El restaurante Avenue se encuentra situado en la principal
arteria lisboeta, la Avenida da Liberdade y a los fogones se encuentra la chef
Marlene Vieira que es al parecer una de las más reconocidas caras de la
gastronomía contemporánea portuguesa.
Tiene una decoración elegante pero sencilla y desde la mesa
que nos tocó había una gran vista de la avenida.
La carta es corta, tres entrantes, tres platos de pescado,
tres de carne y cuatro postres dulces y un plato de quesos. También disponen de
tres menús degustación e incluso uno vegetariano.
Por el concepto de cubierto cobran 4€ y aparte del pan consiste en una aceite de oliva virgen
extra, mantequilla de hierbas de cabra y chicharrones.
También nos pusieron tres aperitivos de la casa. Uno fue una tempura de verduras con hojas y mayonesa de cilantro, otro una anchoa con salsa rosa y por último una cucharita de pulpo con una emulsión que no recuerdo. Agradable para abrir boca.
En esta ocasión solo pedimos un entrante y fue “Pipis de
pato”: Mousse de foie gras, mollejas de pato y membrillo. 18€. El mousse
venía por encima con una gelatina de vino de Madeira según nos dijo el maitre y
resultó una de las mejores combinaciones que foie gras que probamos en mucho
tiempo. También muy ricas las mollejas, con una conseguida textura y todo ello
acompañado del toque algo agridulce del membrillo. Notable.
Los problemas comenzaron en el tiempo que transcurrió entre
este plato y los principales que tardaron más de media hora en llegar. Pero lo
malo no fue el excesivo tiempo sino que al probarlos ambos estaban fríos por lo
que tuvimos que darles la vuelta. Todo apunta a grave descoordinación entre
cocina y sala.
El caso es que el Arroz de pato: magret de pato, hígado de
pato, molleja de pato, espárragos verdes y hojas, 27€, que a priori era una
apetecible versión de un clásico de la gastronomía portuguesa finalmente acabó
en un mazacote, demasiado duro y con las carnes secas por el recalentamiento.
Una pena porque lo poco que probamos antes de darle la vuelta, a pesar de estar
frío se veía sabroso. Las fotos son de los platos según llegaron la primera vez.
Lo mismo se puede aplicar al Entrecot de vaca: carne
madurada 45 días, remolacha, coliflor, yema de huevo trufado y setas. 29€.
Además, añadir que el corte de la carne dejaba algo que desear ya que nos tocó
la pieza que más nervio tenía. Con el fallo del ingrediente principal del plato
y de su elaboración, poco aportaba el acompañamiento.
Menos mal que los postres volvieron a elevar el nivel. Uno de
ellos fue Babá savarin com texturas de cítricos: babá en licor de cítricos,
naranja sanguina, merengues de lima, cremoso de limón y mascarpone.10€.
Goloso conjunto agridulce el formado por el savarín con todas las preparaciones
de los cítricos. Muy rico.
También rayó a buen nivel la interpretación del famosísimo
pastel de nata lisboeta, Nuestro pastel de nata: helado de pastel de nata,
hojaldre, café y canela. 10€, aunque difícil de hacer olvidar el
original.
Algo que siempre me llamó la atención en muchos restaurantes
portugueses es que a pesar de tener grandes vinos de postre como los Oportos,
Madeiras, Moscateles de Setubal, etc, es rarísimo que tengan una carta de vinos
dulces por copas para acompañar a los postres o simplemente como sobremesa. Aquí
no fueron la excepción.
La carta de vinos muy buena, con vinos de todas las zonas
portuguesas y aunque como siempre subidos de precio, los tenían para casi todos
los presupuestos. Tomamos Roquette & Cazes 2011, 35€, un magnífico
Douro de una de las mejores cosechas al parecer en muchos años. Tanto el maitre
como el sumiller muy correctos y profesionales aunque deberían de hacer algo más
de caso al cliente cuando les dice varias veces que por favor dejen la botella en la mesa y no
querer llevárselo constantemente.
Al final la chef vino a pedirnos disculpas. Arregla poco pero
por lo menos es un detalle.
La web del hotel, casi perfecta: sencilla, sin animaciones
molestas y con la información justa, carta con precios incluida. Además se puede
reservar en la misma web con contestación inmediata. Solo le añadiría la carta
de vinos.
Ejemplo a imitar por cualquier web de restaurante que se
precie.
Vuelvo a recordar que esta es la crónica de una cena en
concreto, por lo que la experiencia en su conjunto fue manifiestamente mejorable
pero “leyendo entre líneas” se ve que hay buena base de cocina e ideas
renovadoras de la tradición portuguesa. Esta vez nos tocó a nosotros una mala
noche, en parte, pero en una futura visita a Lisboa no me importaría darle otra
oportunidad.
Avenue
Avenida Da Liberdade, 129B, Lisboa, Portugal
351 21 601 7127 www.avenue.pt
Joer, Toni.
ResponderEliminarA mi, leyendo entre líneas, me parece un desastre, y además, caro...
Avelino.
Yo estoy con Avelino, parezme caru y que no salió bien precisamente. En cualquier caso, le das otra oprtunidad y me cuentas, que Lisboa es mucho Lisboa!! :-)
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