Según se entra hay una barra con alguna mesa donde tomar sidra o algún vino, y donde se puede pedir de una carta para picoteo o de “tateo” (morcilla, anchoas,…) . El comedor está a continuación, bajando unas escaleras. Pequeño, con unas 9 mesas, puesto en plan casa de comidas aseada y agradable.
Carta de vinos que me pareció corta, poco interesante y un poco subida de precio. Optamos por un Enate Merlot (26 euros), agradable pero de poco interés.
De primeros pedimos :
Unos calamares fritos, frescos, con una fritura crujiente, sabrosos, con un punto dulce, muy buenos (15 euros)
Un fua mi-cuit industrial, algo escaso, con una abundante confitura de albaricoque, abundante en fruta y muy rica.
De segundos pedimos:
Unas carrilleras de ternera, al aroma de caramelo de vinagre, un poco pasadas de punto y de nevera.Prescindibles. (14 euros)
Un solomillo de ternera con torta del Casar. Un solomillo plancheado, al que le hacen una incisión en la mitad y le añaden un poco de torta. Acompañado de unas patatas recién fritas (un poco duras, pero mejor así que hechas con atajos) y pimiento. Un poco triste y monótono.
De postre pedimos:
Unos nísperos rellenos de (helado de) turrón con sopa de leche condensada. Nísperos en sazón, vaciados de pepita donde rellenaban con un helado de turrón en plan Verdú, con tropezones, nadando en una sopa de leche condensada con caramelo.Un poco de almendra laminada por encima. Muy golosón y muy rico, combinando estupendamente la ligereza cítrica del níspero con la sobredosis de glucosa y densidad de la sopa. Para repetir .(4,5 euros)
Una tarta de queso, casera, pero un poco mazacote y plana. (4,5 euros)
Como cortesía de la casa sirvieron unos chupitos de moscatel
Pan corriente, correcto, (típico bollo redondo), lo mismo que el café. Servicio atento y cordial.
En resumen, ligera decepción. No descarto que hubiera en carta otras opciones más interesantes. No es un restaurante que recomendaría, aunque tampoco lo desaconsejaría. Me pareció además un poco subido de precios.
Nota general:5,25. Emoción:5,5
La primera vez que fuí a La Tata me gustó teniendo en cuenta el sitio y el estilo de comida, pero en cambio la última fue decepcionante. No sería un sitio a recomendar actualmente.
ResponderEliminartoni
"Echar unas sidrinas" me parece una expresión poco afortunada. "Tomarse unas botellinas de sidra" sería más correcto.
ResponderEliminarDe aquellos polvos estos lodos
Anónimo, tampoco ye pa ponese así.
ResponderEliminarPudiera ser que el propio diletante echara personalmente la sidra. :-) :-)
toni
Sí, ho, pero nesi casu sería "echar unos culinos". Era sólo por criticar algo de esti blog tan prestosu ;)
ResponderEliminarEl de antes