Llegamos al final de los asuntos pendientes, de los
relatos demorados, y será con otro gran menú degustación en Mina (Bilbao). Este
restaurante trabaja sólo con menú degustación variable, ajustado en el día a lo
que ofrece el mercado, al mejor producto según el criterio de quien dirige los
fogones, Álvaro Garrido, que habrá de transformarlo en el plato óptimo en cada
ocasión. Así que hay que hablar de su cocina en general, no de una fórmula
particular, porque no se repetirá necesariamente. Aunque haya rasgos comunes y
platos frecuentes, cada menú acaba siendo algo único, singular, y más en
nuestro caso. Albertobilbao me acompañaba ese día, y como visita la casa con
frecuencia y además confía plenamente en Álvaro, nos pusimos en sus manos para
que nos preparase algo especial.
Habitual controversia la del menú degustación
cerrado. Pocas opciones para el cliente, nada que elegir; máxima
responsabilidad para el cocinero, que ha escogido a capricho. Eso es poner el
listón muy arriba, no se pasará por alto una decepción en la que sólo ha
decidido una de las partes. En el caso de Álvaro yo creo que sale cada día más
airoso de esa prueba. Ya tuve ocasión de hablar de Mina en este blog hace un
año y me refería al restaurante como promesa, aludía a que todavía se guardaba
algo. Y esta nueva visita me lo confirma. En ese poco tiempo ha crecido, ha
asentado la técnica y el gusto personal, ha definido el carácter. Esto no
quiere decir que ya sea una cocina terminada, con su evolución completa; sigo
pensando que hay potencial para más sorpresas en la mesa, para satisfacernos con
novedades durante mucho más tiempo.
En la cocina de Álvaro Garrido hay contrastes,
muchos, y aportaciones de otras culturas culinarias, pero todo está bien
integrado, tiene sentido, funciona. Esa tendencia, esa moda del recurso al
producto exótico o a la receta foránea no siempre da buen resultado, necesita
un proyecto coherente para encajar y no desentonar y aquí yo entiendo que lo
hay. Por lo demás, el abecé de la buena cocina: ingredientes de temporada y en
su punto, tiempo, fondos trabajados… También guiños a la tierra, al entorno,
sus tradiciones y productos.
Y así desfilaron por la mesa el hígado de rape a la
diabla, con intensidad de sabor para dejar claras las intenciones desde el
principio, o el txangurro en salsa de yema de caserío y fruta de la pasión, uno
de esos entrantes de todo tiempo, que aceptaría diversas temperaturas. El foie
a la cerveza negra con avellana y tartar de gamba blanca de Huelva, que puede
intimidar con su enunciado barroco pero integra el conjunto de ingredientes y
sabores en contraste hasta dar un resultado armonioso, lo más dulce con lo
ácido, lo más graso con lo fresco. O el ravioli casero de perdiz a la canela,
bocado que pasa demasiado rápido, del que te gustaría repetir. Breve, directo,
relleno de un sabor tan concentrado…
Este menú busca un ritmo, una alternancia de platos
más densos con otros más ligeros, y a la vez busca recordarnos el orden en que
por costumbre se comían los platos en casa. Todavía estamos con lo que serían entrantes
aunque todos tienen la misma entidad, el mismo peso específico en el conjunto.
Mezcla de productos de prestigio u origen foráneo con los más cercanos, damos
vueltas en torno a la memoria gastronómica y pasamos más de una vez por el
mismo sitio pero no es un andar errático, es más bien el paseo sosegado por la
plaza de nuestro pueblo, en buena compañía, rodeándola una y otra vez mientras
evocamos buenos momentos.
Siguieron las verduritas de caserío servidas con
sopa Kanala, que es la recuperación de una de esas recetas con mucho pasado,
tanto que se pierde en el recuerdo y lo sustituye la disputa sobre cuál es el
canon que debe seguir. No tengo autoridad para decir si es la receta por
antonomasia ni me importa; lo que sé es que disfruté de un gran plato, sabroso
y entrañable, con independencia de lo que pueda estar aportando al patrimonio
gastronómico.
La yema de huevo de oca Euskal Antzara en salazón con pencas al azafrán y Martini blanco es
otro plato que bordea el barroquismo y de nuevo evita el exceso o la
distorsión. Presencia muy vistosa aunque en mi opinión no la más apetecible
(¿exceso cromático?), da paso a una demostración de técnica cuidadosa, a una
textura agradable, a unos sabores equilibrados sin esconder su audacia. No
comería una propuesta así si viniese de cualquiera, sólo de una cocina en la
que confíe ampliamente, y la de Álvaro Garrido ya es de esas.
