sábado, abril 18, 2015

Quinta da Pacheca (Douro, Portugal)





La Quinta da Pacheca es una bodega situada a la orilla del río Douro, justamente enfrente de la ciudad de Peso da Regua. Tiene un bonito hotel rodeado de viñedos con restaurante que fue donde nos hospedamos y también cenamos.



Para quien pudiera estar interesado, la visita en sí de la bodega, 8€ pero incluida en el precio de los alojados en el hotel, es más bien una conferencia sobre los vinos del Douro y su historia, ya que solo se ve la zona donde se pisan las uvas y la antigua bodega, muy bonita; pero sí que destaca por la prueba de vinos, bastante generosa, ya que se prueban 3 vinos tranquilos, un blanco y los dos tintos top de la bodega y 3 Portos, un blanco, el Tawny de 10 años y el Vintage de la añada 2000.  Muy bien.




El comedor del restaurante tiene unas vistas realmente llamativas, con los viñedos y el Douro a lo lejos y destacar también el impresionante mueble que se puede ver en la foto.




Disponen de un menú degustación pero nosotros nos decidimos por pedir de carta. Bajo el concepto de “cubierto”, en la carta dice “pan, mantequilla, aceitunas y sorpresa del chef”.  En realidad las aceitunas las sustituyeron por aceite y la sorpresa del chef no apareció por ningún lado, pero hay que decir también que marcaba 5€  en carta y en la cuenta no fue cobrado. Los panes de cuatro tipos distintos y bastante buenos, al igual que el aceite, del tipo “gordo” e  intenso tan habitual de la zona.


De entrantes pedimos uno frío y otro caliente. El frío fue una sardina marinada con cítricos y gengibre sobre una tosta de pan de maíz tradicional y un vaso de puré de pimientos asados. 8€. Bien de sabor la sardina con un buen aliño, aunque no sé si es que la dejaron demasiado tiempo encima de la tosta antes de servirla porque el pan estaba ya demasiado empapado de la grasa desprendida. Muy rico el puré de pimientos como un salmorejo.


La entrada caliente fue un empanado de alheira y espárragos verdes sobre gírgolas salteadas aromatizadas con ajo. 8,50€. La alheira es un embutido típico del norte de Portugal, con cierto parecido al farinato de Ciudad Rodrigo.  Interesante plato que les hubiera quedado mucho mejor si le hubieran dado el tiempo justo de horno y no menos del que necesitaba. Muy ricas las  gírgolas.

 
Para los platos principales nos decidimos por la carne. Los lomos de cerdo cocinados a baja temperatura sobre migas de broa de maíz con caldo verde y estofado de calabaza, 17,50€, podrían haber compuesto un notable plato de cocina portuguesa puesta al día, pero pecó del fallo habitual en muchos restaurantes portugueses: se pasaron en la cocción, ya que les quedó la carne algo amazacotada y seca. De mejorar este punto, puede quedar un muy buen plato ya que el cerdo se notaba de buena materia, las migas de broa con caldo verde estaban muy conseguidas y el estofado de calabaza se compenetraba muy bien con el cerdo además de estar bastante bien.

Lo mismo se podría decir de la paletilla de cabrito con arroz al horno aromatizado con menta. 18€. Se notaba también la buena materia y estaba sabrosa, pero algo pasada de punto. El arroz (no sale en la foto), también pecó de exceso de horno en nuestra opinión.


Esta vez no tomamos postre.

La carta de vinos compuesta exclusivamente por los vinos de la bodega, exceptuando unos pocos espumosos. Tomamos un Pacheca Reserva Vinhas Velhas 2011, 23,50€, que como tantas veces, estaba caliente. El maitre, por su reacción no parecía estar muy acostumbrado a que le dijeran que no decantara el vino y menos que lo metiera un rato en una cubitera…

Las copas, mejorables.



 
Otra curiosidad es que no cobran una cantidad de descorche única. Este Reserva costaba en la tienda de la bodega 17,50€ y en cambio, el top de la bodega, el Grande Reserva TN 2011 que costaba en la tienda 25€, en el restaurante estaba a 29,50€. Sorprendente.

El personal de servicio simpático y eficiente.




 
Por lo poco probado se nota que hay buenas ideas y que se intenta hacer una cocina apegada a los productos de la tierra con una puesta al día. Si vigilan el resultado final y los puntos de cocción, puede ser una buena mesa para la zona. Si a esto se le suma el bonito hotel, la bodega y el fantástico emplazamiento, merece la pena hacer una escapada para desconectar un fin de semana y disfrutar rodeado del vino y su cultura.


Quinta da Pacheca

Carneiro, Portugal
http://www.quintadapacheca.com




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