domingo, enero 27, 2008

Peña Quesera. IV edición

Después de unos meses por fin pudimos reunirnos alrededor de unos apestosos y maravillosos quesos franceses. Esta vez recurrimos a un distribuidor local, Lisfersa (985 792 571) , para hacernos con ellos. Resulta que un vecino que lo ha sido durante años era su gerente, además de miembro de la Cofradía de Queso de Asturias, y yo sin saberlo. La verdad es que es una suerte poder contar en un sitio pequeñín como Asturias un distribuidor preocupado por estas golosinas que tienden a criar amoníaco en las vitrinas de los valientes que los ponen en los expositores. Además, nos dieron un orden de consumo y unas fichas de cata, así que miel sobre hojuelas.
Tenía el capricho de algún Beaufort o de algún Camembert o Brie trufado, pero no había ninguno en óptimas condiciones y , la verdad, tampoco los echamos de menos:

Empezamos con un Vacherin Mont D’Or , un queso de pasta blanda elaborado con leche cruda de vaca y tres semanas de curación. Se presenta en una caja de madera y lleva una “cinta”, que le sustenta y da forma de madera de “epicea” (pino), que le aporta su personal gusto y aroma. Tiene una ligera corteza de color anaranjado y ligeramente enmohecida, bajo la cual se encuentra la pasta de queso casi líquida.
Estaba muy cremoso , con notas de mantequilla , y , gustando, hubo división de opiniones. Hubo quien alabó su finura y quien echó de menos un poco más de carácter. Probablemente si lo hubiéramos horneado ligeramente, como es costumbre, se hubiera potenciado más y todos nos hubiéramos puesto de acuerdo en lo bueno que estaba.

Seguimos con un AOC Brie Coulomiers , que como su nombre indica , está hecho en Coulomiers y no en Meaux. Elaborado con leche cruda de vaca y una maduración mínima de 6 semanas, llegó con un punto perfecto (el interior más pastoso,el borde anterior a la corteza líquido) , transmitiendo frescura junto con una intensidad de sabor poco habitual para los habitualmente planos brie. Mu rico.

Seguimos con un Camembert al Calvados, que es, por lo visto, una especialidad de Normandía, región de donde proviene el Camembert, y que además se elabora sidra y Calvados.
Es un queso de leche cruda de vaca, aliñado con una mezcla de Calvados y pan rallado. Fue una de las estrellas de la noche. El Camembert estaba perfecto y el maridaje con el Calvados es especialmente afortunado. Y eso que no lo horneamos, que dicen que mejora. Para hartarse

Seguimos con un Mothais sur Feuille , un queso pasta blanda (aunque un poco más pastosa) elaborado con leche cruda de cabra con una maduración mínima de 3 semanas. Fue un queso que tenía toda la intensidad de la leche de cabra pero que la daba con frescura y finura. Las hojas aportaban unos aromas de sotobosque muy agradables, añadiendo profundidad. Buen queso.

Seguimos con un Olivet Cendré , que es un queso de pasta blanda elaborado con leche cruda de vaca, cubierto de ceniza (originalmente cenizas de sarmiento de vid), y una maduración de diez días. Me pareció un queso un poco más simple pero muy resultón, con unas agradables notas de tierra.

Seguimos con AOC Pont Leveque, un queso de pasta blanda y corteza lavada, elaborado con leche cruda de vaca y una maduración de 2 a 6 semanas. La verdad es que por unanimidad fue el peor de la noche , porque llegó con poca intensidad, fofo. Los que conocían este queso decían que normalmente presenta mayor potencia e identidad.

Seguimos con un AOC Epoisses de Borgoña. Me vais a permitir un copio y pego con la nota de cata que nos pasaron, porque deja poco que añadir y se corresponde con lo que tuvimos en la mesa:
Brillat Savarin llamó a este queso el « rey de los quesos ». El origen data de 1775 , originariamente se elaboraba por monjes de alguna abadía de la zona, y posteriormente la receta pasó al pueblo. Su principal característica es el lavado de la corteza con “Marc” de Borgoña durante la maduración, lo que le da una intensidad aromática superior.
Aroma intenso a fermentación, cereales, algo pútrido, y los recuerdos vinosos provenientes del aguardiente,.En boca es cremoso y fundente, con un sabor marcado pero no tan potente como anuncia la nariz. Quizás venía un poco fresco, pero me encantó.

