades (o no): yo también aprecio el Santa Rosa. Hace tiempo que no lo bebo, pero nunca me defraudó cuando lo tomé.
¡Qué bien está trabajando el enólogo Germán Robles quien pasó de la tienda de vinos más grande de España, "Davinia" a la más pequeña, como complemento de "la maleta del loco", después de estar un tiempo con Ramón Coalla.
ResponderEliminarSu Ribera de Duero "Pagos de San Antonio" es sensacional para su RCP.
Mi aplauso para él.
Ayer estuve en Casa Gerardo, nunca había ido y disfruté muchísimo. Me lancé a por el menú degustación y salí con una fartura de no te menees y una gran satisfacción de espíritu.
ResponderEliminarDe todo lo que probé lo que más me sorprendió fue el huevo en consomé de calamar y eucalipto. No me gustó nada porque creo que el huevo es un manjar perfecto y que nada (ni la sal) puede mejorarlo y mucho menos el vips vaporub, pero me tuvo todo el día pensando en ello y eso es algo que valoro muchísimo.
Sólo le encontré una pega: los baños. Viejunos, pequeños, sin papel y con la limpieza un poco descuidada. Me extrañó mucho porque todo lo demás fue una pasada, al final nos enseñaron la cocina y tanto Pedro como Marcos estuvieron encantadores.
Creo que hay una referencia a los baños de los restaurantes en el libro de Santamaría.
ResponderEliminarMe pareció acertada cuando la leí.
El comino está de moda con el tomate. Todos y cada uno de los mojetes que he tomado últimamente por Castilla lo incorporaban. ¿Se usaba antes? Más bien poco, más al sur mucho más.
ResponderEliminarDicho esto le va de coña al tomate, el sudor y la acidez juntos funcionan.
Malvado, te echábamos de menos. Lo de Gerardo es habitual, tanto lo de la fartura como lo de la satisfacción. En cuanto al huevo, todavía no lo he encontrado mejor que como nos lo hacemos en casa, frito, con su puntillita, un buen AOVE y, quizás, un poco de ajo. No me gustan los huevos pasados por agua, ni cocidos, ni hechos en la plancha.A su lado, lo mejor también sus acompañantes habituales: patatas fritas, picadillo, chorizos,pimientos tortos, sardinas...
ResponderEliminarCorocotta, como sé que te gusta la precisión, permíteme aclarar que con tu "Davinia" te referías, seguramente, a "Lavinia". El mejor escribano echa un borrón. Ese Ribera del que hablas tengo ganas de probarlo. EStá detrás Lolín de La Campana, que ha tenido el buen criterio de darle carta blanca y de no escatimar en las cosas necesarias. POr lo que dices va saliendo bien ya de primeras. Sin duda es una buena noticia. No tardaré en probarlo.
La RCP del Pago de San Antonio es buena y es su fuerte. Porque anda que no van subiditos de precio por Ribera del Duero en general, y para lo que dan la mayoría...
ResponderEliminarVeo que Pedro y Marcos Morán siguen "como un niño con zapatos nuevos" con su reformada cocina (instalación) y disfrutan cuando la enseñan. Ese gesto hacia el comensal a mí suele darme buenas vibraciones sobre la cocina (elaboración) de un sitio. Y en este caso, se cumple.
Cierto, Diletante.
ResponderEliminarLa gran tienda de la calle de Ortega y Gasset, en Madrid, se llama "Lavinia".
Lo que tampoco sabía era que detrás de Germán estuviese el dueño de "La Campana". Creía que sus socios eran solamente los de "La Tabla".
Jorge,
ResponderEliminarGran post.
Mucha diferencia veo en el resultado con respecto a mis dos últimas visitas, ambas en el primer semestre del año. Dos fuertes decepciones me llevé en el que para mi siempre ha sido uno de los grandes.
Aunque para mi De la Osa seguirá teniendo muchas más oportunidades.
Corocotta, "La Campana" solo está detrás de ese vino en concreto.
ResponderEliminarJorge: me ha encantado leer sobre Las Rejas algo positivo. Ultimemente sólo leía críticas negativas y me daba pena porque recuerdo el restaurante como bueno, aunque ya hace bastante que no voy.
ResponderEliminarEres un valiente. Me has animado a plantearme de nuevo esa excursión, y espero que a Matoses le pase lo mismo.
Y lo de que no metan el IVA en la carta, mal.
