lunes, marzo 11, 2013

Paralelo Cero (Madrid), por Toni

 


A pesar de la numerosa comunidad ecuatoriana residente en España no parece muy habitual ver restaurantes de cocina ecuatoriana dentro de nuestras fronteras. Sí en cambio, han aparecido muchos de cocina peruana aprovechando la expansión que ha tenido ésta en los últimos años.


Como dije en su momento de la cocina peruana, desconocía totalmente la cocina ecuatoriana por lo que al enterarme de la existencia de Paralelo Cero y sumado a que nos quedaba bastante cerca de nuestro hotel en Madrid no dudé ni un momento en reservar mesa.




Se encuentra situado en el barrio de Salamanca, concretamente en la calle Villanueva. A la entada tiene una zona de barra, luego un pasillo con mesas altas y taburetes en las que al parecer situan a los comensales que aprovechan algún cupón de descuento de los que se encuentran en Internet y finalmente el sobrio y minimalista comedor.

La carta, con el IVA incluído, se compone de platos ecuatorianos y también de cocina española, incluso jamón, lomo y varios mariscos, aunque evidentemente lo que íbamos buscando era la desconocida cocina ecuatoriana.

Después de un considerable desbarajuste con el vino que relataré más adelante, pedimos la comanda. De aperitivo, ya puesto en la mesa, había un poco de queso y jamón, ambos resecos. Creo que no deberían tenerlo en la mesa ya que vete tu a saber cuanto tiempo llevaba. También una botella de aceite de oliva virgen extra. Sirvieron también una cesta con diferentes tipos de pan, yuca, cristal, etc, de bastante buen nivel. Por cierto, este es otro de tantos restaurantes que inexplicablemente ponen en la cuenta el concepto "pan y aperitivo" , 2,99€ c/u, con lo fácil que es quitar lo de "aperitivo" ya que da una imagen bastante mala el cobrarte por algo que no has pedido.
 
 

Muy notables las croquetas de gallo de corral, 1,50€ c/u, con coco rallado, crujientes y con un relleno contundente. Nos gustaron mucho aunque son potentes como para comer muchas.





En otro entrante fueron los llapingachos, 12€, que son como unos huevos rotos con un puré de patata que deben de pasar por la sartén, longaniza ibérica y una salsa de cacahuetes un poco picante. Eran dos, y como se puede imaginar el lector, bastante contundentes. No fue lo mejor de la cena pero cumplieron de sobra y estaban buenos.

 
 
 
De principales seguimos con la potencia. El seco de gallina, 16€, fue lo que más encarecidamente nos recomendó el maitre y está claro que acertó. Es un guiso de pintada, naranjas, cilantro y chicha y todo envuelto en una crepineta de cordero y con el inevitable puré de patata. Estupendo de textura y sabor y eso que me da la impresión que casi seguro que está aligerado con respecto a la receta original. Merece la pena probarlo.

 
 
También tomamos el hornado de cerdo ibérico, 16€, que consiste en carne de cerdo marinada en especias, horneada y acompañada de mote , cebolla roja y papa chola azul.  Seguimos con una preparación exótica a nuestro paladar que si bien no alcanzó el nivel del seco de gallina no desmereció en absoluto. Bien.
 
 
 
 
Después de estos platos contundentes no llegamos al postre.
 