Seguimos con un Munster alsaciano, de pasta blanda y elaborado con leche cruda de vaca , con una curación de dos meses. Tenía toda la intensidad de un buen Munster, que es mucha, pero sin rastro de agresividad ni amoniaco. Buenísimo.

Y de postre terminamos con un auténtico Gamoneu del Puerto, concentrado, con un buen ahumado, aunque quizás un poco corto de curación, aunque era suficiente .A mi me gusta que el humo se enfrente con la fuerza de una larga maduración, con el hongo más infiltrado, como el que tomé en Poncelet, aunque hay quien lo prefiere así. En todo caso, estaba muy bueno.

Un festín de queso con buen vino (Lusco 2004, más ácido, mejor para acompañar , Lusco 2005, más equilibrado, mejor para beber, y un buen Leirana, y un buen Pinot Noir francés del que no recuerdo el nombre) y buena compañía, que coronamos con unos oricios con trufa y algún postre recuperado de Martino .

Qué envidia me dan los gabachos.

domingo, enero 20, 2008

Pétalos del Bierzo 2005, Kollektion Kerpen 2006, Corullón 2003, La Roza 2002

Estos días he seguido probando unos cuantos vinos, que es la mejor manera de que el olfato no se oxide. En el grupo de cata de Gijón hicimos una de blancos del Priorato con crianza en barrica bastante decepcionante. Por lo general se presentaron pesados, alcohólicos, apagados aunque tuvieran una buena acidez. Extraño, ¿no? . Solo se salvó un buen Coma Blanca 2005, más vivo y equilibrado.

Aparte también he ido probando:

Pétalos del Bierzo 2005
Vino de capa media-alta, con color cereza picota.
En nariz tiene bastante intensidad, con una buena expresión de la fruta, que empieza pareciéndose a un Ribera aunque termina con ese toque un poco vegetal de la mencía. Se notan puntas de alcohol.
En boca está vivo, es amplio, cálido. Tiene bastante equilibrio, con una madera que no sobresale, unos taninos bastante afinados y una acidez suficiente. Puntas alcohólicas. Recorrido medio. Bastante persistente. La fruta sigue expresándose franca, junto con notas minerales.

Un vino rico y agradable, con un precio ajustado: 11-12 euros, por ejemplo, en Lavinia.
Nota: 71

Kollektion Kerpen 2006
Este es un Riesling Kabinett Feinherb de de la región del Mosela, con 12º de alcohol, que destacó por su fantástica expresión frutal , fresca pero no simple(con alguna nota de pasa) y por su buen equilibrio entre el azúcar y la acidez . Es fácil y está muy rico. Muy recomendable para los que no estamos demasiado versados en vinos teutones, o que simplemente nos guste un buen vino blanco. No sale más que por 11,50 euros en Coallagourmet. Para comprarse alguna caja.


Corullón 2003
Otro mencía del Bierzo y de Álvaro Palacios. En copa presentaba un color cereza picota algo apagado. Denso.
En nariz tenía una intensidad media-alta, concentrada, con buena expresión de la mencía, destacando la fruta roja, y alguna nota vegetal. Empezó con un poco de reducción que no tardó en irse para dejar paso a unos más agradables torrefactos.
En boca presenta un buen volumen y un recorrido medio. Una acidez presente pero integrada, lo mismo que el alcohol. Destacan notas de fruta roja , que se fueron y volvieron con fuerza al final de la cata, terrosas, y alguna de barrica no demasiado elegante . Tanicidad integrada y fina. Sedoso. Buena persistencia. Estaba perfecto para tomar y disfrutar, aunque echamos de menos un poco más de complejidad en un vino de un precio que está en los 38-40 euros. Por ejemplo, en esta web de Aporvino .
Nota: 78.