ResponderEliminarLa verdad es que últimamente todo lo que he leído sobre las rejas era algo negativo.
ResponderEliminarPor cierto ¿visteis anoche crónicas en la 2? Si no lo visteis podéis verlo en la página de rtve, era sobre la alta cocina.
Limonta, Matoses, gracias. La verdad es que temía no dar con el tono al escribir este post. La sensación final fue buena pero me daba miedo cargar las tintas con la excursión pesada y los platos flojos. Creo que al final lo conseguí y lo dejo como pienso que se merece. Si guardáis buenos recuerdos del sitio y el viaje no os pesa mucho, merece esas oportunidades. Claro que yo no puedo compararlo con tiempos mejores, como dicen: nunca había ido.
ResponderEliminarAviso para navegantes. Si sois, como yo, devotos del cerdo y agradecéis los manjares que nos proporciona, es interesante dejarse caer por "La Tabernilla" y pedir fuera de carta su emberzao, variante de morcilla típica en Cangas de Onís, rica, rica, y que no se prodiga mucho (Recuerdo unos tortos con emberzao en "El Molín de la Pedrera" también muy sabrosos) Quizá se extienda por algunos locales más.
ResponderEliminarRecuerdo cómo una buena amiga canguesa, ante mi desconocimiento de ese mundo, me hizo una taxonomía precisa de las variedades de su tierra y la ilustró con un regalo a la altura: una tabla de morcillas. Fue a una carnicería de confianza y aun así, su madre le echó en cara que cómo me regalaba aquello, que algunas sabían "a noreñuzu" (los no asturianos lean aquí "a industrial") y que tenía que habérselas pedido a no sé qué vecino de las de casa. Cosas mágicas que sólo pasan en los pueblos.
En resumen, que está bien rico ese emberzao.
Luego no digáis que no os aviso.
¡Ah! Y no va a ser todo salado. La crema de chocolate con aceite de picual de Enric Rovira está regia para untar unas tostadas de desayuno en día de fiesta.
ResponderEliminara ver quien me resuelve una dudilla, seguro que muchos porque de estas cosillas tan finas controlais un rato jeje
ResponderEliminarme regalaron una botella de una sidra de estas tan modernas de la de dios, y nunca la probe, hasta el punto que no se como se toma :-(
supongo que fria y como el vino no????
si es que ya me lo decia mi padre, estudia chaval.... :-D
Antonio, si es una sidra de mesa pues eso, como un vino blanco, fresquita y al vaso directamente. Ya nos contarás si está buena. A mi solo me gustó la Tareco, y debo de ser de los pocos, porque a todo el que pregunto me dice que no le gusta.
ResponderEliminarmuchas gracias por tan pronta respuesta :-)
ResponderEliminara ver cuando le metemos mano, lo primero meterla en la nevera :-D
tambien me regalaron un par de aguas de esas "caras".
ResponderEliminaryo personalmente no la hubiera comprado, me suena que es marca voss, igual me equivoco, y tengo curiosidad por ver si noto algo, si me parece distinta que la fuensanta jeje
Ya estoy de vuelta de Portugal. Braga, muy guapa y bien cuidada en general. Hacía mucho que no iba y se nota que el europeo de fútbol de hace 4 años le vino muy bien para lavarle la cara y también para las carreteras. En poco más de 4 horas te pones allí desde Oviedo.
ResponderEliminarEn cuanto a gastronomía estuve en los 2 sitios más recomendados, Centurium e Inácio y el resultado flojillo. A ver si en unos días cuelto post.
Jorge, ese emberzao no tardará en caer. Es curioso lo gourmets que son en general en las zonas rurales para las chacinas. Además esta semana inauguro la temporada de callos.
ResponderEliminarDile, a mí lo de las "n" morcillas en Cangas cuando "n" tiende a muchas me dejó impresionado. Cosa fina. Y si tengo que creer a la señora citada, se podía mejorar.
ResponderEliminarPor cierto que ya está publicado en el blog de Guaje el post de Olenka sobre Arzak, con aquellas luces y sombras que nos dejaron intrigados. Interesante. Lo bueno y lo malo. Da que pensar cómo pueden convivir aciertos tan grandes con fallos de ese calibre.
Tremendo vino en todos lo sentidos tomé hoy. Un Jumilla, Clío 2003. 70% monastrell, 30% cabernet sauvignon, con nada menos que 15,50º que no se notaban especialmente. Tiene fruta, madera y todo lo que se pueda imaginar. Un cañón.
