viernes, abril 28, 2017

Bodega Cigaleña (Santander)




Poco necesario es que haga una introducción de la Bodega Cigaleña. Seguro que el lector conoce este auténtico templo y museo del vino en el centro de Santander, visita ineludible del aficionado a este mundillo.

 
Las dos noches que pasé en la ciudad en ambas nos acercamos hasta allí y en una de ellas cenamos. Da gusto poder tomarse por copas vinos poco habituales como los blancos de Jerez, Saboya, Borgoña y Rioja que probamos en su barra.




 En cambio, por lo observado durante los 90 minutos en total que aproximadamente pasamos en la
barra durante las dos noches, por lo menos el 90% de la clientela lo que pidió fue un Rioja crianza o un verdejo. Así, genéricamente. A lo peor fue casualidad pero hace reflexionar sobre que el gran público en general está a otra cosa y no precisamente muy interesado en probar vinos distintos de lo “habitual”.


 
El comedor, al igual que todo el local, es como un museo y estar allí es todo un contraste con esos tan habituales comedores minimalistas que tanto se llevan en otros restaurantes. Eso sí, las sillas son bastante incómodas y creo que merecen una renovación.



 

Una vez ojeada la carta pedimos solo una entrada y estando en Santander no nos pudimos resistir a que fueran unas rabas, 14€, impecables.



 
Como platos principales probamos la carne y el pescado. La carne fue una pintada de Bresse, 18€, estofada y perfecta en todos los sentidos y acompañada de unas excelentes verduras.




 
El pescado fue mero, 25€, si no recuerdo mal hecho a la brasa, excelente en jugosidad y punto. Un
pero, que tal vez la ración era un poco escasa. También venía con las verduras.



No tomamos postre y el pan, de buena calidad, 1,80€ p/p.
  
Qué decir de la carta de vinos… No es que sea enciclopédica, ni falta que hace, pero tiene una gran variedad para que el aficionado se entretenga un buen rato en elegir. Nosotros tomamos un Schloss Gobelsburg Lamm Grüner Veltliner 2004, Kamptal, 44€.  La única pega fue que la temperatura de servicio fue más alta de lo debido a pesar que nos dijeron que estaba sacado de la cava.

El personal de servicio competente y con pinta de llevar muchos kilómetros de sala en sus piernas.  Fue una pena que no estuviera Andrés Conde Laya y no tener la oportunidad de conocerle, pero las vacaciones son algo sagrado.



Buena página web aunque le falta colgar las cartas.

Como dije al principio, el aficionado y amante del vino tiene una cita obligada si va por Santander, y en cuestión gastronómica, aunque hayamos probado poca cosa parece también que es un sitio de total confianza. Para nosotros será un fijo en futuras visitas a la ciudad.


Bodega Cigaleña

Daoiz y Velarde, 19, 39003 Santander
942 21 30 62    www.cigalena.com

2 comentarios:

  1. Comí unos días antes que tú y mi sensación que ni fu ni fa.
    Ahora bien,en lo referente al vino es otra liga....
    Alejandro.

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