Otro golpe de sabor intenso fue el hígado de Azpi Gorri ahumado con sésamo y cerveza
de avellana. Os recordará a uno de los primeros bocados, el del foie, pero el
hígado ahumado de cabra tiene una fuerza muy distinta a la grasa del ánade, y
su consistencia hace que en ningún momento parezca un plato repetido.
Era el momento adecuado para un movimiento
pendular, para un plato más fresco y ligero, el requesón de hierbas aromáticas
con caldo de ave. Fresco y ligero hacen referencia a una primera impresión del
paladar, al peso en boca, a la consistencia, no a la falta de sabor, porque en
ningún momento la intensidad sápida bajó en este menú. Y como hemos refrescado
el paladar –o eso le hemos hecho creer- podemos presentar el chicharro ahumado
al romero con crema de coliflor y gelée de sus jugos, otro despliegue de
sabores intensos bien conjuntados, donde la crema vegetal tiene que envolver y
suavizar la carne salobre del pescado.
Y un ingrediente de culto para muchos en el plato
final: la becada (vuelvo a recordar que es un menú de hace meses, que nadie se
sorprenda). Asada, con crema de manzana y setas de temporada, preparación
atractiva para la caza, en mi opinión. Aquí es el producto quien aporta ya
suficiente potencia para no necesitar mucho más y así fue.
Todo este menú tuvo al lado un riesling, Palais
2008, y un Borgoña tinto, un Morey-Saint-Denis, Clos de Ormes 1er Cru de 2006.
Ambos nos dieron muchas satisfacciones por sí mismos (aunque nos hubiera
gustado probarlos con más años, cómo no), no se achicaron ante los platos de
Álvaro, y nos proporcionaron buen tema de conversación, como corresponde a dos
apasionados ante alguna de sus devociones.
Hubo tiempo para postres, claro. Crema de almendra
con lichi granizado y limón helado para empezar, para cortar la cadencia grasa
y salada de los platos con frescura y un punto cítrico muy apto para ese fin.
Plátano, café y oliva negra, postre más contundente y de mayor contraste entre
ingredientes, para hacernos subir un pequeño repecho imaginario en los sabores.
Otra vez puede parecer un enunciado complicado, una mezcla poco armónica, y
otra vez se resuelve un plato con soltura, con naturalidad, para lograr el
plácet del comensal en cuanto lo lleva a la boca. Y bajamos de ese punto con el
sabayón de azúcar moscovado, helado de mandarina y yogur de limón, quizá el que
más me gustó a título personal, redondo en mi opinión, perfecto colofón para
esta gran comida.
El resto podéis suponerlo: café, charla de
sobremesa entre nosotros y con el personal… Un buen rato, hasta media tarde.
Salimos con Álvaro y un Bilbao plomizo, gris, fresco nos esperaba fuera. Él se
fue a sus cosas y nosotros seguimos paseando con una sonrisa en la cara que a
algunos les podía parecer hasta sospechosa. Ahora sabéis por qué.
Jorge, cuáles son los productores de los vinos?.
ResponderEliminarAntes de nada quiero llamar vuestra atención sobre un comentario de un hostelero al final del post anterior. Dentro de la pequeña polémica que pudo ser y no fue, lo afronta de otro modo que me parece digno de mención.
ResponderEliminarSibarita, el Borgoña es de Georges Lignier y el riesling, de Kesselstatt.
ResponderEliminarMuy buenas sensanciones das con tu descripición Jorge, pero yo sigo con mi racaraca ;-). Parece que no hay cocinero actual que sea capaz de hacer un menú degustación sin meter por lo menos tres platos con marisco...
ResponderEliminarComo ya comenté el sábado estuvimos en el Simply Fosh de Palma. No fue malo del todo pero sí manifiestamente mejorable.
ResponderEliminarEn otra onda totalmente distinta, pero disfrutamos más ayer en La Bodeguilla, no en su restaurante tradicional sino en su gastrobar, a pesar del puyazo de los dos vinos que nos tomamos antes. Ejemplo: Hermanos Lurton 2010, 3,70€.
A la vuelta espero contarlo todo.
Bueno, bueno, Toni, no te quejes por exceso de marisco esta vez, que no hay tanto. Además, ese txangurro, por ejemplo, no es para perdérselo. En serio, estamos ante una cocina de las grandes. Y lo que le queda, creo.