ResponderEliminarCagonlamar...tuve el Pagos de San Antonio delante de mi en una boda el domingo y ni lo probé.
ResponderEliminarVuelta a la rutina de la semana. El sábado comida en la Corriquera, como en los buenos tiempos. Me sorprendió que la carta sigue siendo comedida en precios. Si vais, probad el cachopo de Foie y Boletus acompañado de un Corral de Campanas (buena RCP).
El domingo bodorrio en La Campana. No sé, me estoy volviendo demasiado crítico con lo que como fuera de casa y la comida de la boda, ni fu ni fa. Bugre a la plancha (sabía a quemado), mero en salsa que estaba bueno y solomillo demasiado pasado. El postre estaba muy bueno, eso sí y el servicio tuvo que aguantarnos porque una boda es una boda.
Anyway. A ver si curro algo y os leo más tarde
Leyendo el magnífico blog del Gourmet de Provincias encontré esta web que dice que calcula el valor de una página web.
ResponderEliminarEn el caso de Cigalitas dice que vale 35.366$ osea 25.903€ nada menos.
¡¡¡¡¡DILETANTE!!!! Hay que vender el blog ¡¡¡YA!!! Menudas farturas que nos íbamos a dar. ;-) :-) :-)
Toni
ResponderEliminarJorge. Disculpame, ahora entro a valorar el post, pero lo primero es lo primero.... ¡Ande dices tú que se puë vender er bloss!
El mio lo vendo con el ordenador y dos libros de Montalban. Mega oferta si me lo compran antes del 31 de octubre.
El blog no está en venta que lo sepáis, nuestro rincón personal es intransferible.
Toni.
ResponderEliminarTe tienes que haber equivocado en algo, en algún dato, algo me tiene que faltar.... ¿Qué no me dice la webss esa que mi blog vale 0.00$?
Que poco se valora el arte...
Guaje,
ResponderEliminarmetiendo la URL de tu blog en esa web me da que vale 1295$, 947€. Para una buena comida daría. ;-)
Toni, si encuentras alguien que pague la mitad de la mitad le invito además a unas copas y a una fartura en el Corral.
ResponderEliminarEsto de la economía virtual tiene estas cosas. Luego nos pasa estas cosas de la crisis y no lo entendemos.
Pero hombre, Dile, ¿no tienes corazón? ¿Cómo puedes pensar en vender el blog precisamente hoy, que te cumple dos añitos?
ResponderEliminarHabía pensado incluso en escribir un post de cumpleaños pero ese privilegio te corresponde. Además, estamos en racha y nos sobra material: lo que tengas tú, dos que te debo de Valladolid, otro de Mieres que aún no tenemos y lo que trae Toni de Portugal.
Sí que me permito celebrarlo con un ejercicio interesante: la lectura íntegra del blog, todos sus post y todos los comentarios. Ahora que aún es abarcable, merece la pena. La evolución del estilo y de las preocupaciones, la gente que se incorpora a la tertulia y la que se va, los errores -más cometemos cuanto más hablamos, qué vamos a hacer- las peleas y los interesados en provocarlas, los temas prometidos y no tratados, cómo mantenemos los hilos y cómo los rompemos...
Muy sabroso este blog. Entre todos lo guisamos bien.
Aprovecho para pedir disculpas, por lo que me toca, a aquellas personas a las que haya olvidado devolver un saludo, agradecer sus ánimos, contestar a alguna duda... todo eso que a veces, entra prisas y desconexiones, queda pendiente y queda tan mal. Conste que no es intencionado. Propósito de nuevo curso: afinar más esos detalles.
Felicidades a todos.
¡Coño! No sabía que hoy era el cumpleaños del blog. Tendremos que celebralo por la tarde. ;-)
ResponderEliminarACABO DE DESCUBRIR UN BLOG NUEVO Y POR AHORA BASTANTE SUBVERSIVO.
ResponderEliminarES DEL DIRECTO DE APICIUS.
JAVI ANTOJA... PARECE BASTANTE DIVERTIDO... A VER LO Q DURA...
http://javiantoja.blogspot.com/
AL LORO EL ULTIMO POST QUE PROMETE
Felicidades pòr los dos años y a seguir así, por cierto, como con mastercard, estos blogs no tienen precio...