La Roza 2002.
Entre los amigos que nos reunimos aquí en Oviedo de vez en cuando alrededor del vino hay un admirador de la labor de la bodega Domio de Atauta . Gracias a él fueron viniendo vinos como el Valdegatiles o el Llanos del Almendro, que fueron vinos que disfrutamos enormemente, y que incluso, en la modesta experiencia de uno, rompieron algún esquema. Nos avisó de que iban a sacar un vino estrella , bastante afinado en bodega, llamado La Roza, que pasaba de los 300 euros. Ante lo respetable de la cifra alguno expresamos algún reparo, pero vista la seriedad de la bodega en sus vinos de pago de 60-70, pensamos que lo que viniese tendría que ser algo antológico. Como ahora somos alguno más, el gasto, aunque también el vino , se repartía un poco , así que acabamos pidiéndolo. La botella la abrimos un par de horas antes de la cata. Presentaba bastante poso, así que se decantó para servirlo.
En copa presentaba un color cereza picota, con ribete rojizo, de capa media -alta, en todo caso algo menos cubierto que lo habitual en los Riberas de categoría.
En nariz se presentó apagado, así que lo fuimos dejando un buen rato en la copa, con ciertos síntomas de nerviosismo. La espera, sin embargo, mereció la pena , porque levantó el vuelo, y mucho, dándose con una enorme y elegante concentración , con notas balsámicas,de fruta negra , regaliz y (agradable) cuero.
En boca se presentaba carnoso pero con poco volumen , un recorrido en boca medio, y, sobre todo, con una astringencia poco elegante. Había acidez suficiente, el alcohol y las notas de crianza estaban bien integradas (salvo en esa astringencia), con notas leves de vainilla y torrefactas, que se daban bien conjuntadas con las de fruta negra y grafito (o tinta china). Tenía un retronasal interesante, muy balsámico, y acababa siendo muy persistente en el paladar.
Pero no llenaba y se quedó muy lejos de las expectativas, de algo excepcional. Esperamos también, a ver si cambiaba. Esta vez, sin embargo, no sirvió de nada, y a todos se nos quedó cara de tontos. Quizás lo fuimos. No hay que descartar, sin embargo, que uno aún no esté preparado para algo así. Quizás le faltara botella que domara esa astringencia y terminara de redondearlo. En todo caso, fuera el vino o nosotros, fue un error.
Si después de lo que he dicho alguien se atreve a comprarlo, lo tiene en Coallagourmet
En el libro de "El vino" de André Dominé leo algo muy interesante al respecto: "...cabe señalar que los grandes vinos quedan siempre fuera de cualquier análisis rápido y estandarizado. Su complejo bouquet presenta tal diversidad que su reconocimiento requiere la máxima concentración y una gran experiencia. Además, el color , el aroma y el sabor de un vino pueden alejarse tanto de la norma que solo un catador abierto a lo nuevo es capaz de reconocer su calidad.
Sin embargo, puesto que los resultados de la cata se desprenden de capacidades subjetivas, nunca podrán ser del todo fiables. Ni el más versado especialista en vinos podrá evitar que algunos aspectos de la degustación sean cuestionables. Esto deberían de tenerlo en cuenta tanto los aficionados como aquellos consumidores que se fían con los ojos cerrados de la opinión de catadores más o menos serios".
Yo para la siguiente había propuesto una vertical de El Coto, o del Borsao Garnacha mítica, que es verdad que está bien por solo 1,30 euros. Pero me parece que no somos de los que escarmentamos. Al menos a la primera.

miércoles, enero 16, 2008

Casa Conrado (Oviedo), por Toni

Casa Conrado probablemente sea el restaurante clásico por excelencia de Oviedo. Más de treinta años de éxito continuado no dejan lugar a dudas. Además es clásico por historia y por su cocina, asturiana tradicional, de magnífico producto y perfectos puntos de cocción.

Hablando de su éxito, intenté ir en las navidades pasadas varias veces, e incluso llamando con varios días de antelación me resultó imposible en los festivos y fin de semana.

Al final conseguimos mesa para el sábado pasado e igualmente tenían lleno total.