ResponderEliminarJorge, cada vez que hablas de este sitio me entran mas ganas de ir. A ver si la proxima vez que me pase por Bilbao me dejo caer por alli :-)
ResponderEliminarVale la pena de verdad. Además su decoración te resultará familiar, que el nombre es por algo ;-)
ResponderEliminarHa fallecido Chus Álvarez, el dueño de DE LABRA. Murió mientras jugaba al futbol sala con unos amigos. Tenía 48 años.
ResponderEliminarNo voy a decir que era mi restaurante de cabecera, ni siquiera estaba entre mis favoritos.
Pero sí era un empresario que apostó por su tierra, y que volvió para crear un negocio desde la honestidad y la ilusión.
Descanse en paz.
¡Vaya! Que descanse en paz.
ResponderEliminarSeguimos por Mallorca. Ayer tocó otro gastrobar, en el que no cenamos mal, Tasca de Blanquerna, pero salimos mosqueados por la ridiculez de la cantidad del plato principal.
ResponderEliminarHay algunos restaurantes que no se como sobreviven. Bueno sí, de algunos incautos turistas. En Deià, entramos en un sitio que ponía bar-restaurante. Nos sentamos en la terraza y pedimos un par de cañas mientras hojeábamos la carta. No nos las traen, llamamos a la camarera para ver que pasaba con las cañas y nos dice que primero qué vamos a comer. ¡¡¡¡¿¿¿???!!!! Acto seguido añade que como mínimo hay que tomar tres tapas por persona y que si no no se puede tomar solo una cerveza.
ResponderEliminar¡IM-PRESIONANTE! Encima la terraza no estaba ni al 20%. Evidentemente nos fuimos al local de enfrente donde no tuvieron esos problemas existenciales y acabaron llenando y doblando mesas.
Y menudo precio tiene ir de vinos en Palma. Ayer un simple Rueda de estos con toneladas de maracuyá y mango, 2,50€. Y un Rías Baixas del montón, 3,50€.
ResponderEliminarBuen post Jorge;
ResponderEliminarTenía alguna referencia de un amiguete y por lo que veo/leo, me gustará el sitio.
Una pena lo del dueño de De Labra.
Saludos.
Buenas, Toni; enhorabuena por tar de vacaciones.....
ResponderEliminarYa que veo que hasta ahora no te sonríe la suerte, no sé si tienes pensado pasar por el Bens D'Avall (de hecho, espero que siga abierto, porque hace unos 10 años que estuve). Lo pasamos muy bien, comimos de cine y nos cobraron lo justo para la calidad que nos ofrecieron.
Pasáilo bien!!!
Avelino.
Avelino, gracias por la pista gastronómica pero a mediodía no comemos generalmente potentemente ya que tenemos una edad ;-) y se nos quitan las ganas de seguir viendo cosas por la tarde.
ResponderEliminarY tampoco es que no nos haya sonreído la suerte. En La Bodeguilla cenamos muy bien en plan gastrobar y ayer en La Tasca no estuvo mal lo estrictamente comido.
Pero para darte la razón en parte hoy acabamos de llegar del Forn de Sant Joan, donde tienen la mano muy larga para la sal y les gusta usar la plancha muuuuuuucho más tiempo de la cuenta...
ResponderEliminarPedazo de menú jorge, bufffff
ResponderEliminarTrate de ir en una ocasión y estaba cerrado, acabe llenando la panza con unos extraños sandwich que prefiero no recordar...
Lo tengo muy muy pendiente, vamos que si pudiera robarle unas horas a un día vaya si me escapaba ya!!!!
Yo estuve este fin de semana pasado en el puerto, en Gijon.
ResponderEliminarEsperaba mas, dos menús degustación, un champan del montón y casi 180 pavos
No estuvo mal pero o me emocióno ni enamoro lo mas mínimo.
Tengo la sensación, o casi la certeza, que me hubiera ido bastante mejore carta.
De todo el restaurante, al 80% de ocupación no vi a nadie mas comiendo menú, tampoco vi a todos los comensales por supuesto,pero de haber era algo puntual, la mayoría de carta.
Los postres muy mejorables
Ignoro las pretensiones del local, pero el servicio no me pareció en absoluto para optar a una estrella.
ResponderEliminarManifiestamente mejorable, camareros muy poco profesionales que no saben ni que llevan los platos, no todos, pero un par de ellos si, que no es poco...