ResponderEliminarMe reincorporo a filas tras mi periplo lucense-compostelano (¡¡Qué pulpo, madre mía!!).
ResponderEliminarY qué mejor día que este del segundo aniversario:
FELICIDADES DILE, por haber creado un espacio común de unos cuantos locos "del comercio y del bebercio", y encima, haber hecho posible que esos locos se conocieran personalmente.
Pd.: El Avelino no tiene manos esta semana hasta el sábado y los callos los empezarán a poner a partir del Desarme. Estamos en contacto.
Felicidades por el cumpleaños del blog,ya son dos años compartiendo el tiempo con vosotros.
ResponderEliminarTanto comentar estas semanas lo de los callos que no me pude resistir y me acerce hasta Arrieta a por unos, como siempre muy buenos.
Pues sí, felicidades. Sé bien el esfuerzo que lleva un blog, así que intuyo los sacrificios que con un bebé esto te supone.
ResponderEliminarComo diría Alberto, un abrazo (desde Madrid).
Aunque fue una coincidencia ya que fue Jorge el que se dió cuenta del cumpleaños, lo celebramos bien esta tarde con dos vinazos: Grange Hermitage 2001 y Clos Apalta 2003. Un australiano y un chileno. Atentos al futuro post del jefe.
ResponderEliminarToni.
ResponderEliminarSegún Toni mi blog vale casi 1000€.
No me extraña que la economía mundial esté en banca rota, ni suprime ni leches, los tasadores se han vuelto locos, en mi caso, no en el del Diletante ojo.
Pues os doy una buena noticia, autorizo a Toni para que lo venda y pago yo la cena del 31. Un día es un día. Eso si, espero que después saquéis un blog tipo " LOS AMIGOS DE GUAJE", y en otros 4 meses lo vendemos y a por otro, vuelve la España de la picaresca.
Toni, vende, vende...
Ahora en serio. Felicidades por supuesto a Dile y al resto de los veteranos de este blog, muchos te damos las gracias por haber sido el alma mater y hacer posible la primera reunión de blogueros, y ya esperando la segunda de muchas. Gracias de todo corazón Dile, para el resto de blogueros que un día te juzgaron sin conocerte y se quedaron en una "anécdota", decir que el Sr. Diletante es sobre todo muy, muy buena gente, un chaval encantador.
ResponderEliminarJorge & Dile
Os leo hablando de callos y me pasa con ellos como con las tortillas y los chuletones, no encuentro unos buenos buenos, mi madre borda los tradicionales, los hace simplemente "exquisitos" y con la garantía de limpieza absoluta, mi suegro los hace totalmente distintos, la salsa es con verduritas y el resultado también es ejemplar, de morirse, es más, tomarme la palabra porque la siguiente vez que los haga le voy a pedir que me guarde unos taper y los tomamos en algún bar de algún conocido con unos vinos. Cuando llegué a Gijón estuve una temporada probando varios por Gijón y ninguno me convenció, ¿sabéis de algún sitio que los borde?
Saludos y otra vez felicidades.
felicidades y gracias por el esfuerzo.
ResponderEliminarOstris , llego después de una jornada "dura" y me encuentro que por lo visto cumplimos años. Pero si parece que fue ayer....y todo eso
ResponderEliminarMuchas gracias por las felicitaciones y, sobre todo, por el cariño que se nota en ellas.
Hoy precisamente inauguré la temporada de callos en el sitio que más me gusta para esto, a falta de una madre que las borde: el Panduku. Son de ternera, los limpian allí, bien , pero sin pasarse, y solo les echan un poquito de morro, otro poquito de pata y alguna que otra lasquita de magro de jamón.
Luego me tomé uno de los mejores vinos de mi vida: el Penfolds Grange. Una maravilla. Y un buen vino chileno, que quizás palidecía por tener aquello a su lado. Una lástima que saliera mal el Shiraz Hermitage con el que íbamos a enfrentar el australiano.
Acabé en La Taberna del Zurdo, con una cena-picoteo en general agradable (la verdad es que el sitio ha evolucionado para bien), con un Viña Sastre y un Clos Martinet que no me parecieron gran cosa. Y es que esto de tomar un gran vino tiene sus inconvenierntes.
Me voy pa la cama
Mis más sinceras felicidades. Sé que estoy un poco missing (y lo que me queda de aquí a final de año...¡no lo quiero ni pensar!).