Hacía una temporada que no íbamos, y esta vez fuimos a por los platos que más nos gustan como los muslitos de codorniz crujientes con salsa de soja. 16€ + IVA. Me encanta esta entrada. Unos sabrosísimos muslitos con una lograda salsa de soja que suaviza el potente sabor de la codorniz y acompañados de unas tiras de cebolla frita.

Uno de los platos principales fue su afamada lubina al horno al estilo Cudillero. 26€ + IVA. El precio a primera vista es alto, pero la cantidad es superior a lo habitual en otros restaurantes. Dos lomos grandes de una lubina extraodinaria, con el punto exacto y una muy buena salsa hecha con una reducción de vermut blanco, patatas y unas tiras de cebolla. No siempre tienen este plato en carta ya que si no les convencen las lubinas disponibles no lo incluyen en carta, por lo que cuando lo tienen yo casi siempre lo pido.

El otro plato consistió en un cogote de merluza al horno. 23,50€ + IVA. Otro plato inmejorable en su sencillez y con una ración contundente. Costó acabarlo.

Los postres nunca fueron el fuerte de Casa Conrado aunque han mejorado en los últimos tiempos. Uno fueron los frixuelos crujientes con salsa de toffe. 5,90€ + IVA. El plato se describe por su enunciado. Buena textura la de los frixuelos con una golosa salsa de toffe.

El otro fue un requesón con miel y coulis de mango con nuez. 5,50e + IVA. Un refrescante postre con un buen contraste ácido/dulce y el toque un punto amargo de la nuez.
Sin ser extraodinarios ninguno de los dos, sí estaban a buen nivel.

De vino tomamos un Guitián 2006, 17,50€ + IVA, que añada tras añada está muy bueno. La carta de vinos muy centrada en Rioja y Ribera del Duero en tintos, aunque de estas con muy amplia selección e incluso con añadas de mediados de los 90 y un poco parca en blancos y espumosos. En cambio sí tienen una muy notable selección de vinos dulces, y destilados de todo tipo. Nosotros tomamos dos vinos dulces, a los que amablemente nos invitaron. Copas Spiegelau.

El pan, 1,50€ + IVA c/u.

Mención especial tiene el impecable servicio comandado por Saturnino González. Siempre me llamó la atención lo eficiente que es, con tan poco personal y la sala llena, al igual que la cocina que no tiene retrasos nunca para sacar los platos. Tantos años de rodaje se notan.

En definitiva, supongo que el lector habrá llegado a la conclusión de que me gusta mucho el sitio. Si se va a Casa Conrado que nadie busque innovación, pero si lo que se quiere es extraodinario producto, raciones generosas y regularidad, todo esto lo va a encontrar sin duda ninguna.


Nota general: 7

Emoción: 9


Casa Conrado

C/ Arguelles, Nº 1 33002 OVIEDO
Tlfns (985) 22 39 19 y (985) 22 57 93 Fax (985) 22 39 19
http://www.casaconrado.com/flash/index.htm


toni

sábado, enero 12, 2008

Ca'Suso


El otro día me volví a acercar por Ca Suso. El sitio sigue siendo igual de acogedor, y el pan igual de bueno. La carta sigue una línea resultona, manejable, tanto en el producto como en las elaboraciones. Tienen platos de cuchara y un menú diario a 15 euros. La carta de vinos tira a corta pero está bien escogida, buscando vinos con buena RCP. Muy agradable sigue siendo el aperitivo de queso frito con crema de zanahoria. De primero opté por el plato de Chosco de Tineo , huevo y berza (6 eu. + Iva), rotundo, muy recomendable. Para los que no lo sepan, el chosco es un embutido típico asturiano curado y ahumado en ciego de cerdo, con mucho de cabecera de lomo de cabecera de lomo y algo de lengua, sal, pimentón y ajo. Su sabor es agridulce con ahumado suave. De segundo opté por un plato de Secreto ibérico , hecho tiras bien churruscadas a la plancha, con Chutney de Peras (contrapunto más dulce que agri), y vinagreta de avellanas (dando una acertada nota de fruto seco, aunque algo insulsa) (14+iva), abundante, resultón, aunque un poco monótono. De postre tomé una Crema de tiramisú que fue una crema de mascarpone con sirope de albaricoque, y cuadraditos de gelatina de la misma, un poco plana y empalagosa. Buen café y un servicio muy agradable y eficaz con el restaurante lleno, con muy buenos detalles.