Vamos, que pa comer por 40 o 50 eur si, mas no.
Por lo menos eso fue lo que yo viví, cosa que contrasta con la corriente masiva de alabanzas que hay hacia este nuevo restaurante.
Yo creo que esta viviendo un boom por la apertura, luego las aguas volverán así sitio...
Siempre pasa
Toni, lo del consumo mínimo obligatorio ya es para abucheo sin contemplaciones ¿Cómo puede haber sitios así? Técnica descalificante.
ResponderEliminarOvetum, espero que te guste. Yo, desde luego, tengo plena confianza en esa cocina y le veo futuro además de un gran presente. Y gracias por lo que me toca.
ResponderEliminarLolo, no seas malo, que ese sandwich tapa muchos agujeros ;-) Ya me contarás cuando vayas -que irás- pero creo que saldrás satisfecho, si comparo con lo que conocemos los dos y te gusta.
ResponderEliminarEn cuanto a El Puerto no difiero mucho de tu percepción. Queda el margen de la apertura reciente, porque en La Solana la misma gente me parece que lo hacía mejor, pero a día de hoy está algún escalón por debajo de donde alguna opinión publicada lo sitúa.
Lolo, Jorge, estoy de acuerdo con vuestras percepciones del Restaurante El Puerto, pero (y esto es una afirmación mía) yo creo que no pretenden ser un restaurante con objetivos "michelín" sino más asequible tanto económica cómo gastronómicamente.
ResponderEliminarEstuve dos veces y las proposiciones y precios de su carta son como los de algunas sidrerías de Gijón.
Manu
ResponderEliminarcada día tengo más claro que metí la pata con el menú.
Ya empecé a sospechar cuando al pedirlo parecía como que me echaban para atrás, que sí es un menú muy largo, que sí tal, que sí cual.
No dudo que de carta se coma muy bien en relación al precio.
De todas formas, que caras tenéis las sidrerias por el pueblo, coño!!!!! ;-)
Pues yo desde que abrió el puerto he ido en dos ocasiones y salí muy satisfechu ambas, eso si las dos veces a la carta: entrante a compartir entre dos, dos platos dos postres ( coincido que son lo mas flojo de la carta, ya lo eran en La solana) y vino y sobre 50 euros persona.
ResponderEliminarEs que 180 euracos ufff, entiendo que la rcp sea desproporcionada para el sitio que es.
Es curioso lo de los menus degustación, yo hay sitios que nunca me llama pedirlos aunque suenen muy bien y no se porque me tira siempre pedir de carta y ademas nunca ves a mucha gente con el degustacion como por ejemplo en la solana, casa Fermin, la tabla de fano, incluso al son del indiano que tien un menu degustacion bien de precio y apetitosu pero siempre pido de carta.
Sin embargo en el corral ó gerardo , al reves si voy siempre ye a probar el degustación.
Ayer otra experiencia mejorable en un restaurante al parecer de moda en Palma: Forn de Sant Joan. A veces empiezo a entender por qué están triunfando los bares de tapas y gastrobares.
ResponderEliminarBuenas.
ResponderEliminarPara llevar la contraria un poquito.
He estado un par de veces en El Puerto desde que bajaron, y me pareció en ambos casos que incluso estaban a mejor nivel que en La Solana, dentro de la tónica que mantienen desde siempre, de plantear menos riesgos que en otros sitios.
Recuerdo un oricio, una navaja con hinojo y una cola de cigala con algas alucinantes. Una buena merluza con un punto perfecto y unos callos estupendos. En cuanto a los postres, yo suelo pedir siempre la sopa de queso de cabra con helado y avellanas, que me parece un postre impecable (no sé cómo estarán los otros).
Se puede saber champagne y precio del mismo, Antonio?
Saludos.
Avelino.
Toni, joer, busca inmediatamente un buen horno de ensaimadas tradicionales, hombre, que váis pasar fame....
ResponderEliminarAvelino.
Tengo q ver las fotos. de memoriA no me acuerdo pero andaba por los 45 euros.
ResponderEliminarpor cierto, me decepcionó bastante
Jean lallement
ResponderEliminarYo probé esa cigala también y es cierto que está muy buena, no podía ser de otra forma con una cigala de calidad y en su punto.
ResponderEliminarEn general estuvo bien, pero para ese precio está muy lejos de otros menús...
También en eso tengo que coincidir. Mi experiencia en El Puerto, correcta pero con poca emoción, fue con menú degustación mientras que las de La Solana, mejores, fueron a la carta.