ResponderEliminarEn estos dos años has logrado aglutinar a gente que no se conocía de nada bajo un mismo paraguas: el comercio y el bebercio.
Hemos crecido y aprendido y seguiremos estando ahí (eso espero si la crisis lo permite)
Como se suele decir: que cumplas muchos más y nosotros que lo veamos.
Candasu y un servidor está claro que somos los más madrugadores. ;-)
ResponderEliminarDiletante, es que después de tomar un vino estratosférico (y otro muy bueno) hay otros que pasan desapercibidos aunque no desmerezcan.
Pues parece que Gijón se une al carro de los Campeonatos de Pinchos .
ResponderEliminarA mí esta propuesta me parece mejor que aquella de todos los pinchos y tapas metidos en una nave, y con una dudosa calidad.
Y aunque todo esto obedezca a modas, aunque una vez pasado el concurso la mayoría de los locales vuelvan a sus anquilosadas costumbres de "tortilla y pechuga de pollo", siempre es bueno que la gastronomía sea protagonista, y además, tras cribar y cribar, algo bueno quedará.
Hala, ya estoy mas "ordenado". Felicidades por la festividad ¡¡ y que cumplas muchos maaaaaass!!! jeje
ResponderEliminarMuchas felicidades Dile, el blog cumpliendo años y por lo que veo si no llega a ser por Jorge no se entera nadie.
ResponderEliminarY gracias por crear este espacio y por mantenerlo vivo a lo largo del tiempo.
Felicidades por los dos años, y por los que quedan.
ResponderEliminarLa verdad es que desde que tengo corresponsales ( y un niño, y apuros en el curro,...) vivo como un marqués de los blogs, o sea que tampoco es tanto el esfuerzo por agradecer.
ResponderEliminarGracias a todos, y a Jorge y a Toni por enriquecer este blog, y hacérmelo más fácil .
Como entre tanta holganza se está oxidando el estilete crítico, voy a entrar en detalle de la cena de ayer en el Zurdo, a ver como se me sigue dando.
ResponderEliminarEl sitio, en el comer, está enfocado a un picoteo actual, levemente creativo, para que uno pueda comer agradablemente sin que la cuenta suba demasiado. Quizás por eso las mejores opciones son sus tapas/raciones, aunque poco a poco se va descolgando con alguna propuesta enjundiosa en la parte más seria.
Tomamos una croquetas de exterior bien dorado y crujiente, un calor que había llegado al centro y ua masa fina y prestosa, aunque un poco faltas de jamón y de sabor.
Un logrado sashimi de bonito donde el pescado no desaparecía y la salsa hacía un contraste acentuado pero bien ligado. Estupendo.
Unas "patatas bravas" que venían cortadas en cuadritos, bien fritas, poco aceitosas, con una especie de salsa alioli aireada, aligerada, y una salsa picante infierno, con lo que quedaban un poco descompensadas. Yo o dejaba solo la picante, o la rebajaba un poco y añadía densidad al alioli.
Unos fritos de pixín con un buen albardado, suave y fino, con mucho huevo, y una materia prima corriente.
Unos Huevos con tortos y picadillo, donde lo mejor eran los huevos, ¡fritos en sarten!, ¡con puntillita!, lo segundo los tortos, aligerads y agradables, y lo tercero un picadillo un poco triste.
Los postres se le suelen dar bien a Rodrigo. Soy fan de dos postres suyos fáciles pero muy resultones, que son su brownie y su tarta de queso. Pero el que tomé ayer fue una crema de arroz con leche (que se parecáa más a una crema catalana) con helado de vainilla al que no terminé de cogerle en punto.
La comida no llegó a los 20 euros per cápita. En vinos nos fundimos algo más: un Viña Sastre Pago Santa Cruz, alcohólico, tánico, potente, un buen vino que me dijo poco, y un Clos Martinet, con notas animales, unos taninos finísimos, notas minerales evidentes, pero que le faltaba un punto de conjunción , de identidad, de expresividad.
Por cierto , que riquísimo el postre que tomé hace unos días en Los 3 Caracoles de helado de piña y frutos del bosque , con arándanos y grosella fresca
ResponderEliminarLlevo unos días leyendo mucho y escribiendo poco ... etapas que uno tiene.
ResponderEliminarLo primero feliz cumple blog a El Diletante.
Gran, extenso y detallado post, Jorge Díez.
