Segunda visita al restaurante Assinatura casi cuatro
años después. De aquella al mando de los fogones se encontraba Henrique
Mouro y en la actualidad es Vitor Areias quien detenta la
responsabilidad.
La sala sigue exactamente igual que la vez anterior con el
típico estilo de mesas muy juntas que se estila en muchos países aunque esta vez
a nosotros nos tocó una de las mesas centrales. Decir que esta noche solo
tuvieron medio aforo, raro para ser sábado noche, al contrario que la vez
pasada.
La carta, como en el restaurante de la noche anterior, con
tres entrantes, tres pescados y tres carnes, dos menús degustación y
curiosamente también un menú vegetariano.
También curioso es que de aperitivo nos pusieron algo muy parecido a la otra vez corteza de cerdo con buey de mar, que no probé pero gustó a mi acompañante. También un plato de aceite del Alentejo de notable nivel. Decir que esto no es gratis ya que por el concepto de aperitivo cobran 4€ por persona, aunque el pan va incluído.
De entrantes esta vez pedimos dos. Uno fue la morcilla con
membrillos y cebollinos en un caldo anisado, 12€, al que solo se le puede
criticar lo parco de la ración porque el conjunto de una rica morcilla, muy
fina, con el toque agridulce del membrillo y los cebollinos y la aportación
punzante del caldo anisado resultó estupendo y muy armónico en el paladar.
Excelente.
De notable alto también el lomo de borrego con ensalada
tibia de granada, 14€, que aparte de tener una cantidad más normal que el
otro entrante resultó de una carne potente pero elegante y muy bien acompañada
de la frescura y leve dulzor de la ensalada de granada. Un
acierto.
Para los platos principales volvimos a escoger carne. Algo
alto de precio pero excelente el cordero lechal con salsifí glaseado y
pimentón casero, 32€, bien de punto, de fantástico sabor con el toque
ligeramente amargo del salsifí que combinó muy bien con el del lechal y todo
ello alegrado con el pimentón. Un platazo.
El otro plato fueron unas plumas de cerdo ibérico con pera glaseada con miel
y romero, 26€. También bien conseguido el punto de la carne y sabrosa aunque
la pera glaseada con miel les quedó algo dulzona aunque nada que estropeara el
sabor principal. Bien.
Esta vez solo pedimos un postre y la verdad es que podríamos
habérnoslo ahorrado ya que el helado de chirivía, chirivía glaseada con
nueces y hierbas anisadas, 8€, resultó plano, sin apenas sabor, no
encontramos el dulzor por ninguna parte y ni siquiera estaban demasiado
presentes los propios toques anisados de la chirivía ni de las hierbas. Postre
realmente extraño.
La carta de vinos, corta pero con vinos notables. Tomamos un
magnífico Douro, Passadouro Reserva 2011, 49€. También sendas copas de
un moscatel dulce de Herdade de São Miguel, 6€, servido en una cantidad
casi ridícula y más viendo el precio. Además, reitero el fallo de no tener una
carta de vinos dulces por copas. Detalles ambos a mejorar.
El personal de servicio, en general profesional, aunque se le notó
demasiado las ganas de colocarnos el vino dulce al final.
La página web, magnífica, con toda la información necesaria e
incluso hasta la carta de vinos aunque con añadas algo desfasadas. Además la
tienen traducida a varios idiomas incluido el español. Ejemplo que deberían
tomar muchos restaurantes para sus webs.
En general salimos satisfechos obviando el postre. Areias realiza una
cocina basada en la tradición portuguesa pero actualizada y por lo probado, con
gran importancia del producto de calidad. Sin duda cocina “con cabeza” y que
tiene todos los mimbres para gustar a casi todo el mundo. Además, estando en el
centro de Lisboa, no queda duda de que es una dirección imprescindible de la
capital lisboeta.
Assinatura
Rua do Vale de Pereiro, 19, 1250-270 Lisboa,
Portugal
351 21 386 769
www.assinatura.com.pt/index.php/es/
Este sí tiene muy buena pinta :-). Ahora lo de los vinos de postre no se entiende pero pasa en todo Portugal, a mi que no soy de postre me apetece acabar con vino dulce de vez en cuando.
ResponderEliminarMestura un sol en la guia repsol, lo prosimo sera una estrella para gloria
ResponderEliminarMe alegro de que la sensación fuese mejor que en Avenue. A mi la cocina de Vitor Areias me gusta mucho, especialmente ese esfuerzo por ir introduciendo matices vegetales y por huir del dulce excesivo en los postres. A ver si este año tengo ocasión de volver, ya que la última vez que estuve Areias llevaba apenas 20 días al frente.
ResponderEliminarEs una espinita que tengo clavada, por haber estado cerca al poco de tu primera vez y no haber podido disfrutarlo. Viendo el post, sigue anotado.
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