lunes, enero 12, 2015

Pablo Gallego (La Coruña)



Cuando uno tiene que ir a una ciudad sin saberlo hasta casi el último minuto, no tiene tiempo evidentemente de hacer una investigación en profundidad de los restaurantes que merecen la pena ser visitados o por lo menos tenidos en cuenta, así que en este caso, escogí Pablo Gallego por dos razones: situación y unanimidad en recomendaciones.  Por lo leído parece que nos encontraríamos con un restaurante clásico, burgués, de producto y así fue.


 
El local es pequeño, con unas paredes de piedra y un llamativo trabajo de madera, pero acogedor.  Cuando nos trajeron la carta y echamos un vistazo tengo que reconocer que nos dieron ganas de salir corriendo. Los enunciados de la carta no auguraban nada bueno y menos viendo la cantidad de platos que venían acompañados de la coletilla “… con gulas”. Sorprende que un restaurante de teórico alto nivel use este tipo de sucedáneos pero quiero pensar que si los mantienen en  carta es porque tienen éxito…

 
Al final nos decidimos por las sugerencias del día cantadas a viva voz. En esto me gustaría hacer la reflexión de que no cuesta casi nada que se imprima una hoja con los platos que tienen fuera de carta con sus precios y se anexen a ésta, al estilo de lo que hacen en Casa Conrado de Oviedo, y así nos ahorraríamos preguntar el precio plato a plato o llevarnos una desagradable sorpresa a la hora de pagar.

 
En este caso no nos pusieron ningún aperitivo de la casa y directamente pasamos al entrante que fue un excelente pulpo a feira, 15€, uno de los mejores que hemos comido en los últimos años aunque la ración podría haber sido mayor. En este caso sin cachelos y con unos trozos gruesos, ni muy blandos ni muy duros e intenso de sabor. Muy bien.



Como ya comenté, para los principales escogimos la oferta fuera de carta. Excelente el lomo de ventresca de atún rojo marinado en tandoori, 21,50€, con el toque justo de plancha y sin que la salsa dominara el sabor del atún. Venía acompañado de un salteado de arroz bastante logrado. Desconozco, como diletante que soy, si el atún era de almadraba y congelado o procedente de granja de engorde, pero hay que reconocer que estaba muy bien. Acierto. 


  
También muy buena la lubina al horno, 22,50€. Lubina de gran calidad preparada en lo que parecía
con ajada a la gallega pero acabada con un golpe de horno. Sencillez de preparación pero con un resultado formidable. Mucho la recordaríamos al día siguiente…




 

Para el postre solo pedimos uno e hicimos bien ya que la tarta de manzana, 5€, fue servida en una ración importante y además estaba bastante buena y acompañada de un notable helado.


 

La carta de vinos no muy extensa pero con suficientes alicientes. Escogimos un Zárate El Palomar 2011, 29,50€.  Se puede pensar que el detalle del capuchón enfriador no es propio de un restaurante con pretensiones, pero personalmente casi  lo prefiero a la cubitera  ya que así puedo servir yo el vino sin problemas y no como en otros restaurantes, tener que andar frenando al personal que quiere rellenarme al principio la copa cada 2 minutos y al cabo de un rato no aparecer ni por casualidad y hacer que me tenga que levantar a por la botella.

El pan, 1€, mejorable y el personal de servicio muy correcto.

La página web está  bien provista de fotos y de información, aunque les falta incluir la carta y mejorar el diseño del texto.

Me temo que este restaurante no entrará en las listas galácticas ni en constelaciones varias pero en lo que respecta a esta cena en concreto nos hizo salir con una sonrisa en la boca y no porque hubiésemos probado la última novedad ni la última técnica y ni siquiera algo que no hubiésemos podido hacer nosotros parecido en casa, todo lo contrario, sino porque comimos buen producto y bien hecho, nada más y nada menos, y en muchas ocasiones eso es lo más difícil de encontrar.

Pablo Gallego

Rúa Capitán Troncoso, 4, bajo, 15001 A Coruña
981 20 88 88  www.pablogallego.com

3 comentarios:

  1. Ese záret, habiendo probado hace poco un 07 y 09 debió ser un auténtico infanticidio.

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  2. Chigre clásicu, pero veo que con buena cocina, a pesar de los pequeños fallos de alrededor, si se come bien y el sitiu ye afayaizu (por todo, sitio y personal), son perdonables.
    Sibarita...yes un crack!! jaja, te lo digo con cariño eh!!

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