El Diletante, como ya le pregunté al Guaje,
¿ Que clausula de rescisión tienen Jorge Díez y Toni ? JEJEJE :)
Ayer comí y descubrí un muy buen restaurante en lugo, el Paprica.
Si un día pasais por allí, no lo dudeis, la visita merece la pena.
Tambien precioso acto el organizado el viernes por la Cofradía Buena Mesa De La Mar en la entrega del Cucharón Del Buen Guiso Marinero 2008 en su XXIII edición que este año correspondieron a ...
- Categoría Regional :
Nacho Manzano, del Restaurante Casa Marcial* (La Salgar - Parres).
- Categoría Nacional
Sergi Arola, del Restaurante Sergi Arola Gastro (Madrid).
- Categoría Internacional
Vittorio Cerea, del Restaurante Da Vittorio** (Bergamo - Italia).
No me enrollo más...
Salud a todos !
A mí la Taberna del Zurdo sinceramente no me dice nada. De acuerdo que su precio es muy competitivo, pero me parece carente de interés. Yo fuí una vez y no me quedaron ganas de volver.Leyendo tú comentario me da la impresión que no te gustó mucho la cena.
ResponderEliminarMuchas felicidades a tí, a Toni, a Jorge, y a todos los que escribís por aquí.
ResponderEliminarEspero que nunca se acabe, que no se venda, y que no cambie.
Gracias a todos por los elogios. Esperemos cumplir más con las mismas ganas, por lo menos.
ResponderEliminarOlenka, a mí me pasa lo mismo con El Zurdo. Además la sala me parece incómoda: mesas pequeñas muy apretadas, ruidosa. No digo que no tenga ideas innovadoras y se sale un poco de lo trillado en los vinos pero no me acaba de gustar. Son pequeños detalles pero son bastantes y se van sumando. ¿Alguna vez lo habéis visitado lo bastante en silencio como para escuchar el sistema de comunicación cocina-sala? Pues eso. Eso, y el ambiente pretencioso, mucho más pretencioso que conocedor y apasionado, del "todoviedo".
Tiene buena traza ese Paprica que dice Tony. En su blog hay un post detallado.
ResponderEliminarEldiletante, muchas felicidades por los dos años. Siento mucho lo del Le Greal 2003, sobre todo porque tenías preparada una comparativa muy bonita. Espero que pronto puedas comprobar lo maravilloso que es este vino y te inventes otro reto con otro Syrah, te recomiendo que pruebes con algun buen Cornas, por ejemplo.
ResponderEliminarReconozco que el ambiente del Zurdo no es lo mejor del sitio, y , como se deduce del post, tienes sus cosas mejores y peores. Pero me sigue pareciendo una opción muy válida para un picoteo informal, mejor que la media. Además , en el último año- año y medio ha dado un paso adelante, y el nuevo comedor , en la parte de atrás, es bastante confortable.
ResponderEliminarInteresante el aartículo de Vino y Gastronomía sobre la cocina gallega. Poco a poco esta dando un paso hacia delante y haciendose un hueco en el panorama nacional. La verdad es que teniendola tan "cerca" la tenemos muy olvidada. Yo este año he podido acudir a algunos establecimientos y me parece que se merece que nos fijemos más en ella.
ResponderEliminarWeirdo, no hay nada que lamentar, que tú no fabricas el vino.Gracias por tu gran servicio post-venta.
ResponderEliminarMe apunto ese Cornas.
Tienes razón, Olenka. Tengo muchas ganas de ir por allí, sobre todo a Marcelo y Vieira.
ResponderEliminarUn problema del Zurdo es esa extracción de humos, hay veces en la parte trasera que se hace muy pesado. En líneas generales es un sitio que no me disgusta. Su cachopo está muy bueno.
ResponderEliminarEn Casa marcelo disfruté más el año pasado. Recuerdo que fue la típica velada en la que casi todo sale perfecto.
ResponderEliminarPepe Vieira me gustó mucho.Además Xose Canas (íntimo de Pedro Martino) es un encanto. El local les ha quedado espectacular.
Excelente reportaje, nos ayudó mucho en nuestra reciente visita. Os la dejo en mi blog por si quereis ver el Menu mas reciente. Espero que os guste, enhorabuena y un saludo!
ResponderEliminarhttp://la-cocina-creativa.blogspot.com/2011/03/restaurante-las-rejas-las-pedroneras.html?showComment=1300922040170#c8135037396010094228