ResponderEliminarBuenas.
ResponderEliminarAntonio, coincido contigo en que 45 euros por el Lallement es un precio respetable.
Saludos.
Avelino
Je, je. Avelino, al hilo de los productos tradicionales mallorquines bien parece que la sobrasada no es uno de ellos. Hasta hoy no conseguimos encontrar un bar/restaurante donde ofrecieran un bocata de sobrasada. Aunque sea difícil de creer.
ResponderEliminarEn cambio más parece que estamos en Galicia, porque casi todos los sitios que no sean pizzerias o étnicos te ofrecen en la carta pulpo y lo más llamativo: pimientos de Padrón. ¿¿??
Ayer, aprovechando el partido acabamos cenando en una hamburguesería de buen nivel, pero lo más sorprendente fue la carta de vinos, pequeña pero cono vinos como el que tomamos Angosto Los Almendros 2010 por 19€. También tenían otros mallorquines que nunca se esperaría uno encontrarlos en una haburguesería por muy gourmet que sea.
ResponderEliminarToni, me alegra que por fin hayas encontrado una sorpresa agradable.
ResponderEliminarPor aquí ha empezado una pequeña fiesta de la cerveza en la Avenida de Galicia. Aparte, algún local ha añadido música en directo en sus terrazas. No me gusta el poblamiento mayoritario de la zona pero reconozco que crea un ambiente agradable.
En pocas horas ponemos rumbo a Tui. Nos esperan muchos vinos. Espero que además de muchos sean buenos; el precedente ahí está.
Avatar artístico a la par que simbólico donde los haya, Sr. Díez.
ResponderEliminarPasailo bien por allá'alante, y saludos a los "conoçimentos" comunes.
¡Que grande Jorge!; me has animado a perseguir una de esas sonrisas sospechosas.
ResponderEliminar¡¡¡Buufff!!! El Jorge's Team catando vinos en Galicia como descosidos. ¡Qué peligro!. ;-)
ResponderEliminarAyer cenamos en un garito recomendado por varias guías... que además de ser un horror me descubrieron una nueva modalidad de engaño con el IVA que no recuerdo haber visto.
ResponderEliminarEn la nota no es que no viniera el NIF del restaurante, es que no venía ni el nombre de éste y para rematar, ni siquiera el IVA desglosado. Están reflejados los precios de los platos como vienen en la carta, es decir sin IVA, pero a la hora de reflejar el “total a pagar” sí que aparece la suma final con el IVA incluido.
Algunos hosteleros de este país no tienen límites en su creatividad.
Ya hemos vuelto de Tui. Segunda edición de A emoción dos viños que mejora a la estupenda primera: más tiempo -doble sesión, mañana y tarde-, menos problemas con las temperaturas, alguna cara nueva. Otras cosas han sido igual que en aquella: el mismo entorno precioso y el mismo ambiente de gente interesada, amante de los vinos.
ResponderEliminarMuchos elaboradores y casi nada que no nos mereciera atención. De memoria, sin ánimo de crónica completa y por tanto con injustas omisiones, me vienen a la cabeza los muchos vinos de J.L. Mateo, los siempre serios y honestos blancos de Anselmo Mendes, los curiosos Dorado; los de X.L. Sebio, donde me cautivaron los dos Hush, la añada presente y una muestra de la próxima, y el blanco Salvaxe. También los tintos de Algueira, en especial, el Pizarra y el Albarello; los diferentes Guímaro, en pleno cambio de nombre; los Leirana, siempre en buena forma; Benito Santos, sobre todo, el Pago Xoan, esa finca que se asoma al mar. En fin, muchos y buenos vinos, mucha ilusión, mucho trabajo, ganas de darlo a conocer... Además, una carga de alegría, de risas para unas cuantas semanas. El excelente ambiente, gracias a organizadores y a expositores, del que se iba contagiando todo el que pasaba por allí. Otro año más, muchas gracias, muito obrigado.
Seguro que algún compañero de expedición hace una crónica detallada del asunto. Estad atentos.
Gracias, Compangu. Es tiempo de cambios, de agitar esta afición un poco más.
ResponderEliminarEn cuanto a los conocidos comunes, por allí estaban disfrutando lo suyo también.
Y qué voy a decirte, Daninland, que vayas a Mina en cuanto tengas ocasión. No faltan alicientes en Bilbao y esta cocina seguro que te cautiva, seguro que te vuelve a ti también otro sospechoso sonriente paseando por el Muelle Marzana.