La parte surrealista de la cena fue con motivo del vino. Primero habíamos pedido un Champagne de André Clouet. Sus buenos 10 minutos después de pedirlo vuelve el maitre con una botella abierta y nos dice que no le queda nada más que por copas. Cambiamos la elección y pedimos un Cava, Juve i Camps. Pasan otros cinco minutos y vuelve a decirnos que tampoco les quedaba y que solo tenían un Cava rosado. Increíble. Le decimos que nos traiga la carta y el asombro se disparó al ver que los precios de esta segunda carta eran entre un 15 y un 20 por ciento más baratos que los de la primera carta que nos dio. No recuerdo algo así en mi vida en ningún restaurante y eso que ya uno tiene una edad y kilómetros recorridos.
Finalmente pedimos un Ossian 2010 que en la segunda carta marcaba a 26€, buen precio para restaurante, pero como nos imaginábamos que pasaría nos lo quisieron cobrar a 30€ que es lo que marcaba la primera carta. El caso es que se lo dijimos al maitre y no tardó ni un minuto en volver con la cuenta rectificada. Una de dos, o ni siquiera lo consultaron para no empeorar el desastre del servicio del vino o es algo que les pasa a menudo al tener cartas de vinos con distintos precios. Cualquiera de ambas opciones es de tarjeta roja y expulsión.
 
 
Obviando este detalle, el personal de servicio fue discreto y eficiente. Bastante tienen con bregar con ese desastre de organización en todo lo relacionado con el vino.

 
Al final un detalle bueno fue que nos dijeron que nos invitaban a un chupito de limoncello Villa Massa, que está bastante bien pero nos extrañó que no tuvieran algún licor o aguardiente ecuatoriano.
 
 
La página web del restaurante es como si no la tuvieran, ya que lleva semanas, por lo menos, remodelándose.
 
 
A pesar del detalle del vino, la cena fue satisfactoria por lo comido. Buen producto, preparaciones notables, precios aceptables para la zona y el toque de exotismo que aporta una cocina desconocida para nosotros. Sin duda, merece la pena conocerlo.
 
 
Paralelo Cero
 C/ Villanueva, 21 28001 Madrid
915 77 69 26 www.paralelocero.es
 


13 comentarios:

  1. Toni vas a tener que hacer un libro de anécdotas, jejejeje. Que ta ese Ossian 10?, a mi me dió la impresión en cata rápida que era superior al 09 pero aún no pude probarlo con calma. Cómo lo viste de madera?.

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    1. Pues sí, la verdad es que me sorprende las cosas que me pasan en restaurantes y eso que ultimamente no los frecuento demasiado, pero más me sorprende que a muchos críticos gastronómicos no les pasen estas cosas.

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    2. Una cena no es el mejor sitio para fijarse en un vino en plan cata, pero a mi me pareció el Ossian algo inferior al 2009. Y de madera bien, no se la noté demasiado.

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  2. jaja, lo que tienes es que escribir un libro pero con las anecdotas!!!
    La comida ecuatoriana, totalmente desconocida, pero contundente como todas las comidas sudamericanas. Tendre que probarla, pero como tu dices, en Asturies no me suena ninguno.

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    1. Me dijeron que había un ecuatoriano en Oviedo al lado de la discoteca St. Lauren's pero no te lo puedo asegurar.

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  3. Interesantes los posts de Philippe Regol en Observación Gastronómica sobre restaurantes Asturianos.



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  4. Toni, siento especial simpatía por tu elección. Frente a tanta moda "oriental" que me empacha y que veo bastante fuera de lugar, falta la cocina de las presencias no españolas reales entre nosotros, como la ecuatoriana. Además parece bastante suculenta, por lo que cuentas.
    Lo del vino es defecto serio pero tampoco es tan raro ya que en puridad poco tiene que ver Ecuador con el vino. Aunque no creo que sea autenticidad la causa, sobre todo, de lo de las dos cartas ;-)

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  5. Respecto a que a los críticos no les pasen ciertas cosas ya sabes, haz saber tu condición de crítico o asimilado y el trato no va a ser el común.

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    1. Dios me libre Jorge. Precisamente creo que probablemente el poco interés que tiene lo que cuento es que, como tú, lo contamos desde el punto de vista del cliente anónimo.

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  6. En la revista Vinum de este mes hay un interesante reportaje sobre las denominaciones de origen de la provincia de Orense.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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    1. Anónimo, te has lucido con el comentario. Argumentación pura...

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  8. Philipe Regol sigue contándonos sus experiencias gastronómicas por Asturias.

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