Tienen claro lo que ofrecer : una cocina sabrosa con la que satisfacer al mayor número de clientes en una plaza difícil, poco dada a los experimentos ni a las sorpresas, como es Oviedo, sin renunciar a alguna pincelada de creatividad poco estridente, y con precios razonables. Echo de menos un poco más de ambición en la propuesta, aunque no es improbable que eso solo le pase a uno.

Nota general: 6
Emoción: 6,5

Ca'Suso
C/ Marqués De Gastañaga 10
985 228 232

miércoles, enero 09, 2008

Une Cuisine en Ville (Dax, Francia) , por Toni

Une Cuisine en Ville es el restaurante del chef Philippe Lagraula situado en la ciudad de Dax en las Landas y que cuenta con una estrella Michelín.

La sala es pequeña pero muy agradable, con decoración a piedra vista y algunas vigas de madera y afortunadamente la separación de mesas es mayor de lo acostumbrado en Francia.

Tras un vistazo a la carta llama la atención lo reducido de esta. Cinco platos salados y tres postres. Es demasiado corta en mi opinión y sobre todo para los gastrónomos de la zona, ya que con dos visitas e incluso con una ya pruebas toda la carta hasta su cambio.
Ofrecen un menú corto por 35€ y el denominado Tapas y Pinchos (en español originalmente) por 60€, I.V.A. incluido, que fue el que tomamos. Como curiosidad el I.V.A. en los restaurantes franceses es de nada menos que el 19,60% por lo que de cada menú de estos la hacienda francesa se lleva 11,76€.

Pido disculpas por adelantado ya que probablemente la traducción sea manifiestamente mejorable.

El aperitivo de la casa fue una crema de puerros magnífica, acompañada de unos maicitos. No soy demasiado devoto de las cremas de verduras, pero tengo que reconocer que esta estaba muy buena.

Le Brocciu. Canelón relleno de hierbas y velouté de rúcula y manzana Granny. Suave entrada para comenzar. Sabroso el canelón relleno de hierbas y muy lograda la velouté de rúcola y manzana. También venían en el plato dos gambones rebozados no indicados en el enunciado.

Le Foie Gras. Foie gras en vesión Asia, vinagre de arroz y melisa, pato y shii-takes. Original versión del foie gras en forma de sopa. La grasa del foie combina de maravilla con la acidez del vinagre de arroz y melisa y el toque un punto salado del pato y las setas, con un bocado intenso, punzante y muy sabroso al paladar. Nos gustó mucho.

Le Saumon Fumé. Salmón ahumado, andouille a la plancha y mezcla de remolacha y melisa. No tengo claro si la andouille es exáctamente lo mismo que la andouillette, pero si no lo es se parece bastante. Es una especie de salchicha hecha con intestinos de cerdo y de vaca de sabor y aroma muy potente. Por si sola no entra bien a la primera pero al mezclarla con el toque graso del salmón y la combinación un punto agridulce de la crema de remolacha y melisa, el resultado es un bocado muy armónico, largo y sorprendentemente elegante sobre todo después de haber probado la fuerte andouille en solitario. Otra muy buena interpretación de un producto tradicional francés.

Le Cabillaud. Bacalao a la plancha, morcilla, patatas, gírgolas y jugo de carne a la mostaza. Sobre un puré de patata de un magnífico sabor estaba la morcilla y coronando la composición un bacalao de gran calidad perfecto de punto. Las gírgolas, pleurotes en francés, son unos hongos comestibles de intenso sabor que se complementaban muy bien con el resto de los ingredientes. Otra buena combinación la del bacalao y la morcilla.

La Pintade Fermière. Pintada enriquecida con mantequilla de combava, legumbres a la brasa y raices de perejil. Intenso sabor de la pintada con el contraste de una extraodinaria mantequilla de combava (lima kafir) de potente sabor agridulce y el toque ahumado de las legumbres. Muy bueno.