ResponderEliminarInteresante lo que cuentas Jorge. A ver la crónica que nos hace Sibaritastur.
ResponderEliminarYa me despedí de Mallorca. Sniff, sniff. Pero no desesperemos ;-) que ahora estoy en la isla de enfrente: Menorca.
ResponderEliminarY joer como las gastan los maderos del aeropuerto. Nos apareció una maleta sin el candado que le puse, en la que iba el neceser de mi mujer y está claro que la abrieron porque encontramos el desodorante, de esos de bola, con el envase totalmente roto.
ResponderEliminarMenos mal que no me dio por meter en la maleta una buena botella de vino porque ya la había visto...
Volviendo al post. Jorge, se me pasó hacerte la pregunta. ¿Hiciste tú las fotos de los platos?.
ResponderEliminarPues sí, Toni, esas tristes fotos son mías, para variar. Lo mío con la fotografía ya dudo que tenga arreglo.
ResponderEliminarJorge, tus fotos al lado de las mías son maestro.
ResponderEliminarCasualidades de la vida, ayer estuvimos cenando al lado mismo de Pau y Marc Gasol con sus respectivas.
ResponderEliminarHoy anduve por el restaurante Carulo en Oviedo, al lado del Dollar en la plaza Porlier, y me encantaron sus manitas de cerdo, guisadas en trocitos pequeños a la manera de unos callos.
ResponderEliminarMe enteré de la existencia de Carulo cuando el concurso de pinchos.
ResponderEliminarSorprendente y rico blanco el que tomamos ayer para cenar: Binitord Blanc 2011, con una mezcla de uvas totalmente inusual: chardonnay, merlot y macabeo. Interesante el cómo lo hacen.
ResponderEliminarOtra zona que es "tierra de promisión" para los aficionados al vino. Las mejores sorpresas que encuentro embotelladas últimamente vienen sobre todo de esas dos esquinas: Baleares y Galicia.
ResponderEliminarArticulo publicado hoy en "el mundo" sobre fraudes masivos en el vino de la borgoña (barricas de grand crue rellenas de vino de mesa!!!)
ResponderEliminarEl enlace http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=10&vs_fecha=201206&vs_noticia=1340001070
Para el aficionado al vino que quiere dar ese pasito más, no quedarse en si le gusta lo que bebe, imprescindible lo último del mundovino sobre el terruño en España. Más bien sobre su ocultación.
ResponderEliminarInteresante y descorazonador artículo. Pero en la reciente feria "A EMOCION DOS VIÑOS" pudimos comprobar como entre los productores hay mucho interes en diferenciar los pagos y las castas de sus vinos, así como la diferencia entre añadas. Aún queda un resquicio para la esperanza.
ResponderEliminarSí, aunque haya que ir a buscarlo al "fin del mundo", casi, pero allí estuvimos, lo disfrutamos, aprovecharemos lo aprendido y repetiremos. Siempre quedan apasionados que salvan con su trabajo lo que muchos se empeñan en estropear, también en el ámbito del vino.
ResponderEliminar¡Joer! Esto de pasar de 40 grados en algunos momentos a 17 destroza a cualquiera. :-(
ResponderEliminarDe todas formas prefiero nuestro clima un billón de veces. :-)
Qué bueno están estos quesos de pasta blanda cuando empieza la proteolisis a dejar blanditos los bordes,y en el bocado, sin dejar de perder el lácteo primero, empiezan a aparecer amargos y profundidad. ASí estaba el último Saint Maure que cogí en lo de Marisun. Y tovía mejor el segundo. Sin rastro de amoniaco.
ResponderEliminarcoindo plenamente contigo diletante
ResponderEliminara mi últimamente son los quesos que más me emocionan
hasta un "simple" chource que tengo ahora en la nevera me hace.disfrutar un montón
eso sí, en estos quesos sí que es obligado consumirlos a una temperatura perfecta para que desplieguen todo lo que tienen.
por no hablar de la rcp que tienen....
Chaource quería decir
ResponderEliminar¿"Simple" Chaource? Voy matate... Ese queso puede ser una maravilla cuando su afinación es correcta. Te lo diré dentro de un par de horas, de hecho.
ResponderEliminarqué???
ResponderEliminarle quitas las comillas al simple?se las dejas?o tachas lo de simple??
el tuyo imagino que era hermano de camada del mío
yo voy ahora a darle caña, sí me dejaron algo, claro...