La Mangue. Sorbete de mango, caramelo suave y gianduja y chutney de frutas exóticas. Perfecto como primer postre por su suavidad, y con un sabor fantástico el conjunto.

Le Rouge et Blanc. Tartaleta de almendra, cremoso de chocolate Tainori y sorbete de crema de Coco Malibu. Si el postre anterior estaba buenísimo, éste estaba para comer doce seguidos. El toque dulce/amargo de la almedra, el graso/amargo del chocolate y el dulce de la crema de coco y ron resultó toda una explosion en el paladar y que hacía desear más. Extraodinario.

Todavía trajeron a modo de petit four otro mini postre que no recuerdo exactamente pero creo que era también un sorbete de mango con helado de vainilla, pero no podría asegurarlo. También estaba muy bueno.

Para beber tomamos un Champagne, Olivier Lassaigne Blanc de Blancs por 50€. La carta de vinos más bien pequeña, como en la mayoría de los sitios en Francia, pero equilibrada entre las diferentes zonas principales.

El menaje y copas, Mikasa, de buena calidad y el servicio muy correcto y con el muy buen detalle de intentar explicar los platos en español. Châpeau, para ellos.

En resumen, salimos encantados. Cocina con base en el producto tradicional francés con modernas interpretaciones y gusto por los contrastes agridulces, amargo/graso, etc. Sí se va a las Landas y se pasa cerca de Dax, este es un restaurante totalmente recomendable.

Nota general: 7,25

Emoción: 8,50


Une Cuisine en Ville

11, avenue Georges Clémenceau
40100 DAX (Landes, Francia)
Tél: 05 58 90 26 89
http://une-cuisine-en-ville.blogspirit.com/


toni

domingo, enero 06, 2008

Dos Pinot Noir: Aloxe Corton 1er Cru Les Fournières 2004, Hamilton Russel Vineyards 2004

Tenía ganas de probar algún buen vino tranquilo elaborado con la delicada pinot noir, tan famosa después de la peli “Entre copas”, (extraña traducción de “Sideways”) , como injustamente lo fue la Merlot. Así que en la última cata nos trajinamos un francés de la zona de la Côte de Baune que enfrentamos a un Pinot Noir sudafricano.

El francés fue un 1er Cru Les Fourniéres 2004, elaborado por Antonin Guyon, de la Aoc municipal Aloxe- Corton.

En copa presenta un limpio color rojo fresa un poco pálido aunque vivo, de forma que algunos rosados españoles tienen mayor extracción de color que este vino. En nariz sorprende ya desde un principio por su buena intensidad. Destacan unas ligeras notas vegetales y de fruta roja (frambuesa), que fueron evolucionando (las de fruta roja) hacia una mayor intensidad , junto con notas balsámicas, a tierra, ,y muy ligeras de crianza ( ahumadas, cedro) . En boca es de cuerpo ligero, con los taninos muy finos y una acidez alta , con una muy ligera astringencia y las notas de crianza muy bien integradas, como en general lo era el bouquet. Persistencia media, media-baja. Esa ligereza no significa insipidez, sino finura y una particular elegancia, difícil de definir.

Se puede adquirir en Coallagourmet por 41.90 euros


El sudafricano fue un Hamilton Russel Vineyards 2004

En copa presenta un color más cubierto, del tipo rojo-picota,aunque menos vigoroso que el habitual en los vinos de nuestro país. Ligeramente apagado. Nariz de intensidad media-alta, de buena complejidad, con notas de fruta roja y negra, especiadas (clavo). En boca se presenta más carnoso, con una acidez no tan alta, con una tanicidad mayor pero fina , bien integrada, con predominio de la fruta sobre las notas de crianza. Más amplio, estructurado y persistente. Más generoso,goloso y fácil. Menos sutil y elegante que el francés.

Lo compró Toni en uno de sus viajes por 38 euros.

Tendría días para uno y días para otro.En todo caso, una cura de elegancia, identidad y ligereza . Por todo ello muy recomendables para los amantes del vino más o menos principiantes como uno, acostumbrado sobre todo a los difíciles y poco sutiles vinos españoles(como con toda generalización, seguro que habría que hacer un montón de excepciones) . Qué bueno es viajar. También con los vinos. Despeja cuerpo (en este caso boca) y mente.

martes, enero 01, 2008

Casa Gerardo (Prendes)

Hace unos días, que aproveché que tenía por estas fechas a mi hermano y mi padre por aquí para irme a Casa Gerardo a tomarme ese menú gastronómico que no es para todos los días, y muy difícil de compartir con estómagos delicados. Después de los comentarios de Wabi Sabi y del post de GourmetdeProvincias, y de que hacía más de un año que no me pasaba por allí (fue mi primer post de un restaurante en este blog) aunque había comido estupendamente, la verdad es que le tenía ganas. También es verdad que algún rifirrafe bloguero con Marcos en el blog de Sopas con Hondas ayudaba a irlo posponiendo. Quise ir de forma anónima, también sin libreta y con la cámara en el bolsillo por si había algún momento de descuido en la sala. Pero Marcos subió a la sala para explicarnos un problema con la becada que queríamos añadir al menú y , como nos conocimos no hace mucho en un acto social, pues me pilló que uno era el modesto bloguero que esto escribe. No sé si le dio importancia o no, pero en previsión de ello dejo las notas para otra ocasión. Además, el hecho de ir con quien iba, y más en estas fechas , también hacía que la comida, aunque siempre importante, no fuera la protagonista. Así que voy a dar mis impresiones un poco a vuelapluma. Espero que sepan disculpar alguna que otra imprecisión.

Antes de nada quería señalar la dificultad de la fecha (26 de diciembre, miércoles), que obligaba a estar tres días sin proveedores, y que sin duda añade mérito a lo que nos fueron sirviendo en la mesa.

Empezamos con un Manzana Cocktail de aperitivo, supongo que elaborado con sidra natural, muy refrescante y que abre el apetito. Seguimos con el Bocadillo de quesos asturianos, que son dos láminas de pasta fina elaboradas con cebolla caramelizada y gaseada (el aroma de trufa, un poco excesivo), relleno de una crema de queso densa y fresca, agradable , y unos Oricios (frescos) al limón. Bien por los oricios frescos, que me encantan, son de la tierra y de temporada y que, como sabéis me encantan. En mi modesto entender el limón, sin embargo, perjudicaba la finura de los oricios. Seguimos con la Anchoa en jugo natural de morrones. Una anchoa excelente, que no estaba “quemada”, con un poco del dulzor y suavidad original, donde el jugo de morrones acompañaba livianamente y una pequeña bola de aceite seco especiado no dejaba de ser un divertimento. Seguimos con un plato de los veteranos, el Bugre del Cantábrico en vinagreta de corazones de tomate , donde el ácido afrutado y ligero de los corazones de tomate combina especialmente bien con el sabor de un buen bugre que adolecía en nuestro caso, sin embargo , de falta de jugosidad. Seguimos con unos Berberechos Limón, con los berberechos al dente, fríos, y la salsa de limón texturizada de alguna forma. Bien. Seguimos con una Ostra con aceite de piñón. Ostra espectacular, de tamaño y textura, buenísima. Como dije con la de Sacha, sabor de roca y mar. El aceite de pino armonizaba bien con la ostra dando un muy ligero perfume de fruto seco. Seguimos con una Navaja en grasa de almendra . Navaja fantástica,limpia, toda finura y sabor , perfecta de textura. La grasa de almendra aportaba sin desvirtuar el producto. No recuerdo haberla tomado mejor. Seguimos con un Consomé translúcido de mar, elaborado con algas, ventresca de merluza y yuca, interesante variacion de la sopa de pescado tradicional, con el alga protagonista, dando ese profundo sabor yodado, una ventresca de merluza cuya delicadeza apenas se notaba y con la yuca dando ese sabor más afrutado que la patata. Me gustó. Seguimos con las Quisquillas a la brasa con panes secos , rosas y pistachos, un plato donde en el centro del plato predominan unos tostados o humo, junto a los cuerpos desnudos (es decir, pelados) de unas hermosas quisquillas , que aportan su suave dulzor. En el borde del plato están las cabezas de los bichitos con su sabor, que conviene, como apunta el camarero, echar un poco sobre ellas para no dejar que la quisquilla quede desdibujada por el sabor a humo. El plato consigue una combinación: humo, dulzura (cuerpos), sabor (cabezas), fruto seco (pistacho), flor, que resulta, quizás contra pronóstico, armoniosa. Seguimos con el Pulpo a la brasa en mazapán de pimentón, que resultó un pulpo servido en un buen punto (corruscadín , hecho pero terso) , con un agradable acompañamiento , por una parte de la intensidad de una crema densa de pimentón, por otra, de la refrescante de unos tirabeques crujientes y un poco de lima. Seguimos con el Hígado del salmonete , que me pareció un manjar, pero fue por lo contrario de lo que esperaba, por su finura. Es como un delicado foie yodado. Y luego un Salmonete, esencias, patata , que es un lomo desespinado de un salmonete hecho a baja temperatura con esas esencias de las que habla el título y que yo no sabría deciros cuales eran. No hay tostados , Maillard ni tripas ni cabezas. De esta otra forma el salmonete se hace más refinado, sin perder su sabor. Seguimos con un controvertido plato, las Verduras en aceite de argán, aromas de huerta leche quemada y café. Plato que juega con los tono acres: el del aceite, tan especial, entre arena y trufa;el de la alcachofa (al dente), ajo y ajete (muy pasados), y los torrefactados de la espuma de leche quemada. Un plato arriesgado pero atrayente, en acertada clave otoñal. Seguimos con el Huevo en consomé de pitu caleya, suculento como su propio nombre indica, y que llegaba a tener notas acarameladas. Llegamos al momento que esperaba con mayor espectación: los platos de caza. No defraudaron las expectativas. Como éramos tres pudimos probar los tres que tenían: Lomo de liebre con castañas, perfecta de punto, en una cocción de tiempo que respetaba la jugosidad de la pieza, con los sabores concentrados, acompañada de poco más que su fondo (y las castañas). Perfecta. Y luego la becada/arcea, en dos preparaciones: a la sangre y en salmís. Muy buena en salmis, y mejor a la sangre,donde se sirven por una parte las cabezas (exquisitas, ahora entiendo los morros de golondrina que tomaban los romanos), por otra las patas, y como principal unas pechugas, hechas supongo que con el tradicional juego horno/plancha, con un fondo muy concentrado, y donde mejor se puede apreciar la intensidad acre de la caza entre esa finura de ave. Extraordinaria. Acabamos lo salado con la Fabada, que será desgrasada y no será lo tradicional pero que está muy buena (tiernas las fabas, ni una rota). Y acabamos en los postres. Como primero, la Mandarina al óleo , que es un helado de piña asada con chocolate al aceite de arbequina y sopa de mandarina. Refrescante, equilibrado,muy goloso y conjuntado. Sabores clásicos. Muy rico. Seguimos con el llamado Torrefacción , donde un ligerísimo bizcocho desgarrado (como en Dacosta, homenaje a su vez a Torreblanca) y quemado se presentaba con cremas de chocolate y café y una emulsión de (según leo en lo de Gourmetdeprovincias) vinagre balsámico. Me pareció acertada la intuición del cromatismo quemado-ligereza bizcocho-chocolate -café, pero se les fue la mano con el quemado y dominó demasiado el plato. Terminamos, finalmente, con el justamente famoso Arroz con leche. Fantástico.

De vinos tomamos un Belondrade y Lurton (creo que 2004), serio como la primera vez, y un Puntido 2003 , complejo, vivísimo y con mucho equilibrio, muy bueno.

Resumiendo, un homenaje en toda regla. Este menú está hecho con sentido (menos el de la medida). Hay producto, técnica, estacionalidad, raíces. Tradición y modernidad. Se cocina bien. Hay altos (los más), muy altos y medios, pero no bajos. Me parece una cita ineludible para cualquier gastrónomo, especialmente si es asturiano y está a tiro de unos minutos en coche. Fue,sin duda, un placer.

Ctra. Avilés-Gijón AS-19 33438 Prendes
Tfno.- 985 887 797
http://www.casa-gerardo.com/